Pound y nosotros

ensayo de Jorge Fondebrider

“Preponderancia de la imagen sobre la metáfora, incorporación del habla cotidiana en el contexto lírico, idea de un sistema poético que lo contenga todo son elementos poun-dianos que han reforzado tendencias latentes en la poesía castellana de estos últimos años. Sobre cada uno de estos aspectos Pound ha reflexionado al punto que resulta poco menos que imposible separar sus ideas de la realización de las mismas en los poemas.” Tanto unas como otras han encontrado un eco insospechado entre los poetas de lengua española: la nota de Jorge Fondebrider y la selección de testimonios que la siguen reflejan esta aceptación.

Hay ciertos escritores sobre los que se vuelve una y otra vez sin agotar la polémica que generan. Ezra Pound es uno de ellos. En una reciente entrevista que el semanario L’Express realizara al poeta Denis Roche —uno de los traductores franceses de los Cantares— éste manifestaba: “Todo el mundo admite hoy la importancia de Pound como personaje, pero su obra sigue siendo una espina difícil de tragar. En los Estados Unidos y en Gran Bretaña la mayoría de los poetas tienden a plagiarlo burlándose de él. En el fondo, los únicos que han invocado a Pound han sido los beatniks, pero por razones extra-poéticas. Veían en Pound la figura suprema del marginal: aquel que también había huido de su país a los veinte años y que sólo había vuelto para ser internado y juzgado por los suyos. (...) Finalmente Pound no ha tenido discípulos”. Roche concluía la entrevista diciendo que “los grandes innovadores queman todos los puentes detrás de ellos”, afirmación fatalista que merece muchos reparos.

Si bien es cierto que hasta hoy Pound sigue siendo uno de los autores más difíciles de la literatura del siglo XX, también es verdad que las preguntas que pueden suscitarse a partir del comentario de Roche, tienen su respuesta en el propio Pound, quien intentó, entre otras muchas cosas, distinguir las diferentes categorías de escritores a partir de una clasifica-cación formal, igualmente aplicable al autor de los Cantares. Así, existen a) los inventores: descubridores de un procedimiento particular o de más de algún modo o procedimiento; b) los maestros: inventores que, aparte de sus propias invenciones, son capaces de asimilar y de coordinar un gran número de invenciones precedentes, empezando con un núcleo central propio y otros acumulados o bien digiriendo una vasta masa de materia a la que le aplican un número de conocidos modos de expresión, para terminar impregnando el conjunto con una cualidad especial o con un propio carácter especial hasta llegar a un estado de plenitud homogénea; c) los diluidores: aquellos escritores que siguen a los inventores o a los “grandes” y producen obras de menor intensidad, con variantes más flojas, que flotan, “difusos y tumefactos”, en la estela de lo válido; d) los autores que producen obras más o menos buenas, en el estilo más o menos bueno de su época, aportando un ligero sabor personal o variante menor, sin afectar en lo más mínimo el curso de la historia; e) los escritores que no crean una forma original, pero que, en cambio, han llevado cierto modo a un alto grado de desarrollo y f) los lanzadores de modas: escritores que promueven una moda para desaparecer después dejando las cosas tal cual estaban. Es necesario aclarar que esta clasificación no constituye una suerte de hit parade o ranking, sino una manera efectiva para ubicar rápidamente en el contexto correspondiente distintos modos de encarar el trabajo literario en sus aspectos formales. Y es el mismo Pound quien se encarga de señalar que “el hecho de que seis críticos distintos tengan un distinto punto de vista en lo que concierne a clasificar a un autor en una de las categorías dadas, no invalida en lo más mínimo a dichas categorías”. De acuerdo con lo dicho, puede establecerse la diferencia entre discípulo y epígono: el primero es el escritor que continúa trabajando en un aspecto o en una serie de aspectos no agotados por el maestro, el segundo es quien copia y diluye la labor del maestro.

Corresponde aquí hacer tres salvedades. La primera es que un maestro o innovador no sólo es aquel escritor que clausura la puerta que él mismo se ha propuesto abrir, sino también aquel quien, al abrir una puerta, inaugura una modalidad o un conjunto de modalidades que otros hombres aprovechan y perfeccionan. De hecho, si entendemos a Pound como maestro —y comprobables a través del estudio o de la comparación. Las formas, sí, porque se inscriben en una serie histórica cuyo análisis permite homologar experiencias y rastrear posibles puntos de contacto. La tercera salvedad —ya anticipada—consiste en señalar que las fronteras lingüísticas no limitan mayormente la influencia de un maestro.

Un ejemplo único en este sentido es la incorporación de la traducción como poesía propia. Esta idea, vinculada al concepto de máscara o persona —que Pound toma de la comedia latina para encubrir su presencia en el poema- permite establecer distancias entre el objeto poético y el sujeto en una coincidente variante del “correlativo objetivo” de T. S. Eliot. Por este recurso Pound “es” cada uno de los poetas que traduce y recrea, permaneciendo, a la vez, fiel a la esencia, es decir lo intraducibie.

Podrá argüirse que esto siempre estuvo en el aire, pero es Pound el primero en formular teóricamente la cuestión: “Hay tres clases de poesía: MELOPEIA, donde las palabras se ‘cargan’más allá de su significación ordinaria con cierta propiedad musical que dirige el alcance y el encauzamiento de esta significación; PHANO-PEIA, que es la proyección de las imágenes sobre la imaginación visual y LOGOPEIA, ‘la danza del intelecto entre las palabras’, lo que quiere decir que las palabras se emplean no sólo por su significado directo, sino también en función de hábitos de uso, del contexto, de las acepciones conocidas, de las concomitancias habituales y del juego de la ironía. (...) La MELOPEIA puede ser gustada por un extranjero que tenga oído sensible, aunque ignore la lengua en la que está escrita. Es prácticamente imposible transferirla o traducirla de una lengua a otra, salvo, quizá, por accidente divino, y entonces a razón de hemistiquio en hemistiquio. La PHANOPEIA puede traducirse intacta o casi. (...) La LOGOPEIA no se presta a la traducción; aunque la actitud de espíritu que expresa pueda darse a través de una paráfrasis. Se podrá decir que no se la puede traducir ‘localmente’, pero que, una vez determinado el estado de espíritu original del autor, se podrá llegar a encontrar un derivativo o un equivalente.”

Así, Pound es el primero en traducir conscientemente “estados de espíritu” lejanos en el tiempo y en el espacio, rescatando aquellas imágenes que pueden ser transportadas intactas de una lengua a otra. Estas ideas, de enorme trascendencia en muchos poetas latinoamericanos, pueden seguirse con distinta intensidad y diversas variaciones en la obra de Ernesto Cardenal, Alberto Girri, Juan Gelman y, más indirectamente, Alberto Laiseca, para citar solamente unos pocos casos representativos. Cardenal, posiblemente el mayor difusor de Pound en América Latina, toma en préstamo para su primer libro la forma epigramática de Catulo, tal como Pound tomó en el pasado al poeta latino. Sus Epigramas son a un tiempo poemas muy personales y actualizaciones del estado de espíritu que animó a Catulo. Girri, por su parte, prefiere una variante más superficial al incluir “versiones” —ya no traducciones— de poetas anglosajones en sus propios libros de poemas. Gelman, dando varias vueltas de tuerca a la idea original de Pound, “traduce”a inexistentes poetas de Inglaterra, Japón y Estados Unidos y llega luego al extremo de inventar poemas apócrifos como los de José Galván y los de Julio Greco, consiguiendo, de esta manera, separar aún más objeto y sujeto. Por último, Laiseca alcanza la hipérbole al traducir un gigantesco y pormenorizado cuerpo de poesía china también inexistente. Poco importa aquí discenir qué tan directamente Cardenal, Girri, Gelman y Laiseca tuvieron en cuenta a Pound, porque la idea matriz tiene un posible origen en el teórico de Cómo leer.

La lista de hipótesis que pueden tejerse alrededor de la influencia de Pound en la literatura de América Latina y España es muy amplia. A partir de los Cantares y de la poesía breve de Pound puede suponerse la abundancia de citas en la atildada poesía española de los últimos años, la suntuosidad de los “decorados” presente en los poemas “venecianos” de Villena y Colinas; también la revitalización de la época que desde Cardenal, se expande en todo el continente. Preponderancia de la imagen sobre la metáfora, incorporación del habla cotidiana en el contexto lírico, idea de un sistema poético que lo contenga todo son elementos poundianos que han reforzado tendencias latentes en la poesía castellana de estos últimos años. Sobre cada uno de estos aspectos Pound ha reflexionado al punto que resulta poco menos que imposible separar sus ideas de la realización de las mismas en el poema. En Pound la crítica nace simultáneamente con su objeto y no lo pierde de vista. Por lo tanto, no hay un solo postulado teórico que el mismo poeta de los Cantares no haya acompañado con la correspondiente práctica poética. Conviene entonces recordar que Pound fue crítico para demostrar cuáles eran los caminos más cortos hacia una serie de propósitos determinados. En su caso la teoría tiene valor en tanto preceptiva, vale decir enunciados que permiten incorporar la tradición y no perder el tiempo “descubriendo” lo que otros ya han descubierto previamente.

“Las ideas de Pound pueden seguirse en la obra de Ernesto Cardenal, Alberto Girri, Juan Gelman y Alberto Laiseca, por citar sólo algunos casos”

Lecturas e imágenes

Como ejemplo significativo, obsérvese la suerte corrida por Pound en los claustros universitarios argentinos: la idea de “parodia" está explicitada en sus textos varios años antes que en el teórico ruso Bajtín, previamente “aprobado" por la universidad francesa. Francia nunca terminó de aceptar a Pound. Los profesores argentinos tampoco.

Jorge Luis Borges

Aquellos que, como nosotros, se han dedicado, con mayor o menor fortuna, al ejercicio de la poesía, sabemos que lo esencial del verso es su entonación y no su sentido abstracto.

Los eruditos acusan a Pound de cometer errores garrafales demostrando su ignorancia del sajón, del latín o del provenzal; se niegan a comprender que sus traducciones reflejan las formas inasibles y no el fondo.”

                           “El traductor”, 1965

Ernesto Cardenal

Es cierto que estos Cantos, que para nosotros ahora son tan difíciles, un día serán entendidos hasta por los muchachos de escuela. En cambio, las razones por las que ahora se ha atacado y silenciado a Pound no serán entendidas sino por eruditos. El mismo Pound ha dicho que la gente se preguntará un día; ¿Quiénes son esta señora Roosevelt y este Stalin de los que habla Pound en su poema?

Y así será, dentro de mil años. Como ahora puede preguntarse en la escuela quiénes son esta Constanza o este Federico Barbarroja de los que habla Dante en su poema.

Y los lectores de los Cantos ya no sabrán entonces —ni les interesará saberlo— si en aquellos lejanos tiempos Pound fue ‘gíielfo’ o ‘gibelino’.”

                           en Ezra Pound, Antología, Visor, Madrid, 1979

Jorge Ricardo Aulicino

"Il miglior fabbro”, el mejor herrero, es una formidable atracción para los poetas argentinos o latinoamericanos. Ninguna literatura sufrió más los excesos, me parece, que la nuestra, trasminada de un ‘surrealismo de segunda mano’, al decir de Nicanor Parra. Por esas cosas inexplicables, la simbiosis de exactitud y lujo del lenguaje de Ezra Pound —el caos se lo dejamos a los iracundos— resulta cara a los buenos rioplatenses. Borges, Quiroga, Tuñón, Onetti, son testigos.”

                           en “La Opinión”, Bs. As., 11-11-79.

Jaime Gil de Biedma

La insensatez, la petulancia v la falta de sentido del humor fueron los peores defectos de Pound, sólo en parte redimidos por su aguda intuición literaria, su inmediata literatura del pasado, su clara conciencia de la necesaria síntesis entre modernidad y tradición y su infalible instinto de la clase de poesía que el mundo de la primera postguerra postulaba. Su importancia como crítico reside sobre todo en su importancia como preceptista y director de algunas de las más escrupulosas conciencias literarias de la época. Además de una extraordinaria competencia como connoisseur de poemas, Pound poseía el don raro y generosísimo que un escritor más agradece en otro: el don de interesarse por el trabajo de los demás, en un empeño apasionado y desinteresado de que sus obras sean todo lo buenas que él cree que pueden ser. Parece como si hubiera existido en él un caudal sobrante de energía creadora y de inteligencia crítica que no alcanzaba a incorporarse en sus obras, ni tampoco en sus traducciones —que son una parte esencial de su obra— y que ponía incondicionalmente al servicio de los demás.”

                           en “Imagen Postrera de Ezra Pound”, Edit. Crítica, Barcelona, 1980.

Jorge Santiago Perednik

En los escritos de Pound se trata con frecuencia de un saber arbitrario, en tanto las afirmaciones aparecen enunciadas pero no fundadas. O fundadas exclusivamente en la autoridad de quien enuncia. En estos casos de saber autoritario repetidamente éste se erige en barrera que protege las falsedades implícitas. Que en Pound no son pocas: tanto su teoría económica, como sus conocimientos de otras culturas, como sus afirmaciones lingüísticas, revelan serias deficiencias. Lo que salva a los poemas de Pound de toda recusación no es su valor de verdad sino su sabiduría poética, su belleza.”

                                 en Estudio preliminar a Los cantares y otros poemas, C.E.A.L., Bs. As., 1983.

Salvador Elizondo

Pound ha cantado las grandes gestas de nuestra civilización y de la oriental en los términos en que esa civilización se nos presenta como la expresión de una magna gesta de equilibrio histórico. Llegados a los límites en los que la relación guerra no es abordable ya, siento que Pound ha podido discernir el patrón de otras, guerras, de otras ‘gestas’ que se desarrollan en planos mucho más turbios que los del combate en las bolsas de valores, en los bancos contaminados de usura, en las universidades infectadas del desprecio a los clásicos, en las crematísticas del exterminio intelectual y de desprecio al poeta...”

                           en “La Era de Pound”, número especial de “La Gaceta del Fondo de Cultura Económica”, Nro. 179, México, 1985.

José María Alvarez

Ezra Pound, quizá como ningún otro, golpeó, solitario y orgulloso, ese muro ciego de la Poesía, tratando de alcanzar un paisaje que hubiera sobrevivido a los desiertos de Rimbaud, al testamento de Mallarmé.

Cuando las referencias de sus versos no sean más que palabras por fuerza de Pound y por el tiempo convertidas en poéticas; cuando los trágicos acontecimientos que asolaron su vida no sean siquiera historia; cuando ya quizá no exista ni su obra ni la de aquellos a quienes ayudó; cuando ya ni siquiera exista la poesía...; versos, imágenes, hallazgos, relámpagos de Pound continuarán viviendo fundidos con la vida como páginas de Homero o Shakespeare o espacios de Picasso.”

                           fragmento del discurso de apertura del Homenaje a Ezra Pound, realizado en Venecia en noviembre de 1985. En Homenaje

                                 a Ezra Pound, Consejería de Cultura y Educación de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, Murcia, 1985.

Juan Carlos Onetti

Querido Ezra, tu condena fue la del genio y de la ingenuidad.

Escribiste para la inmortalidad y para el plagio tus Cantos Písanos y Cantares.

Derrochaste bondad ayudando con tu talento desinteresado a muchos escritores que tal vez hoy no recuerden.

Pero lo que más admiro de ti es tu magnífica locura. Creiste, a la muy maldita sombra de un dictador, que era posible el nacimiento y la vivencia de un Estado en que los poetas fueran considerados muy por encima de burgueses y políticos.

Tu locura fue reconocida por la soldadesca compatriota que te exhibió en una jaula y te recluyó luego en un manicomio.

Hoy quiero honrar tu talento y tu enorme bondad humana. Y te ruego perdonar la imbecilidad de los hombres que detentan poderes.”

                          en Homenaje a Ezra Pound, op. cit.

Mario Vargas Llosa

Pound es uno de los grandes poetas modernos y, acaso, el primero en el que la modernidad significó, al mismo tiempo que renovación de las formas y del lenguaje poético propios, el descubrimiento de la tradición. Mejor dicho, de las tradiciones, ya que la modernidad de Pound pasa por la Roma clásica y por China, por Pro-venza y por Egipto, por el latín y el francés medieval, por el japonés y ’ por el griego.

Con él, la cultura de América se abrió a todos los vientos del mundo, tanto del pasado como del presente, sentando un ejemplo de cosmopolitismo y universalidad que luego se volvería una norma de conducta de los poetas de todo el mundo.

Pound hizo de la Literatura una religión y le confió poderes semidivinos. No sé si se equivocó en eso. Sé que se equivocó en política, pero sus errores no deben hacernos olvidar su genio artístico ni la generosidad con que ejerció su magisterio, descubriendo y estimulando el genio ajeno.”

                          en Homenaje a Ezra Pound, op. cit.

Roberto Apratto

Pensar en Pound es pensar en la poesía: en la poesía después de la poesía, la que todavía no forma parte del saber que uno designa como poesía. Para mí, como para todos (o casi todos) los que empezamos a escribir desconfiando de ese saber, queriendo otra cosa que corazones al desnudo o descripciones de terruños. Pound es algo así como un golpe de gracia, una patada feliz en hábitos de lectura y concepción del arte. Como todos los grandes artistas, Pound amplía su propio panorama y conecta con lo que no es poesía, cambia la cabeza para entender (como un rastreo de fuentes) de dónde sale su poesía. Como Mallarmé. como Jovce, como otros pero no muchos, Pound fuerza a un interés que se convierte en actitud crítica; y a esa actitud crítica debo (debemos) buena parte de la necesidad de proponer, de un modo que creo indudable, una nueva manera de ver el arte y el mundo. De ver: no pensar en metáforas. Los Cantos son, ante todo, una manera de plantear el mundo en términos visuales; una manera que hace prescindir de valores para detener la mirada en la construcción poética, que es a la vez construcción narrativa, deslizamiento de temas sobre temas, aprendizaje de la elipsis contrapunteada con la velocidad de una historia vista desde adentro. Me pregunto qué sería de la poesía moderna, de Cardenal, de Cabrales, de Veráste-gui, de Hinostroza, por no citar más que a cuatro, sin la logo-pea de Pound: sin esa “danza del intelecto entre las palabras” que cambió el paso de la escritura, forzó una distancia entre palabras y cosas para recuperar su unidad en la reflexión; sin esa dureza de la palabra sostenida por su puesta en acto: pensar en Augusto y Haroldo de Campos, pensar en Arturo Carrera, pensar en Eduardo Milán para recomponer esa familia de nutridos en Pound (como en Lezama Lima, como en Nicanor Parra, pero primero en Pound). A él se debe, para ser más concretos, la articulación de esa actitud moderna en términos de escritura moderna: crítica, de trabajo, de furia ante lo viejo o la dilusión nueva de los viejo. El sabía también (y mucho) y nos enseñó (mucho) de teoría. Inventor y maestro a la vez, del único modo posible: a ser completado por el futuro. Como dije: todavía no forma parte del saber que uno designa como poesía. Porque es más que poesía.”

                          testimonio recogido en el Uruguay para Diario de Poesía, 1986.

Salvador Puig

Let the ibind to speak Parecería que últimamente los poetas existen para donar títulos (rótulos) para sus obras a los novelistas. Que así es como los lectores esclarecidos conocen a los poetas.

Yo sospecho que se ha exagerado la importancia de Pound poeta. Pero inmediatamente después de tal impertinencia debo decir que ‘The apparition of these faces in the crowd / Petáis / On a wet, black bough' es una de esas “condensaciones” absolutamente deslumbrantes a las que se puede llegar ‘Dans le metro'. Y no sé: que en la pantalla de mi mente aparecen otros fragmentos notables de su desencuadernada obra, desde los poemas de Personae, Lustra, Cathay, hasta esos Cantos en los que Eliot —por reciprocidad— podría haber talado tanto.

"Dichten-condensare".

Insisto en la repugnante idea de que se ha exagerado.

Lo demás es cultura. Por ahí lo que se impone es la impresionante ética en la actitud de ese loco, que se trasunta en sus cartas, opiniones, y en los testimonios de sus más lúcidos contemporáneos.

Cuando murió Eliot sentí algo así como una mutilación de la poesía. Cuando Pound, me entristecí por el hombre. Que quede claro que me inclino por Eliot. Pero dejemos hablar al viento.”

                          testimonio recogido en el Uruguay para Diario de Poesía, 1986.

Bibliografía en castellano

Los Cantares de Pisa, traducción de José Vázquez Ama-ral, Universidad Nacional Autónoma de México, 1956.

Los Cantos Písanos, traducción de Jesús Pardo de Santaya-na, Adonais, CLXXVIII-CLXXIX, Ediciones Rialp, Madrid, 1960.

Antología Poética, selección, traducción y prólogo de Carlos Viola Soto, Fabril Editora, Bs. As., 1963.

El ABC de la lectura, traducción de Patricio Canto, Ediciones de la Flor, Bs. As., 1968.

Ensayos literarios, selección y prólogo de T.S. Eliot, traducción de Julia J. de Nati-no, Monte Avila Editores, Caracas, 1968.

El arte de la poesía, versión directa de José Vázquez Amaral, Editorial Joaquín Mortiz, México, 1970.

Patria mía, traducción de Mir-ko Lauer, Cuadernos Marginales, Tusquets Editor, Barcelona, 1971.

Sobre Joyce, edición y comentarios de Forrest Read, traducción de Mirko Lauer, Barral Editores, Barcelona, 1971.

Cathay, traducción de Ricardo Silva - Santisteban, prólogo de Mirko Lauer, Cuadernos’ Marginales, Tusquets Editor, Barcelona, 1972.

introducción a Ezra Pound. Antología general de textos, versiones de Carmen R. de Velasco y Jaime Ferrán, Barral Editores, Barcelona, 1973,

Ezra Pound / Confucio. Lun Yu. Ta hsko. Chung yung, presentación y traducción de E. Hegewicz, Las Ediciones Liberales, Editorial Labor, Barcelona, 1975.

Cantares completos de Ezra Pound, versión directa de José Vázquez Amaral, Editorial Joaquín Mortiz, México, 1975.

Guía de la Kultura, traducción de José González Vallarino, La Fontana Mayor, Ediciones Felmar, Madrid, 1976.

Ezra Pound / Ernest Fenollosa. El carácter de la escritura china como medio poético. Introducción y traducción de Mariano Antolín Rato, Visor. Madrid, 1977.

Antología, traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal, prólogo de Ernesto Cardenal y epílogo de Lawrence Ferlinghetti, Visor, Madrid, 1979.

Escrito en Rapallo, traducción de René Palacios More, Editorial Swan, Madrid, 1982.

Memoria de Gaudier-Brzeska, traducción e introducción de Jesús Imirizaldu, Antoni Bosch Editor, Barcelona, sin fecha de edición.

Aquí la voz de Europa: Alocuciones desde Radio Roma, traducción de Joaquín Bochaca, Barcelona, sin fecha

 

#lacascaradenuez #literatura #cuarentena

EZRA POUND: ÉPICA DE LA HISTORIA

462 visualizaciones

30 jun 2020

Clase de literatura de “La cáscara de nuez” Clase introductoria a los temas más fundamentales en la poesía de Ezra Pound, a partir de “Los Cantos”, poema épico en ciento diecisiete cantos sobre la historia, la política y la economía, escritos y publicados de 1925 a 1969, y de los que se abordarán el “Canto 1”, el “Canto 13”, el “Canto 32”, el “Canto 45”, el “Canto 72”, el “Canto 73”, el “Canto 74” y el “Canto 81”, cuyas técnicas y recursos literarios influyeron en los mayores autores de su siglo, pero cuyas ideas anticapitalistas contra su patria, los Estados Unidos, al término de la Segunda Guerra Mundial, le valieron a su autor el encierro, primero, en un campo de concentración estadounidense en Pisa y, luego, en un hospital psiquiátrico en Washington, espacios desde donde escribió “Los Cantos Pisanos”, a los cuales pertenecen el “Canto 74” y el “Canto 81”. Una aproximación a Ezra Pound que escribió Armando Uribe puede ser leída desde el link: http://www.memoriachilena.gob.cl/arch.... Y varios de los cantos a tratar en la sesión pueden ser leídos desde el link: https://campodemaniobras.blogspot.com.... En el contexto de la pandemia por COVID-19, los jueves a las 20:00 en vivo y en directo vía nuestro Instagram Live, se realizará la actividad “La cáscara de nuez: Literatura en cuarentena”, ciclo de letras en línea a cargo del profesor y escritor Miguel Lahsen (@miguellahsen), quien por cada clase abordará la obra de algún autor, dialogando con los asistentes que, durante la transmisión, vayan dejando sus comentarios por escrito.

Luigi Maria Musati - Conversatorio sobre Ezra Pound - Invitado: Oswaldo León Gómez

14 mar 2013
Conversatorio en el Teatro Matacandelas sobre el poeta norteamericano Ezra Pound; Luigi Maria Musati y Oswaldo León Gómez de la Cooperativa Confiar.

Ensayo de Jorge Fondebrider

 

Originalmente en Diario de Poesía Año 1. Nº 3. Diciembre de 1986

Link: https://ahira.com.ar/ejemplares/diario-de-poesia-n-3/

Gentileza de Archivo Histórico de Revistas Argentinas

Ahira. Archivo Histórico de Revistas Argentinas es un proyecto que agrupa a investigadores de letras, historia y ciencias de la comunicación,

que estudia la historia de las revistas argentinas en el siglo veinte

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

Email: echinope@gmail.com

Twitter: https://twitter.com/echinope

facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce

Linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/ 

 

Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay

 

Ir a índice de ensayo

Ir a índice de Jorge Fondebrider

Ir a página inicio

Ir a índice de autores