Un día de estación de invierno, mis aldeanas añoraban ver el sol en veinte caprichos.... con el manto aterciopelado del verde mar cubriendo los huesos de las montañas... Añoraban ver las espirales de nubes tapando las cumbres y un rojo anaranjado sonrosando el final del tiempo. Se escurrieron sonriendo y se fueron hasta la orilla de un pozo tornasolado para adivinar ópalos. En el pozo abandonaron sus ansias y un vaho las cubrió de nostalgia. Con la añoranza caminaron por verdes manteles, semblantes azules y doradas espigas crispadas. Suspiraron. Abrieron la mirada y salieron de nuevo de sus ojos. Recogieron sus canastas y se fueron rumbo al campo a recoger flores para vender en el mercado.