¿En qué fecha murió Abraham Valdelomar? |
Pretextando un deseo del poeta granadino, Guillermo De Torre rehuye aclarar la fecha del nacimiento de García Lorca: "Si el poeta tuvo en vida, como una pequeña coquetería -no vanidosa, más bien propia de su ánimo infantil, alegre, o de su fondo supersticioso- el capricho de dejar siempre imprecisa, en las biografías, la fecha exacta de su venida al mundo, no hemos de ser ahora tan irrespetuosos con su memoria ni tan reverentes de la fidelidad cronológica que lleguemos a inventarla por un afán de exactitud". (G. de T. "Tríptico del Sacrificio". Pág. 55). Sin embargo, más adelante, como Manrique en las coplas cuando, luego de decir que las hazañas de su padre "non cumple que las alabe" y los exalta, sí, a renglón seguido, De Torre hace consideraciones en torno al día en que nació el infortunado poeta español: "Los textos ‘más autorizados’ o que actualmente podemos recurrir son imprecisos o discordantes sobre este punto. Nació Federico García Lorca -se dice en la antología Poesía española. Contemporáneos, de Gerardo Diego- a fines del siglo XIX. Y otra más minuciosa y completa, la de Federico de Onís (Antología de la poesía española e hispanoamericana, 1882-1932) indica, sí, una fecha, pero poniéndola entre interrogantes: ¿1899? Por su parte, más resuelto, Ángel del Río (Revista hispánica moderna, New York, abril 1935) da una fecha que no hemos podido comprobar: 5 de junio de 1899". (G. de T. "Tríptico del Sacrificio". Pág. 56). Es fácil suponer el por qué de este continuo contradecirse: no se puede eludir enmarcar cronológicamente la vida de figuras trascendentales. En el caso de los escritores, la relación entre sus vidas, sus obras y las épocas en que aquellas transcurrieron, es casi inevitable. Tal en el Perú, el caso de Abraham Valdelomar. ¿Es posible tolerar error, en torno a un artista fallecido apenas hace cuarenta años? Si nos resignamos a dudas relacionadas con personajes algo distantes, como el Inca Garcilaso, cuya fecha de desaparición aún no ha sido aclarada, no podemos aceptar cosas oscuras en los hitos biográficos de un escritor como Valdelomar, gran parte de cuyos familiares y amigos aún viven. Asunto excepcional éste, el del cuentista iqueño, tan cercano y todavía causa de devaneos entre sus biógrafos. La propia partida de bautismo confabula en su contra, al dar coma fecha de su nacimiento una inexacta (l). Asimismo, desde la publicación de los ensayos de Xammar en diversos periódicos, precediendo a la salida de "Valdelomar: Signo" -hasta ahora, el mejor trabajo bio-bibliográfico sobre El Conde de Lemos- todos los que han hablado de él, han indicado coma fecha de su muerte el 2 de noviembre de 1919, con excepción de "J. C." en su reciente recopilación de la obra poética de Valdelomar. Obras de texto de dos conocidos catedráticos sanmarquinos, reinciden en el error. Aunque todavía no nos ha sido posible hallar la partida de defunción, para someterla al comentario respectivo, nos escapamos a la tentación de referirnos a algunos documentos que prueban que el 3 de noviembre de 1919, es la verdadera fecha del fallecimiento del autor de "Verdolaga". Ese día fue remitido a "La Acción", diario de Chincha ya desaparecido, el siguiente despacho: "Ayacucho, noviembre 3.- Acción.- Chincha.- A consecuencia de uno seria caída desde un segunda piso murió hoy el diputado regional por Ica, Abraham Valdelomar. El Congreso se ha declarado en duelo suspendiendo sus sesiones. Ha sido encargado de pronunciar el discurso necrológico, el día que se celebren los funerales, el diputado por Chincha, señor Ernesto Velit. La muerte del diputado Valdelomar ha sido muy sentida por la sociedad ayacuchana. El Corresponsal". (En "La Acción", 6 de noviembre de 1919). Una telecomunicación dirigida el 6 a un diario de lo capital, es más explícito. Dice, entre otras cosas, refiriéndose a Valdelomar: "Tarde domingo (2 de noviembre de 1919) agravóse; médicos descubrieron lesiones costillas, declarósele afección pulmonar, fiebre alta, pasó noche malas condiciones casi falta conocimiento, muriendo 2 y 35 día 3 (en la tarde). Autopsia reveló lesión medular grave, vertebral destruída, dos costillas quebradas, muerte producida pulmonía doble consecuencia, golpe terrible espaldas. Cadáver embalsamado poder trasladarlo a Lima". (En "La Prensa", 8 de noviembre de 1919). Un documento más importante aún, es la extensa crónica publicada en Ayacucho, con el titulo de "EL FALLECIMIENTO DE ABRAHAM VALDELOMAR: Detalles de su viaje, de su fallecimiento y de lo ceremonia de funerales". Esta nota -aparte el recargo, la exageración y el abuso de los adjetivos, que critica Valdelomar en su cuento "Hebaristo, el Sauce que Murió de Amor" y que revierten irónicamente a la hora de su desaparición física- arroja valiosísimos datos que podrían considerarse verídicos, al provenir del mismo lugar en que le sorprendió la muerte, alcanzando el valor que por la distancia les fue negado a las periódicos de Lima (recordemos que sólo de Huancayo a Ayacucho, Valdelomar y sus acompañantes, debieron utilizar en el viaje cerca de cinco días): "En la noche se instalaba la primera junta preparatoria, Valdelomar es elegido secretario del Congreso, Antes de su elección, con la gentileza que caracterizó siempre todos sus actos, expresó en términos sencillos y elocuentes el saludo de la ciudad de Ica, a la de Ayacucho, recibiendo una gran ovación al finalizar su bella discurso, El. 1° del presente, al día siguiente de su llegada, se instala el Congreso y Valdelomar, en su calidad de secretario, da lectura al decreto de convocatoria; se nota en él suma nerviosidad; uno de sus compañeros de cámara le hace notar esta circunstancia; Valdelomar con tristeza de impenetrables alcances". (sic) … "La noticia de su caída cunde rápidamente en toda la ciudad; todas las clases sociales, sin distinción alguna, acuden frecuentemente a informarse de la salud del huésped distinguido…" (sic) … "Como la gravedad del enfermo requería cuidados esmerados, imposibles de verificarse en un hotel el Presidente del Congreso Dr. Velarde Álvarez, que desde el primer momento se preocupó de dictar todos las medidas que el caso requería, consiguió la traslación del paciente a la casa contigua, ocupada por el Sr. Huarote Ayvar, quien con todo gentileza accedió a la petición del Presidente del Congreso. En este local se constituyó una de las enfermeras que presta sus servicios profesionales en el hospital San Juan de Dios y que fue enviada por el Director de la Beneficencia, señor Alberto Arca; también se constituyeron soldados de la Sanidad Militar, y los señores Representantes acordaron relevarse por turno, de día y de noche para atender a las necesidades y cuidados del enfermo". "A las 2 de la tarde del día 3, se notaba uno ligera mejoría, que causó grata impresión en los presentes; el enfermo pidió leche y mientras le traían uno de sus compañeros de cámara le dijo que estaba muy mejor, a lo que contestó el escritor, con profunda convicción: ‘No, estoy muy grave; yo me muero’. Efectivamente, instantes después le sobrevenía fuerte ronquera, perdía el conocimiento, ya no se daba cuenta de la leche que le hacían beber, y cinco minutos después sin los crueles estertores de lo agonía, sin un movimiento, trasponía el umbral de la vida y penetraba en los obscuros e insondables arcanos de la muerte, dejando tras sí una senda llena de glorias, llena de ejemplos, de abnegación, fe, patriotismo e idealismos dignos de imitarse". (sic) … "A las 9 de la mañana del día 4 se procedió por los médicos doctores Demetrio García del Barco y Fortunato Canales, al embalsamamiento del cadáver, acto que fue presenciado por una comisión especial de lo Cámara y por algunas personas interesadas en conocer el resultado de este acto…". "En este acto también fue sacada la máscara del malogrado Representante, por uno de los artistas de esta ciudad, que a decir de personas entendidas en esta materia, realizó un trabajo perfecto digno de merecido elogio. Terminado el embalsamamiento, fue nuevamente vestido en traje de etiqueta y colocado el cadáver descubierto en el catafalco donde permaneció hasta el momento de su traslación al templo de la Catedral". (sic) … "Desde los primeros horas de la mañana del día 5 se notaba gran movimiento en la población ayacuchana, que se preparaba o asistir en masa o la traslación de los restos al Cementerio General… Lo mayoría de las personas siguieron hasta el Cementerio General, donde quedaron inhumados los restos del extinto, y que serán guardados por lo sociedad ayacuchana, con fervoroso culto cual merecen los restos del soñador e idealista infatigable…". (sic) (En "La Reforma", 6 de noviembre de 1919). ¿Y por qué el equívoco? 1°- Se consideró que Valdelomar había muerto transcurrido un día desde el occidente. En realidad murió dos días después. Sufrió lo caída aproximadamente a las 10 p.m. del 1°. Las horas finales y las primeras del día 2, fueron de intenso ajetreo para sus acompañantes que lo debieron instalar en la casa de un vecino de Ayacucho. Valdelomar falleció al día siguiente de ser aposentado, o sea el 3. 2°- Pensamos que, sin mayor fundamento, se señaló el día 2 como fecha de su fallecimiento, para seguirlo rodeando de ese hálito fantástico que lo envolvió desde su regreso de Italia. Ciertamente, constituye una nota de interés, el hecho de que aquel que presagiara su muerte, falleciera, precisamente, él Día de los Muertos. Tal vez, también, el deseo de protegerlo de la inquina enemiga, que él alimentó con su inocente desplante, motivando el ensañamiento (2), tendió, posteriormente, sombra sobre los detalles del percance que le ocasionó lo muerte. Pretendióse ocultarlos, afirmándose que Valdelomar sufrió las fracturas al caer de una escalera, cosa no cierta que produjo efectos negativos, pues el rumor impiadoso y malévolo habló de su caída o un silo -¡qué placer para los prestos desagües del comentario zurdo el fino y atildado Valdelomar, el Conde de Lemos, en un silo!- algo también inexacto. De estar con lo expresado por don Ernesto Velit Mazuelos, Representante por Chincha ante el Congreso Regional del Centro celebrado en Ayacucho, Valdelomar cayó al trasponer una puerta que conducía a un lugar de la segunda planta del edificio, sin piso, precipitándose a causa del desnivel. No descartamos la posibilidad de suicidio. Hasta el arribo de los restos de Valdelomar a Lima, donde fueron sepultados el 16 de diciembre de 1919, éstos habían permanecido en el nicho N° 193, cuartel del Salvador, del Cementerio General de Ayacucho. (1) En la partida de bautismo de Valdelomar, fechada el 4 de junio de 1888, el Padre Manuel B. Bao, cura interno de lo Santa Iglesia Matriz de la Parroquia de San Jerónimo de Ica (Catedral) certifica haber bautizado "a un niño de un mes y diecinueve días de nacido, a quien puse por nombre Pedro Abraham, hijo natural de Anfiloquio Valdelomar y de Carolina Pinto, fueron sus padrinos Juan Gonzales y Hermelinda Carvajal". Según esto el Conde de Lemos habría nacido el 15 de abril. Escritores iqueños, como Alberto Casavilca C. y Pelayo Casavilca, han hecho la crítica histórica, comprobando que Valdelomar cuando fue bautizado tenía un mes y nueve días de nacido y no "un mes y diecinueve días" como indica la partida mencionada, siendo así que su nacimiento ocurrió el 27 de abril de 1888. (Ver "La Voz de Ica", 30 de abril y 3 de mayo de 1957). (2) Llamábanle "zambo caucato". A una antología dirigida por él, "Las Coces Múltiples" y en cierta oportunidad señalároslo apto, sólo para "ir a sembrar papas en los Jardines Olvidados de Felix del Valle". |
Manuel Miguel de Priego - CHINCHA ALTA, junio de 1959.
En Cultura Peruana (Revista Mensual Ilustrada). Año XIX. Lima, junio de 1959. Vol. XIX, N° 132.
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