Rodrigo Fresán, narrador desmesurado, tóxico y genial, autor de las extraordinarias La parte inventada y La parte soñada –libros “con todos los tiempos al mismo tiempo que, al ser vistos simultáneamente, producen una imagen de la vida que es hermosa y sorprendente y profunda”–, ganó el Premio Roger Caillois 2017 en la categoría de literatura latinoamericana por su trayectoria literaria. La Maison de L’Amérique Latine, la Societé des Amis et Lecteurs de Roger Caillois y el PEN Club Français anunciaron los diferentes galardonados del Caillois, entre los que se encuentra Fresán, quien durante el año ha publicado en francés La parte inventada, el primer volumen de una trilogía que se completará en 2019 con La parte recordada. El jurado subrayó que el escritor publicó en 1991 su primer libro, Historia argentina, y desde entonces “influenciado por la cultura anglosajona, desarrolla una obra vertiginosa, rica en sueños y visiones, lo que lo convierte en un escritor atípico, transgresor e ineludible”.

Desde Praga, donde está participando del ciclo de conferencias “Semana de las Letras en español”, Fresán dice a PáginaI12 que “no deja de ser extraño que el primer premio que reciba no venga ni de Argentina ni de España”. “Me gusta ese detalle: seguir un poco lo que postulaba y sigue postulando Borges en ‘El escritor argentino y la tradición’. Y poseer y hacer uso un poco, como tantos otros escritores connacionales, de ese súper-poder de escribir acerca de todo desde todas partes y sin límites territoriales o estéticos. Supongo que ese será el ser ‘atípico y transgresor’ para lo que, para muchos, se supone debe ser un escritor latinoamericano. Lo de ‘ineludible’ se lo dejo a otros para que lo definan”, plantea el escritor, que vive en Barcelona desde 1999 y ha publicado Vidas de santos, La velocidad de las cosas, Mantra, Jardines de Kensington y El fondo del cielo, entre otros títulos. “Me gusta también que el premio lleve el nombre de Roger Caillois, quien de algún modo funcionó como puente-nexo-bisagra entre el aquí y el allá o el allá y el aquí. Un médium que ahora es un fantasma. Borges solía decir que él era un invento de Roger Caillois; y a mí ahora me gusta ser un poco una especie de nota al pie de su nombre y en su nombre”, compara Fresán y cuenta que La parte inventada –la primera novela de la trilogía– fue publicada este año en Estados Unidos y resultó elegida por la revista Bookforum como “una de las lecturas del año” junto al primer volumen de Los Diarios de Emilio Renzi de Ricardo Piglia, porque “ambas novelas ofrecen una forma de resistencia al fascismo invasor: el estilo”, ponderó el escritor y crítico Adam Thirlwell, autor de Política. 

Fresán se incorpora a la galería de premiados con el Roger Caillois en el rubro literatura latinoamericana –galardón que se falla anualmente y fue creado en 1991 por la Société des Lecteurs et Amis de Roger Caillois y la Maison de l’Amérique Latine, en colaboración con el PEN Club Français– entre los que se destacan varios argentinos como Adolfo Bioy Casares, Alberto Manguel, Alan Pauls, Ricardo Piglia y César Aira; además de autores de México, Brasil, Perú, Chile, Cuba, Colombia y Guatemala como José Donoso, Roberto Bolaño, Haroldo de Campos, Chico Buarque, Blanca Varela, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Sergio Pitol, Cristina Rivera Garza, Leonardo Padura, Juan Gabriel Vásquez y Eduardo Halfon, entre otros. “Uno sólo puede manifestar alegría a la hora de recibir un premio. Y no tiene mucho más que agregar, creo. Sobre todo uno al que no se presenta y que cae como del cielo. Los más autorizados para hablar deberían ser los jurados y, antes que ellos, mis editores en español Claudio López de Lamadrid (Random), en inglés Chad Post (Open Letter) y, en este caso en especial, en francés, Annie Morvan, en Seuil, y mi traductora de cabecera en ese idioma, Isabelle Gugnon, quien en realidad es la escritora de mis libros en el idioma galardonado. En este sentido, va mi agradecimiento para ellos por ser ‘editores de autor’, en el sentido que me han apoyado a lo largo de años y libros”, reconoce el escritor, que se ha dedicado a traducir y prologar obras de escritores norteamericanos como John Cheever, Denis Johnson y Carson McCullers, entre otros.

Un fantasma asedia a una de las novelas de la trilogía: el fantasma de la muerte. “Yo nací clínicamente muerto, por eso muchos de mis libros empiezan por el final –dijo Fresán en una entrevista con este diario–. No puedo contar el final de La parte recordada, pero la idea de la muerte va a estar mucho más presente. No hay maniobra de final más eficaz que la muerte”.