El ojo del desliz
Leda García Pérez

Hoy descubrí mis manos
sosteniendo pecados
como espinas vigentes
que me atrapan,
para sangrar conmigo
en el castigo.
Las vi desnudarse
entre las hebras
que saben a humedad vencida
y recorrí con ellas
recintos clandestinos
donde la sombra habita
con los nadie.
Soy yo quien atiza los rencores
en el mercado ausente
de la risa ,
yo quien castiga y se castiga.
La culpa acecha
en el ojo inoportuno
del desliz
y extiende su factura.

Cada quien paga el precio inobjetable.

Leda García Pérez
Del libro inédito "Elogio de la costumbre"

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