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Lágrima Ríos, la única cantante negra de tangos
De los “recreos” de la década del cuarenta a la Sorbona de París
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or Néstor Dipaola
chapaleofu_tandil@yahoo.com.ar 

 
 
 

Febrero es típicamente “el mes del carnaval”. La uruguaya Lágrima Ríos  es la única cantante negra de tangos,  aunque muy identificada también con el candombe y por ende con las carnestolendas.

Próxima a cumplir 80 años, resultó una verdadera delicia conversar con ella en su casa de Montevideo, ubicada en el barrio Sur, sector que identifica a la gente de su noble raza. 

 

Lágrima Ríos, que actuó en reiteradas oportunidades en Buenos Aires, nació en Durazno, centro del país, el 26 de septiembre de 1924, pero estuvo allí solamente unos días. “Mi madre -explica- estaba aquí en la capital, pero cuando fue inminente mi nacimiento se fue a la casa de mi abuela. Mi madre tenía recién cumplidos 15 años. Esos problemas que tiene la vida para mucha gente, ¿vio? Ella volvió enseguida a Montevideo, porque estaba colocada acá. Mi abuelo había  colocado a las hijas en distintas casas de familia como criadas”.

 

“Heredé el canto de mi madre negra”

 

La artista se crió muy cerca del Río de la Plata, el mismo al que Solís le llamó Mar Dulce y al que los montevideanos todavía le llaman “el mar”. Estuvo siempre al lado de su madre, que desde que la pequeña tenía tres años, se instaló en la misma vivienda que realizamos la entrevista, en la calle Durazno 1182, en los pequeños conventillos que había entonces.

“Mi madre -dice- ya tenía a su compañero con ella, mi padre. Viviendo ahí comencé a escuchar música, tango, a vivir en un lugar donde mi vida se formó, siempre al lado de la gente que le gustaba cantar y le gustaba la música. Mi madre cantaba precioso. Si yo tengo buena voz tiene que haber sido por ella, porque mi hermana que está en Buenos Aires también canta”.

Lágrima concurrió a una escuela del barrio, donde realizó los estudios primarios. “Me gustaba la escuela; quería ser contadora. Tenía mucha facilidad para los números, pero los problemas de la pobreza no me lo permitieron hacerlo. Pero la vida, en contrapartida, me dio la garganta para que pudiera defenderme en la vida y llegar a ser alguien”.

 

Cerquita de Durazno y Convención

 

Sur y Palermo son dos barrios que están pegados, “rivales y hermanos”, como dice Jaime Roos en su emblemática canción “Durazno y Convención”. Son los barrios de los tambores y del famoso conventillo del Medio Mundo, que estaba en Cuareim 1080. Era un verdadero monumento histórico que la dictadura oriental borró del mapa montevideano a mediados de la década del setenta.  “Ahí había siempre tamboriles -cuenta la cantante- y yo me escapaba de mi casa y me metía en el conventillo para escuchar. Cantidad de niños, más de 40 piezas y parejas que tenían 5 y 6. Por eso muchas veces la persona encargada del lugar no me dejaba quedarme adentro porque ya de por sí eran demasiados los niños que vivían allí, como para que yo, que estaba a la vuelta, pudiera agregarme”.

 

“El tambor era la voz de todos nosotros”

 

Por la época todavía no estaban las Llamadas, que empezaron recién a mediados de la década del cincuenta. Pero había, de todos modos, desfiles de los tambores. “Era una manera de manifestarse mi colectividad en todo momento. El tambor es la voz de todos nosotros”.

También se rodeó de las famosas bailarinas, Marta Gularte primero y Rosa Luna más adelante. “Marta -dice Lágrima Ríos- era una mujer hermosísima; no tanto su cara como su cuerpo, su manera de bailar. Ella presentó a todo el público la manera de bailar nuestra música. Después vino Rosa, otro tipo de mujer, también nacida en ese conventillo. Era alta, una negra grandota, cara bellísima. Porque como había mezclas, se daban en las caras de las negras, a veces, facciones finísimas, hermosísimas. Rosa Luna era una digna representante de la belleza de mujer negra, simpática, muy agradable. Vivió siempre haciendo bien, ayudando a sus compañeros. Tanto es así que murió actuando, bailando, con menos de sesenta años. Para el corazón no hay edad, pero se nos fue demasiado joven. Ella estaba cumpliendo su sueño de ser madre; no pudo serlo pero sí había traído de Rivera (norte de Uruguay, límite con Brasil) un niño al que adoptaron con su esposo. Estaba casada y criaba a ese niño con toda su alma”.

 

Aquellos recreos como el de Unión y Progreso

 

Los tandilenses de los años cuarenta recuerdan con nostalgia aquel “recreo” ubicado donde hoy se levanta la monumental sede de Unión y Progreso, en la populosa barriada de Villa Italia. Y precisamente por esos años, Lágrima Ríos empezó a cantar, a los 18 años de edad, en un recreo montevideano. “Eran lugares -señala- que se abrían en verano; eran como grandes patios al aire libredonde se hacía un pequeño escenario -y a veces sin él-, se ponían mesas y sillas. ¿Sabe cóme llegué allí? Mis padres se iban a trabajar y yo quedaba con mis hermanas menores, hacía las cosas de la casa y vivía cantando. Nunca imaginé que la gente que pasaba  por la vereda prestaría atención. Un día golpearon en mi casa y era un señor que iba a inaugurar uno de estos recreos.  Sentí mucha vergüenza, pero pensaba que era algún dinero que podía aportar a mi casa, porque en ese momento trabajaba en una fábrica de tejidos. El día que tenía que debutar, una amiga me prestó una blusa, otra me prestó una falda, así fue como debuté cantando”.

 

Cuando Alberto Mastra llamó a la puerta

 

-¿Cómo siguió todo?

-Una de esas noches, ya unos años después, apareció en mi casa quien fue parte importante en mi vida, Alberto Mastra. Había nacido en Montevideo, pero estaba en Argentina, donde era muy conocido. Tenía la particularidad de tocar la guitarra al revés, con la mano zurda, pero sin invertir las cuerdas. Una vez disolvió el conjunto y quiso formarlo acá. Golpeó en casa y cuando mi mamá me dijo “te busca Alberto Mastra”, me la quedé mirando; se trataba de una gran personalidad. Ahí conocí a un personaje formidable, gran músico y autor y gran persona. Yo era una muchacha muy tímida, pura y de mi casa. Me ayudó Alberto muchísimo.

-En esos años en que debutó, ¿cantaba tango y candombe o candombe solo?

-Candombes no cantaba. Sólo música típica: tangos, valses, milongas. Lo hacía con guitarras.

-¿Cuándo llegó al candombe?

-Mucho después, cantando en la comparsa Morenada. Tenía 22 años cuando salí la primera vez en Carnaval y ni siquiera me imaginaba que yo podía ser referente de esa música. Creo que fue el candombe quien me descubrió a mí, no al revés. Aunque no lo bailé, sólo el canto.

-¿Y durante las llamadas?

-Desfilaba y saludaba. Ahora, siendo grande, empecé a moverme cantando candombe, porque estaba más desinhibida, qué le iban a decir a una mujer de 60 años.

-¿En qué comparsas estuvo saliendo?

-En todas. De Montevideo en todas. En la que más estuve fue en Morenada. Tengo lindos recuerdos ygrandes compañeros. Nunca bebí, nunca entré a tomar en un bar.

 

Ídola en Buenos Aires y en la Sorbona

 

-¿Cómo le fue en sus salidas al exterior?

-Tremendamente bien. En Buenos Aires actué siempre muy bien. He sido amiga de Alberto Castillo, de la madre y la esposa. Era una persona maravillosa, muy humilde. También de Hugo del Carril y de muchísima gente de Argentina. Últimamente estuve yendo a trabajar a La Trastienda, en el barrio de San Telmo, un precioso lugar, con un público excelente.

-¿En qué otros lugares ha estado?

-En Australia, Brasil; en España fui contratada por tres meses y me quedé tres años en Madrid, trabajando para la Municipalidad, pero recorriendo España. He estado en Cuba, en Estados Unidos, en Suecia, en Holanda. Siempre me llevaban a actuar a lugares donde había público de habla hispana. No sé por qué le tengo aversión a cantar en inglés. Cantábamos en inglés por fonética con un grupo porque hacíamos negro espiritual.

-¿Cómo le fue en París ?

-En el año 2001 fui por primera vez a París. Soy la primera negra uruguaya que se presenta a hacer su espectáculo en la Sorbona.

 

Dios me quitó cosas, pero me dio el canto

 

-¿Si tuviera que hacer un balance?

-Una vida muy positiva. Dentro de la pobreza en que me crié y sin imaginarlo jamás, personas que sabían música me dieron clases. Pero cuando yo cantaba me decían “qué te podemos enseñar, vos tenés ya de por sí la música tan metida en tu ser, que no se te puede enseñar”. Algo Dios me dio; si bien me quitó cosas me dio otras que yo no esperaba y una de ellas es el canto, con las satisfacciones que me ha dado. Todas las cosas que tengo en mi casa son recuerdos de distintos momentos, de lugares, de cosas que nunca imaginé que iba a recibir. Las posibilidades que me dio para cultivarme, al recorrer el mundo. Y tuve buenas enseñanzas. Nunca nadie podrá decir que alguna vez le contesté mal, o tuve un mal gesto. Porque mi madre, dentro de lo pobre que fue, siempre supo atender a la gente y lo que ella recibía de la gente que tenía a su alrededor captaba lo que le servía y me lo transmitía a mí también, al igual que a mis hermanas.

-¿Un solo hijo?

-Sí, vive en Suecia. Se fue con 19 años, casado, con una nena de 2 meses. Eran estudiantes él y ella. Eran épocas difíciles para los estudiantes. Hace 30 años que se fue. Tengo 5 nietos y 7 bisnietos.

-Y también es muy valorada su lucha en Mundo Afro.

-Sí, sobre todo porque yo no culpo a nadie de los problemas que vivimos los negros. Pero sí hay que explicarles y darles a entender que la gente no vale por el color de la piel que le cubra sino que vale por lo que tiene dentro, por lo que hace por sí y por sus semejantes. Ese es el valor de un ser humano. Estoy segura que voy a desaparecer y la gente me va a recordar de vez en cuando, y no por mi belleza o el dinero que pude haber tenido, sino por la manera de ser que tengo, por mi lucha de todos los días. Tenemos  que luchar para buscar un lugar.

-¿Es ésta una época distinta a la de su juventud?

-Sí. Aunque viví una infancia muy pobre, era muy diferente. Jamás tuve miedo. Ahora, a las 9 de la noche no voy al almacén que está en la esquina por temor. Por sacarte nada te dan un palo y un mal golpe. Pero yo conocí la época que era muy linda, había mucho respeto, educación, hasta el sol parecía que brillaba más.

-¿Alguna preferencia?

-Toda la vida me gustó la lectura, ninguna en particular. He leído novelas, me gusta interiorizarme de lo que pasa a nivel mundial, más que nada en mi país, por lógica, pero también lo que pasa en el mundo, cómo vivimos, qué tenemos al costado. Me gusta la historia, porque uno se da cuenta de los cambios que ha habido en el mundo durante tantos años.

-¿Qué le produce Carlos Gardel?

-Fue lo máximo. Fue un hombre que tal vez no alcanzó a darse cuenta lo grandioso que era. Supo expresar por medio de la palabra, del gesto, sentimientos, pasiones, dolores, todo lo que vive un ser humano; todo esto lo expresaba sólo cantando. No creo que surja nada igual.

-¿Tiene alguna simpatía en el fútbol?

-Peñarol acá, y en Buenos Aires Boca Juniors.

-¿Un sueño, algún anhelo profundo?

-Muchos. Algunos logré, otros no. Pero el anhelo actual es que Dios me dé algunos años más y poder ver a nuestros tres países, conjuntamente con Brasil, con su gente que tenga trabajo, que no pase hambre, que se viva mejor. Eso me gustaría ver antes de marcharme. Y ojalá pueda visitarlos en Tandil, ir y hablarle a su gente, explicarle lo que siente una mujer negra uruguaya. 

 

“Mundo Afro”, en defensa de la negritud

 

La cantante Lágrima Ríos es, además, fundadora de Mundo Afro, institución que nació en 1970 con la finalidad de integrar al negro a la vida cotidiana en general.

 

“La idea -expresa- fue luchar contra el tremendo racismo que siempre hubo. La gente asocia, y aún  ahora, al negro con el tamboril, el candombe y el vino. Sin embargo, nuestra cultura, nuestra historia, es completamente diferente. Muy poca gente de la que discrimina conoce la verdadera historia, cómo llegó el negro a América del Sur, por qué llegó, por qué lo trajeron. Porque por algo fue traído a estos lugares. El negro, si bien nació en África, fue traído por distintas razones. Siempre se pensó que el negro tenía que ser esclavo del blanco, tenía que vivir a su orden. El negro, hoy en día por medio de Mundo Afro, está llegando a demostrar, a nivel mundial, que es un ser humano.

-¿Y que tiene su propia cultura?

-Y que además la defiende. El color de la piel no lo hace diferente, lo hace distinto. Yo pregunto por qué la colectividad blanca que tanto nos castiga, en verano se pasa horas interminables debajo del sol tratando de lograr el color que nosotros tenemos. Esas son cosas que uno no comprende. Tiene valor el blanco que está tostado por el sol, que queda negro por el sol, pero el que nació negro no tiene valor. Mundo Afro está luchando y haciendo conocer a nivel mundial lo que está haciendo aquí. Es una institución creada por negros, pero no es para los negros solamente, porque viene cantidad de gente que nada tiene que ver con nosotros en busca de nuestra cultura, nuestros conocimientos, queriendo conocer la verdadera historia, incluyendo las escuelas. O sea que hacemos docencia.

-¿Ha sufrido discriminación por ser negra y por ser mujer?

-Sí, yo sufrí racismo. Una vez gané un concurso y me contrató un español que trabajaba en Casa de Galicia. Cuando fui no me dejaron entrar. El director les dijo: “¡Cómo, es nuestra cantante, hemos ensayado todos estos días previos!”. Pero le dijeron que yo no podía entrar porque la institución no permitía la entrada de negros. Hace tres años me hicieron una reivindicación en el mismo club. Y también he sido discriminada como mujer. La viví y la sufrí, porque me sentí dejada de lado; y aún hoy, que la gente de mi país y fuera de él me quieren muchísimo. Porque uno no puede a todo el mundo contarle su vida. Pero también tengo niños y juventud que me siguen.

 

Entrevista de Néstor Dipaola
chapaleofu_tandil@yahoo.com.ar
www.nestordipaola.com.ar
Año 2004

 

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