La Orquesta Aragón en el espacio Concierto
por Jesús Dueñas Becerra
jesus@infomed.sld.cu

«Aragón, Aragón […], si tú escuchas un son sabrosón, ponle el cuño es Aragón […], si tú escuchas un rico danzón, ponle el cuño es Aragón». Los acordes musicales del tema que identifica, en el pentagrama sonoro caribeño y universal, a la emblemática Orquesta Aragón, se escucharon en la popular esquina de Prado y Neptuno, en la gala dedicada a la proclamación de La Habana como Ciudad Maravilla, y transmitida a la teleaudiencia nacional por el Canal Cubavisión, en el espacio sabatino Concierto.

Después de una breve presentación, que estuvo a cargo de la  locutora, conductora y asesora de espacios audiovisuales, Rakel Mayedo, los "Estilistas del Chachachá" hicieron vibrar de emoción a un público que los sigue a todas partes, ya que a los fieles admiradores de la legendaria agrupación charanguera les fascina la forma sui generis en que interpreta los auténticos ritmos cubanos.

Los «aragones», como los calificara el carismático locutor Jesús López Gómez, hicieron un amplio recorrido por el repertorio clásico y más contemporáneo de la nave insignia de la música popular cubana.

El repertorio estuvo integrado por danzones (no obstante ser nuestro baile nacional está invisibilizado en la radio y la televisión insulares, con honrosas excepciones, que las hay), chachachás y demás géneros musicales que la Charanga Eterna cultiva desde hace más de siete décadas.

La Orquesta Aragón ha exaltado a planos estelares la música cubana de todos los tiempos, en los cinco continentes, a donde ha llevado el dulce sabor del trópico.

El timbre sonoro del teclado y la flauta de sistema se fusiona en cálido abrazo con la contagiosa melodía que emana de los 4 violines, que cuentan con el respaldo de la percusión (tumbadora, güiro y pailas); perfecto acople instrumental, que les facilita a los cantantes la vocalización de las letras para que puedan imprimirles a los tumbaos ese gracejo criollo que caracteriza los estribillos únicos e irrepetibles que distinguen a la que «llegó y triunfó».

Como suele ocurrir en los conciertos que ofrece la Orquesta Aragón, el auditorio no pudo resistir los deseos de echar un pie con los clásicos El bodeguero, Sabrosona y Pare cochero, que —entre otros— interpretara la reina de las charangas cubanas para festejar, con música nuestra, la proclamación de la querida urbe habanera como Ciudad Maravilla.

Por último, queremos felicitar a los organismos e instituciones que, con indiscutible factura estético-artística y una acertada selección de la agrupación que amenizaría dicha gala, materializaran en la praxis ese memorable espectáculo, que —sin discusión alguna— enaltece a la televisión nacional…, pero, al mismo tiempo, recordarles que, en esa actividad festiva, faltaron dos charangas imprescindibles cuando se habla de la esquina de Prado y Neptuno: La Orquesta Jorrín, cuyo director fundador, el maestro Enrique Jorrín (1928-1987), creador del chachachá y de La Engañadora; número que le diera gran popularidad —a escala internacional— a esa intersección citadina, así como la Orquesta América, que popularizara esa antológica obra, la cual pertenece —por derecho propio— al patrimonio musical de la nación cubana y de mucho más allá de nuestras fronteras geográficas.

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