La dignidad escamoteada, por Carolina de Grinbaum. Buenos Aires, El Grillo. 183 pp.

Al iniciarse esta novela- ensayo, la protagonista, Renata Misselli Castels, se encuentra sola, en Mar del Plata. Descansa de un año agitado, pero no de su anhelo frustrado -ser madre-, que empaña la dicha que le proporciona un matrimonio bien avenido. En la playa, le llama la atención un chico, que hace aflorar todo el instinto maternal que no encuentra depositario. Piensa llevarlo consigo a Buenos Aires, con la anuencia de los padres, mas una consideración acerca de la dignidad humana la detiene. No descuida a ese niño y a sus hermanitos; tras mucho meditar, encuentra una salida que, si bien no la hace tan feliz a ella, respeta aquello que el niño necesita: una familia.

Este es, muy resumido, el argumento del último libro de Carolina de Grinbaum. En esta trama compleja y delicada, se insertan otros temas, como el de la labor profesional, el amor por la literatura, la realidad que los argentinos vivimos en ese agitado diciembre de 2001 y la posibilidad de emigrar, a la que vence el arraigo a la tierra de uno.

Escribe la autora: "Decido esta vez tomar el camino de la recuperación, de la esperanza, sin embozar lo existente. Ver todo desde lo cierto como testigo para imaginar un mundo mejor. Mi personaje sueña, elabora proyectos, siente la belleza. Quizá soy yo, quizá somos todos nosotros, los tantos que ilusionamos despertar de la pesadilla y poder ser artífices del cambio".

En La dignidad escamoteada, muestra uno de los caminos para lograr el cambio que propone. Queda en el lector encontrar el propio.

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