Ruidosa protesta 
Maria Angélica Fidalgo

Cuenta la historia que cierta vez los instrumentos musicales se declararon en rebeldía y decidieron hacer una protesta.

 

La primera en exponer sus razones fue la GUITARRA, aludiendo que estaba cansada de que rascaran sus cuerdas con la púa porque eso le producía cosquillas a la bordona.

 

Muy enojados los TIMBALES y el TAMBOR argumentaron que estaban hartos de recibir golpes y que por lo tanto no se pondrían en acción hasta que se cambiaran los paños de la maza que debían confeccionarse de una mejor tela, que al golpear produjeran toques mas suaves y no lastimaran los parches.

 

La ARMÓNICA con cierta reticencia a hablar dijo que en adelante no permitiría que soplaran y la llenaran de saliva porque su misión era la de arrancar sonidos agradables. Pero he aquí que entro en acción el VIOLÍN quien manifestó que al rasgar el arco sobre las cuerdas, la caja de resonancia producía ruidos extraños, por lo que exigía un rápido afinamiento de las mismas.

 

Peor estoy yo retruco el ÓRGANO que lo único que hacen es hacer vibrar mis oídos y entre tanta discusión no se arriba a ninguna solución.

 

Resonando desafinado la FLAUTA DULCE protestaba con vehemencia.

 

¡Tenemos que desentonar! argumento el ARPA con prepotencia, porque aunque sea tosco y grande tengo el derecho de estar en las bandas sinfónicas y eso ocurre rara vez.

 

¡Basta ya de protestar! declaro la TROMPETA, tengo la libertad de actuar con sordina o sin la misma y nadie me va a decir lo que tengo que hacer.

 

Esto es una tragedia, exclamo el TRIÁNGULO escondido detrás de la TUBA.

 

Los instrumentos de cuerda siempre andan con chicanas, sin nos ponemos la mano en el corazón verán que mi sonido apenas se advierte.

 

¿Porque arman tanto lío? dijo la CITARA, mi misión es desatar sones dulces y melodiosos y no voy a prenderme en este batifondo.

 

Esta arenga no me convence, pero si no nos ponemos de acuerdo y nos organizamos

no llegaremos a ningún lado expresó el LAÚD con su hermoso timbre.

 

Tímidamente pidió la palabra la MANDOLINA quien especifico muy a su pesar que los trovadores ya no la usaban por lo que seria conveniente organizar un concierto en la plaza para atraer y deleitar a la gente.

 

¡Muy explicita, muy explicita! salto el PIANO, creo que lo mejor es ponernos a trabajar con garra y así seremos los protagonistas de un suceso musical sin parangones en la historia de la música.

¡Bravo, bravo! rompió estruendosamente la BATERÍA, pongámonos en acción.

 

Y al rítmico ruido de los palillos golpeando sobre el REDOBLANTE la orquesta comenzó a sonar armoniosamente.

 

¡Alto, alto! - paren la música gritaba la BATUTA que venia corriendo en dirección al centro de la plaza "no me dejen afuera".

 

Por detrás venían los atriles que danzaban enloquecidos. Los PENTAGRAMAS dejaban escapar CLAVES DE SOL y las notas musicales surcaban el aire en una armoniosa conjunción.

 

Las CORCHEAS y las FUSAS se desparramaban por el cielo en una maravillosa combinación de acordes como queriendo alcanzar el sol y el CLAVECÍN que había quedado atrás apareció despaciosamente pidiendo intervenir.

 

Sentado al borde de la fuente el FAGOT aplaudía con entusiasmo. Todo era algarabía general.

 

Un cercano rumor de pasos anuncio la llegada del DIRECTOR que lleno de exaltación e inspiración hizo un movimiento y todos los instrumentos al mismo tiempo comenzaron a desprender armoniosos sonidos.

 

La protesta había concluido. 

Maria Angélica Fidalgo
General La Madrid

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