Un verano en Tenerife, de la poetisa y escritora

Dulce María Loynaz
por Jesús Dueñas Becerra

jesus@infomed.sld.cu

 

Un verano en Tenerife, de la poetisa y escritora Dulce María Loynaz (1902-1997), Premio Cervantes de Literatura 1992 y Premio Nacional de Literatura, es el título del libro, cuya reseña aspira a conmover la mente y el alma de los fieles amantes de la vida y la obra de la eminente intelectual cubana.

Dicha obra, escrita en prosa, narra las vivencias de la también creadora de El Jardín cuando visitó las Islas Canarias, entre 1947 y 1958, donde fue declarada hija adoptiva.

A través de todos los capítulos en que se estructura dicho  volumen Dulce María registra la historia y la realidad de vida de los isleños, percibida por ella, destaca la belleza de los paisajes, de la geografía, las características psicosociales y la hondura del alma de sus habitantes, con un lenguaje lleno de amor y poesía, luz y color.

Son crónicas de los viajes realizados a esas islas de ensueño de las que era natural su esposo, y que ella llegó a amar tanto como a su querida patria

Un verano… fascinó al mundo literario, ya que esa obra es bastante difícil de clasificar, ya que algunos opinan que es un diario de viajes, otros que una novela, e incluso, hay hasta quienes hablan de una explícita labor periodística.

Sin embargo, la autora considera que es lo mejor que ha escrito durante toda su vida. Un libro que siente no haber dedicado a su patria.

Dulce María Loynaz, aparte de talentosa, era una narradora muy dedicada; en consecuencia, empleó un quinquenio de su vida literaria para escribir Un verano

Dulce María Loynaz, además de poetisa y narradora, era periodista, que apuntaba bien y daba en la diana; facetas a las que no podía renunciar, por lo que no es nada extraño encontrar en ese libro numerosos guiños a esos géneros literarios y periodísticos, lo cual —según el criterio sustentado por el crítico Luis Álvarez Cruz— es genuina expresión de que:

«En este libro la verdad es la verdad, pero es, en fin de cuentas, una verdad poética. No es solo un bello libro, sino el más bello que se haya escrito sobre Tenerife».

Por otra parte, Dulce María expresa « […] Tenerife me impresiona extrañamente; mucho he viajado ya en mi vida, y sin embargo, no encuentro en mi memoria un poco de tierra para compararlo. El cielo es azul como el de Cuba, pero de Cuba ya no hay más que el cielo, aunque muchas gentes crean, no sé por qué razón, tal vez por su hermanada condición de islas, que ambos países guardan semejanza […]».

Es precisamente esa similitud con la mayor isla de las Antillas la que la hace escribir uno de los libros más bellos, no sólo de la literatura en lengua cervantina, sino —probablemente— del mundo entero.

Un verano… no es solo una deuda de cariño con la tierra de su esposo, que la adoptó como hija, sino —de alguna manera— una deuda de gratitud con nuestros antepasados, muchos de ellos oriundos de Islas Canarias.

Este libro nos ofrece —además— variadas lecturas de la vida de los seres humanos en un contexto único e irrepetible en la historia de una parte del mundo, y como toda obra de arte genial mezcla magistralmente realidad e imaginación con el objeto de comunicar, y al mismo tiempo, respetar los más disímiles puntos de vista, pero sin soslayar los posibles puntos de contacto entre el isleño de Canarias y el cubano de la Perla del Caribe.

La prosa propone al lector una auténtica experiencia poética, en la que el viaje de metáfora a metáfora, finalmente realza la realidad visible y la invisible.

Por otro lado, habría que destacar el hecho de que muy pocos narradores se atreven a utilizar recursos poéticos para construir una prosa con elementos netamente periodísticos; algo muy difícil en literatura, donde romper los cánones deviene un tremendísimo arte que muy pocos poseen.

En las páginas de la obra encontramos el deseo (¿inconsciente?) de transmitir que el tiempo es un engaño, y el espacio otro engaño mucho peor, en la sociedad contemporánea.

Por último, estimado lector, si me lo permite, lo dejo en compañía de Un verano… para que haga realidad el antológico aforismo martiano: «leer es crecer»

Jesús Dueñas Becerra - psicólogo, crítico y periodista
jesus@infomed.sld.cu
 

Publicado, originalmente, en: Cubaliteraria. Portal de la Literatura Cubana.    La Habana, agosto 24, 2020

Cubaliteraria. Editorial digital, Portal del Instituto Cubano del Libro. Es la ventana al mundo sobre el acontecer de la literatura cubana.

Link del texto: http://www.cubaliteraria.cu/paginas-del-verano-iv-un-verano-en-tenerife/  -

 

Ver, además:

Dulce María Loynaz en Letras Uruguay

 

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