Luchar por la metáfora: metáforas y enigmas en el discurso zapatista(1) 

Luis de la Peña Martínez[2]
apalabrar@yahoo.com

 Paul Ricoeur in memoriam

“La metáfora también merece que luchemos por ella” es el título de la primera parte del libro de F. Gadet y M. Pecheux, que se tradujo  al español como La lengua de nunca acabar. Dicho título fue tomado a su vez de la singular reivindicación  expresada por uno de los personajes de la novela de Milan Kundera La vida está en otra parte. De tal modo, podríamos decir que el zapatismo ha hecho realidad esta consigna a través, principalmente, de las declaraciones y comunicados emitidos por la Comandancia General del EZLN o de aquellos textos firmados por el Supcomandante Marcos.

Los recursos retóricos y literarios, como es el caso de la metáfora -u otros como el oxímoron , la sinestesia, etc.- , han sido empleados en el discurso del zapatismo no sólo como un medio ocasional de persuasión o de ornamentación,  sino  como una manera de crear un lenguaje y, por tanto, un modo de acción diferente en el ámbito de la confrontación política e ideológica. Esto es, el zapatismo representa, como pocos movimientos sociales lo han hecho en nuestro país, una “insurrección de las palabras”, una rebelión frente al orden discursivo impuesto tanto en la política nacional como mundial por el neoliberalismo económico. El zapatismo ha sabido combatir contra este estado de cosas con  palabras y silencios, y con  imágenes metafóricas como la de los “caracoles”, la que es también un proyecto de transformación social y una forma de vida. De ahí el interés por abordar esta problemática en el presente trabajo.

Sin embargo, habría que decir que la metáfora no es la figura exclusiva de los mensajes zapatistas, o mejor, que esta figura aparece combinada con otras figuras, y hasta disfrazada de ellas, lo que se pone de relevancia sólo dentro de un contexto discursivo más amplio. La metáfora, pues, se presenta como una intersección, como señala Ricoeur en La metáfora viva, donde se unen la retórica y la poética. Persuasión y creación se combinan en ese espacio discursivo más semejante a una constelación de sentidos y significados  que a un  lugar sellado y homogéneo.

Se puede tomar como ejemplo de ello, la serie de comunicados dados a conocer en el periódico La Jornada, y también reproducidos en la revista Rebeldía, entre Agosto de 2004  y Marzo de 2005.Los comunicados son los siguientes: “Leer un video”, “La velocidad del sueño”, “El ridículo en horario triple A”, “En (auto)defensa de las jirafas”, “El bolsillo roto”, “Digna y Pável: memoria enlodada” y “Abajo a la izquierda”.  

De igual modo, en La Jornada se publicó “por entregas” semanales una novela detectivesca escrita “a cuatro manos” por el supcomandante Marcos y Paco Ignacio Taibo II (del 5 de diciembre de 2004 al 20 de Febrero de 2005), en donde se revelan algunos enigmas relacionados con el lenguaje metafórico zapatista; la novela se titula Muertos incómodos ( Falta lo que falta) y ya ha sido publicada en forma de libro, por lo que mi intención es analizar aquí esos aspectos, que forman parte de las estrategias discursivas que han caracterizado a este movimiento.  

Así, el título del primer comunicado ( o serie de comunicados, ya  que se haya dividido en ocho partes) pareciera a simple vista una metáfora: “Leer un video”, donde se sustituye el verbo ver por leer. Pero, en realidad, se trata irónicamente de lo contrario: lo que se sustituye es la palabra texto y se le llama “video” al texto del comunicado, como se explica tanto en el primer mensaje enviado por Marcos para anunciar el “video”, como en la primera parte del mismo, en que se señala, en lo que se supone es una cartulina y no una pantalla de televisión:

“La ausencia de audio e imagen en este video no es por falta de tecnología, sino por lo que se llama “tecnología de resistencia””.

 Entonces, se le llamará “video alternativo” a esta serie de textos “producidos” por el “Sistema Zapatista de Televisión Intergaláctica”, que en otros comunicados se presentará como “La única televisión que se lee”.Como se puede observar, esto es una parodia del lenguaje empleado en los medios de comunicación, en particular por la televisión. La cual es una cuestión que Marcos ha abordado en otros textos cuando critica el poder que estos medios tienen y su vinculación con el capital financiero y el Estado en la era de la globalización económica y tecnológica. Sobre todo en nuestro país, donde  a través de los “video escándalos” se exhibió y manipuló, a modo de un “reality show”, el problema de la corrupción  de algunos funcionarios públicos y sus efectos en el ámbito de los partidos políticos y de la sociedad en general, uno de los temas abordados en este comunicado.                           

Pero volviendo al asunto de la metáfora, habría que señalar que la primera parte del texto mencionado, subtitulada “Un islote”,  inicia con un relato poético donde aparecen imágenes como las siguientes:

“Con la protección de la lluvia , Sombraluz camina en espiral, dibujando con sus pasos un caracol”.

Y más adelante:

“También de a poquito se encienden los grillos. Así que espera todavía, deja tu cintura en mi brazo un momento más. Mira el desorden de estrellas dispersas, el cielo lavándose el rostro moreno de sombras, la luna guiñando luz entre las nubes”.

Este recurso, que podríamos llamar “estilístico”, es una característica de muchos de los textos de Marcos, quien para abordar alguna problemática específica se vale de algún tipo de discurso narrativo o de plano poético, con lo que existiría una confluencia entre los anteriores tipos de discursos y uno de tipo argumentativo, según la clasificación propuesta por Roland Barthes . 

Esto queda claro cuando se relaciona el título “Un islote” con la referencia a los problemas que enfrenta el país:

“Como si naufragara en el mar neoliberal, la nación Mexicana se hunde cada vez más, y se parece cada día menos a sí misma y más  a nada. El país cuya historia fundacional se remite a un islote en medio de una laguna, se ahoga en aguas que no son las suyas”).     

Por lo que se opondrá a esta situación los “islotes de resistencia”, como los que representan  las autonomías de las comunidades indígenas zapatistas con sus “caracoles” y sus Juntas de Buen Gobierno.

De igual manera, en la tercera parte de “Leer un video”, titulada “Tres hombros”, se

comienza con esta descripción, que sin duda merece el calificativo de “metafórica”:

“En el hombro de la noche apareció la luna, pero apenas por un momento. Las nubes se apartaron, como descorriendo una cortina, y entonces el cuerpo nocturno lució su huella de luz. Sí , como la marca que deja un diente en el hombro cuando, en el vuelo del deseo, uno no sabe si cae o se eleva”.

Para luego, continuar con una narración en la que se cuenta lo dicho por el “Viejo Antonio” para  explicar por qué los indígenas caminan encorvados: “porque cargan sobre los hombros su corazón y el corazón de todos”.

Así, de la metáfora “el hombro de la noche” (en que se humaniza lo no humano) y de la explicación mítica-metafórica del “Viejo Antonio”, se pasa a  una serie de variaciones o transformaciones semánticas y poéticas sobre el mismo tema:

“ Paso el tiempo y, con él, pasó lo que pasó. Nos preparamos para combatir y nuestra primera derrota fue frente a estos indígenas. Ellos y nosotros caminábamos encorvados, pero nosotros por el peso de la soberbia, y ellos porque también nos cargaban a nosotros(aunque nosotros ni en cuenta).Entonces nos hicimos ellos, y ellos se hicieron nosotros. Empezamos a caminar juntos, pero sabiendo todos que no bastaban dos hombros para ese peso”.

De ahí, entonces, el título de “Tres hombros”, pues Marcos denominará a la sociedad civil nacional e internacional que ha apoyado al zapatismo como “El tercer hombro”; sin dejar de lado, claro está, la sabida expresión coloquial “echar el hombro”:

“El tercer hombro de la lucha zapatista tiene muchos colores, habla muchas lenguas, ve con muchas miradas y camina con muchos”. 

Algo parecido ocurre con otro de los comunicados dividido en tres partes, titulado “La velocidad del sueño” , frase que, por cierto, se reiterará por medio de una pregunta retórica que Marcos se hará a lo largo del mismo, y que él propio Marcos contestará, con lo que se marca un ritmo insistente que le da continuidad y coherencia al texto:

“¿Cuál es la velocidad del sueño?.

No lo sé”.

La imagen inicial del texto se refiere a la madrugada:

“No corre la madrugada en las montañas del sureste mexicano. Como si no tuviera prisa, se regodea en todos y cada uno de los rincones, como amante paciente y dedicada”.

Mientras que la segunda parte del texto inicia de este otro modo:

“Septiembre es el noveno mes del año, y arriba la luna trae una panza como si tal”.

Las anteriores imágenes se relacionarán con el final del comunicado donde de manera lírica se evoca la presencia del cuerpo femenino:

“¿Cuál es la velocidad del sueño?

No lo sé.

Pero ahora, en esta madrugada de septiembre, sin más compañía que un viento helado, con la lluvia tamborileando impaciente en el techo de la champa, y sumando la nube que porto a la que afuera reposa, se me ha ocurrido que, tal vez, es la misma velocidad con la que en mi sueño, la sombra que soy se desvanece en la otra y amable sombra de la entrepierna de Ella, mientras con mis labios escribo promesas imposibles en las plantas de sus pies desnudos...”.

“Pies desnudos”, en alusión al título de la tercera parte del comunicado, así como el de la primera parte, “Botas”, se representa con una descripción de las botas rotas de una joven indígena zapatista:

“Sí, las botas de la insurgenta Ericka están rotas. En la punta derecha la suela está desprendida y le da a la boca un aspecto de boca insatisfecha”.

Hasta aquí los ejemplos no dejarán mentir acerca del uso constante de figuras poéticas como las metáforas, las comparaciones metafóricas, y otras más, con las que se pretende dar forma y solidez a la estructura misma de los textos y al sentido de lo que ahí se expone de manera argumentada. Como es el caso del comunicado titulado “En (auto)defensa de las jirafas”, en donde a modo de un bestiario se describe a la jirafa en su aspecto físico y su comportamiento. Y en donde la imagen de este animal servirá para caracterizar la problemática de la alteridad y la diferencia:

“La jirafa es la imagen más emblemática de la diferencia en el mundo animal. No sólo es diferente sino que pasea su descomunal irregularidad convirtiendo su “otredad” en belleza, precisamente porque se muestra”.

De este modo, Marcos se servirá de una analogía  para pasar del mundo animal al humano o socializado: “La humanidad tiene también, felizmente, sus “jirafas””.

Jirafas a las que llamará de diversas maneras : jirafas-mujeres, jirafas-jóvenes, jirafas-homosexuales, jirafas-indígenas, etc., para marcar así la diferencia y la especificidad de cada una de ellas.

La metáfora como metamorfosis, como transformación o cambio de forma: lo humano se vuelve no-humano y viceversa. Tal es el caso de la “(in) definición financiera de la rebeldía” que se presenta al final del comunicado titulado “El bolsillo roto(Las Altas Finanzas según los zapatistas)”, a propósito de lo dicho a Marcos por Andrés, un niño que de grande quiere ser contador...pero de estrellas; la dicha “(in)definición” es la siguiente:

“Una cantidad indefinida de jirafas que de pie sueñan que en su cuenta aparecen estrellas feas y no hermosas derrotas. No son sujetas de crédito y, sobre todo, ni se venden ni se compran. De rendirse mejor ni hablar”.

O también, es de llamar la atención la manera como la orografía de nuestro país (la naturaleza no-humana) es presentada como formando parte de la historia (lo humano socializado) en el comunicado “Abajo a la izquierda”,cuyos tres apartados se titulan respectivamente, (contrario  al lema deportivo olímpico “más fuerte, más rápido, más alto”) como “más débil, más lento, más bajo”.Ahí Marcos escribe :

“A este país lo han mordido la historia y la geografía. En oriente y occidente, las sierras madres son dos grandes cicatrices que nos dicen : “esto somos”.Sería tan hermoso que algo uniera los esfuerzo que abajo se dan en el marco de estas cicatrices”.

El mejor ejemplo de lo antes mencionado  será la imagen-símbolo del “caracol”, que ha servido para dar a conocer la lucha y la forma de organización zapatista (y para reproducirla) no sólo en el plano nacional sino sobre todo internacional. Tomo como muestra dos textos que circulan por internet. El primero pertenece al “Caracol Intergaláctika” del Foro Social que se llevó a acabo en Porto Alegre en el 2005, en el que se justifica el nombre de este modo:

     “Caracol como las municipalidades zapatistas,

       intergaláctica, porque esta es la amplitud de la resistencia”.

Y más adelante se señalará:

 “...a través de talleres, acciones y reuniones de proceso, el caracol de este año intentará facilitar a grupos con proyectos similares o diferentes el encontrar sus puntos de contacto y maneras de cooperar entre sí, entrelazados en su andar circular nuestros deseos y nuestras voces: los ecos que nos resuenan desde el norte, desde el este, desde el sur, desde el oeste de ese gran territorio global en el que estamos situados, inmersos día a día...”.

El otro texto es la presentación de una página electrónica de un comité en Bélgica de apoyo a los zapatistas llamada, precisamente, “Caracoles” (en español), y en el que se explica que tal es el nombre que han dado los zapatistas a sus “nuevas estructuras” y que si ellos lo retoman es porque éste simboliza, a la vez, “la introspección, la reflexión sobre las prácticas, la lentitud, la paciencia”.

De este modo, los “caracoles” se han convertido en un referente indispensable para los movimientos alternativos en el mundo, ya que representan una imagen de la manera    

como el zaptismo ha sabido ligar la forma particular de organización de los municipios indígenas y su contacto con las luchas del resto de la sociedad civil nacional e internacional. Así el “eco” de los caracoles no sólo es un modo de representación a imitar sino ante todo una modo de acción e interacción, una invitación a crear formas de solidaridad propias que funcionen en la gestión de los problemas cotidianos.  

Se trata, entonces, para decirlo parafraseando el título de Ricoeur, de “metáforas vivas”o, aún más, de “metáforas vivientes”,  que sirven y se usan en la vida diaria, como también lo dirían a su modo Lakoff y Johnson en su libro Metáforas de la vida cotidiana.         

Y este carácter práctico (y pragmático)del lenguaje metafórico se ofrece también en los modos de lectura de los textos zapatistas: el descifre e interpretación de los mismos supone un ejercicio de creatividad e inteligencia que puede tener varias formas de ser llevado a cabo. Por ejemplo, el comunicado titulado “Digna y Pável, memoria enlodada”, comienza con los siguientes versos del poema “La sin ventura”, de  la escritora guatemalteca Alaíde Foppa, quien por cierto fuera “desaparecida” por la dictadura de su país:

                                     “No se puede vivir 

                                     con una muerte dentro;

                                     hay que elegir

                                     entre arrojarla lejos

                                     como fruto podrido

                                     o al contagio dejarse morir”.

 

Si bien el poema está dedicado a la muerte de un ser querido cercano, un esposo ,  el comunicado se referirá a la muerte de la defensora de los derechos humanos Digna Ochoa y del  estudiante y activista Pável Gonzáles, quienes según la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal no habrían sido asesinados, sino que se trataría en ambos casos de “suicidios”, con lo que se estaría, a decir de Marcos, “enlodando” su nombre y  memoria.

Pero este comunicado sería “anunciado” en el capítulo tercero de la ya mencionada novela Muertos incómodos(falta lo que falta), y en el séptimo capítulo será revelado el “enigma” que supuestamente estos versos encierran. Ahí, otro muerto, un detective o “comisión de investigación” zapatista, llamado Elías Contreras(ese postmoderno personaje rulfiano creado por Marcos)  ha viajado al “monstruo”, que es como se denomina a la ciudad de México en la novela, para cumplir con una misión secreta y espera la aparición del comunicado en el periódico La Jornada para poder seguir las instrucciones que el mismo Marcos le enviaría por ese medio. De la lectura del comunicado hecha por Elías  se desprende que éste tiene que ir a  la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, que es donde estudiaba Pável , y entrar a la Biblioteca de la Rectoría para pedir el libro de Alaíde Foppa que contiene el poema “La sin ventura”. Una vez con  el libro en las manos habrá de buscar en la página exacta en que se encuentra los versos citados del poema para descubrir una pequeña llave y un papelito que sólo decía “Central de Autobuses del Norte”.Después, Elías iría a la Central de Autobuses y se pondría a pensar qué hacer con la llave, hasta que notará que  hay varios “cajones de fierro” (o lockers), y se pregunta  cuál de ellos abriría:

 “Y entonces me senté un rato a leer otra vuelta el comunicado. Y entonces me di cuenta que la poema que venía al principio tenía 7 líneas. Y entonces rápido lo supe que la llavecita era para abrir la caja de fierro que tuviera el número 7.Y entonces abrí y sí, ahí estaba un sobre un poco doble porque tenía hartos papeles”.                                               

El anterior ejercicio de decodificación tiene que ver con lo que en el capítulo V de la novela se denomina como “buzones muertos”:

“Entonces pues resulta que hay buzones muertos y buzones vivos, en la ciudad. Y buzones muertos es cuando no hay una persona que pepene el mensaje o entregue, sino que nomás se deja el mensaje y alguien lo recoge y entonces no se conocen entre ellos los que dejan el mensaje y los que lo recogen. Entonces se llama buzón muerto cuando no hay gente, sólo lugares, cosas”.    

Aunque, también, en este capitulo se da cuenta de otras claves que se pueden encontrar en lo comunicados y que hacen del discurso zapatista una especie de lenguaje enigmático que hay que aprender a descifrar, sobre todo en estos tiempos del  “ sistema de espía satelital  Echelon”.       

Por todo ello, la “rebelión metafórica” del zapatismo implica una subversión al uso del lenguaje empleado en el ámbito de la  política: se combate también de manera creativa e imaginativa por medio de recursos discursivos y literarios que modifican nuestros esquemas ideológicos. Esto ha contribuido a la formación de un imaginario crítico del que se han alimentado distintos proyectos sociales alternativos y ha modificado sustancialmente el escenario político en nuestro país. De manera lúdica se trastocan los significados establecidos para inventar otros sentidos  de la realidad  social, las palabras se ( y nos)  “llevan más allá” (tal es la etimología de la palabra “metáfora”), y nos acercan a “otros mundo posibles” que hacen colindar la utopía con los cambios de aquella misma realidad, o como lo expresó H.A.Murena en su ensayo La metáfora y lo sagrado:   

“La metáfora consiste en romper las asociaciones de uso común de los elementos concretos e instalarlos en otro contexto en el cual –gracias a la súbita distancia que les confiere el desplazamiento – cobran nueva vivacidad, componen otro mundo:  al ser llevados más allá de su sentido acercan el universo que está más allá de los sentidos”.

[1] Este texto se presentó como una ponencia en el Primer Coloquio Internacional “Metáfora en acción” organizado por la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, del 18 al 20 de Mayo de 2005 en la ciudad de Puebla. 

[2] Luis de la Peña Martínez es escritor y profesor de teoría del discurso en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (México).

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