Escritores Europeos  

Benito Pérez Galdós 
Nisa Forti Glori

Benito Pérez Galdós

Nació en Las Palmas. Escribió un centenar de obras entre novelística y teatro en las que se proyecta, como en una pantalla, la historia del segundo ochocientos español. Fue comparado, por su admirable creación de caracteres, con Balzac. Por su laica piedad hacia los humildes y los desheredados, con Tolstoi y Dickens. Llegó a ser diputado en las Cortes republicanas. Se apagó en Madrid, pobre y casi ciego.

Hemos trazado un croquis de la máxima figura literaria española entre los finales del siglo XIX y los comienzos del siglo XX.

A los veinte años prefirió Madrid a Gran Canaria, su isla natal. La noche de San Daniel de 1865, la tropa cargó salvajemente sobre estudiantes y transeúntes en la Puerta del Sol. El joven Benito no olvidaría nunca aquella noche. Como tampoco permanecería distraído ante los zarandeos y posterior caída del reino de Isabel II; ante el gobierno provisorio y las luchas civiles que ensangrentaron a España durante seis largos años, y más. Antes de empezar a escribir, Pérez Galdós se empapó escrupulosamente de vida. (“Cuando la vida precede el arte...”, reflexionaría Carlos Fuentes un siglo y medio más tarde). La buscó en los círculos, en los cafés, en los teatros. Dialogó con teóricos, tenderos y pedigüeños. Finalmente trazó el título de su primera novela:” La fontana de oro”, nombre de un famoso café madrileño que había sido cueva de conspiradores liberales durante el  absolutismo de Fernando VII.

Luego incursionó en lo fantástico, al estilo de Hoffman o de Poe. En lo periodístico. En el ensayo teatral. Desembocando en su tema predilecto, la Historia, con “El audaz”. Fue colaborador asiduo, de la revista  científico literaria “España moderna” , junto con, para nombrar a algunos,  Campoamor, J. Valera y el polígrafo Menéndez Pelayo, su amigo personal. Sus “Episodios nacionales”, cuarenta y seis novelas históricas que escribió en ciclos de diez en diez entre 1873 y 1912, desde “Trafalgar” a “Canovas”, no solamente brotaron   de su pluma a un ritmo increíble, sino que surgieron de la imperiosa necesidad de bucear en las causas profundas de la política contemporánea de su país. Quizá, cuando trazó las primeras líneas del manantial que luego se transformaría en caudaloso río, el escritor no había acariciado aun la idea de relatar toda la guerra de la Independencia. Recogió los datos de la viva voz de un marinero que había participado a la trágica batalla en la que murió Nelson. Las vicisitudes bélicas son seguidas paso a paso, con fidelidad de cronista.

En la segunda serie ahonda más en la sicología de los personajes. Toca valientemente, y sin parcialidad, el punto neurálgico causante la guerra civil entre absolutistas y liberales. Nunca falta a la verdad, pueda ésta doler o no. Pero tampoco la exaspera. Galdós pertenece a la clase de novelistas que honestamente no atribuyen falsas intenciones o inexistentes intrigas religiosas o amorosas a los protagonistas reales de la Historia para beneficiarse con escándalos inventados. Para eso están los personajes de ficción que se mueven con libertad sobre el trasfondo psico político social de cada época, sin alteran los hechos.  

Sin dudas Pérez Galdós necesitaba de muy pocas horas de sueño ya que, casi contemporáneamente, dio a luz cuatro novelas independientes: “Doña Perfecta”, “Gloria”, “Marianela”. En el arco de dos años,  concluyó con “La familia de León Roch”, atreviéndose a enfrentar los conflictos morales y religiosos que, si bien provocaban agudos escozores, era tabú nombrarlos en España.

A pesar de su posición liberal y anticlerical, con admirable objetividad no se limita a sus puntos de vista personales, sino que trata de comprender los enfoques contrarios, tradicionalmente católicos. No olvidemos que eran los tiempos de la Restauración borbónica, y la crítica se levantó, virulenta, en la voz de su mismo amigo Menéndez Pelayo.  

Ya ha empezado el nuevo siglo. El dramaturgo lleva al teatro una dedicación novedosa y vibrante sin dejar de llenar los espacios libres con artículos y obras menores. A pesar de las acusaciones de irrespetuoso y anti tradicionalista, su drama “Santa Juana de Castilla” da la patética imagen de una reina cara al corazón de los españoles.

La crítica parece apreciar especialmente las novelas de vida contemporánea: “Marianela”, el tierno idilio que todos leímos en la escuela secundaria entre un ciego y una pobre campesina, en una aldea minera en las Asturias; ”El amigo Manso”,”Tormento”,”Fortunata y Jacinta”, historia de una mujer pueblerina seducida por un señorito; “Miau”, drama de un empleaducho engañado  por su esposa;”Realidad”,”Ángel Guerra”, “Nazarín”, afán de un sacerdote extraordinario y, por lo mismo, algo chiflado que quiere aplicar el Evangelio al pìe de la letra. Y finalmente “ Misericordia”, devoción de una sirvienta que pide limosna para mantener a la vieja patrona. Lo que parece no haber sido un caso excepcional en aquellos tiempos sin jubilaciones, puesto que una ex esclava pedía para su señora  en  los canceles de la Recoleta en Buenos Aires y el francés Guy de Maupassant  en “Una vida”, relata un final semejante para Juana, una señorita de buena familia que no había sido preparada para defenderse trabajando .

Como vemos, su mundo predilecto es el de una pequeña clase media y plebeya. Su humanidad otorga rasgos de poesía a hechos corrientes que podemos leer todos los días en un diario cualquiera. Lo descomunal reside en la técnica que no se repite nunca, a pesar de la amplitud de la obra. Maneja el estilo lineal, clásico, los tiempos y el monólogo, como el diálogo. Por momentos se vale de cierta incoherencia impresionista; por otros, su prosa es llana, familiar, secamente periodística.

Su orientación nunca es rígida., esquemática, irreversible, sino que lo ubica sin mayores dificultades en la “piel del otro”, facultándole un enfoque abarcativo de su pueblo y de su tiempo.

 

Clásicos a la carta, 3ª sesión: Galdós o la invención de la novela, con Fernando Gómez Redondo

 

Página Dos - El clásico: "Tristana" (Literatura Random House) de Benito Pérez Galdós

05 abr 2015

"Tristana" (Literatura Random House) de Benito Pérez Galdós

por Nisa Forti Glori

 

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