“El arte no avanza, se mueve”. Esta frase que escribió José Saramago en uno de sus cuadernos viene a la mente a la hora de anunciar un hallazgo. Algo se mueve cuando se descubre por obra y gracia de la casualidad un texto inédito. Lo que emerge tal vez sea la evidencia de que en materia literaria nada es definitivo. Excepto la muerte. La traductora Pilar del Río, viuda del escritor portugués, encontró el último diario del autor de Ensayo sobre la ceguera. Se trata de una colección de textos inéditos, que sería el sexto volumen de Cuadernos de Lanzarote, en los que desplega un puñado de reflexiones durante 1998, año en que su obra fue reconocida por la Academia Sueca con el Premio Nobel de Literatura. El volumen inédito que se titulará El cuaderno del año del Nobel, recuperado por Del Río cuando estaba revisando una vieja computadora del escritor, se publicará en Portugal el 8 de octubre y en España tres días después por la editorial Alfaguara. En la Argentina estará disponible en ebook y luego se lanzará en papel.

“Yo pensaba que todo esto había sido publicado. Pero, con perplejidad, me di cuenta que nadie se había dado cuenta de que este libro existía”, dijo Del Río, presidenta de la Fundación José Saramago, con sede en Lisboa. “A finales de febrero, buscando en el ordenador una referencia, hice lo que no hice nunca, abrí la carpeta llamada ‘cuadernos’”, precisó la viuda del escritor, quien descubrió entonces que, además de los cinco ya publicados, había un sexto archivo que la desconcertó. “¿Seis? No había cuaderno seis. Yo sabía que había textos, pero que se habían quedado sin organizar. Lo abrí y me encontré con un libro a las dos de la madrugada”, recordó la traductora y el último amor del escritor portugués. La mujer fue quien observó con un orgullo y una emoción indisimulables cómo el nieto del campesino iletrado de Azinhaga –que significa “calle estrecha”–, con el que estaba casada desde 1988, recibía el premio Nobel de Literatura el 10 de diciembre de 1998, por haber creado una obra en la que “mediante parábolas sustentadas con imaginación, compasión e ironía, nos permite continuamente captar una realidad fugitiva”.

En 2001, Saramago había hecho referencia al inédito hallado por Del Río. “No quisiera que, precisamente, si me ocurre alguna cosa que merezca ser contada, vengan a decirme que no lo hice”, bromeó el escritor durante la presentación del quinto volumen de los Cuadernos de Lanzarote. El 80 por ciento del diario inédito está integrado por notas acabadas; el resto son anotaciones inconclusas que manifiestan cómo a partir de la demanda que le generó el Premio Nobel su metódico sistema de escritura fue alterado. “Como consecuencia del Nobel, los viajes, conferencias, etcétera, el tiempo disponible para desarrollar el cuaderno no es igual y hay anotaciones no desarrolladas, pero es muy indicativo del sistema de trabajo”, explicó Del Río, y agregó que en las páginas de este diario dejó constancia de los encuentros con todos los periodistas que lo entrevistaron, un aspecto que emocionó “profundamente” a su viuda por el respeto que demuestra hacia la profesión. El cuaderno inédito se publicará tal y como Saramago lo dejó escrito: el cuerpo central está terminado, pero hay algunas páginas en las que enuncia el asunto que pensaba tratar o transcribir antes de entregarlo a los editores. Además, se han incluido también las cuatro conferencias que impartió a lo largo de 1998, como otra muestra más de las vivencias tan intensas y excepcionales de un año que cambió para siempre la vida y la obra del autor de La balsa de piedra, Historia del cerco de Lisboa y El Evangelio según Jesucristo, entre otros títulos. Saramago murió el 18 de junio de 2010, a los 87 años.

Del Río aclaró que, aunque continúa el método de sus anteriores Cuadernos de Lanzarote, el sexto volumen es diferente porque hay “menos de vida personal” del escritor y “más posicionamiento cultural y ético”, y anticipó que hay mayores referencias al continente americano. “Es un libro muy relacionado con Brasil, con México sobre todo, con la Argentina, Uruguay, Colombia... Está muy atravesado por el continente”, comentó Del Río. El libro será un modo de celebrar los veinte años de concesión del Premio Nobel de Literatura. “El cuaderno aparece en el momento en que más se necesita: entenderán lo que digo cuando vayan avanzando en su lectura. Veinte años después es el momento adecuado para ciertas reflexiones y confidencias”, concluyó la presidenta de la Fundación Saramago.