Prólogo 
Barro y ternura en el canto de Alejandra 
Por Lety Elvir 

Alejandra Flores Bermúdez ha escrito un conjunto de relatos breves y profundos, reunidos bajo el nombre CANTOS DE BARRO. En realidad, conforman una canción de estrellas, playa, tierra, agua, viento, flores, ríos, niños; una alabanza a la búsqueda de identidad. La tierra aparece como simbología de origen, fuente primaria de vida, barro-metamorfosis en las manos de artista que crea, construye, proyecta, transforma.

 

La niña que habita en Alejandra sale y entra por las ventanas y pasillos subterráneos del mundo de CANTOS DE BARRO, con rostro de asombro, curiosidad o melancolía: conversa con seres especiales corno el viento, una vasija de barro, una anciana, un alfarero; todos dan pistas a la búsqueda de identidad. Ser o no ser, el dilema universal, puede discutirse con una espiga que salta Ubre o con la anciana que tejió el horizonte: aquí, hasta las rocas poseen vida y un lenguaje a decodificar.

 

Estos cuentos pensados para niños -también para adultos- invitan a echar raíces, quedarse en un solo lugar:  

Lo que hemos necesitado durante tanto tiempo son raíces, de ahora en adelante, nos quedaremos en un solo lugar y los hijos aprenderán de sus padres,,."

(De: "Lo Necesario")

 

Y ese ''quedarse" puede implicar renuncias, dolor:

 

"Ayer caminé hasta un sauce llorón, Quedito me dijo que él lloraba aún, pues, necesitaba más valor. Que recordaba cuan doloroso había sido aprender a estar sembrado

(De: "El Dolor")

 

Sin embargo, Mnaga tai vez sea el personaje de mayor fuerza en este canto de retorno a la Semilla, precisamente por poseer un nombre, elemento de identidad; MNAGA, la mariposa que por su ternura y tenacidad conoció la esperanza, también provocará desasosiego al corazón de los lectores, porque nadie es inmune a la ternura ni al dolor:

 

"Mnaga, emocionada se acercó a la espiguita y le dijo: ¿corno es que salías tan lindo y tan alto como que no estuvieras sembrada ni enraizada?"

(De: "La Esperanza")

MNAGA admiró a la espiguita saltarina, pero no pudo seguir sus pasos, renunció a ella porgue debía seguir el vuelo, al lado de su tribu, Mnaga era muy pequeña, entonces, cuando sea grande seguro que volará sola su propio vuelo, y le recordará a niños y adultos que: "las esperanzas pueden venir entre ramas, entre el viento o hasta en cofrecitos y nunca ... debemos olvidar atenderlas y cuidarlas para que siempre vuelvan y estén cerquita y no tengamos que dejarlas atrás."  

Lety Elvir
Cantos de barro - de Alejandra Flores Bermúdez. 
Tegucigalpa, agosto 2000

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