Historias del suburbio
Autor: Alicia Cruceira
Comedia dramática en tres actos. Cada acto, una historia.

Primer acto

“El político”

 

La escena se desarrolla en una casilla muy precaria. Una mesa, dos sillas, un camastro al fondo, un calentador, una radio vieja, etc. Todo denota una gran miseria.

Los personajes son una mujer vagabunda de mediana edad que habita la casilla y un hombre de unos 50 años aproximadamente bien vestido con un celular, que al momento del comienzo estará herido en una pierna. Llueve torrencialmente.

 

Mujer: - Venga, yo lo voy a curar. ¡Mire que se dio flor de piña ! ¡Medio mamado ha de  estar! Me parece que tiene una pierna hecha bolsa. Venga a la cama, acá, así.

Político: - Ay, ay. Con cuidado, por favor... En el bolsillo del saco está mi teléfono celular, ¡llame por favor una ambulancia!

 

Mujer:- ¿Una ambulancia? Acá no entra ninguna ambulancia...Nunca, no solo cuando llueve, como hoy, menos, por el barro,¡ qué sé yo!

 

Político: - ¡Ayúdeme, ayúdeme, no doy más del dolor! Deme algo, por favor, necesito un  calmante...- (se desvanece)

 

Mujer:- Ay, se me murió... ¿A ver? No. Respira... (Le revisa los bolsillos, le saca los pantalones, le entablilla la pierna, se queda con la billetera, busca trapos y lo venda) ¡Lo único que me faltaba era encontrarme con un tipo enfermo! Menos mal que tiene (cuenta lo de la billetera)... qué rata. ¡Cien mangos nomás! ¡Pa! esta puta lluvia, no va a terminar más.

(Pone unos tachos debajo de una supuestas goteras, se saca el sobretodo, enciende una vela delante de una foto, se persigna;  busca algo para comer en la bolsa que traía consigo. Se sienta, mordisquea un pedazo de pan duro, tomo un trago de una botella del bolsillo del saco. El hombre habla delirando)

 

Político-¡No, no me maten, les prometo que les pagaré todo lo que les debo! No me  dejen sin mercancía... No... Agua, agua... Chino, te pagaré lo de los burros, tengo un negocito entre manos... (Ella lo mira intrigada a cada palabra del hombre, se le acerca lo observa con curiosidad) Ayuda, ayuda...

 

Mujer:- Acá estoy. ¿Quiere agua? Tómese un calmante, de casualidad tengo uno que me sobró de los que me dieron en la salita cuando me caí del tren.

 

Político:- Me quebré, me quebré...

 

Mujer: -No, no está quebrado, pero se dio flor de piña, quédese quieto, yo se la entablillé y con esta pastilla se le va a calmar.

 

Político:- Llame a mi casa, dígales que estoy bien...

 

Mujer:- (Tomando el celular) ¿Y esto como se usa?

 

Político:- A ver, deme, deme… ¡Puta madre! No hay servicio... ¡Debe de ser por esta lluvia de mierda! ¡Ahh  que dolor!

 

Mujer:- Quédese quieto. ¿Qué andaba haciendo por estos lados? Usted se nota que no es de acá...

 

Político-: No sé, me perdí cuando venía por la autopista...Con esta tormenta, no se veía nada, me la dí contra un palo, creo...

 

Mujer-(mirándolo detenidamente) Usted me parece cara conocida... Se me hace que lo he visto alguna vez, antes...

 

Político- Imposible, no soy de por acá.

 

Mujer: -ya sé, usted es del centro, se le ve por la pilcha...y por el auto. Pero lo tengo visto...Yo también ando por el centro, trabajando, a veces. Junto cartón, botellas, que sé yo, lo que haya a mano. (Está preparando algo para su visita)

 

Político.- Yo soy Emiliano Acosta, el candidato a intendente...

 

Mujer:- ¡Con razón! Ya sabía yo que lo tenía junado de algún lado. (Sigue con lo suyo, se escuchan truenos, y la lluvia torrencial, algunos perros.) ¿Usted trabajó en la intendencia de acá, por el noventa y seis, no?

 

Político:- Puede ser...No me recuerdo...

 

Mujer:- Sí, me parece que sí...Usted estaba con el otro partido...Claro...no estuvo mucho, pero sí lo suficiente...

 

Político:- Si no le importa, quisiera descansar un rato...

 

Mujer- Claro, claro...Sí descanse...en paz....

 

Político:- si me duermo, por favor llame a mi casa, venga que le muestro como se enciende y lo que tiene que marcar...

                                                                (Baja la luz)

 

Segundo cuadro

 

La mujer dormita en una silla con los pies sobre la otra, el hombre sigue en la cama, trata de incorporarse y cae al suelo haciendo ruido que despierta a la mujer)  

Mujer:-¿Qué hace, hombre?, se va a matar solo...

 

Político:-perdón, creí que ya podía apoyar la pierna sin inconvenientes. No quise hacer tanto lío. Quiero saber si volvió el servicio del teléfono. (Ella lo acuesta en la cama otra vez)

 

Mujer:-¿Quiere el celular? (se lo alcanza) Pero le aviso que nadie entra ni sale de la villa cuando llueve. Ni los bomberos...

 

Político:- ¿Qué hora es?

 

Mujer -(mirando la hora) Como las dos de la madrugada.¿Quiere un poco de agua?

 

Político: -¡Qué lo parió! Está muerto. Le falta batería. ¿Tiene donde enchufar un cargador?

 

Mujer:- No tengo electricidad.

 

Político:- No importa, además el cargador está en el auto. No va a salir con esta lluvia a buscarlo...

 

Mujer (lo mira fijamente) – ¿Usted no se acuerda de mí? (Él hace el gesto negativo con la cabeza) Claro, hace mucho...Yo fui a verlo una vez a la intendencia. Usted tenía una oficina grande, linda... ¡Más grande que este rancho! Dos secretarias, lindas pibas, altas, flacuchas, pechugonas. Parecían más dos vedettes que dos secretarias...

 

Político:- No me acuerdo, disculpe. ¿Por qué asunto fue?

 

Mujer:- (le alcanza un té) Fui con dos vecinos, por lo del desagüe y la alcantarilla de la vía.

 

Político:- me está volviendo el dolor, perdone. (Le da asco la taza vieja y el té, pero lo acepta, de alguna manera le tiene un poco de miedo. Se acomoda en la cama y se hace el dormido.)

Se escucha una sirena lejana.

 

Mujer:- Los bomberos...Se ha de estar inundando la costa del arroyo. Para las seis o siete de la mañana el agua ya va estar acá.

 

Político:- ¿Qué vamos a hacer?-(está aterrorizado)

 

Mujer:- Nada. Esperar que vengan los bomberos con la lancha y nos rescaten. ¿Qué vamos a hacer?

 

Político:- Pero esto es tremendo. No puedo comunicarme con mi casa, ni con la policía...

Mujer:-¿Quiere llamar a la yuta? (Se ríe) La yuta no entra ni aunque esté todo estrellado y seco. Ellos saben bien que si entran no salen. No, con los milicos, no cuente.

 

Político:- ¿Qué barrio es este?

 

Mujer.- ¿Barrio? No, no tiene tanta categoría. A lo mejor fue por eso que no nos dieron pelota cuando fuimos a pedir el desagüe a la municipalidad. Casi ni nombre tenemos. Nos dicen “Villa Nadie”.

 

Político: -Tengo que levantarme y tratar de salir de acá como pueda. A lo mejor el auto arranca y salgo bien.

 

Mujer:- No quiero ser mala onda pero, el barro le va a llegar hasta la bragueta, don. Y como no nos hicieron el desagüe, el agua corre como un río por la calle que lleva a la autopista, y lo peor es la alcantarilla del paso a nivel.

 

Político:-¿Qué pasa con la alcantarilla del paso a nivel?

 

Mujer:- Esa porquería siempre está tapada, aunque si te tiene que tragar cuando venís con la correntada, te traga la muy guacha.

 

Político-: Entonces estamos  atrapados... (Se empieza a desesperar) No, yo no me quedo acá, ¡Ay, mi pierna...!

 

Mujer:- vamos hombre, no sea boludo. No tiene salida. Y pensándolo bien, el destino lo trajo acá... El día que fuimos a pedirle que hiciera el desagüe nos dijo que era una obra de mucha plata, que no se podía, que esto, que lo otro, que no era para tanto, que un poco de agua no nos iba a hacer nada. ¿Se acuerda?

 

Político:- La verdad es que no me acuerdo, me duele un poco la cabeza, estoy muy nervioso...

 

Mujer:- Yo sí, ¿sabe?, cuando nos fuimos, yo me volví porque el Cholo, el viejito renguito,  se había olvidado la bufanda. Entonces lo escuché mientras hablaba con la turrita esa de su secretaria: “Un poco de agua no les va a venir mal a esos negros de mierda, así se bañan... Mirá que gastar plata en esa mersa...” Me acuerdo como si fuera hoy.

 

Político-: Debe de haber un error, yo no me acuerdo de nada. ¡Dios santo, esto es terrible, debe ser una pesadilla, me tengo que ir!

 

Mujer:-¿A las tres de la mañana? Si no se ahoga, lo matan los perros muertos de hambre, o los pibes dados vuelta.

 

Político-: Esto no me está pasando, esto no me está pasando...

 

Mujer-: Eso mismo dije yo el día que la lluvia se llevó a mi pibe, dos semanas después de que fuimos a la intendencia. Dos semanas después de que usted nos negó el desagüe. Llovió, como hoy, y se inundó como hoy se va a inundar.

 

Político:- ¿Qué le pasó a su hijo?

 

Mujer- El Cuqui, el pichicho, se escapó bajo la lluvia, y el Nico salió a buscarlo. Yo le dije, no salgás con esta puta lluvia, no salgás, y el me dijo, pero no vieja, si no pasa nada y se fue a buscar al perro. El agua le llegaba a la cintura y de pronto desapareció y lo volví a ver cuando dos días después lo sacaron de la alcantarilla del paso a nivel.

 

Político:-Lo siento. Si hay algo que pueda hacer por usted, cuando salgamos de esta, le prometo que puede contar conmigo, si les habla a sus vecinos, vemos que podemos hacer, puedo presentar un proyecto  y si gano las elecciones, si ustedes me ayudan a ganar...

 

Mujer:- Lo mismo dijo un año antes de que lo fuésemos a ver a la municipalidad...Éramos “amigos y hermanos”, después que lo fuimos a ver fuimos los negros de mierda...No me joda... ¡Qué va a hacer usted!

 

Político:- Yo me voy, no sé como, pero me voy. (Intenta con el teléfono)

 

                                                    Baja de luz

 

Tercer cuadro.

 

Se escuchan las sirenas con más énfasis. La lluvia sigue torrencialmente. La mujer se ha dormido y cabecea en la silla. El hombre rengueando, se aproxima a la puerta  

Político:-¡Puta madre, esta mierda  no va a para nunca! Dios santo, el agua está en todas partes. Y este maldito celular que no funciona...

 

Mujer:- (Se incorpora y se le acerca) ¿A dónde va? Esta es su condena. Usted se queda acá. No sale hasta que no vengan los bomberos. ¡Qué carajo!

 

Político-: ¿Por qué no quiere que salga? ¿Qué gana con todo esto? ¿Quiere plata? Ayúdeme a salir de acá y le prometo, le juro, que le doy lo que pida, tengo amigos muy poderosos, influyentes...

 

Mujer:-¿Políticos como usted? No, gracias...

 

Político:- No, no sólo políticos. Hay amigos que manejan algunos negocios muy rentables, le puedo conseguir un trabajo, una casa mejor que esta en un barrio seguro, hágame salir de acá y le doy lo que quiera. Tiene que haber una manera de salir de acá, no puede ser que porque caen dos putas gotas de agua se queden encerrados en este andurrial, no puede ser cierto que una ambulancia no entre, si estamos a dos minutos de la autopista,¡Esto es Buenos Aires, también,  que carajo! ¡No puedo más me estoy volviendo loco, sáqueme de acá, y le doy lo que quiera!!!!!!!!!!

 

Mujer:-¿Lo que quiera, está seguro?

 

Político: Si, lo que sea...

 

Mujer:- Quiero que me devuelva a mi hijo.

 

Político-¿qué dice? Yo no puedo...

 

Mujer-: Pero pudo, si hubiese dejado que nos hicieran el desagüe...Murieron muchos más antes y después, y muchos más  van a morir. Hoy van a morir muchos, sabe, por que la ambulancia no entra, y los pobres siempre se enferman cuando llueve. Las chapas y los cartones no aguantan la embestida del agua...

 

Político:- Esto es demasiado para mí, ya no lo soporto, me voy, yo no tengo la culpa de la muerte de su hijo, son cosas que pasan y seguirán pasando. Cuando yo sea intendente voy a solucionar esto, voy a solucionarlo,( sale)¡ Ah!...( en off)¡ auxilio, me lleva el agua, auxilio... ah, ahhhhhhhhhh!!!!

 

Mujer.- (mirando la foto, le da un besito) Bueno, el agua ya viene, y capaz que nos volvemos a ver, chango. La lluvia te llevó, la lluvia te vengó, ese hijo de puta ya no le mentirá a nadie más. Me voy a dormir, y  con el primero que venga a buscarme, vos o el lanchón de los bomberos, me voy (Se acuesta y se duerme)

 

Baja la luz. Fin del primer acto

 

Segundo acto

Pan comido

El mismo escenario que la historia anterior.

Personajes:

Obdulio, hombre de más de cincuenta, un viejo, sucio, harapiento, borracho, vago, jugador.

 

La Mecha: mujer de mediana edad, de apariencia de mujer de la vida, tendrá peluca platinada, labios pintados y muy maquillada, pollera corta o mini shorts, o pantalón ajustado de color llamativo, tipo calza, medias corridas, tacones altos, blusa ajustada, carterita

 

Escena primera  

Obdulio está tirado en la cama durmiendo, entra la Mecha en escena, se saca los zapatos, arroja la cartera sobre la mesa. Obdulio se despierta.

 

Obdulio:- ¿cuánto?

 

Mecha:-¿Qué? ¡Puta madre, ya te despertaste!

 

Obdulio: -¡También, con el quilombo que hacés cuando llegás! Bah, ya me desvelaste, ¡que lo parió! ¿Cuánto hiciste?

 

Mecha: -Ah, mierda, lo único que te importa es cuanta guita te traje. No me vas a querer preguntar como ando, como estoy...No qué va. (Por lo bajo) viejo de mierda...

 

Obdulio:- ¡Dejate de joder, che! No tengo ganas de boludeces, ¡dame unos pesos, que tengo que pagarle al Negro unos mangos que le debo antes de que se vaya al hipódromo!

 

Mecha:- ¿pero quién te crees que soy, el Banco Nación? La calle no es lo que era

 

Obdulio-: y vos tampoco...

 

Mecha:-Andá a cagar, después querés que te dé plata. (Saca un cartón de vino de la cartera) tomá, se lo dejó un cliente.

 

Obdulio:- Bah, es blanco y dulce, encima, vino de putas y maricones.

 

Mecha: - Andá al carajo, Desagradecido. No doy más, los pies me están matando. (Se saca de entre los pechos un rollito de dinero) Tomá, dejame algo para el colectivo que hoy tengo que ir al hospital a cubrir el franco de la gorda Gómez.

 

Obdulio:- ¿Esto solo trajiste, negra? Qué te pasa, me querés joder (La agarra de los pelos. Ella se suelta)

 

Mecha:- Dejame en paz, boludo. ¿Ya no tengo veinte años, qué querés? Los tipos las quieren cada vez  más pendejas.

 

Obdulio:- Pero vos tenés lo tuyo (intenta tocarla, ella se le escurre) Vení, dale una alegría a tu viejito.

 

Mecha:- Salí, degenerado. Ya te dije que a mí no me tocás más, hijo de puta. Da gracias que te mantengo, la próxima te reviento, te lo juro. ¿Querés la plata o no?

 

Obdulio:- Bueno, bueno, no te enojés. Dame, tomo dos o tres mates y me voy a lo del Negro...

 

Mecha:- ¡El Negro! Ese negro de mierda me está llevando todo lo que gano, laburo para el Negro al final. Pedazo de basura inmunda, ¡ojalá se pudra en sus propias mierdas!

 

Obdulio:- Bueno, no le tenés cariño al pobre Negro. Hace lo que puede... ¿Querés un mate?

 

Mecha: No, me quiero echar un rato antes de irme al hospital, ya te dije. No hagás ruido por favor, o mejor andate un poco al bar o a lo del negro puto ese.

 

Obdulio:- Bah, estás atacada, o no hiciste nada o lo te lo hicieron mal. Yegua menstruante...

 

Mecha-: Rajá de acá, dejame dormir. (Se pone el despertador Se acuesta, el viejo se va.)

 

Mecha- (Tomando un celular de la carterita)¿Negrito? El viejo de mierda se fue para allá. Sí, de hoy no pasa papi, te juro que hoy lo dejo seco...Es pan comido. Sí, ya sé, que parezca un accidente, más vale, o te crees que soy boluda? La Gorda me dio un polvito para ponerle en el guiso, se lo come y se queda seco. ..La guita la tiene, estoy segura. Lo vi guardarla adentro de un trapo en un agujero debajo del catre. Sí, papi... Tiene mucha, pero mucha plata el viejo miserable...Claro, el piensa que voy al piringundín de la Flora, ni se imagina que duermo con vos hace ya un buen tiempo... ¡Boludo! Hoy me alzo con los mangos...claro, nos alzamos con todo. Me da asco. Hoy me quiso...ya sabés… ¡No! Más vale que no lo dejo ni tocarme el culo...A vos sí...Y otra cosita... ¿Ya llegó? Bueno, me duermo una horita y me voy al hospital, necesito una buena... ¿Cómo le dicen los milicos...? Eso, una buena coartada. Un besito...

 

                                                     (Luz)

 

Escena Dos

 

Entra Obdulio, se prepara unos mates. Se va debajo de la cama, corre el catre, saca un trapo en él hay varios fajos de dinero, algunas joyas, relojes, anillos, etc.

 

Obdulio:- Con esto me voy a parar para todo el viaje. Ya va a ver esa atorranta de la Mecha, le voy a dar una buena patada en ese lindo culo que tiene, y me voy con la Pipi, que es una pendeja divina. ¡Qué tengo que andar comiendo carne vieja! Cuando junte los cien mil que le prometí me mando a mudar con la nena. Hum, se me hace agüita a la boca, ese cuerpito, ese culito, esas tetitas paradas... Me afeito, me compro unas pilchas nuevas. ¡me arreglo un poco y chau! ¡Ya va ver esa boluda de la Mecha!

              ¡Guita, guita linda, qué feliz me vas a hacer!

(Saca un salame y un pedazo de queso y se pone a comer, enciende la radio, escucha música, encuentra el guiso, lo calienta, se sirve un poco en el plato, se sirve vino.)

 

Obdulio-: Voy a ser un gran señor, un bacán, con una minita al lado como la Pipi.

             (Se canta un tango, milonguea tira el plato al suelo) ¡Qué boludo! (Lo junta con un pedazo de papel lo tira al tacho .Se sirve de nuevo)

                                                                            Luz baja

 

Escena tres

 

Obdulio está boca abajo, desparramado en la cama. Entra Mecha en escena. Saca el celular. 

Mecha-: ¿Papi? Ya está hecho. (Mira la olla y el plato sucio) Sí, se lo comió todo. Viejo glotón, muerto de hambre. Reventaste como escuerzo. Jajaja. Sí, ahora voy a buscar la plata, debe de estar por acá. (Se acerca a la cama, lo mira, siente un ruido afuera, corre la cama, saca el trapo se pone contra la mesa dándole la espalda al camastro, empieza a contar la plata, se admira y maravilla de las joyas y los relojes, se ríe, baila disfruta) 

Mecha:- Y  ahora a ser lo que siempre quise, viajar, pilchas, con mi negrito lindo, lo mejor de lo mejor. ¿Cuánta guita habrá acá? (mira a Obdulio que sigue tirado en la cama) ¡Mirá viejo cabrón, mirá como me quedo con la plata! (baila, se mueve, hace gestos, se expresa)

(Mientras ella se está expresando, el viejo despierta y saca un revólver de abajo del colchón)

 

Obdulio:- ¡Atorranta! ¡Así que con el Negro me gorreás! Ya me parecía que andabas en algo raro. Puta de mierda, me querés sacar la guita. ¡La guita es mía, me entendés, mía! (La apunta permanentemente con la pistola, ella retrocede, hay una escena de escape y persecución)

 

Mecha:-¿Cómo es posible que vos estés acá? ¿Por qué no te moriste? ¡Viejo de mierda! ¡Estás loco!

(Se escucha que un auto estaciona en la puerta) El Negro me está esperando afuera, no te hagás el loco o te juro que te la pone mal. Un grito mío y...y...

(El viejo sale y se escuchan un par de disparos. Entra otra vez)

 

Obdulio:- ¿El Negro, decías? ¡El Negro te está esperando afuera, turra, pero como no me gustó el peinado, lo peiné a tiros! Ahí lo tenés, ( se ríe) ¡está muerto con vos! Jajaja ¿Y ahora?

 

Mecha:- No puede ser... el Negro muerto. ¡Vos tenías que estar muerto! ¡Basura! (Está muerta de miedo, lo quiere convencer de que deje la pistola)

 

Obdulio: ¡callate  maldita! Ahora te vas con el Negro (dispara dos veces al estómago de Mecha) ¡Te vas a morir despacito y con mucho dolor, gata! Y la guita me la voy a disfrutar con la carnecita fresquita de la Pipi...

 

Mecha:- Hijo de...No comiste el guiso de arroz con pollo que te había preparado... como a vos te gusta, con menuditos y patitas...

 

Obdulio:- Mirá que sos rara, vos, te reventé y te preocupás si comí o no... Me das risa. (Busca la olla y lo prueba) Está tibio todavía... ¡La puta que cocinás bien! Te tendrías que haber dedicado a la cocina en vez de hacerte giro. (Come con glotonería, lo acompaña con un vaso de vino de la caja que le trajo Mecha esa madrugada, eructa de lleno, ella se ríe con poca fuerza)¿Y ahora qué te da tanta risa?

 

Mecha:- Sos un viejo boludo...

 

Obdulio:- ¿Boludo? ¡Boludos ustedes, vos y el Negro, que mientras se los comen los gusanos yo voy a estar de lo lindo garchando con la Pipi! ¡Ay!, ¿Qué me pasa, me siento mal (se toma del estómago), ¿Qué tenía el guiso, turra, que me diste? ¡Me siento mal, me muero, me muero!      (Se retuerce un poco y finalmente cae. Mecha abre el bolso con pocas fuerzas y saca el celular, habla):

 

Mecha:- Hola, Mirta, soy la Mecha, ¿Conseguiste la guita para operar a tu pibe? Bueno, escuchá lo que te voy a decir: vení rápido a mi casilla, antes que venga la yuta, llevate todo lo que haya arriba de la mesa, me entendés... el viejo está duro, lo gatilló al Negro y a mí...Si ves que todavía respiro, llamá la ambulancia, si no... llevate todo y no mirés para ningún lado. Apurate, Mirta, apurate.antes de que llegue la cana...

(Se apagan las luces)

   

Tercer acto

“golpe de gracia”

 

Igual escenografía, pero un poco más ordenada, con un florerito en la mesa.

Personajes:

El Carlo, hombre de 50 años. Acaba de salir de la cárcel, se escapó.

 

La Antonia: mujer de cuarenta y tantos, esposa del Carlo.

 

Escena 1

 

La escena comienza con Antonia barriendo el piso y acomodando la casilla. Carlo entra de improviso. Ella se sorprende y se asusta al verlo

 

Antonia:-¿Qué hacés acá? ¿Cómo saliste?

 

Carlo:- ¿Así me recibís, después de cinco años a la sombra?-(Se le acerca y la abraza, ella lo rechaza) ¿Qué te pasa, no te alegra ,boluda, que volví?

 

Antonia:- Sí, claro que me alegra, pero así... Pensé que no te iba a ver suelto...

 

Carlo:- Libre, acá estoy. Vení... Sabés cuánto hace que... vení, no seas arisca... (La quiere llevar a la cama)

 

Antonia: Esperá, esperá, ya... ya van a venir los chicos...

 

Carlo-(enojado, la tira contra un costado) Ma... sí. ¡Quién quiere comer puchero si puedo tener asado en lo del Turco! ¡Dame algo de comer!

 

Antonia: Sí, ya te hago algo... ¿Pero cómo saliste?

 

Carlo-: ¿Estás intrigada? No me esperabas... puta madre. Y claro, si hace como seis meses que no me  vas a visitar... ¿En qué andás? (La toma de un brazo y la mira amenazante)

 

Antonia: En nada. En nada. ¿En qué querés que ande?

 

Carlo-: ¿No te estarán calentando el culo a vos? ¡Porque si es así, te juro que te rompo el alma, turra, eh!

 

Antonia:-¿Qué decís, Carlo? ¿Quién querés que me dé bola con cinco pibes que mantener? ¿Qué boludo haría semejante negocio?

 

Carlo:- Mejor. Pero estás rara vos... No parecés la misma... ¿Qué estás haciendo? ¿Guiso? No, a mí dame otra cosa...

 

Antonia:- No tengo, Carlo...Si querés voy al almacén y te compro otra cosa...

 

Carlo:- dejá. Como eso, después voy a lo del Azúcar y le pido un rebusque...

 

Antonia: No vayás con el Azúcar, ¡te vas a quedar pegado otra vez!

 

Carlo:- ¡Callate, qué sabés! ¿Qué querés que haga, que venda broches o estampitas? No, querida. Además salí con la ayuda del Azúcar y le debo muchos favores. Adentro, se portó bien conmigo.

 

Antonia: - ¿Cómo saliste?

 

Carlo:- ¿No ves TV? Con el kilombo del incendio, y unos mangos que les tiré a unos guardias salí rápido. Figuro entre los muertos, nadie me va a buscar...Quedate tranquila... ¿Ché, no tenés vino?

 

Antonia: No, no tomamos...

 

Carlo-: Pero ché, ya pareces una monja... ¿Dónde están el Seba y la Cintia?

 

Antonia:- El Seba consiguió laburo en el mercado. (se ceba unos mates) y la Cintia le cuida los chicos a una maestra. Los chiquitos están en el Centro asistencial. Van todos los días, le enseñan dibujo, artesanías...

 

Carlo:- ¡Pura mierda! No le sirve para nada. Cuando venga el Seba me lo llevo conmigo a lo del Azúcar. Ya es hora que haga plata en serio.

 

Antonia:- No, el Seba no...

 

Carlo-: El Seba y la Cintia. La Cintia tiene edad de trabajar en lo del turco, no digo en el bulín pero sí en el piringundín, ¡que tiene que andar criando guachos ajenos, seguro que por dos mangos!

 

Antonia-: No...Los chicos sacan unos cuantos pesos. Y trabajan con gente buena...

 

Carlo:- Gente buena, dejate de joder...Ni bien lleguen me los llevo a sacar plata en serio, que joder…

         Bueno, ahora me voy a ver al Azúcar al club. ¿Y vos estás trabajando?

 

Antonia.-: Sí, agarré con una doctora, rebuena. Me da ropa para los chicos, me da cosas para comer...Ahora no voy porque está de vacaciones...Se fue a una quinta en las afueras de la ciudad a descansar un poco...

 

Carlo-: Tá bien. Los que tienen guita que descansen,  ¿Y tienen mucha mosca?

 

Antonia: Bastante, pero son re humildes, son buena gente...Me tienen la re confianza, si hasta me dan la llave... (Se tapa la boca, se da cuenta de que habló de más)

 

Carlo-: Y  decís que están de vacaciones...Así que en la casa no hay nadie... ¿Y vos tenés la llave, decís?

 

Antonia: ¿Qué estás pensando? No, Carlo por favor, ni se te ocurra, son mis patrones, son buena gente...Ni lo pienses, te lo pido por Dios... (Le implora)

 

Carlo:-¡Ma sí, dejame de hinchar! Me voy, en un rato vuelvo...

 

Antonia: ¿Pero la yuta no te busca?

 

Carlo-: Ya te dije que estoy muerto para ellos...Vos, fumá... (Sale de escena. Antonia se queda mal)

Saca un celular del bolsito y llama a sus hijos)

 

Antonia:- ¿Don Arévalo? Habla la mamá del Seba, ¿me lo puede pasar por favor?... Bueno, dígale que no vuelva a comer, que yo después lo llamo de nuevo, pero que por favor no venga para casa...No no pasa nada, gracias. (Llama otra vez) – ¿Hola Cintia? Escuchame, no vengas hoy a casa... ¿No podés irte a dormir a lo de la Cari? Es que... Tu papá se escapó de la cárcel y anda por acá...los quiere llevar a trabajar con el Azúcar...NO vengas por favor, mañana veremos qué hacemos (Corta) Mañana veremos...  

 

Luz (telón corto)

 

Escena 2

Antonia está cociendo o lavando algo. Carlo entra visiblemente alterado por el alcohol o algo de droga.

 

Carlo:-¿Dónde están los chicos?

 

Antonia:-Shhhh! Los chiquitos duermen...

 

Carlo.-NO me hagás callar... Estoy en mi casa. ¡Qué carajo! Los otros, digo, los grandes. El Azúcar les tiene unas changuitas...

 

Antonia:- No están...

 

Carlo:-¿Cómo que no están? Pero boluda de mierda,¡ te dije que les dijeras que vinieran a casa!

 

Antonia-: es que, llamaron y me avisaron que se quedaban con unos amigos, porque como está feo el tiempo...el barro, viste...

 

Carlo:- No me jodás... ¿Cómo es eso de que te llamaron? ¿Desde cuándo tenés teléfono vos?

 

Antonia:- Me lo dio la patrona, para cuando me necesita fuera de horario, o algo así...

 

Carlo-: ¿A ver, mostrámelo? (Ella se lo da) ¡Qué porquería, es de los viejos!

 

Antonia-: Sí, pero a mí me sirve...

 

Carlo-: Me imagino que no le dijiste a nadie que estoy acá... (La mira unos segundos amenazante).Cebate unos mates.( Ella le hace caso. Él empieza a caminar como gato enjaulado) Necesito plata, unos mangos para empezar un negocito con el Azúcar. ¿Cuánto tenés?

 

Antonia: No tengo nada... La patrona está de vacaciones, ya te dije, y los chicos ganan para sus gastitos, la ropita, el colectivo, esas cosas...

 

Carlo-: Te dije que necesito guita, ¿o sos sorda? Llevame a lo de tus patrones, ahí debe de haber algo bueno. Con eso tiro hasta que de algún buen golpe de suerte...

 

Antonia: No, Carlo, por favor con la patrona no, dejate de embromar...

 

Carlo-: ¿Que te pasa a vos? Te dije que necesito plata. Si no querés ir a lo de tu patrona, seguro que tenés algo escondido por acá... (Revuelve en los cajones, en las latas del aparador, y encuentra un rollito de plata) Ah...¿Con que no tenías nada, hija de puta...¿Cuánto hay acá, cien, ciento cincuenta...trescientos mangos...?

 

Antonia-: Carlo, por favor, eso no... es un ahorrito para irnos al otro lado de la estación, salir de acá y alquilar una casita  sobre el pavimento...

 

Carlo-: ¿Sobre el pavimento? ¿Qué sos conchetta, ahora? Esta guita es mía. (Ella se le arroja encima y lucha tratando de quitarle sus ahorros, él la empuja y la golpea, la arroja al suelo, ella llora impotente) Con razón no fuiste a visitarme... ¿Qué te daba vergüenza que los milicos te metieran la mano en la argolla de vez en cuando?

 

Antonia-: No...Las cosas son diferentes ahora, nosotros estamos yendo a la iglesia, estamos más tranquilos, no queremos tener nada que ver con la gente como el Azúcar...La plata es para alquilar una casita cerca de la estación, nos queda más cerca del trabajo, y no pisamos barro los días de lluvia...

 

Carlo-: Ah, ¡entonces te encamás con el cura!

 

Antonia:- No...Nada que ver. El Padre Jorge nos ayuda, nos consiguió los trabajos, nos da   una bolsita con cositas para la semana...

 

Carlo-(Visiblemente enojado) ¡ Dar lástima! Eso es lo que hacés...Ahora te querés hacer la santulona... (Saca un revólver de la cintura y lo deja arriba de la mesa)

 

Antonia:- ¿Y eso?

 

Carlo: -¿Y eso qué es boluda? Un fierro. Me lo dio el Azúcar, ¿y sabés por qué me lo dio? ¡Porque me tiene confianza! Cosa que no veo que vos me tengas. Y ya me cansaste, con 300 mangos roñosos no hago una mierda .Vamos, llevame a lo de tu patrona.

 

Antonia: No, por favor...Con la doctora no...

 

Carlo, vamos, me cansaste pelotuda( La agarra de los cabellos) Llevame ahora,

 

Antonia.-: No, no. Esto no me lo hacés. (En un descuido de Carlo, toma el revolver) No. Andate de acá, andate y no vuelvas. ¡Olvidate de que existimos, como nosotros nos estamos olvidando de vos!

 

Carlo:- Perra, ya sabía que andabas en algo raro. Dame ese revolver o te reviento a palos, no te hagás la boluda, dame ese revolver, damelo carajo (Se arroja sobre ella, forcejean se oye un disparo. Unos segundos se quedan mirando atónitos uno al otro. Carlo cae de rodillas y se desparrama en el piso, muerto. Ella mira la mano, arroja el arma al piso.)

 

Antonia:- Ya estabas muerto... (Levanta el arma, la limpia con el delantal y se la pone en la mano a él, toma el celular y llama.)

 

Antonia:-¿Doctora? Perdone que la moleste...Pero pasó algo... Mi marido se escapó de la cárcel, vino para acá, me atacó con un revolver, peleamos y el arma se disparó y creo que... que lo maté...

Sí, ¿Qué hago? ...Gracias,  Entonces me agarro los chicos y me voy para allá? Gracias otra vez.

(Sale de escena, se apagan las luces)

 

TELÓN FINAL

Alicia Cruceira

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