Cercas, Javier. Terra Alta, Barcelona, Planeta, 2019.

Javier Cercas

y las paradojas del género policial

Javier Cercas and the Paradoxes ofCrime Novéis

Reseña de Roberto Ferro

Universidad Nacional de Buenos Aires

profesorferro@gmail.com

RESUMEN

Javier Cercas fue galardonado con el premio Planeta 2019 por su novela Terra Alta; la trama narrativa y los personajes reenvían al género policial. A partir de la idea que el lector de policiales es siempre, en mayor o menor medida, un experto que pone a prueba frente a cada nuevo relato un saber configurado por la biblioteca y ante la reciente producción narrativa del género policial en Europa e Hispanoamérica, esta reseña da cuenta de la paradoja de haber premiado una novela de autor consagrado que no supera las exigencias de un buen taller literario para principiantes.

Palabras clave: Javier Cercas; género policial; premios literarios.

ABSTRACT

Starting from the idea that the reader of crime novéis is always, to a greater or lesser extent, an expert who tests each new story knowledge configured by the library and in from of the recent narrative produc-tion of crime novéis in Europe and Hispanic America, this review shows the paradox of having rewarded a novel of consecrated author who does not exceed the requirements of a good literary workshop for beginners.

Keywords: Javier Cercas; crime novéis; literature awards.

Tengo gran aprecio por algunas de las obras de Javier Cercas como Soldados de Salamina, Anatomía de un instante, El impostor, entre otras, de ahí que ante el anuncio de que había abordado el género policial me dispuse a su lectura a partir de ese horizonte de expectativas.

El brutal asesinato de una pareja de ancianos, dueños de una empresa gráfica que ha extendido sus negocios a varios países, en una localidad cercana a Barcelona, es el punto de partida de la novela de Javier Cercas, galardonada, como reza en su portada, con el Premio Planeta 2019. Los Adell eran los "dueños del pueblo" que da nombre al libro, la gran mayoría de sus habitantes depende de ellos y en sintonía los aman y los odian.

Al terminar su lectura me asedió un primer interrogante: ¿Los miembros del jurado que le concedió el premio, Alberto Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regás y Belén López Celada, habían leído la novela?

Para responder me impuse un pequeño rodeo:

Dado que el lector de policiales es siempre, en mayor o menor medida, un experto que pone a prueba frente a cada nuevo relato un saber configurado por la biblioteca del género. La intuición, la capacidad de razonamiento y la audacia imaginativa con que elige su recorrido en la indagación que cada caso le propone, agregan al placer de la lectura, la tensión del desafío. El enigma, la simulación, el suspenso, las dilaciones, el secreto responden a un régimen de reglas de juego que el lector y el texto comparten. Por lo tanto, los componentes distintivos del género están marcados por un alto grado de permanencia y estabilidad, que asegura el reconocimiento de los lectores, centrando la variación en el talento del escritor para producir una combinación sorprendente.

Tomando como referencia solo algunos de los autores más reconocidos del género policial en los últimos años, las novelas de Henning Mankell, Andrea Camillieri, Fred Vargas, Leonardo Padura, y los protagonistas de sus historias, Wallander, Montalbano, Adamsberg, y Conde; incluso yendo un poco más atrás, a la saga de Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, es decir a una selección muy próxima, pienso que esa duda es válida porque ¿cómo premiar esta novela a la que se le nota el apresuramiento y los costurones por todos lados?

Los personajes de la novela de Cercas son tan rígidos que compararlos con maniquíes sería hiperbólico; el yerno de las víctimas candidato a culpable número uno cumple con su cometido rompiendo una de las reglas más habituales del género: el presunto culpable al comienzo será un seguro inocente al final; Grau el gerente es un compendio de frialdad y cálculo, los compañeros de protagonista no se apartan de lo previsible. En cuando a Melchor Marín toda su composición reenvía a otra consigna de taller literario: los estereotipos pueden servir de punto de partida no de llegada.

Vuelvo a los miembros del jurado para recordar que Petros Márkaris, otro notable escritor de policiales ha dicho que Kostas Jaritos, un decepcionado policía ateniense lo habilita para hacer una representación crítica; en tanto lector de policiales la biblioteca asedia mi lectura, cómo digerir, entonces, la suma pesada de clichés que componen al protagonista, hijo de una prostituta asesinada, delincuente en su juventud que se convierte en policía con la ayuda de Domingo Vivales, un abogado que asume el rol de una suerte de tutor muy cercano al Pepe Grillo del Pinocho de Disney.

Me serviré de otro rodeo para sostener mi argumentación. En el género policial la tensión entre el crimen/enigma y la in-vestigación/develamiento se vinculan en la instancia de un juego, por lo tanto de un conjunto reglado de codificaciones; la configuración genérica es reconocible porque es portadora tanto de un alto grado de redundancia como de variantes de desorden entró-pico, lo que le otorga a la resolución del enigma planteado un amplio margen de incertidumbre, por la aleatoriedad de las series en las que puede derivarse.

De lo que desprendo otro interrogante, ¿Javier Cercas se olvidó de sus ideas acerca de la ambigüedad al escribir Terra Alta? Porque en su ensayo El punto ciego busca esos espacios de ambigüedad en las grandes obras a partir de los que se despliegan la diseminación de sentidos, contradictoriamente en su novela todo es literal, no hay indirectas ni enmascaramientos; el lector a poco de aparecer en el relato Salom, el compañero de Melchor, es puesto al corriente de una serie de indicios que lo hacen cómplice del yerno de las víctimas; si no hay variaciones con el responsable de los crímenes tampoco lo habrá con Salom, no hay incertidumbre ni sorpresa: la verdad no está a final de la espera, está mucho antes. En la última parte de la novela a pesar de que la trama ha expuesto sus entretelas, Cercas recurre a un deus ex machina, esto es literal, el mafioso mexicano que colabora con Melchor Marín aparece como traído por una grúa mecánica a la historia de igual modo que en el teatro griego.

Tampoco ha habido cuidado en detalles muy gruesos, por ejemplo, en la página 117 se dice: “Fue a mediados de 2017...”, en relación con la búsqueda que hace de los asesinos de su madre en Barcelona, pero en la página 146 dice: “aunque no nació en Terra Alta, lleva cuatro años viviendo allí.”, las alusiones al referéndum independentista en Cataluña y otras evidencias sitúan la novela en el presente de la edición, no en el 2021. Asimismo, la escena en la cárcel en la que asiste un escritor que es puesto en ridículo por un preso, llamado “casualmente” el Francés que le sugiere al protagonista que lea “casualmente” Los miserables, lleva el registro cursi a grado insoportable, porque satura toda alternativa de significación.

Así arribo al último interrogante: ¿no habrá que cambiar de carátula del crimen en el que se centra esta novela?

Se me ocurren dos respuestas, la primera es que de homicidios se debería pasar a defraudaciones y estafas. Aquí las víctimas no son los Adell, sino los lectores.

La otra se vincula con un aforismo que alguna vez profirió un personaje de la escena política argentina, muy vinculado a los asuntos policiales fuera de la literatura, Alfredo Yabrán dijo “El poder es tener impunidad”, lo que quizás responde al primer interrogante acerca de la duda de si los jurados habían leído Terra Alta. Dicho en relación con la editorial y sus apócrifos.

Bibliografía

Cercas, Javier. Terra Alta, Barcelona, Planeta, 2019.

    ---, Javier. El punto ciego, Random House. Barcelona, 2016.

Entrevista a Javier Cercas (Terra Alta) en el Día del Libro

Terra Alta, novela ganadora del Premio Planeta 2020. Él era un hombre justo, el mundo, no. Terra Alta, un thriller impactante. Un crimen terrible sacude la apacible comarca de la Terra Alta: los propietarios de su mayor empresa, Gráficas Adell, aparecen asesinados tras haber sido sometidos a atroces torturas. Se encarga del caso Melchor Marín, un joven policía y lector voraz llegado desde Barcelona cuatro años atrás, con un oscuro pasado a cuestas que le ha convertido en una leyenda del cuerpo y que cree haber enterrado bajo su vida feliz como marido de la bibliotecaria del pueblo y padre de una niña llamada Cosette, igual que la hija de Jean Valjean, el protagonista de su novela favorita: Los miserables. Partiendo de ese suceso, y a través de una narración trepidante y repleta de personajes memorables, esta novela se convierte en una lúcida reflexión sobre el valor de la ley, la posibilidad de la justicia y la legitimidad de la venganza, pero sobre todo en la epopeya de un hombre en busca de su lugar en el mundo. Descubre 'Terra Alta' aquí: https://tinyurl.com/y7cunhgk #keepreadingencasa #santjordiencasa #diadellibroencasa

Reseña de Roberto Ferro
Universidad Nacional de Buenos Aires

profesorferro@gmail.com

 

Publicado, originalmente, en: Letral, n.° 24, 2020, ISSN 1989-3302    289

Letral es una publicación académica del Proyecto I+D+i LETRAL

Departamento de Literatura Española, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada

Link del texto: https://revistaseug.ugr.es/index.php/letral/article/view/15749

 

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