Amar es vivir
por Dr. Jesús Dueñas Becerra

Hospital Psiquiátrico de La Habana
jesus@infomed.sld.cu

El impetuoso desarrollo de las ciencias médicas y psicológicas, así como la esmerada atención que el estado insular le presta a la salud del pueblo, aumenta —de manera considerable— la esperanza de vida de quienes amamos, creamos y soñamos en el archipiélago cubano. Las personas llegan a una edad mucho mayor a la que alcanzaron nuestros padres, abuelos y bisabuelos. La vida se ha convertido en más rica, más hermosa, porque —simplemente— porque vale la pena vivirla, sobre todo en la mediana edad, ya que, según un científico europeo, no se llega a la tercera edad hasta que no cumplimos 80 años. Para vivir plenamente la mediana edad, lo único que debemos hacer es descubrir los encantos y atractivos que posee, y aprovechar al máximo las posibilidades que ella nos ofrece para desarrollar nuestras capacidades vitales. El amor, por ejemplo, no está limitado a la adolescencia y la juventud. La mayoría de las personas de la media o tercera edad sienten profundamente y con romanticismo, con pareja o sin ella, todo aquello que les inspira amor. Así las cosas, disímiles formas de expresión de amor activo, tierno abnegado y apasionado, pero no por ello menos poético, pueden enriquecer —con creces— la segunda mitad de la vida. Estamos seguros de que si usted, estimado amigo oyente, está transitando por este periodo etario ame y no morirá nunca, sencillamente porque el amor es vida. Al respecto, evoquemos el aforismo martiano: «la vida sin amor es muerte y nieve» Ha sido un comentario del doctor Jesús Dueñas Becerra, en la voz de…, para la revista dominical RP-105.

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