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¿Somos más civilizados que nuestros antepasados?
Miguel Crispín Sotomayor

arcomar@cubarte.cult.cu

 
 
 

Cuentan que cuando el hombre primitivo comenzó a vivir en sociedad, se compartía todo lo que se alcanzaba, no existía la propiedad privada, vivían en armonía entre ellos, y con  la Madre Naturaleza. Ella proporcionaba los alimentos y  lo necesario para protegerse del frío. Luego, comenzó alguien a apropiarse de lo que antes pertenecía a todos, a acumular bienes y poder, y se acabó la llamada Comunidad Primitiva. Comenzó la civilización.

Para  una respuesta elemental a la pregunta: ¿Qué se entiende por civilización? acudo al  Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), y cito: “Esta cultural propio de las sociedades más avanzadas por el nivel de su ciencia, artes, ideas”, y en otra acepción: “Acción y efecto de civilizar.” Si tomamos estas definiciones como punto de partida, para respondernos la pregunta que sirve de título a esta “elucubración” mía,  es  indiscutible que la humanidad ha logrado grandes avances en la ciencia y  el arte, un poco menos en el campo de las ideas y prácticamente nada hemos avanzado en  lo que concierne al comportamiento del hombre, como costumbres y “Acción y efecto de civilizar”, con  respecto a los primeros seres humanos.

La avaricia, el egoísmo, la vanidad, el sometimiento, y otros males, han permanecido inalterables desde que dieron origen a la desintegración de la Comunidad Primitiva hasta nuestros días. Las guerras, y crímenes tan monstruosos como la destrucción progresiva de nuestro propio habitad, han sido el fruto de esos males. La riqueza ha estado concentrada en pocas manos y en muchas, la miseria y el desamparo. El hombre ha sido el lobo del hombre y de la Naturaleza. Nada ha cambiado, aún.

El Siglo XX llegó con una luz  que fue La Gran Revolución de Octubre, luego comenzó a parpadear y se apagó en los finales del propio siglo. La llamada  “Década Prodigiosa” pletórica de idealismo revolucionario, hoy es un recuerdo. Y sin ningún chovinismo latinoamericanista, sólo en América Latina ha comenzado a dejar de ser una utopía.

Cuba, por tratar de crear una sociedad en que el hombre deje de ser  el lobo del hombre, ha estado sometida durante casi 50 años a  agresiones militares, políticas, económicas y mediáticas  brutales, por parte del imperialismo yanqui y sus aliados. Ningún pueblo ha conocido genocidio tan prolongado. Y resiste.

Las guerras imperiales para “civilizar” al hoy llamado  Tercer Mundo y  por los mercados y fuertes de materias primas, fueron y son lo suficientemente incivilizadas como para asesinar o someter pueblos enteros.

Las bombas atómicas lanzadas sobre las poblaciones indefensas de Hiroshima y Nagasaki, la criminal guerra contra el pueblo vietnamita,  el colonialismo y las dictaduras militares, son unos pocos ejemplos de la inhumanidad de los “humanos” que ejecutaron esos crímenes, de quienes los apoyaron o callaron, y de los que desearon éxitos al agredido, pero no compartieron su suerte, como indicara el Ché.

El siglo XXI comenzó recorriendo los mismos caminos que el anterior. Guerra contra Afganistán, Irak, amenazas de agresión militar a más de sesenta “lugares oscuros” del planeta. El pretexto es el mismo: “Anticomunismo”, “Antinarcotráfico”, “Antiterrorismo”. La verdad sigue siendo la misma: La hegemonía mundial.

En numerosos países desarrollados resurgen las funestas ideas del fascismo, nazismo y del falangismo, además de la conocida xenofobia, que no es otra cosa que racismo. ¿Alguien conoce un caso  de hostilidad o agresión contra algún blanco, rubio y de ojos azules? Cada vez son más frecuentes los crímenes que cometen los portadores de esas ideas.

Estados Unidos de Norteamérica, el autotitulado “baluarte de los derechos humanos”, asesina diariamente niños, mujeres, y ancianos en los países que ha ocupado  militarmente, y los llama cínicamente “daños  colaterales”. También  tortura en cárceles secretas y públicas, y “… el mundo sigue andando”.

Por otra parte, varios países africanos, que contaron con  toda la solidaridad mundial para alcanzar su independencia, hoy se desangran en guerras con sus vecinos o entre facciones y etnias que desean mantener o alcanzar el poder político y económico.

Numerosos  gobernantes se enriquecen con la miseria de sus pueblos y se cometen los más horripilantes crímenes contra la población civil. Es increíble, que en un país como Sudáfrica, donde decenas de miles de sus ciudadanos tuvieron que emigrar durante el régimen racista, ocurran  hechos de carácter xenofóbicos contra ciudadanos de países vecinos que durante muchos años le brindaron protección.

En América Latina se respira otro aire. Un aire de independencia, soberanía y de justicia social, que todavía no llega a todos y cada uno de nuestros países, pero no dejan de ser transformaciones o cambios. Son el resultado de la lucha ciudadana y de los movimientos sociales contra las dictaduras militares y corruptos gobiernos neoliberales, así como del enfrentamiento a la oligarquía nacional y extranjera, que se resisten a restituir lo que durante muchos años les han robado a los pueblos. Asimismo prevalecen en el continente las injusticias sociales y el brazo de la justicia no ha alcanzado a los que asesinaron, torturaron y desaparecieron a miles de patriotas, ni a sus cómplices.

¿Y qué decir de la Madre Naturaleza? Sencillamente, los “civilizados”  siguen destruyendo  la vida en el planeta y éste se defiende con inundaciones, huracanes, terremotos y volcanes que cobran miles de vidas inocentes.

Después de esta panorámica mirada que en vuelo de pájaro he hecho al mundo o a una parte de él, me vuelvo a preguntar: ¿Somos más civilizados que nuestros antepasados? Y tengo que responderme: No.

*Miguel Crispín Sotomayor - Colabora habitualmente con las revistas literarias digitales “Inventiva Social”, “Poemas en Añil”, “Misioletras”, “La Buhardilla”, “Territorio de Encuentros”, ”Con Voz Propia”, “La Máquina de escribir”, “La Iguana”, ”Mapuche”. “Revista Poeta” y otras, editadas desde Argentina; y en las revistas Artesanía Literaria (Israel) en Isla Negra (Italia); “Rincón de Poesía” y en la pagina Web del Poeta Sergio Borao Llop, España. Poemas suyos han sido publicados en otras de Brasil, México, España y EE.UU. y leídos en una Emisora Radial de Argentina y en otra de Ica, Perú. Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español (REMES) y de Poetas del Mundo. Poeta Fundador del Primer Museo de la Poesía Manuscrita, San Luís, Argentina. Director del Movimiento Cultural del Proyecto de Contrainformación ArgosIs-Internacional en la Red…

 

Miguel Crispín Sotomayor
arcomar@cubarte.cult.cu

 

Publicado, originalmente, en el Movimiento Cultural del Proyecto de Contra información ArgosIs-Internacional en la Red
http://espanol.groups.yahoo.com/group/ArgosIs-MovCultural, el 25 de agosto de 2008

 

Cedido, para Letras-Uruguay, por su autor, el día el día 3 de abril de 2013

 

 

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