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Las Casas de Cultura: una revolución en la Revolución
por Avelino Víctor Couceiro Rodríguez
vely175@cubarte.cult.cu

 
 

La división político-administrativa vigente en Cuba data de 1976, fruto del I Congreso del Partido Comunista de Cuba (P.C.C.), de diciembre de 1975, y concibe al país en 14 provincias y el municipio Especial Isla de la Juventud. A su vez, divide cada provincia en municipios, al punto de sumar hoy un total de 169 municipios en toda Cuba; aun más, al iniciar la década finisecular, cada municipio cubano queda dividido en concejos populares.[1] El objetivo es llegar más a cada comunidad cubana, y trabajar en todas y cada una de ellas… y prefiero recordar en un discurso más actual y consecuentemente comunitario, desde todas y cada una de ellas; para ello, en el orden cultural, desde un inicio se estableció a nivel municipal todo un sistema institucional de la cultura, del cual dos instituciones son, a mi modo de ver, universales: los museos polivalentes, que desde la historia de cada comunidad preservan sus valores patrimoniales; y para promover y propiciar la vida cultural integral en todas y cada una de ellas, las Casas de Cultura, a las que se dedican estas cuartillas.

 

Si de trabajo comunitario se habla, las Casas de Cultura en Cuba son protagonistas: se han insertado y revolucionado sin la menor duda, en todo el proceso de desarrollo que han conocido las culturas comunitarias en el país, y que constituye un superobjetivo esencial y peldaño superior en una interpretación consecuente de la política cultural establecida en Cuba desde 1961 por el nuevo Gobierno Revolucionario. Por supuesto que aun desde su constitución hasta la actualidad, ha habido todo un proceso evolutivo de las Casas de Cultura, proceso del que, según la complejidad comunitaria y el acceso interno de cada municipio, ha llegado a establecer además de la Municipal, otras Casas de Cultura comunitarias especializadas en comunidades del territorio, cuya reflexión con nuevos aportes, exige del examen casuístico de cada institución y de cada comunidad; ello no excluye análisis generales del proceso.

 

Pero son tales las dimensiones y el interés del tema que nos ocupa, que ni siquiera limitándonos a un municipio se agotaría; tal es el caso del capitalino Plaza de la Revolución, especialmente complejo por su identidad metropolitana y cosmopolita. Su selección como muestra para este estudio de caso, se basa en que su Casa de Cultura Municipal fue la primera en constituirse, y ha sido reconocida entre las mejores del país, al que ha aportado patrimonio sustancial. Ubicada en la intersección de las calles Calzada y 8, también se conoce por su dirección: la Casa de Cultura de Calzada y 8; su evolución tendría que dividirse, al menos, en dos grandes períodos: antes de inaugurarse como Casa de Cultura el 21 de junio de 1977, cuando hereda todo un patrimonio en la ya célebre esquina; y desde entonces hasta la actualidad.

 

En cuanto a los antecedentes, habría que remitirnos en primer lugar, a aquel sistema institucional que, incluso en la colonia, se afanaba en uno u otro sentido por la promoción cultural; entre ellos, los Liceos y diversas sociedades culturales.[2] En el caso que nos ocupa, el Lyceum del Vedado se había fundado el 1 de diciembre de 1928, extensión del Vedado Yatch Tennis Club que constituido en 1901, ya en 1912 se erigía en Calzada y 12, actual Círculo Social Obrero José Antonio Echeverría, para respaldar el desarrollo del tennis que habían introducido en Cuba desde el exilio independentista en los Estados Unidos de América –EUA- y propiciar el desarrollo de otros deportes para la cultura cubana, aunque trascendieron en mucho a la esfera deportiva, y con el “vedadismo” incentivaron el mejor sentimiento y orgullo de pertenencia local, a partir de la elegancia, el respeto y la solidaridad. El Lyceum del Vedado se funda en Calzada entre B y C.[3]

 

El Lyceum del Vedado cuenta con toda una historia y patrimonio en el que este artículo no puede detenerse por razones de espacio, pero que tampoco puede ignorar y que entre otras fuentes, atestigua su Revista Lyceum,[4] pues es la herencia que porta cuando el 22 de febrero de 1933 se fusiona con el Lawn Tennis Club, y en 1938 comienzan a construir una nueva sede en Calzada y 8, en el otrora reparto Trotcha de la barriada del Carmelo, más cerca del Vedado Yatch Tennis Club, ya entonces en Calzada y 12. En febrero de 1939 el Lyceum se unió al “Tennis de Señoritas” (organización deportiva que databa de 1913) mientras se levanta este inmueble de Calzada y 8 al instalar una biblioteca pública de consulta libre y popular, general y circulante, primera de este tipo en la barriada y con muy rica colección especializada en arte, y sobre todo en literatura, inaugurada el 19 de mayo de 1942 y vigente, aunque con el patrimonio deteriorado; una escuela nocturna para obreros, y una lista interminable de lo más relevante y progresista de todas las artes y de la intelectualidad cubana del momento, incluida la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo (1951-1961) en los convulsos años del Batistato (1953-1958), que actualizaba la cultura cubana al servicio de todos, sin excluir a los más humildes, más allá de limitantes clasistas y de época, con servicio de cafetería-merendero que mantendría.

 

Entre otros muchos hitos culturales de entonces, baste citar el segundo recital de Danza Moderna en Cuba, con Ramiro Guerra, el 23 de junio de 1955; y la exposición Homenaje a José Martí: Plástica Cubana Contemporánea, del 28 de enero al 14 de febrero de 1954, contra los desmanes de aquel gobierno, que se extendería en mayo y junio al I Festival Universitario de Arte en la Universidad de La Habana, con algunos artistas comprometidos en la lucha clandestina.[5] En 1968, esta sede de Calzada y 8 acoge al Centro de Información y Estudio de la Cultura que por ejemplo, entre 1970 y 1974, incluyó el Equipo de Música, antecedente al Atlas de la Cultura Popular Tradicional y al Instituto de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello (1985).

 

Con todos estos ancestros que ya atesoraban tanto y tal patrimonio, sin embargo, al devenir Casa de Cultura en 1977, se logrará un segundo período que, acorde a las intenciones señaladas de la división político-administrativa de la que emanaba, revoluciona en la atención desde cada comunidad. La tradición y el prestigio heredados han hecho que a esta Casa de Cultura de Calzada y 8 continuara acudiendo una enorme cantidad de profesionales y aficionados de toda La Habana e incluso, del resto del país, como le compete en su identidad de comunidad metropolitana y cosmopolita, principal punto de atracción nacional.

 

Casi de inmediato comenzarían algunos de sus aportes sustanciales: en estrecho vínculo con la Dirección Municipal de Cultura por su subordinación, y según los resultados apenas nacientes de investigaciones en el territorio con el entonces Atlas de la Cultura Popular, en reconocimiento a la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo se escoge la tercera semana de marzo para festejar la Semana de la Cultura Municipal, que ya en 1978 tiene su primera edición; en diciembre despega el cine club Sigma, del que derivaría en 1980 el Círculo de Interés Cinematográfico y el Círculo de Amigos del Séptimo Arte (CASA), el Focus y en noviembre de 1983, comienzan los Festivales hoy Nacionales de Cine y Video Cine´Plaza, que con otros cine clubes como el de Apreciación El Chicuelo, ha sido protagonista en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, y sus eventos teóricos multiplicarían su alcance. El 14 de febrero de 1979 comienzan los Festivales (hoy Internacionales) Jazz´Plaza que, al igual que los Cine´Plaza, desde su Jazz Salón se extenderían por todo el municipio, la ciudad y más allá; y el 6 de octubre de 1979 se funda su Grupo de Teatro Olga Alonso, hoy emblemático que no en balde, ha valido a su director, Humberto Rodríguez, el Premio Nacional de Cultura Comunitaria (2005), sin obviar sus otros grupos de teatro, danza y otras manifestaciones, con sus resultados y aportes.

 

Tantos logros imponía nuevos retos, exigencias y necesidades a satisfacer, y la diversidad comunitaria en tan rico municipio hizo que (siempre en interacción y desde Calzada y 8) el 4 de abril de 1980 (no por casualidad, día de la Unión de Jóvenes Comunistas, y dadas las expectativas de la juventud cubana en este territorio de especial dinámica entre tradición y contemporaneidad) se inaugurara en la antigua Sociedad Deportiva del Príncipe (Reparto San Antonio Chiquito colindante con la antes marginada Timba) la Casa de Cultura Comunal Roberto Branly, que pronto abrirá la patrimonial Peña de Rock “Patio de María” que ha trascendido mucho más allá, en medio de un difícil clima cultural de comprensiones y prejuicios, pionera entre otros, de la lucha contra el sida y por una mejor cultura sexual, contra las drogas, el alcoholismo, etc. donde en julio de 1981 nace el Taller Literario de Ciencia - Ficción Oscar Hurtado, primero de su tipo en América Latina y posiblemente, en el mundo, mientras en Calzada y 8 surge en 1983, el Círculo de Amigos de la Música de Concierto Mirta Aguirre, del que derivará el homónimo Círculo de Amiguitos de la Música de Concierto, y el Círculo de Amigos de la Música (de Concierto) Bola de Nieve, con actividades en escuelas, centros de trabajo y otras instituciones y comunidades.

 

Ambas Casas de Cultura continúan sus vínculos con el resto del contexto cultural, como desde su fundación en diciembre de 1986, la Asociación de Jóvenes Artistas de Cuba Hermanos Saiz. Calzada y 8 patrocinó entre otros, las clases magistrales de Alina Sánchez y Leo Brouwer, y la Orquesta Sinfónica, el Ballet Nacional y el Conjunto Folklórico, la audición comentada del disco Unicornio de Silvio Rodríguez, con talleres en todas las manifestaciones del arte y de la cultura en general, su promoción para las Ferias de Arte (y cultura) Popular… Entre 1986 y 1988, la bailarina estadounidense Lorsna Burdsall introduce la Danza Aerobia (que llamaba Felicicios: “ejercicios para ser feliz”) en Calzada y 8, a la que se vinculan los Círculos de Abuelos como el fundado entre febrero y junio de 1987, y en julio de 1986 acoge la primera exposición (y una tercera y última al iniciar 1987) sobre ciencia-ficción en las artes plásticas cubanas, así como la prevención social, al normarse por Ley # 95 del 29 de agosto de 1986 la Comisión de Prevención y Atención Social al nivel nacional, provincial y municipal.

 

En vísperas de la década finisecular, una tercera etapa se gestaba para el trabajo comunitario cubano, al introducirse en Cuba los Estudios Culturales para promover la cultura integral sobre bases científicas, incluidos lo cotidiano y lo marginado (y también lo marginal, como aquello que sin ser marginado asume por diversos motivos, actitudes de marginación) desde cada contexto, mientras el sistema de Programas y Proyectos Culturales aplicaría sus resultados de investigación: en marzo de 1989 y hasta la actualidad, la Semana de la Cultura en este municipio asume el jueves como Día de las Ciencias, y realiza entonces en Calzada y 8 su primer Simposio Territorial de Estudios Culturales, eventos de tantos aportes hasta hoy.

 

Sigue siendo difícil que se entienda a Estudios Culturales de la Dirección Municipal de Cultura, el trabajo comunitario no sólo en la Casa de Cultura, sino mucho más allá, en las mismas comunidades y desde ellas: al II Simposio en marzo de 1991 no se le entendió salir de Calzada y 8 donde se repitió, aunque por su concepción logró trascender a todo el Reparto Trotcha en derredor y a las comunidades de diversas maneras; pero ya el III Simposio en 1993 reconoció el casco histórico del Carmelo en su extensión (parque de 15 y 16) cuya iglesia abrió en su día, y logró revitalizar su topónimo en su fecha y los actuales Encuentros de Historia y Tradición de Identidad de mi Barrio durante las Verbenas del Carmelo, cada 5 de mayo, de todo lo cual emanarían los Encuentros de Coros en la Casa de Cultura, cuyos especialistas se afanaban en revitalizar festividades comunitarias como San Jerónimo en Puentes Grandes (Caridad Moré Cuesta, 1991) y la Quema de San Juan en La Casilda (María Nélida Arruebarrena y Migdalia Hernández, 1994), mientras Estudios Culturales de la Dirección Municipal propiciaba revitalizar la Noche de San Juan en Aldecoa (1999) y se atienden las comparsas con vistas al Carnaval, básicamente Los Payasos, la FEU y Los Payasitos.

 

Otras instituciones de la cultura comunitaria han encontrado sede en las inmediaciones, como fue entre siglos, el Centro Nacional de Casas de Cultura en 8 y 21, donde antes estuvo la Editorial Gente Nueva y hoy radica la dirección municipal de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana; y el Centro Provincial de Casas de Cultura y Cultura Comunitaria de la Ciudad de La Habana, en una casa que data de 1915, en 8 entre 23 y 25, comunidad de 12 y 23, mientras tanto, con este nuevo período, la Casa de Cultura desde tan valioso inmueble de Calzada y 8 con sus varios salones de ensayo, ha convocado los concursos literarios Ada Elba Pérez y el Herminio Almendros, así como el Festival (Internacional) para mi Muñeca Negra de Edita Serrano con su Taller de Literatura Infantil y Narración Oral de Cuentos, entre otros; sus Festivales Prometeo (de teatro), Orfeo (de música), el Festival de Percusión (anual internacional) Percuba, el Encuentro Arlequín de Arte para niños; festeja desde el 2000 el Día Mundial de la Poesía; ha acogido los Diálogos entre Artistas e Intelectuales; en 1999 festejó el Día Internacional del Teatro, y el 40 aniversario del Movimiento de Artistas Aficionados y el de la Oficina Regional de la UNESCO; la fundación del Comité Gestor del Grupo Municipal de la Sociedad Cultural José Martí el 16 de julio de 2001, celebrando por primera vez, con la Sección de Base Municipal de la Unión de Historiadores de Cuba y el Museo Histórico Municipal, el 40 aniversario del topónimo Plaza de la Revolución; el Concurso de Canto Mariana de Gonitch desde el 2001, y la Academia de Canto homónima desde el 2009, con un clima cultural generado desde el 2008;[6] la Peña de Tango de Maykel de Armas, los bailables en su patio… Cultura sexual, culinaria, ambientalista, religiosidad, y otras, han sido promovidas aquí en función de la mejor cultura integral de las comunidades.

 

Pero también ha traspasado su inmueble mucho más allá de Calzada y 8, al participar con el Simposio en las diversas instituciones y comunidades escogidas por este,[7] y en otras acciones como el Festival de Tradiciones Habaneras José Luciano Franco de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba –UNEAC- con Rigoberto Mitjans y Nancy Marlotica; en el Boletín Cultural El Almendares desde su inauguración en julio de 1997; la Feria Arte en La Rampa (julio del 2002), y el 22 de marzo de 2002, inaugura la “Casa de la A” en A esquina a Zapata, en el casco histórico del barrio de desventaja social La Timba, con las peñas de Ángel Guilarte, Coordinador Municipal de la UNEAC y su grupo Tropatrapos, de la compañía de teatro infantil Juglaresca Habana (que ya trabajaba aquí hacía más de una década), hasta abarcar también en esta comunidad, todas las manifestaciones del arte, y de la cultura en general.

 

Y así continúan en Cuba las Casas de Cultura, como esta, desde ese paradigma patrimonial que ya es la célebre esquina de Calzada y 8, en El Vedado, revolucionando para todo el trabajo comunitario cubano... y mucho más.


 

[1] Los términos consejo y concejo son homófonos: el primero nomina diferentes órganos colegiados con la función de informar al gobierno o a la administración sobre determinadas materias; era el órgano superior de gobierno que asistía al rey en la administración del reino y para impartir justicia (suerte de tribunal, cuerpo administrativo y consultivo; ejemplifiquemos con los antiguos “consejos de ancianos”), además del dictamen o parecer (aconsejar), mientras que el segundo equivale a ayuntamiento o municipio, y sus corporaciones. Han sido muy comunes los concejos (atendidos por los concejales) en el mundo hispanoparlante, incluida Cuba durante la República mediatizada; al retomarse en función del desarrollo comunitario se han generalizado como consejos, aunque en un inicio (1990) se les llamó concejos, término que emplea este texto en pos de sus raíces e identidad, que lógicamente, el propio nombre encabeza.

[2] En el mismo actual municipio Plaza de la Revolución, en el Reparto Vedado, aportó muchísimo a la cultura cubana donde hoy está el teatro Mella, en Línea entre A y B, la Sociedad Anónima de Instrucción y Recreo del Vedado (1890-1908: el paso del two steps, el primer Día del Árbol en Cuba, la primera comparsa local, definió al mejor urbanismo inmediato, clases para los más humildes, apoyo a damnificados, espacio de primeras figuras de la música cubana de entonces, etc.) y la Sociedad Pro-Arte Musical (1918) que en 1928 levantaría su Teatro Auditórium; la Casa de Cultura Continental era sede de la Asociación de Escritores y Artistas, e impartía clases sobre todo de inglés, donde hoy se encuentra la Casa de las Américas; en otras comunidades del mismo municipio pero más al sur, con raíces coloniales, la Sociedad Cultural de Medina, el Club Cosmopolita de Puentes Grandes, la Sociedad Deportiva del Príncipe en San Antonio Chiquito o la Sociedad Cultural de Aldecoa, cumplían similares funciones según cada identidad local, como podían ser los campeonatos de dominó y sus bailes de salón: los de Medina, y en San Antonio Los Comandos y La Cremita. Ya en la Revolución, en La Rampa, la Casa de la Cultura Checoslovaca, hoy es Centro Internacional de Prensa.

[3] Barrio de los Baños del Vedado del aledaño Reparto Vedado, donde actualmente se encuentra el Teatro Hubert de Blanck y en 1925 se había constituido el primer Partido Comunista de Cuba; era una organización eminentemente femenina y progresista.

[4] Couceiro Rodríguez, Avelino Víctor. Historia de Plaza de la Revolución. Proyecto Identidad, Comité Provincial del P.C.C. Publicitaria Imágenes del CIMEX, 2006.

[5] Consúltese como ejemplo, Couceiro Rodríguez, Avelino Víctor: Manolito Couceiro: arte y patrimonio. En La Columna: Cultura en mi Barrio, en En la Comunidad, en Cubarte, página web del Ministerio de Cultura de la República de Cuba; en www.cubarte.cult.cu. 26 de septiembre de 2008.

[6] Peñas y recitales de cantantes como María Antonieta y Miriam Ramos, el pianista Frank Fernández, los Cantares de Gesta con otras provincias cubanas como Holguín, bajo la dirección del Maestro Hugo Oslé… y muchos más.

[7] En el IV Simposio en 1995, en el Hospital Calixto García, la clausura estuvo a cargo de la Instructora de Teatro Ana María Paredes Vilariño, hoy Premio Provincial de Cultura Comunitaria (al igual que María del Carmen Álvarez García, profesora del Taller de Cerámica), que entonces montó La Edad de Oro (de José Martí) con estudiantes de la Escuela de Ballet de L y 19; en el VI Simposio en 1999 en 12 y 23, el Proyecto Tablao (de Irma Jané, Danza de raíces hispánicas) obtuvo Mención; los trabajos de Idalmis Veitía Méndez, Niurka Soto Ocano, Lina Arce (hoy Directora Provincial de Casas de Cultura), los de Literatura (Isis Leyva, Consuelo Casanova, Mayra Fernández-Ysla Calienes, etc.) del Cine´Plaza (Conchita Calá), colaboradores como Jorge Manuel Perera Fernández, etc., entre otros muchos ejemplos.

 

Avelino Víctor Couceiro Rodríguez
vely175@cubarte.cult.cu
Autorizado  por el autor, al cual agradecemos.

 

 

 

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