Marioneta herida
Leda García Pérez

El tiempo me delata
con su mueca habitual
de marioneta herida.
Quiero correr y ya no puedo,
quiero llorar y ya no puedo,
quiero querer como ya quise
y nadie viene a mí
y a nadie voy.
Me acostumbré a estar sola,
a no decir en dónde estoy,
si regreso o me quedo. 
Al final me quedé
llena de tiempos
que saben a destierro
y a fracaso.
Lo cierto es que a mis años,
envejecer sin alguien
es el precio que pago
por ser inclaudicable,
audaz, dueña de mí,
del todo,
de los nadie.
Mas vale sola
que mal acompañada,
reza el viejo refrán…
El espejo me enfrenta,
la marioneta llora,
yo escondo junto a ella
alguna lágrima
que nunca nacerá.

En el doble discurso está el secreto…

Leda García Pérez
Del libro inédito "Elogio de la costumbre"

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