Misterioso origen
De "Huellas de Ranqueles"
Susana Dillon

El origen del pueblo Mapuche se pierde en el misterio de la prehistoria se tiene noticias de que en el siglo XII los incas extendieron su reino hasta el sur de Chile encontrando en esas tierras un pueblo que se defendió fieramente del invasor.

Este pueblo ya tenía su propia religión con un solo dios, sus propias y originales costumbres, su lengua y su cultura. No habían levantado templos, ni palacios, no tuvieron emperadores, ni corte, ni pirámides ni sacerdotes. Habían heredado de otras edades, su destreza en la navegación orientándose por las estrellas, además eran audaces aventureros de talón de hierro en las grandes llanuras y desiertos. Hay una versión que los ubica como descendientes de los frisios, según Aída Kurtef en «Los Araucanos en el Misterio de los Andes» -pueblo venido de los mares del norte y otra que habla de su origen fenicio.

Se describió a aquella gente como de alta talla, piel clara, bien formados y hasta hermosos. Centurias les habría llevado a estos viajeros mezclarse con oleadas de Incas y otras culturas para dar tipos humanos de gran fortaleza física y espíritu guerrero.

Llegados los españoles se encontraron con una férrea resistencia que duró 300 largos años.

Hay reminiscencias de esta gente andariega no sólo en su espiritualidad religiosa, sino en el arte textil donde guardas y técnicas son comunes en los objetos arqueológicos encontrados en estos pueblos tan distantes, pero todavía hay más: palabras comunes a pueblos de distancias impresionantes. Parecido lenguaje, parecida religión, iguales símbolos artísticos. En total, un verdadero parentesco para seguir investigando.

Sería un grueso error querer establecer quién fue el más civilizado de los pueblos americanos.

Fueron distintos, como distinto fue el paisaje de su dispersión, su lengua y su origen.

Lo que defendieron y aún siguen defendiendo los mapuche-ranqueles es precisamente una cultura diferente, su forma de vida donde el hombre es hermano, donde el título de lonco o toqui no daba derecho a exigir servicios personales ni obediencia ciega. Todo estaba en relación a su comunidad y en armonía con el cosmos.

Han comprendido a la naturaleza, desde siglos. Sus creencias constituyen un verdadero tesoro espiritual.

El idioma o mapudungu nace como una concepción ligada a la vida, a lo que la rodea, por eso es metafórico y muchas veces poético.

Eran tan libres que no pagaban impuestos a nadie. Todos eran sus iguales, por eso no eran ni competitivos ni consumistas. Todos eran sus prójimos. No conocían la palabra solidaridad pero la practicaban. Si en sus largas peregrinaciones pasaban por una ruca solitaria y aislada, eran invitados a pasar para que el anfitrión tuviera la satisfacción de quitarles la sed, el hambre o el cansancio. No tienen ambiciones porque no se atiborran de bienes para presumir ni ostentar. No conocen la codicia.

Sus valores morales son tan grandes que a pesar de la miseria en que los han sumido los presuntamente «civilizados», en ningún asilo o geriátrico encontraremos a abuelos mapuches, tampoco en orfanatos se encontrarán niños mapuches. No tienen la palabra huérfano. No existe entre los ancianos nativos la institución civilizada que creó la antesala de la muerte ni la didáctica de la delincuencia en los reformatorios de menores.

En el territorio de Chile todavía se encuentran, en cementerios indígenas bellísimas piezas de alfarería, cosa que casi no ocurre en nuestro país, donde se puede apreciar el arte exquisito de las manos anónimas que los elaboraron para la gente común.

No hay tumbas de reyes. Vivieron sin las ataduras de las jerarquías. Todos podían obtener cosas de uso común, maravillosas. En ellas es posible reconstruir la cultura de este pueblo en su mundo espiritual, material y social. Son ricos documentos, tal vez monumentos a una cultura que defendió como nadie ese horizonte de libertad que en el devenir de los tiempos se la entregó como herencia a nuestro gaucho.

Susana Dillon
De "Huellas de Ranqueles"
Imprenta Libertad - Río Cuarto - 2002

Ir a índice de América

Ir a índice de Dillon, Susana

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio