Esa gran atracción de La Pampa
De "Se vienen Los Pampas"
Susana Dillon

Las pampas atraían y fascinaban a la gente del lado de Chile, para ellos era el lugar de enriquecimiento fácil, se decía que allá ocurrían los grandes acontecimientos militares donde los hombres se convertían en héroes, cubiertos de gloria. Se podía sostener que durante los siglos XV a XIX el ir a La Pampa se transformó en una especie de ritual donde los jóvenes practicaban las artes de la guerra y las de buen gobierno de las futuras tribus. Aquel viaje y su posterior ejercitación los hacía guerreros mejor formados y les permitía, luego de ese aprendizaje, regresar hechos hombres adultos. En sus relatos, los ancianos los aconsejaban "ir a arreglarse a la Argentina", como ahora sabemos que se prestigia aquel que se gana una beca en el exterior.

Rodolfo Lenz, decía en 1896: Cerca de Curamalal, en Argentina, hay, según dicen los indios, una cueva que está bajo la protección de seres sobrenaturales, parece que allí pueden alcanzar el don de ser invulnerables. Los mapuches chilenos querían como el mejor de los destinos, hacer su viaje de conocimientos para ser grandes guerreros. Estamos en presencia de una sociedad militar que luchó casi 300 años con los españoles y que se veían venir las guerras con los gobiernos criollos.

Se decían: "Se va a la Argentina y entonces seremos valientes", ya que era el lugar indicado y especial donde se realizaban los ritos de iniciación guerrera. Estos ritos se celebraban cuando los jóvenes pasaban a otras etapas de la vida: de la niñez a la pubertad, de la adolescencia a ser hombres. Convengamos que esos ritos de transición consistían en pasar cierta información secreta referente a los seres sobrenaturales que tienen la facultad de regir el universo y sus ocupantes.

Lo concreto es que los pampas ejercían una fuerte fascinación entre los mapuches chilenos y los viajes al otro lado de la cordillera eran permanentes. Hasta hoy se mantiene el recuerdo vivo del lado argentino, aún se lo recuerda a Cafulcurá como el más grande de los caciques y se lo venera como a un héroe.

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