Periferias: Sureda y Ortelli (Borges y Silva Valdés), 1925-1926.[1]

Carlos García

El archivo póstumo del poeta y pintor mallorquino Jacobo Sureda (1901-1935) contiene varios documentos de valor para el estudio de la historia literaria.

 

Alguna notoriedad alcanzó su figura en España, en Argentina y quizás en Uruguay, gracias a la correspondencia que mantuviera con Jorge Luis Borges (cf. sus Cartas del fervor. Correspondencia con Maurice Abramowicz y Jacobo Sureda, 1919-1928. Ordenamiento y notas: Carlos García. Barcelona, 1999).

Pero también otros testimonios de su archivo, al cual accedí gracias a la generosidad de su hija, la pintora Pilar Sureda Sackett, permiten vislumbres en los entretelones de las vanguardias históricas españolas e hispanoamericanas. Dejan ver, asimismo, la tirantez entre sus diversos centros culturales: Madrid y Barcelona o Mallorca, por un lado, España y Argentina por otro – pero también Buenos Aires y Montevideo.

 

La irritabilidad entre el ámbito madrileño y el catalán/mallorquino quedó evidenciada, siquiera de refilón, en el intercambio epistolar del período 1925-1926 entre Sureda y Guillermo de Torre (cf. García 2000c). Ahora intentaré dar otra mirada a la época.

En mayo de 1925, Sureda publica en Palma de Mallorca una poco difundida reseña de Inquisiciones, de Borges. En octubre de 1926, imprime en Alemania (!) su único poemario, El prestidigitador de los cinco sentidos. En ese lapso se dedica con escéptico desgano a hacer propaganda a su obra. A mi entender, el horizonte tácito de las misivas de estas fechas es la intención de Sureda de entablar o de retomar contacto con personalidades del ámbito literario con el cual había tenido, gracias a Borges, conexiones siquiera indirectas a comienzos de la década, con el fin de promocionar su inminente poemario.

 

Sin embargo, Sureda abandonará la poesía aun antes de poner su libro a la venta, lo cual ocurriría recién en 1928. El motivo: en diciembre de 1926, apenas impreso su libro, Sureda se relaciona con la escena plástica de Düsseldorf (Alemania); poco después optará definitivamente por la pintura como medio de expresión, que ya no abandonará hasta su temprana muerte, ocasionada por la tuberculosis.

 

Del corpus sobreviviente he escogido para esta ocasión una misiva del poeta y crítico de arte argentino Roberto A. Ortelli.

¿Quién era ese Roberto A. Ortelli, desconocido fuera de su país[2] y olvidado hoy en Argentina? Ningún repertorio se ocupa de su vida y obra. Descontando algunas de sus publicaciones en revistas de Buenos Aires, poco se sabe de él; su huella literaria se pierde hacia 1940...

 

Ortelli parece haber entablado amistad con Borges en 1921 o, a más tardar, a comienzos de 1922. En su correspondencia con Sureda, Borges lo menciona en tres cartas: una del 29-V-22 (N° 36), y dos sin fecha, que dato, respectivamente, en marzo de 1923 (N° 39) y hacia el 15-XI-23 (N° 42).[3]

 

A comienzos de 1923 Ortelli planeó, con Borges y otros, sacar en Buenos Aires una revista literaria, plan que no fue realizado en ese momento, pero en el cual puede verse un gérmen de Inicial. Poco después, en marzo, reseñó en Nosotros la novela del padre de "Georgie", Jorge Guillermo Borges: El Caudillo, que había aparecido a comienzos de 1921 en Palma de Mallorca, en edición del autor (la única otra reseña que conozco fue redactada por Guillermo de Torre en 1921; cf. Bibliografía).

 

Ortelli, que había sido hasta agosto de 1923 administrador de la influyente y tradicional revista porteña Nosotros en su primera época (donde seguramente ayudó a afianzar el Ultraísmo importado por Borges),[4] escribió poesías, ensayos y cuentos. Colaboró en varios órganos de vanguardia con poemas, prosa o crítica, entre ellos la primera Proa (núms. 2 y 3, de 1923) y, por intermedio de Borges, en Alfar (La Coruña) y Manomètre (Lyon).[5] En la década del 30, amainados ya los ímpetus vanguardistas, publicaría en el suplemento cultural de Crítica dirigido por Borges y Petit de Murat (Revista Multicolor de los Sábados, núms. 9, 14 y 25), en Signo (1933), en Caras y Caretas, La Nación, Vértice y en el marginal Boletín de la Biblioteca Popular de Azul. Volvería a ser, como quedó dicho, colaborador de Nosotros en su segunda época. Por lo demás, publicó dos libros de relatos, ambos en Buenos Aires: Cuentos de la vida trágica (1924) y Miedo... (1925).

 

En Inicial, que fundara con amigos en octubre de 1923 y codirigiera hasta su cierre en febrero de 1927, Ortelli se ocupó mayormente de comentarios de arte, pero publicó también poemas y reseñas. Mantuvo, según creo, correspondencia con Borges, siquiera durante el segundo periplo europeo de éste (julio de 1923 a julio de 1924; no encuentro, sin embargo, rastros de que se haya conservado.)

 

En 1926, Ortelli pertenecería al fluctuante plantel de la Revista Oral, del peruano Alberto Hidalgo (1897-1967), en la cual colaboraron Borges, Marechal, Macedonio Fernández y otros; ese mismo año trabó relación con el futurista italiano Filippo Tommaso Marinetti, a quien dedicó alguno de sus libros. En 1929 planeó con Hidalgo sacar una revista llamada Creación – proyecto que no parece haber prosperado.

 

Ortelli e Hidalgo, a su vez, se conocían, a más tardar, desde 1925, fecha en que la imprenta / editorial "El Inca", que Ortelli dirigía con J. E. Smith, publica un libro del peruano: Simplismo (reseña de Borges: Proa 15, enero de 1926; 1997: 236-237). A él seguirían Ubicación de Lenín. Poema de varios lados (1926), Los sapos y otras personas, cuentos (1927) y la revista Pulso (1928), también de Hidalgo, en la cual colaborara, entre otros personajes de la época, Macedonio Fernández.[6]

 

En esos talleres de "El Inca" se había imprimido ya Inquisiciones para la Editorial Proa. Varios títulos impresos por el taller o la editorial fueron, a su vez, comentados por Borges. La imprenta / editorial de Ortelli y Smith jugó un papel preponderante en la difusión de la literatura "martin­fierrista" y sus adyacencias, que no ha sido estudiado aún como correspondería.

 

Retornando a la relación entre Sureda y Ortelli, aquél parece haber escrito a éste hacia fines de abril o comienzos de mayo de 1925, desde Valldemosa (Palma de Mallorca) a Buenos Aires. Como ya ocurriera con la correspondencia que Sureda mantuvo con Borges, la misiva suya que diera pie a la respuesta reproducida a continuación no parece haberse conservado. Aún así, la personalidad y los intereses de Sureda afloran por reflejo, que Ortelli muestra a su manera, con aprecio por la persona cuyo conocimiento "heredara" de Borges.

Ortelli alude a la que parece haber sido la primera misiva de Sureda en la suya del 28 de mayo de 1925, abajo reproducida. De la respuesta de su corresponsal se desprende que Sureda hablaba allí, entre otras cosas, del poeta uruguayo Fernán Silva Valdés, de quien Inicial 7 (diciembre de 1924, 26-27; último número aparecido hasta ese momento) había traido el poema "Como los indios".

 

Con anterioridad, Inicial 5 (mayo de 1924, 18), había publicado de Silva Valdés apenas "Ha caído una estrella". Meses después traería un largo artículo de Norberto A. Frontini: "Poesía silvadesiana: ubicación racional de la metáfora" (Inicial 8, agosto de 1925, 135-146). Frontini explica allí el proceso bio-psíquico de producción de la metáfora y se aplica luego al análisis de Agua del tiempo, poemario valdesiano del cual rescata la fuerza de las imágenes y su sabor americanista. Un largo pasaje del artículo compara la poesía de Silva Valdés con la del Borges de Fervor de Buenos Aires (Luna de enfrente, de contenido más idóneo para la comparación, saldría recién a fines de 1925 de la imprenta).[7]

 

Silva Valdés no aceptaría sin disgusto el veredicto de la posteridad, que lo cuenta en un plano diferente al de Borges. En cartas de la década del cincuenta dirigidas a Enrique Anderson Imbert, reclama la influencia que su libro Agua del tiempo (1921) tuviese en Borges, sin comprender que, si bien su aserto es correcto, su "nativismo" fue apenas uno de los influjos a que estuvo expuesta la ecuménica avidez del joven Borges.

 

Tras iluminar el contexto, paso a reproducir la contestación de Ortelli, que juzgo interesante como testigo coetáneo de la literatura de Borges y de Silva Valdés. (Corrijo apenas erratas menores, inequívocas; uniformo las citas de títulos, que doy siempre en cursiva; reproduzco también en cursiva los giros o términos subrayados en el original. Regularizo los inquietos márgenes).

 

Agrego algunas notas para la mejor inteligencia de los temas tratados:

 

[Carta de Roberto A. Ortelli a Jacobo Sureda, de Buenos Aires a Valldemosa, 2 hojas de papel liso (230 x 291 mm), ambas con membrete: "Editorial / Imprenta / Libros / EL INCA / J. E. Smith / R. A. Ortelli / México 1416", escritas a máquina sólo en recto, 2 pp. sin numerar (aquí 1 y 2), sin fecha. Dos matasellos: a) "Buenos Aires MAY 28 1925". b) Correo de Baleares: "Valldemosa, 21-VI-25". Sobre (sin remitente; falta ese trozo): [Membrete] "Sr. / Jacobo Sureda / Valldemosa / (Mallorca)". El sobre ostenta dibujos a lápiz: varios esbozos de perfil y un medio cuerpo de mujer con vestidura griega o romana, hechos seguramente por Sureda, quien, además de poeta, era dibujante y pintor. Sello postal (retrato del Gral. San Martín): 5 ctvos.]

[Buenos Aires. Matasellos: 28-V-25]

[Membrete]

 

Mi estimado compañero y amigo:

Debo agradecer, primeramente, la atención que usted tuvo al enviarme su afectuosa carta. Por lo demás, ya le conocía a usted desde hace tiempo: algo personal obtuve en mis charlas con Borges; literariamente, hace tiempo que lo estimo. Lo cual no amengua la honda y verdaderamente bella sopresa que su carta me ha proporcionado. Es usted uno de los buenos compañeros "del otro lado del charco".

 

En verdad, yo he sido quien le mandara los números de Inicial.[8] Siempre creí tener afinidades espirituales con usted[9] y así pensé que a usted le gustaría Inicial, por lo menos en su calidad de esfuerzo, de arco tendido; no ya como realización definitiva que Inicial no lo es de ninguna orientación.[10]

Fernán Silva Valdés, a quien alude usted en su carta, fue un poeta vigoroso y verdaderamente americano, en su libro Agua del tiempo.[11] Unía maravillosamente la forma novísima de construir imágenes a un sentimiento indígena acentuado y todo él era pujanza indómita de indio americano. No crea usted que me cautiva gran cosa el "criollismo". En este punto, disiento por completo con Borges, con el Borges insincero que se advierte en el admirador de Ipuche, Ascasubi y otras bagatelas gauchescas.[12] Admiro a Agua del tiempo, sin embargo, porque en tal libro el criollismo no es un giro del lenguaje o una pronunciación plebeya o, aún, el relato de escenas de pulpería, sino vehemencia, hondo sentimiento que domeña hasta a la imágen novísima[13] imponiéndole su tesón y su gravedad. No se si usted conoce tal obra. Lo creo difícil. Yo recuerdo alguna cosa y se la voy a endilgar, aunque no es, por cierto lo mejor. Habla de un rancho y dice que estaba

 

atado a la tranquera

                         por el tiento torcido de un sendero[14]

 

Imágenes de la claridad de esta, tiene muchas Silva Valdés. Y lo mas notable es que en Agua del tiempo no tiene ninguna vulgar o pobre. Luego ha hecho muchas "macanas".[15] Ha perdido la medida y el control sobre las palabras.[16]

 

Pero no he de seguir lateándole[17] con motivo de Silva Valdés. Prefiero decirle que hay aquí un movimiento juvenil de alguna importancia, aunque la falla mas grande de nuestra juventud sea la absoluta falta de caracter para la vida, lo que les impide crearse una personalidad artística. Somos muy desunidos, irresponsables y muchas veces mezquinamente envidiosos. Esto en general. Hay naturalmente los casos aislados. Sin embargo, le confieso que yo estoy asqueado de nuestra juventud. Creo que de los que figuran constantemente en el cartel, poco debe esperarse. De tierra adentro y al margen de las universidades se construirá el arte de América.[18]

 

Por lo que a mi respecta, poco puedo decirle. Hace tiempo, desde mi última poesía de ALFAR,[19] no he vuelto a escribir versos. Ahora me estoy convenciendo de que tampoco debo escribir artículos.[20] Me quedan los pocos cuentos que aún no desprecio.[21] Por lo demás, la vida me exige demasiado tiempo y ella es mas urgente que la literatura.

 

Considere, se lo ruego, a Inicial como a una cosa suya y ténganos al corriente de su obra y de su persona. Se lo agradeceré vivamente.[22]

Soy su affo amigo

RAOrtelli

 
Sr. Jacobo Sureda - Valldemosa

.....

Sólo quedan por agregar algunos datos biográficos sobre Ortelli: había nacido en Buenos Aires el 10-IX-1902; falleció allí el 11-VII-1965. Entre su período vanguardista y el final, fue secretario de Borges como director de la S.A.D.E. (Sociedad Argentina de Escrito­res). También dirigió "el diario El País, de Córdoba, en cuya mu­ni­ci­palidad ingresaría, y de la que se alejó con la llegada del pero­nismo, siendo oficial mayor de Hacienda. Durante dicha etapa se dedicó a la publicidad, entre otras funciones, creó la Federación Ar­gentina de la Publicidad y el Club Argentino de la Publicidad, y fue secretario del Círculo de Redactores Publicitarios; en 1963 recibió la máxima distinción de la Federación Argentina de la Publicidad. Con los nuevos acontecimientos políticos, se reintegró a la municipalidad; se jubiló en 1961 cuando se encontraba al frente de la Comisión de Cultura. Escribió Ubicación de la Argentina en el nuevo orden (1940), contra las resonancias del nazismo en su país." ("A. A." = Angel Arconada, en Enciclopedia Universal Ilustrada Europea Americana, Suplemento 1965-1966. Madrid: Espasa-Calpe, 1970.)

Carlos García

(Hamburg, junio de 2006)

 

Bibliografía

Anderson Imbert, Enrique (1998): "Silva Valdés, Borges y el Ultraísmo": Proa 36, Buenos Aires, julio-agosto de 1998, 25-31 (con fragmentos de tres cartas de Silva Valdés a Anderson Imbert, fechadas: 22-XI-53, 21-III-55, 11-IX-55).

 

Artundo, Patricia (1994 / 2004): "Sobre la fundación de la revista Proa (2ª época, 1924-1926)": Buenos Aires, mecanografiado, 1994. Actualizado, y bajo el título "Punto de convergencia: Inicial y Proa en 1924", en Carlos García / Dieter Reichardt, eds.: Las vanguardias literarias en Argentina, Uruguay y Paraguay. Bibliografía y antología crítica. Frankfurt am Main / Madrid: Vervuert / Iberoamericana, 2004, 253-272.

 

Bordelois, Yvonne (1999a): "Borges y Güiraldes. Historia de una pasión porteña": Cuadernos Hispanoamericanos 585, Madrid, marzo de 1999, 1949.

 

Bordelois, Yvonne (1999b): Un triángulo crucial. Borges, Güiraldes y Lugones. Buenos Aires: Eudeba, 1999. (Cf. García 2000a)  

Borges, Jorge Luis (1997): Textos recobrados, 1919-1929. Buenos Aires: Emecé, 1997.

 

Borges, Jorge Luis / Di Giovanni, Norman Thomas (1999a): Autobiografía, 1899-1970. (Trad.: Marcial Souto, Norman Thomas di Giovanni.) Buenos Aires: El Ateneo, 1999.

 

Borges, Jorge Luis / Di Giovanni, Norman Thomas (1999b): Un ensayo auto­biográfico. (Trad., prólogo: Aníbal González). Barcelona: Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 1999.

 

Borges, Jorge Luis (1999c): Cartas del fervor. Correspondencia con Maurice Abramowicz y Jacobo Sureda (1919-1928). Prólogo: Joaquín Marco. Notas: Carlos García. Barcelona: Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores / Emecé, 1999. 

Cansinos-Assens, Rafael (1925a): "Poemas nativos, por Fernán Silva Valdés": La Libertad, Madrid, 29-XI-25.

 

Cansinos-Assens, Rafael (1925b): "Luna de enfrente, por Jorge Luis Borges": La Libertad, Madrid, 6-XII-25; La Nueva Literatura. Madrid: Páez, 1927, III 280-302; Jaime Alazraki, ed.: Jorge Luis Borges. El escritor y la crítica. Madrid: Taurus, 1976, 40-45.

 

García, Carlos (1997a): "Luna de enfrente: Génesis de un título": Variaciones Borges 3, Aarhus (Dinamarca), enero de 1997, 177-195; con agregados y variantes en García 2000b: 75-124 (cap. II).

 

García, Carlos (1997b): "La edición princeps de Fervor de Buenos Aires": Variaciones Borges 4, Aarhus (Dinamarca), julio de 1997, 177-210; con agregados y variantes en García 2000b: 1-73 (cap. I).

 

García, Carlos (1998): (Reseña de Trenti Rocamora 1996): Variaciones Borges 6, Aarhus (Dinamarca), julio de 1998, 254-258.

 

García, Carlos (1999b): Cf. Borges 1999c.

 

García, Carlos (2000a): (Reseña de Ivonne Bordelois 1999b): Variaciones Borges 9, Aarhus (Dinamarca), enero de 2000, 255-258.  

García, Carlos (2000b): El joven Borges, poeta (1919-1930). Buenos Aires: Corregidor, 2000.

 

García, Carlos (2000c): "Sureda, Torre – y Borges (1925-1926)": Arrabal 2/3, Lérida, septiembre de 2000, 51-56.

 

García, Carlos (2006): "Hidalgo y Roberto A. Ortelli. Amistad y negocios (1925-1929)": Álvaro Sarco, ed.: Alberto Hidalgo. El genio del desprecio. Materiales para su estudio. Lima: talleres tipográficos, 2006, 283-293.

Inicial. Revista de la nueva generación (1923-1927). Estudio preliminar: Fernando Diego Rodríguez. Quilmes (Prov. de Buenos Aires): UnIversidad de Quilmes, 2003.

 

Olea Franco, Rafael: El otro Borges. El primer Borges. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1993.

Ortelli, Roberto A. (1923): "El Caudillo, novela por Jorge Borges" (Letras argentinas): Nosotros XLIII 166, marzo de 1923, 403-407.

Romano, Eduardo: "Para otro perfil del Borges criollista": AAVV: Borges. Departamento de Extensión Cultural de la Biblioteca del Congreso de la Nación. Buenos Aires: Biblioteca del Congreso de la Nación, 1997, 145-162.

Sureda, Jacobo (1925): "En los vericuetos de un libro" (reseña de Inquisiciones): El Día, Palma de Mallorca, 30-VI-25.

 

Sureda, Jacobo (1926): El prestidigitador de los cinco sentidos. St. Blasien: Joseph Weissen­berger, 1926 (octubre). Reedición (a cargo de Basilio Baltasar y Carlos Meneses): Palma de Mallorca: Edicions Arxipèlag, 1985  

Torre, Guillermo de (1921a): (Reseña) "El Caudillo, novela, por Jorge Guillermo Borges": Cosmópolis 27, Madrid, marzo de 1921, 569.

 

Trenti Rocamora, José Luis (1996): Índice general y estudio de la revista Martín Fierro (1924-1927). Buenos Aires: Sociedad de Estudios Bi­bliográficos Argentinos, 1996. Serie Estudios, 1. (Cf. García 1998)

 

Vega Belgrano, Carlos / Silva Valdés, Fernán: ("De poesía y arte nativo". Intercambio de cartas fechadas respectivamente 4-XII-27 y 23-XII-27): Nosotros LVIII-LIX 225-226, Buenos Aires, febrero-marzo de 1928, 328-329.


Referencias:

 

[1] Una versión previa de este trabajo apareció en Hermes Criollo. Revista de crítica y de teoría literaria y cultural 7, Montevideo, marzo-junio de 2004, 92-101.

 

[2] Aunque mantuvo breves correspondencias con Benjamín Jarnés, Guillermo de Torre y otros españoles.

 

[3] Los números refieren a mi ordenamiento de las misivas de Borges a Sureda en Cartas del fervor (Borges 1999c).

[4] Por ejemplo, con la antología "Poemas ultraístas": Nosotros XLII 160, Buenos Aires, septiembre de 1922, 55-62 (textos de Borges, Francisco M. Piñero, Nora Lange, Clotilde Lui­si (uruguaya), Helena Martínez, Roberto A. Ortelli, Guillermo Juan [Borges], E. González La­nu­za). Cf. García 1997b / 2000b, cap. I.

 

[5] Sureda remitió (plausiblemente a sugerencia de Borges) hacia 1922 "unos dibujos a tinta china" a la "revista de Lyon", según muestra una carta inédita a su madre (Archivo Sureda, Mallorca), pero no figura allí nada suyo.

 

[6] Véase mi artículo "Hidalgo y Roberto A. Ortelli. Amistad y negocios (1925-1929)": Álvaro Sarco, ed.: Alberto Hidalgo. El genio del desprecio. Materiales para su estudio. Lima: talleres tipográficos, 2006, 283-293.

 

[7] Cansinos Assens, quien a fines de 1925 comentaría ambos libros en La Libertad, también alude al uruguayo en su trabajo sobre Luna de enfrente. Para todo lo relacionado con este poemario de Borges, cf. García 1997a / 2000b, cap. II.

 

[8] Inicial apareció a mediados de octubre de 1923, dirigida por Ortelli, Alfredo Brandán Caraffa, Roberto Smith y Homero M. Guglielmini. Su fundación (o la de una revista semejante) había sido planeada por Ortelli, Brandán, Borges y otros ya hacia comienzos de 1923. Ello explica la fidelidad de Borges a la revista aún después de que surgieran problemas entre los directores, que condujeran a la expulsión de Brandán tras el primer número 5 (abril de 1924; otro número 5 apareció en mayo de 1924, sin Brandán) y a éste a promover la fundación de Proa, 2ª época (cf. Artundo 1994 / 2004). Brandán viajó a la Península al filo de los años 1923-1924 (abandonó Buenos Aires el 27-XII-23, con rumbo a Hamburg, de donde pasó a España; cf. Inicial 3, p. 80). Se encontró con Borges en Ma­drid, y visitó con él la tertulia de "Pombo"; en Madrid conoció a Cansinos, a Ortega y Gasset, y a otros personajes de la época.

 

[9] En efecto, al comentar los libros de Borges (Fervor) y de Torre (Hélices), en Inicial 1, c. 15-X-23, Ortelli había mencionado ya elogiosamente a Sureda. Borges lo relató en carta sin fecha a éste, que dato c. 15-XI-23 (N° 42): "Roberto A. Ortelli en un artículo publicado en el 1er número de Inicial (Buenos Aires) contra Guillermo de Torre, te ensalza tus 'metáforas intuitivas' y te indica a Torre como ejemplo que el susodicho esdrujulista debería imitar."

 

[10] Que Inicial luchaba aún por definirse se nota en los recurrentes cambios de redactores. Tras la ruptura de abril-mayo de 1924, formaron parte de la redacción: Ortelli, Homero M. Guglielmini, Roberto Smith y V. Ruiz de Galarreta hasta el número 7 (dic. 1924), el último aparecido por estas fechas. El siguiente (Inicial 8, ago. 1925), apareció bajo la égida de una nueva redacción: aparte de los cuatro nombrados, Miguel A. Virasoro, Héctor M. Irusta, Armando Levene, Manuel Juan Cruz, Vicente Fatone, Horacio Ferreyra Díaz, Ricardo E. Molinari (también un amigo de Borges y de su hermana) y Carlos M. Onetti (este fue, también, el número con mayor cantidad de páginas: 168 contra un promedio de 75 en números anteriores). Con esta demasiado amplia redacción alcanzó Inicial sólo 3 números más (9 a 11, enero de 1926 a febrero de 1927), de tamaño decreciente: 75, 64 y 52 pp. respectivamente. Para todo lo relacionado con la revista, cf. Martha J. Barbato: Índice de INICIAL. Revista de la nueva generación. Estudio preliminar: Nélida Salvador. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía, 2000 (Cuadernos de Bibliotecología, Nº 18).

 

[11] Fernán Silva Valdés (1887-1975): Poeta nativista uruguayo. Obra poética (selección): Ánforas de barro (1913), Humo de incienso (1917), Agua del tiempo (1921), Poemas nativos (1925), Intemperie (1930), Los romances chúcaros (1933), Romancero del Sur (1938), Poemas nativos y romances (1968). Silva Valdés escribió también cuentos, obras teatrales y libros para niños. En 1923 colaboró en la revista predecesora de Alfar, dirigida por el cónsul uruguayo en La Coruña, Julio J. Casal. En 1925 pasó a conformar (probablemente a invitación de Ricardo Güiraldes) el "cuerpo de escritores" del cual se esperaba la renovación de la segunda Proa (que, sin embargo, cesó de aparecer en enero de 1926). A comienzos de 1926, Borges le remitió a Montevideo, por intermedio de Evar Méndez (director de Martín Fierro), un ejemplar dedicado de Luna de enfrente, cuyo paradero desconozco. En 1928 Silva Valdés colaboraría en Pulso, revista del peruano Alberto Hidalgo, enemistado con Borges desde 1926. Éste publicaría un texto suyo en la antología El Compadrito. Su destino, sus barrios, su música (1945), seleccionada con Silvina Bullrich.

[12] Sobre Ascasubi, Ipuche (el otro representante del "nativismo" uruguayo) y Silva Valdés acababa de publicar Borges sendos artículos en Inquisiciones (que incluía también "Queja de todo criollo"), aparecido a fines de abril de 1925. Sureda, que escribe para un público mallorquín, no alude a lo "gauchesco" en su reseña del libro de Borges, que aparecerá un mes más tarde, pero cuyo manuscrito parece ser de mayo. Se ocupa allí del lenguaje y menciona solamente los ensayos de corte filosófico. Por otro lado, mostré en mi trabajo sobre Fervor (García 1997b / 2000b, cap. I) que hacia 1925-1926 cambia la favorable opinión que Ortelli tuviera sobre la obra de Borges en 1923. Ello se trans­pa­renta en su trabajo "Pequeña antología de nuevos poetas argentinos" (Alfar 58, La Coruña, jun. 1926, 27-30): aunque el artículo está fechado en 1926, Ortelli sólo cita allí, de Borges, poemas de Fervor, lo cual puede ser visto como una condena tácita de la poesía de Luna – la más influida por el nativismo. El Borges "insincero" que se interesa en las "bagatelas gauchescas" se encontraba, desde 1924, bajo la influencia de la personalidad de Ricardo Güiraldes, con quien mantuvo una relación contradictoria, no estudiada hasta hoy como lo merecería (cf. Bordelois 1999a, 1999b y mi crítica en García 2000a). Si bien Silva Valdés pertenece a la genealogía del "criollismo" de Borges, ello no es tan cierto ni tan exclusivo como el mis­mo Silva Valdés pretendiera en sus cartas a Anderson Imbert (1998). En la raíz del "criollismo" de Borges se encuentra, a mi entender, más bien El Cencerro de Cristal (1915), de Güiraldes, con quien la familia de aquél trabó conocimiento hacia 1921: subsiste un ejemplar de Prisma 1 (24-XI-21) dedicado "Para / Ricardo Güiraldes, / tallador de pam­pas y / atardeceres con sombras / frescas, de nobleza y atardeceres con vientos silbadores, / de amistad y amaneceres con fogones de promesas, / devotamente atropellado de lejanías, / Jorge Luis Borges / 21" (Catálogo N° 17, agosto de 1997, asiento 6, del librero-anticuario porteño Víctor Aizenman; allí también la dedicatoria de un ejemplar de Prisma 2, 1922). Hacia agosto-septiembre de 1921 –es decir, pocos meses tras su primer retorno de Europa a la Argentina– Borges había planeado la publicación de un poema de Güiraldes en una antología lírica compilada para una revista madrileña. La antología (reproducida en Borges 1997: 132-141) apareció, por fin, sin texto de Güiraldes, por razones que supongo ajenas a Borges. En cuan­to al reproche de "insinceridad", debe consig­nar­se que Borges había comenzado ya de adolescente a interesarse por lo gauchesco: cf. su Autobiografía (1999a: 33): "Influido por Ascasubi, antes de viajar a Ginebra [i.e., antes de 1914] empecé a escribir un poema sobre los gauchos." Sobre el "criollismo" de Borges cf. también Olea Franco (1993) y Romano (1997).

 

[13] La "forma novísima de construir imágenes" y la "imagen novísima" aluden a la metáfora de cuño ultraísta, que era, para Ortelli, la cúspide de la literatura a comienzos de los 20. Un anuncio de Fervor aparecido en Inicial (muy probablemente redactado por Ortelli sin anuencia de Borges), rezaba: "La nueva lírica se basa en la imagen intuitiva. Borges es el que mejor la ha obtenido." La redacción de Inicial tenía los "derechos exclusivos" de venta de Fervor (cf. García 1997b / 2000b: 33-34).

[14] La cita procede del poema "El Rancho" (Agua del tiempo, 1921).

 

[15] Ortelli alude a Poemas nativos (1925), la última publicación del uruguayo. También Norberto A. Frontini comentará negativamente el nuevo libro de Silva Valdés en Inicial 9 (enero de 1926, 242-243), al que achaca, entre otros defectos, repetición en el enfoque de temas y facilismo.

 

[16] Hasta donde alcanzo a ver, Borges publicó cinco textos sobre Silva Valdés, y lo mencionó en otros a partir de las "Acotaciones" de Proa 1, agosto de 1924; "Interpretación de Silva Valdés" (Proa 2, septiembre de 1924; Inquisi­ciones); "El otro libro de Fernán Silva Valdés" (Martín Fierro 24, 17-X-25; Tamaño); "Los otros y Fernán Silva Valdés" (Revista de América 5, noviembre de 1925; 1997: 216-218); "Versos para Fernán Silva Valdés" (Proa 14, diciembre de 1925; 1997: 230 – respuesta a otro poema que Valdés le dedicara en el mismo núme­ro de la revista); "Los romances de Fernán Silva Valdés" (Sur 54, marzo de 1939; Borges en Sur, 1931-1980, 1999: 160-163. Este artículo, una despiadada crítica, considera aún "admirable" Agua del tiempo). En una carta inédita y sin fecha, de hacia octubre de 1924, Borges alude al tercer número de Proa, y resalta: "la poesía de Ipuche, que tiene su importancia en la artisticación de temas criollos de estos últimos años: el precursor Cencerro de Cristal de Güiraldes, las telas de don Pedro Figari, los chistes de Macedonio [Fernández], mis propios versos de ambiente de arrabal, las insolencias de Girondo, las evocaciones de Silva Valdés, el endiosamiento de Martín Fierro, etc." Según Trenti Rocamora (1996), Borges sería el autor de un poema en honor de Silva Valdés firmado "Victoria Precana", que apareció en el número arriba mencionado de Martín Fierro. Por mi parte, y aunque ignoro de quién se trata, no adhiero a esa hipótesis, ya que el poema (más bien una chanza) contiene recursos estilísticos no utilizados por Borges (cf. García 1998).

 

[17] Es decir "dándole la lata, aburriéndolo", con "leísmo" infrecuente en Buenos Aires – quizás una deferencia para con el corresponsal.

 

[18] Aproximadamente un año atrás, conflictos entre los directores habían provocado, en Buenos Aires, la separación en dos bandos del grupo que fundara Inicial, de cuya redacción Ortelli era miembro (la escisión, sin embargo, tuvo lugar durante un viaje suyo por el interior del país ["tierra adentro"], lo cual concurre a explicar que Borges mantuviera buenos tratos tanto con Ortelli como con Brandán). Otros textos de la época sugieren, sin embargo, que la diatriba contra las universidades está dirigida, siquiera en parte, contra Brandán Caraffa, quien fue forzado a abandonar Inicial y fundó con Borges y otros Proa. Brandán provenía de "la fracción jacobina de los jóvenes revolucionarios de la Universiad de Córdoba" (Argentina), según la caracterización de Alfredo Bianchi (No­sotros XLV 173, Buenos Aires, noviembre de 1923). En un artículo coetáneo sin firma ("El movimiento renovador de la nueva juventud argentina. Martín Fierro, Proa e Inicial, considerados como exponentes del valor intelectual de la nueva generación. La calle Boedo y la literatura 'alle vongole'": Crítica 4548, sábado 6-VI-25, 23, que he visto gracias a Patricia Artundo) se habla también de Inicial como de un órgano con "tendencia hacia el universitarismo" antes de la separación de Brandán.

 

[19] Ortelli publicó un poema en Alfar 27, La Coruña, marzo de 1923 ("Ruptura"). En Alfar 58, junio de 1926, presentaría una "Pequeña antología de nuevos poetas argentinos", entre quienes incluye a Borges (pp. 27-30).

 

[20] Ortelli escribiría en Inicial artículos, a menudo relacionados con las artes plásticas (cf. el ya citado Índice de INICIAL). Uno de ellos le acarrearía una discusión con Emilio Pettoruti, narrada por éste en Un pintor ante el espejo. Buenos Aires: Solar-Hachette, 1968: 195.

 

[21] Tras la publicación de Cuentos de la vida trágica (1924), era inminente, por estas fechas, la aparición de su volumen Miedo... (Ediciones de la Revista "Inicial", 1, 1925, 144 pp.; anuncio en Inicial 8, agosto de 1925; premiado en el Primer Concurso de Literatura de la "Asociación Amigos del Arte", según Nosotros LI 197, octubre de 1925, 257; reseñas en Nosotros LII, enero-febrero de 1926, 126-127, de M. López Palmero, en Alfar 56, La Coruña, marzo de 1926, y en Inicial 10, mayo de 1926, de H. M. I., i.e. Héctor M. Irusta, uno de los co-directores de la revista).

 

[22] A pesar de esta invitación, no figuraron contribuciones de Sureda en Inicial. Ello no es necesariamente imputable a la revista; quizás Sureda no envió colaboración alguna (recuérdese que, tras la publicación de su poemario en 1926, Sureda se dedicó a la pintura).

© Carlos García
(Hamburg, junio de 2006)

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