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Sábado, 16 de julio de 2016

 

Literatura › Marcelo Luján gano ayer el Premio Dashiell Hammett en la Semana Negra de Gijón.

La espesa oscuridad del ser humano

El escritor argentino se suma a la prestigiosa galería de ganadores junto a Sergio Ramírez, Guillermo Saccomanno, Leonardo Padura y Ricardo Piglia, entre otros. “La investigación policial no me interesa. Lo que me interesa son los personajes desde dentro”, declaró Luján.

“Sólo los idiotas creen en la realidad del mundo, lo real es inmundo y hay que soportarlo”. La frase infalible, que pertenece a Jacques Lacan, se despliega como epígrafe de una trama de sexo, violencia y mentiras, protagonizada por tres adolescentes y los padres de dos familias en Subsuelo (Salto de Página). Marcelo Luján ganó ayer el premio Dashiell Hammett, que entrega anualmente la Asociación Internacional de Escritores Policíacos durante la Semana Negra de Gijón (Asturias), a la mejor novela policial en español publicada en 2015.

por Silvina Friera

Marcelo Luján (Buenos Aires, 1973) está radicado en Madrid desde principios de 2001.                                 Imagen: EFE
 

“El cuervo Luján” recibió la noticia de este galardón, que no posee recompensa monetaria, luciendo una remera con el escudo de San Lorenzo y su tatuaje de Maradona y la mano de Dios. El escritor argentino integra la galería de ganadores junto a Paco Ignacio Taibo II, Sergio Ramírez, Guillermo Saccomanno, Leonardo Padura, Leonardo Oyola, Ricardo Piglia y Cristina Fallarás, entre otros. “Me gusta mucho la oscuridad del ser humano, de la sociedad. Mi novela es negra pero no policial. La investigación policial no me interesa. Lo que me interesa es lo que hacen los personajes desde dentro”, dijo Luján al diario El País de España.

Luján (Buenos Aires, 1973) cumplió su sueño al ganar el Dashiell Hammett, premio al que también aspiraban en esta edición los argentinos Raúl Argemí (La Plata, 1946) con A tumba abierta, y Ernesto Mallo (La Plata, 1948) con La conspiración de los mediocres, novelas ambientadas durante la violencia política de los años 70. Experimentar desde los márgenes del género, como distanciándose de un clima de época que impone ciertos tópicos reiterativos, no es fácil. “He tomado muchísimos riesgos narrativos. El narrador omnisciente anticipativo que uso es lo que me pedía la historia, pero si lo ejecutas mal se cae todo. Ha habido párrafos de este libro que me han llevado tres días. Conseguir aportar algo es el logro máximo”, explicó el escritor que vive en Madrid desde principios de 2001 y ha publicado los libros de cuentos Flores para Irene (2004) y En algún cielo (2007) y las novelas La mala espera (2009 y Moravia (2010), además de libros de prosas poéticas como Arder en el invierno (2010) y Pequeños pies ingleses (2013). Entre los premios que recibió, se destacan Santa Cruz de Tenerife, Ciudad de Alcalá de Narrativa y Ciudad de Getafe de Novela Negra, entre otros.

Una de las novelas de Luján, Moravia, transcurre en 1950 durante el apogeo del peronismo. “Las masas obreras argentinas siempre respiraron aire peronista –subrayó en una entrevista con la revista Tónica–. Con el peronismo, con el movimiento pero también con los individuos que lo conforman, se pueden escribir grandes ficciones porque es su parte más vulnerable, el sentimiento, lo que permite sustraerlo del ámbito político. El peronismo en sí mismo suele asumir una estructura de tragedia clásica, y eso es mucho decir para un autor. Incluso después de 1955, sobre todo en los años de la resistencia: Operación Masacre, de Walsh o ‘Los muertos de Piedra Negra’, maravilloso cuento de Abelardo Castillo, dan prueba de ello. A mi entender, la historia de la Argentina, sus doscientos dos años de vida, tiene una única bisagra, un único momento en donde la vida política y por lo tanto social de la república da un giro irreversible que replanteó de tomo a lomo el razonamiento ideológico de la nación. Nunca nada fue igual después del 17 de octubre de 1945. No hubo, y no sé si habrá, acontecimiento más importante para la nación que lo que generaría ese día”.

Luján advierte que hace tiempo que el género negro se convirtió en algo mucho más amplio. “No está mal hablar de elasticidad, pero sería más acertado decir mutación –aclaró el escritor–. Hoy en día podríamos afirmar, con toda claridad, que el policial clásico es sólo una parte de lo que abarca lo negro. Personalmente, no suelo encasillar las historias dentro de un género concreto. Prefiero utilizar todos los elementos que estén a mi alcance para poder contar. Cada historia necesita su propio marco y sus personajes reunir una serie de características. Negrura, oscuridad y mal casi siempre están presentes en las actividades humanas”. Al escritor argentino le gusta hurgar en el interior de cada uno de sus personajes más que someterse a la pesquisa de manual.

“Si el género negro es un país, el policial es una provincia de ese país –comparó el ganador del Dashiell Hammett–. Subsuelo primero es una novela y luego hay que ubicarla. En este libro lo que hice fue sacar a un núcleo familiar de la interacción social para someterlo en una parcela en medio de la nada, en verano, le inoculé a cada personaje una gota de mal a raíz de un hecho extraordinario para ver cómo reaccionaban. Existen unos engranajes que se van moviendo a partir de unos sucesos muy simples; unos hechos que en cualquier caso se podían haber evitados y que derivan en la comisión de unos errores por parte de dos adolescentes”.

por Silvina Friera
Diario Página12 (Argentina) 
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-39450-2016-07-16.html

Sábado, 16 de julio de 2016

Autorizado por la autora

 

Nota del editor de Letras Uruguay: Los textos elaborados por prestigiosos escritores, periodista cultural, en este caso, permiten adosarle otros materiales para mayor conocimiento de la figura tratada. Twitter del editor de Letras Uruguay: @echinope

 

Marcelo Luján, autor de 'Subsuelo'. 17-3-2015

Publicado el 18 mar. 2015

Un cuerpo vivo que se cambia por un cadáver. Una piscina. Un flash. El pantano. Y los mellizos, que comparten un secreto del que no parece fácil escapar. Como un murmullo bajo la tierra centenaria, la indiferencia adolescente se puede ver truncada por la calma del agua; apenas un instante dentro de aquella noche que suda veneno. Familia, recuerdos, pasado. Hormigas. Las raíces escondidas que siempre están presentes y tan activas: apretando el músculo de la sentencia. Como el pulso a dos manos que obliga a soluciones suicidas. Como el cordón umbilical que une y separa, que ata y aprieta. Hasta la muerte. Hasta la culpa. Dos veranos son suficientes para que la parcela del valle se convierta en el escenario de una perfecta tortura emocional.

Marcelo Luján nos sumerge con oficio en un relato de una fuerza y crudeza arrolladoras, y nos brinda una novela memorable, alentada por un sobrio lirismo y sostenida sobre un formidable pulso narrativo.

Marcelo Luján: Moravia

Marcelo Luján lee Acueductos (de su libro Pequeños pies ingleses)

Publicado el 19 oct. 2012

Organizadas en colaboración con una de las citas anuales más enriquecedoras del panorama literario español, la Semana Negra de Getafe, estas conversaciones abordan algunas cuestiones de actualidad en torno a uno de los subgéneros más dinámicos de la edición internacional: la novela negra.En Novela negra: las razones de un éxito, un crítico literario, un periodista y dos escritores se unen para analizar las razones que, desde hace una década, han llevado a la novela negra a registros inesperados de ventas, títulos, lectores y, en determinados casos, también de calidad literaria.

 

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