Adolescencia: una reflexión desde la psicología humanista
por Dr. Jesús Dueñas Becerra

Hospital Psiquiátrico de La Habana
jesus@infomed.sld.cu

Adolescencia viene de la voz latina adolescere, que quiere decir crecer, y es una etapa de la vida caracterizada por el crecimiento bio-psico-socio-cultural y espiritual de la persona; complejo proceso de desarrollo anatomofisiológico, en que deja de ser niña o niño…, pero todavía no puede considerarse un adulto. La relación del adolescente con su entorno y familiar y educacional adquiere determinadas particularidades y especificidades, mediatizadas por su yo juvenil en pleno proceso de maduración psicosocial. El adolescente recibe educación en el medio escolar, donde alimenta el intelecto y el espíritu, desarrolla multifacética y armónicamente su personalidad y se prepara para la vida adulta con las armas que le da la cultura general integral… Pero también en el hogar, donde interioriza e incorpora a su estilo de afrontamiento el ejemplo, positivo o no, que procede de los progenitores y demás integrantes del núcleo familiar, donde desarrolla sus actividades cotidianas. Establecer ese vínculo no es fácil, pero tampoco es difícil o imposible; ahora bien, si el adolescente percibe amor en la relación con el otro y se respeta su inviolable dignidad humana, tanto por los familiares como por los maestros, aprende a amar y a respetar a unos y otros. Por otra parte, los padres y maestros, mediante el ejemplo vivo, no por decretos, leyes u órdenes incomprensibles, le enseñan al hijo o discípulo a cumplir sus deberes elementales en el medio familiar y escolar y a reclamar sus derechos como ser social que vive en comunidad. Amor, aceptación y respeto son las únicas llaves que le permiten al adulto franquear las puertas de la vida psicológica y espiritual de un adolescente. No olvidemos que educar es, según el padre Félix Varela, "mostrar alternativas, caminos u opciones, para que el estudiante decida cuáles ha de elegir". O "acariciar el intelecto y el espíritu del hombre, y a la vez aguijonearlo con infinidad de interrogantes, que el discípulo deberá contestar a través de toda su vida"; síntesis del vigente pensamiento pedagógico de Varela, Luz Caballero y Martí, tres insignes educadores cubanos de todos los tiempos.

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