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Regresa Giselle al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso

Giselle, en versión coreográfica de su directora Alicia Alonso. Foto: Nancy Reyes

por Jesús Dueñas Becerra
jesus@infomed.sld.cu

 

Giselle, una historia de amor y engaños, es el clásico de la danza universal que el Ballet Nacional de Cuba (BNC) está presentando durante dos fines de semana en la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.

Esa joya del ballet romántico, con coreografía de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, miembro de honor del Consejo Internacional de la Danza, sobre la original de los maestros Jean Coralli y Jules Perrot, libreto de Théophile Gautier, Vernoy de Saint-Georges y J. Coralli, inspirado en una leyenda popular germánica recogida por Heinrich Heine, y música del maestro Adolphe Adam, posee una especial relevancia en el repertorio de la emblemática compañía, no solo en lo que concierne a su propia historia, sino también porque con esa obra y con Alicia Alonso, su genial intérprete, la mayor isla de las Antillas trasciende por primera vez en el contexto internacional de la danza.

La versión coreográfica de Giselle, realizada por la eximia ballerina ha sido incorporada al repertorio de prestigiosas agrupaciones danzarias latinoamericanas, estadounidenses y europeas: el Teatro Colón, de Buenos Aires, Argentina, 1958; el Teatro Griego, de Los Ángeles, California, Estados Unidos, 1958; el Ballet de la Ópera de París, de Francia, 1972; el Ballet del Teatro de Bellas Artes, México, 1976; el Ballet de la Ópera del Estado de Viena, Austria, 1980; el Ballet del Teatro San Carlo, Nápoles, Italia, 1981; y el Ballet del Teatro Nacional Eslovaco, de la República Eslovaca, 1989.

En 1966 Alicia Alonso recibió el Grand Prix de la Ville de París, en el IV Festival Internacional de la Danza, celebrado en el Teatro de los Campos Elíseos, por la versión coreográfica e interpretación personal que hiciera del ballet Giselle.

Los papeles protagónicos son desempeñados por los primeros bailarines Viengsay Valdés, Anette Delgado Sadaise Arencibia y Dani Hernández, así como por la bailarina principal Ginett Moncho, quienes son muy bien secundados por solistas e integrantes del cuerpo de baile del BNC

Esa temporada de una de las obras más ovacionadas por el público y elogiada por la crítica deviene el debut de jóvenes figuras de esa agrupación danzaria, tan cubana como universal: Grettel Morejón le presta pie y alma a Giselle, mientras Rafael Quenedit, Raúl Abreu y Patricio Revé, desempeñan el papel de Albrecht, Duque de Silesia; Claudia García y Glenda García interpretan a Myrtha, reina de las Willis; y Julio Blanes a Hilarión, el guardabosques.

Ahora, rocemos —con el pétalo de una flor— el mundo subjetivo de una de las mejores bailarinas del orbe para tratar de explicar cuáles son los recursos sicológicos y espirituales que ella utiliza para llevar a las tablas la magistral interpretación, caracterización e interiorización que logra hacer de la inocente campesina. Durante más de dos décadas de fecunda trayectoria artístico-profesional en el campo de la danza clásica, Viengsay ha logrado armonizar —como solo ella sabe y puede hacerlo— la técnica académica y la interpretación teatral, cuyos secretos domina a la perfección.

Si alguien colocara en tela de juicio ese planteamiento, lo invito a que vea —con los ojos del alma, los únicos que saben ver— el final del primer acto, o sea, la locura de Giselle, en el que Viengsay es capaz de hacer vibrar de emoción a un público que no solo ama con pasión el arte de las puntas, sino también conoce sus más íntimas sinuosidades. Para ello, utiliza con inteligencia global y emocional la impecable técnica académica y la gran capacidad expresiva que —sin duda alguna— posee, adquiridas tanto en las clases teórico-prácticas, en la barra, en los ensayos, como en los escenarios nacionales y foráneos, a donde ha llevado su arte único e irrepetible

Por otra parte, su partenaire, el bailarín Patricio Revé, con quien integra una pareja sui generis, supo hacerle honor al privilegio que representa para él acompañar, en la interpretación de una obra legendaria del repertorio del BNC, a una figura de la talla excepcional de Viengsay Valdés.

El bisoño danzarín le insufla energía vital al enamorado duque de Silesia. No obstante, para llevar a buen término la construcción psicológica del personaje que representa, tensiona cuerpo (incluidos músculos, nervios, huesos) mente y alma hasta alcanzar —en la praxis danzaria— los principales objetivos que se traza todo buen bailarín: satisfacer las necesidades espirituales del auditorio y las suyas propias, así como crecer desde los puntos de vista artístico-profesional y humano.

No me asiste la más mínima duda de que Patricio Revé sale airoso de esa prueba de fuego, pero debe continuar esforzándose para llegar a la cima de la montaña. Estoy seguro de que su juventud, arrojo y buena vibra lo ayudarán a concretar ese sueño, que sí es posible.

Jesús Dueñas Becerra - crítico y periodista
jesus@infomed.sld.cu
 

Publicado, originalmente, en la web de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)  http://www.uneac.org.cu/

 

Link: http://www.uneac.org.cu/noticias/regresa-giselle-al-gran-teatro-de-la-habana-alicia-alonso  - La Habana, 21 de febrero de 2017

 

Ver, además: Giselle: gema de la danza universal
 

En Letras-Uruguay ingresado el presente trabajo el día 22 de febrero de 2017

 

31/12/15 Gran Teatro de La Habana

 

Selección Grettel Morejón

 

Grettel Morejon & Rafael Quenedit - Vals - Fest Ballet Habana 2016

 

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