La Kisspeptina: una hormona afrodisíaca
por Dr. Jesús Dueñas Becerra

Hospital Psiquiátrico de La Habana
jesus@infomed.sld.cu

La kisspeptina puede tener un fuerte impacto en la libido o apetito sexual, y en el estado anímico o talante afectivo.  Es conocida como la maestra reguladora de la reproducción, porque controla la producción tanto de espermatozoides como de ovarios. Sin embargo, también puede tener un fuerte impacto en el deseo sexual y en el estado de ánimo de la persona. Dicha hormona fue descubierta hace menos de un cuarto de siglo. Al principio, fue llamada metasina y no recibió su nombre actual hasta 2001. Es secretada principalmente por el hipotálamo, en el centro del cerebro, pero también en la placenta. Los receptores bioquímicos se encuentran repartidos por todo el cuerpo y está codificada por el gen 'Kiss1', del cual adopta el nombre, y desempeña una función importante en la supresión de la metástasis del cáncer de mama y el melanoma en seres humanos. Los científicos del Imperial College de Londres, estudiaron el comportamiento de esa hormona y sus resultados fueron publicados en una revista biomédica británica. Los expertos descubrieron que esa hormona puede potenciar algunos circuitos cerebrales asociados al comportamiento sexual y al estado de ánimo. Hallazgo que abre la posibilidad de que se pueda utilizar para tratar la depresión, sugiere el doctor Waljit Dhillo, autor principal de dicha pesquisa. Hasta ahora se sabía que la hormona afectaba al apetito sexual cuando había algún estímulo. No obstante, los expertos comprobaron, en un experimento con 30 voluntarios, que la kisspeptina actuaba también cuando el cerebro se hallaba en estado de reposo, un efecto vinculado con la excitación y el deseo sexual. Conocer cómo funciona el cerebro humano en reposo es importante, ya que facilita identificar redes cerebrales de gran tamaño que desempeñan una función relevante en ciertas afecciones psíquicas. Y, además, conocer las hormonas que operan sobre ellas puede ayudar a encontrar medicamentos que los regulen. Las conclusiones de otros estudios vinculan la función desempeñada por esa hormona con la experimentación del amor y de sentimientos románticos por la influencia que tiene la kisspeptina en cómo el ser humano exterioriza las emociones.

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