Fiera vencida
Leda García Pérez

Enciendo un cigarrillo
que sabe a incertidumbre,
mientras el humo juega
al abandono
en la escena repetida
de mis reproches diarios.
Hay una extraña timidez
en cada movimiento
de mis manos,
fieras vencidas
por febreros antiguos
que maldicen su espera involuntaria.
Nadie vendrá y lo sé,
por eso las noches
buscan camas ajenas
que enciendan
sus insomnios peregrinos
y esconden en la estrella detenida
el brillo que me falta.

En cada amanecer hay un olvido.
La noche lo acompaña.

Leda García Pérez
Del libro inédito "Elogio de la costumbre"

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