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En el mes de las letras

Cuando la paz agoniza, nace la palabra para decir basta ya
Elías Du Halde
Director de "Dialéctica 2ª época"
dialectica2epoca@gmail.com

Hoy, cuando la Vida agoniza en el Medio Oriente y en el Asia resuenan tambores de guerra, no puedo más que pensar en ti…Paz.

¿Cómo puede ser posible que en este mundo donde  la tecnología avanza a pasos agigantados, aún exista la barbarie que imponen seres humanos con afán de poder  para satisfacer su ambición  de hegemonía sobre el resto del planeta?

¿Cómo puede ser posible que el don de la palabra pueda ser avasallada por  el poder de las armas porque al Imperio no le gusta que un pueblo luche por su libertad o autodeterminación? Así lo demuestran por ejemplo los golpes de Estado llevado a cabo por sus sicarios, o las masacres, manifestaciones  de violencia e injusticia que lleva  a cabo, cada día, su aliado Israel en contra  del  pueblo palestino.

¿Cómo puede el Señor de la guerra suponer  que el desarrollo de la tecnología atómica, sólo él y sus aliados tienen derecho a poseerla y  en exclusiva  desarrollar armas nucleares, pensando que  si lo hicieran los demás países la utilizarán con fines terroristas,  cuando el primer terrorista y genocida amparado en su poder armamentista fue Estados Unidos cuando lanzó la primera bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki en el tiempo en que Japón ya estaba derrotado?

¿Cómo puede ser posible que en pleno siglo 21 la corrupción de los gobernantes amparados por el poder mediático le sigan haciendo el juego al Zar de la guerra y de la muerte, despreciando la vida, don natural de cada ser humano?

Como poeta, escritor y humanista no puedo quedarme callado  ante el horror que ha desatado durante decenios la mentalidad criminal del poder político, económico y armamentista que vive bajo la ideología del imperio, amparada y defendida por seudos periodistas, analistas internacionales y escritores que se venden como Judas al poder mediático por unas cuantas monedas o un premio internacional.

Ante esta realidad  que vive nuestro mundo hago un llamado a todos los artistas de todas las artes a unirnos y denunciar a los verdaderos depredadores que cada día azotan las ciudades de nuestro mundo.

La Paz no es una quimera que nace en el alma de los artistas, sino un sueño de los pueblos que viven oprimidos bajo el poder de las armas.

El Don de la Palabra también nos fue dado para denunciar el genocidio, a veces, sentimos no es suficiente exteriorizarlo mediante metáforas, sino su poder destructor requiere palabras claras y consecuentes de denuncia.

Basta leer y ver en los noticiarios lo que ocurre en Estados Unidos que mantiene a su pueblo viviendo en una burbuja donde los terroristas son otros y no sus gobernantes. La enfermedad crece cada día y vemos como niños, jóvenes, adultos o ex soldados tienen  acceso a las armas,  matan y masacran a la gente y el sistema no hace nada por enmendar esta situación porque a los políticos y fabricantes de armas no les conviene.

¿Queremos esto para nuestros hijos y las nuevas generaciones? Creo que no.

¿Queremos que nuestros hijos comiencen a caminar portando armas en sus manos en lugar de juguetes o libros? Creo que no.

¿Queremos que nos vendan un mundo de farándula, alfombra roja, realites y fútbol? Creo que no.

¿Queremos que el Pentágono y la OTAN sigan haciendo de las suyas bajo el silencio hipócrita de las Naciones Unidas? Creo que no.

Nuestra mejor arma son los misiles de letras y las bombas de arte con las que podemos defender nuestro mundo, entonces a que esperar para darlo a conocer.

DESCANSAR Y MORIR CON TU NOMBRE, EN PAZ

Esta noche, mientras la luna
me regala sus hebras de plata
zurzo las heridas contenidas
en el diario de vida de mis arrugas.

En su cuerpo milenario, está escrita
la historia de nuestro mundo,
sus pasillos guardan entre candados
lo que el tiempo e historiadores han omitido.

Mis dedos, vejados por cables eléctricos
detuvieron su libre marcha,
mi bolígrafo, anonadado, detuvo su respiración
una capucha negra selló la puerta a la palabra.

La noche negra que vivió mi cuerpo, desapareció
cuando la puerta de hierro se cerró a mi espalda
y un sueño contenido en los pliegues del tiempo
despertó, para gritar en silencio ¡Libertad!

Largo y lleno de obstáculos, ha sido mi caminar,
no puedo detener el tiempo en el infinito,
pero si puedo, por ti, reina de la vida
seguir denunciando a tus violadores.

¡Cómo deseo que algún día,  tú,  Paz,
con tu eco de violines y trompetas
cantes “Gracias a la Vida” en el Pentágono
para calmar al Señor de la Guerra!

¡Cómo anhelo que las Naciones Unidas
se bañen en el útero de tu etimología
para cambiar la realidad del mundo
y renazcan abrazados a la luna y el sol!

Son tantos mis sueños, amiga mía
que para calmar la sed que abrasa mi alma
solo espero que algún día, ocupes tu trono
para descansar y morir con tu nombre…en Paz.

Galvarino Orellana (Freddy Cancino S.)

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