Benjamino, por Andruetto, María Teresa. Buenos Aires, Sudamericana. (Pan Flauta)

Destinado a pequeños lectores, el volumen los pondrá en contacto con tradiciones de otra tierra que han llegado a la Argentina, donde esta descendiente de italianos homenajea a sus mayores. Primero fue Stéfano, novela en la que Andruetto evocó a su padre. También cantó a sus ancestros en los libros Kodak y Pavese y otros poemas; ahora, es la abuela gringa la que aparece en las páginas de la escritora.

Del Piamonte vino la abuela de María Teresa Andruetto, quien contaba a sus nietas los relatos reunidos en Benjamino. La autora dedica este libro, en el que reescribe dos cuentos tradicionales, “a la nonna Felicitas”, acerca de quien expresa: “Mi abuela Felicitas, la mamá de mi mamá, fue colchonera, en el tiempo en que los colchones eran de lana, se apelmazaban y debían desarmarse y rehacerse cada tanto. De ella recuerdo casi todo, porque la tuve hasta que fui grande: su casa de Arroyo Cabral, donde nací, el piso fresco de ladrillos de esa casa, las máquinas de tisar lana, sus amigas hablando en una lengua desconocida para mí, sus comidas deliciosas (¡el dulce de leche azucarado!), su cara gordita, las mejillas coloradas, el pelo blanco que prendía con horquillas en un rodete... Horquillas, rodetes, colchones apelmazados, máquinas de tizar lana... nombres de cosas que ya no existen”.

Comenta el origen de los dos cuentos incluidos en el libro –“Benjamino” y “Zapatero pequeñito”-: “Ella había nacido en un pequeño pueblo del Piamonte, al norte de Italia, y de esa región vinieron hasta mí las aventuras de Gioaninn ca boija (Juancito, el que se las ingenia) y Ciavtin cit (el zapatero pequeñito) que nos contaba, tal vez para mostrarnos que, por más pequeño que uno sea, puede, con algo de astucia y un poco de suerte, engañar a los lobos y a los ogros”.

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