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El perdón como recurso psicoterapéutico
por Jesús Dueñas Becerra
jesus@infomed.sld.cu

 
 

Resumen

En este artículo se establece que el perdón es un deber irrenunciable de todo ser humano con salud corporal, psíquica y espiritual, así como requisito indispensable para poder considerarse una persona inteligente (tanto desde el punto de vista emocional como de su cociente intelectual). Posteriormente, se clasifica a los pacientes que asisten a las consultas de psicología y psiquiatría como personas con sentimientos de culpa por haber lastimado (real o imaginariamente) al otro o no yo , o por el contrario, con agresividad y depresión , porque se sienten heridas o maltratadas por los demás. Por último, se recomienda incorporar cuanto antes el perdón a la práctica médico-psicológica, para liberar el cuerpo, la mente y el espíritu de las cadenas invisibles que atan simbólicamente a la persona, y en consecuencia, le impiden amar, realizarse y alcanzar la tan anhelada felicidad.

Palabras clave: Psicología Humanista, Psicología Clínica y orientación psicológica.

Introducción

El perdón es obligación irrenunciable de todo ser humano con salud corporal, psíquica y espiritual (Dueñas Becerra J. Las bases de la salud psíquica y espiritual del hombre. La Habana : V Jornada Científica del policlínico integral “Marcio Manduley”, 2000), en tanto requisito sine qua non para poder considerarse una persona inteligente 1 (desde los puntos de vista emocional y de su cociente intelectual). Si bien es cierto que este tema es, por su complejidad, inabarcable e inagotable, he decidido enfocarlo desde la vertiente psicoterapéutica, o sea, el perdón como agente activo de sanación para el cuerpo, la mente y el espíritu.

No obstante, usted y yo sabemos que, en honor a la verdad, nos es muy difícil perdonarnos a nosotros mismos por “culpas” que a veces solo existen en nuestra esfera subjetiva, mientras que, por otra parte, nos resulta casi imposible perdonar a aquellas personas que consciente o inconscientemente nos han “ofendido” o hecho “daño” en cualesquiera de sus diversas manifestaciones.

Pero, no es responsabilidad nuestra que la programación 2-5 diseñada por el modelo cultural que adoptara la sociedad donde vivimos, amamos y creamos nos haya educado en la venganza , y consecuentemente, nos haya enseñado a juzgar y condenar y no a perdonar. Así las cosas, habría que aceptar la afirmación de que el perdón es una idea maravillosa hasta el momento en que tenemos que perdonar nosotros mismos…, pero conscientes de que sin una fuerza especial, que emana de lo más profundo de nuestro yo interno , sería imposible perdonar a quien nos ofende, amar y servir a quien nos quiere mal o nos desprecia.

Desarrollo

A los consultorios de los profesionales de la salud mental asisten muchos pacientes que, con independencia de su clasificación diagnóstica, podrían ser incluidos en dos grandes grupos: los que muestran sentimientos de culpa , porque real o imaginariamente han lastimado o herido a alguien en un momento determinado de su vida, y ahora, están arrepentidos y sufren por esa razón. Y los que presentan agresividad, depresión u odio , porque han sido “víctimas” de algún perjuicio u objeto de ofensas “irreparables” por parte de personas “mal intencionadas”.

De acuerdo con la Psicología Humanista , 6-7 el mejor antídoto contra el sentimiento de culpa, la agresividad, la depresión u otros síntomas perturbadores de la psiquis y el espíritu del hombre es el perdón otorgado a nosotros mismos y a los demás.

Veamos sobre qué bases se estructura ese eficaz antídoto recomendado por la ciencia psicológica, para sanar las heridas del cuerpo, la mente y el espíritu. Una persona con sentimientos de culpa es aquella que en su fuero interno y con independencia de la veracidad de sus convicciones, cree haber ofendido al otro o cometido contra él cualquier tipo de injusticia. Al respecto, Platón, 8 ese coloso del pensamiento filosófico universal, opina que “[…] los hombres temen a la injusticia, porque tienen miedo de ser sus víctimas, no porque les desagrade cometerla”. La fuente generadora de la angustia o tensión interior que experimenta la persona con sentimientos de culpa es el miedo al castigo . 3 Ahora bien, nuestro yo, bueno y sano por naturaleza, al margen de que hayamos lesionado o lastimado al otro , nos percibe como inocentes y no como culpables.

Una persona con agresividad, depresión u hostilidad se considera una “víctima” de la traición o de la mala voluntad del otro , lo cual responde a la idea irracional de que en el mundo hay personas malvadas que deben ser castigadas con todo rigor. 3,9 La persona con salud corporal, psíquica y espiritual vive en perfecta armonía con su yo , y por ende, nada ni nadie la puede herir o lastimar, independientemente de lo que se haga, diga o piense de ella, ya que nuestro mundo interior permanece cerrado a todo cuanto nos es ajeno, o sea, todo aquello que se halla fuera de nuestra piel.

En resumen, no hay “víctimas” ni “victimarios”, solo pensamientos falsos o distorsionados , que como consecuencia de una programación errónea 2-5 agobian y torturan a la persona hasta llevarla a un estado de descompensación emocional o desequilibrio psíquico, que por sus manifestaciones clínicas requiere ayuda especializada, 10 que le devolverá al sujeto –de forma gradual y progresiva– la paz interior y la tranquilidad espiritual ; premisas indispensables para recuperar el equilibrio biopsicosocioespiritual , 11 que caracteriza a la persona que vive en perfecta armonía con su yo y con su entorno.

Conclusiones

El perdón absoluto, total e incondicional, es una gran fuerza liberadora del espíritu, que abre de par en par las rejas invisibles de la cárcel virtual que la mente humana ha sido capaz de construir para encerrar el alma del homo sapiens, convertirlo en prisionero de sí mismo y alejarlo del otro. El perdón es, por derecho propio, un poderoso recurso psicoterapéutico, que debe ser incorporado cuanto antes a la práctica médico-psicológica.

Con apoyo en esa reflexión ético-humanista, lo invito, estimado lector, a que aprenda a perdonarse y a perdonar al otro , para convertirse en una persona verdaderamente inteligente; y en la misma medida en que aprendamos a perdonarnos nosotros mismos y a los demás, creceremos tanto desde el punto de vista humano como espiritual, y seremos –¡quién lo duda!– mejores personas.

Forgiveness as psychotherapeutic resource

Abstract

In this article, forgiveness is established as a duty for every human being with bodily, psychic and spiritual health, as well as indispensable requirement in order to be able to consider oneself an intelligent person (both from the emotional and the IQ point of view). Then the patients attending the psychology and psychiatry consultations and are classified as subjects with guilt feelings because of having hurt (really or imaginarily) the other or, on the contrary, with aggressiveness and depression because they feel hurt or mistreated by the others. Lastly, the immediate incorporation of forgiveness into the medical-psychological practice is recommended in order to free the body, the mind and the spirit from the invisible chains symbolically tying the person and, consequently, preventing him or her from loving, realising and reaching the so yearned happiness.

Key words: Humanistic Psychology, Clinical Psychology, psychological orientation.

Referencias bibliográficas

  1. Dueñas Becerra J. Inteligencia, inteligencia emocional y espiritualidad. Una reflexión desde la Psicología Humanista. Rev Cubana Psicol. 2003;20(3):54-6.

  2. Dueñas Becerra J. Cambio de actitud y estructura sociocultural. Vivarium. 2001; XVIII:45-9.

  3. García PM. Para tener vida. Santo Domingo, RD.: Editorial de Espiritualidad del Caribe; 1995.

  4. Mello de A. Un encuentro con Anthony de Mello. Liberación. Buenos Aires: Editorial Lumen; 1989.

  5. Mello de A. La iluminación es la espiritualidad. Llama Viva. Rev de Espiritualidad. 1994;3:8-10.

  6. García PM. Psicología de la experiencia religiosa . Santo Domingo, RD.: Editorial de Espiritualidad del Caribe; 1999.

  7. González Rey F, Valdés Casal H. Psicología Humanista. Actualidad y desarrollo. La Habana : Editorial Ciencias Sociales; 1994.

  8. Platón. La República. Madrid : Alianza Editorial; 1988. p. 86-7.

  9. Auger L. Ayudarse a sí mismo. 7ma. Ed. Santander: Editorial Sal Térrea; 1987.

  10. Roca MA. Psicología Clínica. Una nueva visión. La Habana : Editorial “Félix Varela”; 2001.

  11. Dueñas Becerra J, Pérez Valdés N. Psicología de la Salud : letra y espíritu. Rev Cubana Psicol. 2003;20(1):67-70.

Jesús Dueñas Becerra - Profesor-asesor y periodista. Hospital Psiquiátrico de La Habana
jesus@infomed.sld.cu
 

Publicado, originalmente, en la web de Rev. Hosp. Psiquiátrico de la Habana 2006; 3(3) http://www.revistahph.sld.cu/

 

Link: http://www.revistahph.sld.cu/hph0306/hph03506.htm

 

En Letras-Uruguay ingresado el presente trabajo el día 21 de octubre de 2013


Autorizado  por el autor, al cual agradecemos.

 

 

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