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Kermés a lo cubano
Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez
vely175@cubarte.cult.cu

 
 

Resumen:

Kermés (del francés la kermesse) se llama a un tipo de fiesta popular al aire libre, con bailes, rifas, concursos, etc. y por extensión, al lugar donde se celebra dicha fiesta. El objetivo del presente trabajo consiste en valorar la cultura comunitaria retroalimentándose con el resto del contexto local, nacional e internacional, mediante el estudio de caso del Carmelo, barriada del municipio cubano Plaza de la Revolución, “capital de capital” con toda la riqueza, pero también toda la complejidad, prejuicios y clichés implícitos a derribar. Los temas abordados son la cultura y el arte como elementos dinamizadores de la comunidad; la cultura y la educación en los proyectos culturales comunitarios; y colateral pero explícito e indispensable, el papel del coordinador de los proyectos culturales. Valga el guiño al francés en una comunidad cubana pero tan cosmopolita, y donde la raíz francesa (entre otras) la distingue, en este trabajo de revitalización de sus valores patrimoniales comunitarios. Tal vez no sea una fiesta igual a la kermés francesa… pero indiscutiblemente, es una kermés a lo cubano.

Se resumen 29 años profesionalizado en comunidades rurales, urbanas, por marginación, por otras afinidades, y aquellas con las que el autor ha podido retroalimentarse aportando resultados en otros municipios capitalinos, otras provincias cubanas y otros países: España, Islas Guadalupe, Venezuela y Estados Unidos de América. El método comparativo protagoniza entre otros combinados, y la Antropología y los Estudios Culturales avanzan interdisciplinarios en una epistemología especializada en comunidades, aporte esencial y novedad científica, precedida por más de 300 publicaciones (artículos y libros) del autor en Cuba y otros países desde estas experiencias, aplicando el concepto integral de cultura que instrumentó desde 1988.

PALABRAS CLAVES: Kermés; Cultura comunitaria. Retroalimentación. El Carmelo.

Introducción.- Bases teóricas y metodológicas.

Kermés (del francés la kermesse) se llama a un tipo de fiesta popular al aire libre, con bailes, rifas, concursos, etc. y por extensión, al lugar donde se celebra dicha fiesta. Valga el guiño al francés en una comunidad cubana pero tan cosmopolita, y donde la raíz francesa (entre otras) la distingue, en este trabajo de revitalización de sus valores patrimoniales comunitarios. Tal vez no sea una fiesta igual a la kermés francesa… pero indiscutiblemente, es una kermés a lo cubano.

El Carmelo es esa barriada que desde la Avenida Paseo hasta el río Almendares, y entre la costa y la necrópolis Cristóbal Colón inclusive, ocupa el extremo norte occidental costero del que desde la división político-administrativa (en adelante, d.p.a.) de 1975 es el municipio Plaza de la Revolución, “capital de capital” al concentrar instituciones de todo género y sus valores naturales y culturales, por lo que deviene principal punto de atracción en Cuba y obligado para todo visitante; por ello y la variedad de opciones (relativa, y a menudo sordas a su comunidad donde radican) aumenta la fluctuación laboral y por tanto, dificulta genuinos especialistas, que suelen no comprender la dinámica mucho más aguda de estas comunidades, y discriminar más a estas que a aquellas de donde proceden, en ocasiones por regionalismos explícitos importados que minan a estas desde su interior y a menudo, desde su propia dirección, imagen y proyección, para el peor daño (Couceiro, 2009:109), y crecen así las amenazas contra su patrimonio (y otros valores) comunitario cultural (sobre todo el intangible, por más subvalorado) y natural, dos de los más marginados en casi toda nación.

En este estudio de caso abundan los cambios constantes en los nombres de instituciones y barrios, según el sujeto con poder para ello, sin reparar en el topónimo en tanto identidad patrimonial intangible, entre tantas formas de la oralidad y normas de cortesía y convivencia que se laceran, a la par que algunos valores se ganan. Por todo ello es uno de los territorios del país que más urge de establecer una política de educación científica para preservar sus patrimonios comunitarios; algo que toda comunidad necesita, pero más aún al quedar más vulnerables por estas identidades de inmigración indiscriminada y a menudo, con diversos poderes (Couceiro, 2010).

Consecuentes con la estrategia del trabajo comunitario desde cada comunidad, y para cumplir el objetivo de valorar la cultura comunitaria retroalimentándose con el resto del contexto local, nacional e internacional, mediante el estudio de caso del Carmelo, aquí la investigación-acción ha protagonizado toda acción a acometer, con visión incluyente e inter-actuante entre sí y con otras comunidades municipales, municipios capitalinos, provincias cubanas y regiones del mundo de las que las disímiles comunidades que integran El Carmelo, son hijas, así como con comunidades no residenciales mediante la interdisciplinariedad: por ejemplo, comunidades por otras afinidades y las heredades por marginación; por lo que aquí confluyen investigaciones históricas, antropológicas, sociológicas, comunicológicas, sicológicas, médicas, etc.) desde la práctica cotidiana, con un método teórico-práctico que combina entre otros y según cada caso, el comparativo, el sistémico, la inducción, el histórico, el analítico-sintético, la deducción, el iconográfico y la retrodicción allí donde no había una historia escrita (nuevos resultados aportados), validadas en la praxis al revitalizar topónimos, cascos históricos locales y otras identidades de alto valor patrimonial en tanto herencia de especial significación para cada comunidad y en las más diversas esferas de la cultura, método eficaz para su preservación, pues las ciencias han logrado evitar los pasos inciertos y peligrosos de la intuición puramente empírica y el voluntarismo, con la vital relación práctica teórica-teoría práctica, en lo que he llamado “la trascendencia de lo cotidiano”, un aporte de la postmodernidad; y técnicas como la revisión bibliográfica y documental y entrevistas a profundidad básicamente.

De tal suerte, se logra enrumbar todas y cada una de las comunidades implicadas como protagonistas mediante las artes, culinaria, deportes, religiosidad, las ciencias, todo el sistema de costumbres, etc. (peñas, concursos, espectáculos, publicaciones, etc.), propiciándoles espacios, promoción por diversas vías, estímulos, integrando sus líderes naturales y otros factores, acciones, proyectos ejecutándose y en perspectiva, satisfaciendo sus demandas y sobre todo, sus necesidades según las investigaciones, tales como preservar sus valores patrimoniales e identidad, educación sexual y ambientalista, mejor convivencia y calidad de vida, relaciones étnicas (más raigales que las raciales), migratorias, inter-generacionales, familiares, institucionales, contra el sida-its, incorporando distintas minusvalías sin exclusión ninguna, etc.

Breves antecedentes históricos: raíces comunitarias y resultados obtenidos.

La parcelación del Carmelo fue aprobada el 5 de mayo de 1859, pero se desdibuja en el tiempo ante los ojos desconocedores (y no obstante, a menudo decisores) de los extra comunitarios que han inundado estas áreas, y al conformarse los concejos[1] populares en el año 1990, nacieron numerados y este era el número 1; pronto se acertó en nombrarlos según sus identidades, lo que sin lugar a dudas aportaría a la riqueza que es la casi infinita diversidad comunitaria en la región… pero no se escuchó las investigaciones que hasta entonces en otros territorios no bastarían pero aquí sí, y se le llamó Chullima (caballo alado de la mitología coreana) dadas las relaciones de la entonces naciente Revolución cubana con la República Popular Democrática de Corea, fue como en 1962 se llamaron los Astilleros que a orillas del río en esta barriada, heredaban una tradición sostenida desde los precolombinos, zona comunitaria de alto valor con su patrimonio… una de las tantas zonas dentro del Carmelo, pero no podía extenderse a representar toda la barriada, contra el mucho más tradicional y barrial (incluía esta y otras muchas zonas) nombre Carmelo, raíz de todo el reparto con tantos aportes señalados (Couceiro, 2006:185)

El III Simposio Territorial de Estudios Culturales el 5 de mayo de 1993 (134 años de parcelado: primera vez que se conmemoraba) y al celebrar la fundación de La Habana el 16 de noviembre de 1993 (lo que resta del casco histórico del Carmelo fue ambientado según su identidad por épocas) se decidió nombrar Carmelo al concejo que solo es el centro y noroccidente de la barriada, pues si bien la d.p.a., más que estimular, organizó y comenzó a sistematizar los estudios comunitarios a través de los Museos Históricos Municipales y del Atlas de la Cultura Popular en toda Cuba, erró al obviar sus resultados y tampoco tuvo en cuenta los límites barriales, con el consecuente daño para el patrimonio comunitario, más sensible en comunidades más vulnerables como estas por la inmigración masiva y a menudo, con diversos poderes, frente a la cual el conocimiento empírico de los nativos sin una política implementada de educación científica al respecto, quedaba en demasiada desventaja; de aquí que aun en la actualidad, el extremo oriental de la barriada pertenece al concejo Vedado-Malecón, el extremo sureño al concejo Colón Nuevo-Vedado y el extremo sur-oriental, al concejo Vedado.

Sin más “llevar la cultura a las comunidades” (peyorativo contra las culturas comunitarias), se ha investigado la cultura de cada comunidad del Carmelo para que cada una se crezca y protagonice sus propias soluciones en cualesquiera de las manifestaciones culturales, y/o parcial/integralmente, y la educación-promoción que es todo trabajo comunitario, sea más retroalimentaría y feliz al estudiar el qué y cómo satisfacer sus necesidades, y garantizar los resultados deseados, y no otros involutivos. Diversos barrios según su historia y otras identidades, integran la barriada El Carmelo en relativa homogeneidad: la Estancia del Carmelo y la Extensión del Carmelo, precedidas por la Chorrera (s.XVI, 1637); reparto Trotcha dado el hotel Trotcha (1886), desde el que se parceló esta costa norteña (desde el noreste) del Carmelo, aunque el hotel comenzó a declinar hacia 1930, no sin antes quedar indispensable en la historia de la hotelería cubana (Couceiro, 2006:47); reparto Trotcha que ocupa al noreste costero. El reparto Rebollo se extiende al suroeste; Las Canteras (de Rebollo) al oeste, dentro de la cual surgirían El Fanguito (antaño barrio marginado), Alturas del Fanguito y Chullima y más al sur, 12 y 23 (hoy en el concejo Colón-Nuevo Vedado), con decenas de zonas y cientos de focos comunitarios en todos y cada uno de estos barrios.

La primera amenaza que se detectó contra su más elemental identidad y patrimonio raigal, fue su topónimo, fecha y casco histórico (memoria histórica local portada empíricamente a las nuevas generaciones e inmigrantes), vencida en el III Simposio (1993), de lo que se re-apropió la comunidad, aun amenazada por los extra-comunitarios decisores (como tantísimos otros, El Carmelo ni ninguno de sus barrios consta entre los llamados “43 barrios” de La Habana, dados según los intereses de las campañas electorales republicanas) y por la absorción en el imaginario del vecino reparto Vedado al este, nombre mucho más generalizado por los extracomunitarios de toda Cuba e incluso, de otros países, dada la tradición de cuatro siglos así llamando al monte entre aquella villa en la bahía y (al menos) el río; mas no a una comunidad, que no fue El Carmelo la primera ni la única que emergió dentro del antiguo monte Vedado, pero sí la más trascendente en el norte costero colonial del actual municipio, que solo en el siglo XX enfrentó la competencia del ya entonces pujante reparto Vedado al este, y luego, de Medina, la reafirmación del Príncipe, La Rampa y al sur, Nuevo Vedado… entre otros. Desde 1859 trascendía al aportar la cuadrícula regular urbana; nombrar calles y casas según el racionalismo inglés y francés (tan avanzado entonces), explícita hospitalidad de fácil acceso al visitante; y áreas verdes, con arbolado sembrado de forma tal con los vientos alisios, que era el mejor encargado de la limpieza urbana; parterres, jardines públicos y privados, etc., tan afines a su santa patrona la Virgen del Carmen, nombre de raíz árabe (“jardín”), virgen costera, no por azar precursora al ambientalismo actual, que el reparto Vedado (desde 1860) heredó al este.

La intensa vida cultural del Carmelo hasta pleno siglo XX, exaltaba sus valores: su publicación El Porvenir del Carmelo (1860-1861, con grandes hitos de aquella intelectualidad; 1995-2000), su sociedad cultural, academia de bailes, restaurante-cafetería y cine, y aun en Línea y 16 el edificio Carmelo frente a la iglesia, con ecos al reparto Vedado en sendos restaurante-cafeterías harto famosos y patrimoniales a la gastronomía cubana e internacional: El Carmelo de Calzada, y El Carmelo de 23; Patrimonios Nacionales (Necrópolis Cristóbal Colón; 12 y 23) y de la Humanidad (torreón La Chorrera, 1982), paradójico contrapunto deudor del resto subvalorado y desatendido.

Entre tantos escépticos y opositores dados tantos prejuicios, la dirección entonces del concejo apoyó el Simposio, ya prestigiado a pesar de su escasa vida: iniciado bienal en 1989 en la Casa de Cultura Municipal Calzada y 8 (reparto Trotcha del Carmelo), merecedora por su tradicional trabajo comunitario que, entonces (y aun hoy) no se entendía fuera de la institución; ya en 1989 se volcó de su reparto Trotcha al inmediato de La Chorrera, almorzando en el otrora (y altamente patrimonial) Vedado Yatch Tennis Club (ya entonces Círculo Social Obrero José A. Echeverría), además de contribuir desde ya con (entre otros aportes), la danza aerobia, las arterapias, el esperantismo, la narración oral, los círculos de amigos (y de amiguitos) de la música de concierto y la cultura ecológica (alimentaria y medicamentosa), que siguió identificando a estos simposios y que representaban otras comunidades y grupos sociales por diversas afinidades, necesidades culturales que ya así estos eventos, socializaban (Couceiro, 2013).

Siempre Actividad Central de la Semana de la Cultura Municipal, jueves de cada tercera semana de marzo y cada vez más, este evento municipal se distingue tan científico como comunitario a nivel nacional e internacional, contra todo dogma que confunde ciencia con elite, y comunidad con vulgo y populismo; ha aglutinado en nuestras más diversas comunidades e instituciones, miles de inquietos de todas las manifestaciones de la cultura más integral para el debate de todas las problemáticas en, desde y hacia el territorio y/o cualesquiera de sus comunidades.

En las sedes se han reconocido las más diversas formas de la cultura local y de su patrimonio: Casas de Cultura, Clubes deportivos y sociales, iglesias, escuelas, parques, hospitales, jardines, bosques, cines, necrópolis, el río, galerías de artes plásticas, museos, institutos de investigación científica, teatros, restaurantes, organismos de dirección, residencias estudiantiles, hoteles, salas de vídeo, unidades militares, la Universidad, cementerios, el Zoológico, etc. y sobre todo, cada comunidad ha sido sede (sus aceras, sus calles, sus casas particulares y centros comunitarios, comedores del adulto mayor y consultorios del médico de la familia, mercados, centros obreros y otros laborales, policlínicos, bodegas, comercios, etc.) y se ha incorporado (sin más orientación ni promoción que su voz popular) al evento, que lejos de dejar de ser científico por ello, aumenta su rigor con la práctica cotidiana y el protagonismo de cada comunidad que a su vez, se crece a debatir y resolver sus problemas con los ponentes y jurados de primera línea de la intelectualidad cubana, en retroalimentación; han sesionado en parques, el patio central de casas de inquilinato, en portales y casas de vecinos, no pocos de los cuales (amas de casa, jubilados y pensionados, estudiantes, artistas y trabajadores de cualesquiera de las esferas de la vida social cubana, monjas y curas, pastores, babalawos, desvinculados, más recientemente la nueva figura de los cuentapropistas, militares, todas las generaciones, etc.) han participado y devenido autores de ponencias, hoy fuentes valiosas para el mejor análisis y proyección del trabajo en cada comunidad y salvar el patrimonio comunitario, e integran la bibliografía de Historia de Plaza de la Revolución (Couceiro, 2006)

Dada la sicología social en entorno tan diverso y de tantas migraciones, ya el II Simposio (1991) intentó ir a otras comunidades, formas de la cultura y focos con valores amenazados, proponiendo el Zoológico, el Consejo Ecuménico y la Biblioteca Nacional; de estas tres instituciones propuestas, solo el Consejo Ecuménico radicaba en la Estancia del Carmelo (ya no en el reparto Trotcha), igualmente dividida por la d.p.a. entre los concejos Carmelo y Vedado-Malecón. La tremenda resistencia al cambio obligó al mismo local, pero no pudo evitar revertir tales comunidades a desbordar esta institución: el Zoológico con la problemática ambiental brilló como Sesión Plenaria mucho antes que Eco´Brasil; el almuerzo fue una expo-venta de comidas típicas de las comunidades anglocaribeñas, filipinas, libanesas y greco-rusas ortodoxas en torno al Consejo Ecuménico (homenaje a Nitza Villapol, por su tradicional programa de televisión Cocina al Minuto) cuyo internacional coro Shalom cantó por primera vez en Cuba fuera de una iglesia, y se aportó el hinduismo y la Asociación de Autorrealización Yoga (mediante Eduardo Pimentel y Elsa Hermida con su proyecto Renacer de Música Uneac) atendiendo diversos grupos (embarazadas de riesgo, en parques y otros espacios, etc.) reconociendo estos eventos en su Convención Internacional; santería, culturas funerarias, física y deportiva, homenaje a la comparsa tradicional Los Payasos, e inició a salvar valores de otras comunidades del municipio hasta hoy: fiesta patronal de San Gerónimo de Puentes Grandes (extremo sur) y la Quema de San Juan en la Casilda, en el centro municipal (Couceiro, 2013)

Todo ello creó las condiciones subjetivas para que el III Simposio fuera ya desde los valores de cada comunidad, identificándose desde entonces como el único evento científico-comunitario itinerante en Cuba, escogiendo según los resultados de investigaciones previas, una comunidad a homenajear, revitalizando sus valores patrimoniales y de identidad.

Convirtiendo un revés en victoria (el mal tiempo en marzo impidió el evento, y ha sido el único que hubo que cambiar de fecha) en 1993 sesionó por fin, fuera de una institución gubernamental, y el III Simposio escogió como sede lo que resta del casco histórico del Carmelo: su Iglesia (1860, 16 entre 13 y 15, popularmente mal llamada “del derrumbe”, realmente inconclusa), cerrada por décadas y se multiplicó con un Rincón Hebreo y otro Haitiano (sus cantos, bailes, culinaria, artes visuales como la estrella de David y su candelabro, o la bandera vudú, etc.) y un primer trabajo acerca de la homosexualidad, muy pionero (y sistematizado hasta hoy) en una voz ya no individual para las campañas contra la homofobia en Cuba que no alcanzarían apoyo sino hasta el 2007, en función de la que podría considerarse comunidad gay cubana, en tal contexto y temprana fecha; lucha contra el alcoholismo en las comunidades y la promoción del bichón habanero (única raza cubana de perro reconocida en el mundo actual) cuyo éxito hizo que Puppy de la Giraldilla representara por excepción (no se admitían animales) a Cuba en el III Simposio Iberoamericano de Turismo, para el mayor beneplácito de todos (Couceiro, 2013).

Tras saltar tantas barreras, se demostró el hasta entonces cuestionado sentido de pertenencia comunitario cuando el vecindario, al ver su iglesia abierta y solo mediante su más genuina comunicación comunitaria, sin siquiera líderes naturales, entró a incorporarse en las comisiones cuyo alto vuelo científico lejos de decrecer, se incrementó en la retroalimentación con la comunidad, impactando en y desde el parque al frente e incorporando como protagonistas, otros tipos de comunidades.

Impacto comunitario en la revitalización del Carmelo: análisis de los resultados.

Tal arraigo alcanzó en la comunidad, que ya en 1994 la Casa de Cultura comenzó en mayo los Encuentros de Coros, desde el que hubo de coros eclesiásticos en las fiestas de noviembre en el portal de la “Iglesia del Derrumbe”; desde entonces el concejo con la comunidad, festeja cada 5 de mayo en el parque de la Iglesia su “verbena del Carmelo”, y desde 1995, su bienal Encuentro de Historia y Tradición de mi Barrio El Carmelo en la Casa del Adulto Mayor, con todo vecino e institución, coordinando con la Dirección Municipal de Cultura (DMC); pronto incorporó a retroalimentarse con los miembros de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y otros aquí residentes: tribunales, homenajes, amenizando…

Con el llamado “Período Especial”, se comenzó a estimular el trabajo comunitario, hoy aún insuficientemente. Desde esta barriada el Centro Provincial de Casas de Cultura y Cultura Comunitaria (y radicó el Nacional) convocaba sus eventos “Comunidad”, hasta nivel internacional; en el de 1993 desde nuestro Carmelo, se obtuvo un primer premio (Couceiro y Perera, 2013) que propició la que se reconoció primera tesis doctoral de cultura ambientalista en Cuba; en octubre de 1994 la Uneac crea su Dirección de Cultura Comunitaria, con sus miembros con tal vocación; y desde 1999 los Premios Provinciales y Nacionales de Cultura Comunitaria, bienales desde el 2010: en el 2005 (además de ser Nominado el promotor de estos eventos desde El Carmelo, Dr. Couceiro, que ganó el Provincial) se le otorgó a Humberto Rodríguez, Instructor de Teatro de la referida Casa de Cultura Municipal, y por tanto, trabajador (y residente) en el territorio concejal, donde también había desplegado un arduo trabajo en la comunidad insalubre El Fanguito, que vinculó al proceso investigativo referido; comunidad donde también se destacaba la obra de otra instructora de teatro de la misma Casa de Cultura: Ana María Paredes, y del teniente Roque López, quien en 1987, aquí introdujo el taekwondo en Cuba (Couceiro, 2006:208)

El 24 de enero de 1997, al declararse el “Sitio Urbano Plaza”, con el Bosque de La Habana y el río Almendares (indisolubles al Carmelo desde La Chorrera) se incluye parte del Carmelo, aunque la propuesta de los resultados investigativos desde 1992 era reconocer como patrimonio (más que “sitio urbano”) cada barriada norteña (El Carmelo, La Rampa y El Vedado); era un logro, pero el “sitio urbano” declarado desdibujaba El Vedado con áreas del Carmelo y más al este, La Rampa; no obstante, al área incluida ya se le reconocían valores históricos, arquitectónicos, artísticos y ambientales en estado regular de conservación, lo que debería ayudar a su mejor preservación.

Aun sin sede en El Carmelo, el V Simposio homónimo “…y de Puentes Grandes” (1997; barriada del extremo sur occidental municipal más dañada por la d.p.a. entre cuatro municipios, a todos los que logró reunir en su identidad de más de medio milenio), homenajeó al Bosque de La Habana y al río Almendares, a cuyas orillas sesionó con almuerzo ecologista; río que desemboca y determina al Carmelo, patrimonio natural para toda La Habana (al menos) cuya declaratoria en el “sitio urbano” aun es muy desconocida (Couceiro y Perera, 2013). Ya desde el IV Simposio (1995, hospital Calixto) se heredaban comunidades chinas y canarias en el municipio, y ahora el espiritismo, el travestismo y el Sicoballet para diversas discapacidades (Premio Nacional, Georgina Fariñas, Uneac Danza) sistematizado luego en el territorio y que entre otros, al ocaso del viernes 6 de mayo del 2011 saturó los festejos del Carmelo al expandirse estos del parque a La Chorrera, barrio del Carmelo donde se reconoció a siete miembros de la Uneac en su 50 aniversario, con la fotografía de una comunitaria, Marta Rodríguez Díaz, captada por la Uneac:

Igual esencia itinerante heredaron los Fórum Municipales de Ciencia y Técnica de la Cultura (desde 1998, barrio La Pera, anuales, sumó la arquitectura y urbanismo comunitarios) y desde el 2007 (X Simposio y Fórum), continúan juntos hasta hoy. El VI Simposio (1999) tomó la comunidad 12 y 23 del Carmelo, aunque no del concejo: en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC, en su 40 aniversario), donde la sociedad colombófila aportó 15 palomas hacia los restantes municipios capitalinos y provincias cubanas, desde las manos de los ponentes y tribunales seleccionados por su diversidad y méritos; sesionó en la necrópolis Cristóbal Colón (previsto Monumento Nacional en 1968 y declarado en 1987, con problemáticas para su preservación), en el cine 23 y 12 y en la galería 23 y 12 se sumaron las sociedades catalanas y andaluzas con un Rincón Canario. El almuerzo revitalizó la medianoche, oriunda de esta comunidad, o entre sus lugares de origen (Couceiro, 2013).

Nuevos medios reactivaron estas comunidades: el Taller de Transformación Integral del Barrio (T.T.I.B.) del Concejo Vedado-Malecón, con el que se compartían dos barrios carmelenses: el Trotcha y la Estancia del Carmelo (sus otros dos barrios que sí son vedadenses son los Baños del Vedado y el Casco histórico del Vedado; justo es mencionar las vivencias de colaboración previa con el T.T.I.B. del concejo Príncipe), donde Investigaciones de la DMC funda el Grupo (concejal) de Historia e Identidad (septiembre 5, 1999; ruinas del Hotel Trotcha, en justo homenaje a tal hotel y su reparto consecuente, en su 113 aniversario; ya antes se le había dedicado dos coloquios en la Casa de Cultura Municipal de Calzada y 8, para su salvamento); el día 19 el del Reparto Trotcha (80 aniversario de la estatua del primer alcalde; Línea y Paseo); luego el de la Estancia del Carmelo (parque Menocal, hoy John Lennon) Este T.T.I.B. conserva desde el 2002 el Día del Árbol, rescatado por Investigaciones de la DMC (octubre 1, 1999; 95 aniversario) donde inició (en mayo, una retreta revitalizó la Fiesta de las Flores), cuyo Club de los 120 años (Mirta Núñez, líder natural) aglutinó familias en cursos de verano, turismo barrial, conversatorios, peñas, etc.; similar a Eva María García Salazar en Aldecoa (Noche de San Juan, etc.); otros círculos y Universidades del Adulto Mayor por comunidades; en el siglo XXI, se extendió a clases a la Brigada de Instructores de Arte “José Martí” (BJM, todos sus niveles) en cada comunidad, tras haber dirigido la Asociación de Jóvenes Artistas “Hermanos Saíz” (AHS) desde su fundación en 1986, al trabajo comunitario: peñas literarias (Timba, San Antonio, Museo Napoleónico, etc.), exposiciones, grupos de modelos (12 y 23, Calzada y 8), festivales de trova (parque C y 23), y un vasto etc.

El IX Simposio (2005; Sesión Plenaria sobre religiosidad y parasicología desde sus Escaleras), bajó a las comunidades urbanas y suburbanas al río en El Carmelo (en los barrios del Fanguito -antes marginado, hoy insalubre-, Alturas del Fanguito, Chullima y Las Canteras; sesionó en los referidos Astilleros Chullima, la brigada de policías, Círculo Infantil y escuela secundaria básica), cuyo Coordinador de Cultura Comunitaria por la Uneac, el actor y locutor Julio Alberto Casanova, animaba las actividades de la DMC y nos representaba más allá, hasta su lamentable deceso (septiembre del 2008) cuando le continúa hasta hoy el Investigador de Cultura Municipal (Uneac por Cine, Radio y TV), que había revitalizado El Carmelo y otras comunidades del municipio con estos Simposios; ese noviembre celebró la fundación de La Habana con una exposición de escudos según valores e identidad para cada barriada del municipio en la Casa de Cultura, por el joven comunitario Maikel Arista-Salado y Hernández, sin faltar su propuesta de escudo del Carmelo según su patrimonio comunitario: “En plata, ceñidor comprobado de oro y azur, acompañado en lo alto y en lo bajo de cuatro rosas de gules hojadas de simple y puestas en faja; cortado de azur, con un castillo de oro sobre ondas de agua de plata nacientes de la punta y acompañado en el Cantón diestro del jefe de un creciente contornado del primer metal.”[2]

 

 

El nuevo Coordinador actualizó la lista de miembros de la Uneac en el concejo (más de 300, sin incluir colaboradores): gran fortaleza y dificultad para vincularlos casuísticamente al trabajo en sus respectivas comunidades, y más, al ir incorporando a miembros de la AHS, Asociación Cubana de Artesanos Artistas –Acaa-, BJM, etc., según cada uno. Una tradición comunitaria es la máxima concentración (casi la mitad del municipio) de este sector en El Carmelo, pues así viven cerca (pero no demasiado cerca) de sus instituciones en las cercanas Rampa y Vedado; muchos con el imaginario nacional sin altruismo por estas comunidades receptoras, no suelen generar imágenes cercanas a su identidad integral de y desde ellas, sin una política de educación científica sobre las identidades de cada una.

Bajo el axioma de trabajar desde cada comunidad y dada la gran diversidad comunitaria, se comenzó por estimular a los focos culturales comunitarios: la peña del Consejo Asesor Nacional de Escultura Monumental y Ambiental (Codema, 15 y 14) por su relacionista pública, la escultora venezolana Nilda Mijares Poyer (2007-2009); el proyecto Alegría de Vivir (Centro de Recreación del Adulto Mayor, 13 entre 12 y 14); y Los Vecinos Cantan desde 2002, con Rogenardo Cabrera, último domingo mensual en el lobby de su edificio en 17 y 24 (al reparto Rebollo), que el 27 de junio del 2010 celebrarían aniversario, con la comunitaria Marta Rodríguez Díaz como fotógrafa:

 

Además, se mantienen la peña de Marilyn Bobes (Uneac, Literatura; librería Ateneo, Línea entre 12 y 14) y desde el 2005 (Julio Quintanilla Corróns, 17 entre 28 y 30; Las Canteras al Fanguito) el proyecto de música, teatro y danza Casiguagua; topónimo que ya se había rescatado en un proyecto ecoturístico en torno al río (ese había sido su nombre precolombino) desde Investigaciones de la DMC (Couceiro, 2010) sin excluir la barriada en otros concejos: en el aledaño concejo Colón-Nuevo Vedado la peña Naranjo en Flor en 14 entre 21 y 23 (Miriam Casals Fernández, desde junio del 2004 cada tarde de segundo domingo mensual); precedido por Las Terrazas sobre cine, por Adolfo Llauradó y Jacqueline Meppiel (Uneac, Artes Escénicas) en su residencia de 26 entre 21 y 23.

Tanta riqueza de focos suple la carencia de instituciones culturales en el concejo (salvo la Casa de Cultura Municipal en su límite, Calzada y 8) que al alejarse, sobre todo niños, ancianos y otros con limitaciones deben enfrentar las dificultades del transporte, mientras el ritmo ágil de la vida cotidiana local aquí alarga las distancias, desigual entre las comunidades del concejo, y agravada al oeste del reparto Rebollo (de 24 a 28 y de 17 a 23, “zona de silencio”) donde comenzó desde 1992 el pionero de todos estos proyectos, que sigue tan original con resultados y alcance internacional: el Banco de Ideas Zeta, de Eugenio Blanco Rodríguez “Ludovico” (Uneac por Artes Plásticas, 19 y 26) que se ha ramificado hasta el actual Haciendo Almas, y otros proyectos locales: Trencito (desde 1995, artes y juegos, Yadira Rubio Hernández y Ernesto Triana López; 28 entre 17 y 19), Tiafuaco (María de los Ángeles Valdés y Rubén López, 28 entre 17 y 19, ceramistas de la Acaa) y el Grupo de Teatro Los Ruandy´s, de Jesús Jorge Fernández Neda, quien desde 19 y 28 irradió (fines años 60-iniciar los 80) el Grupo de Aficionados del Cine -GAC-, precursor al Cine´Plaza.

Tal tradición de trabajo comunitario en El Carmelo hereda (entre otros muchos, antes y después) al pintor Manuel Couceiro Prado:[3] 1960-1962, instruía a los trabajadores de los Astilleros Chullima y de la Necrópolis Colón, para que salvaran su patrimonio.

Más reciente, el Plan Verano la mañana y tarde del sábado 13 de agosto del 2010, asumió el Festival de Aficionados del Carmelo en su parque, con la fotografía, animación, guión y dirección artística del Coordinador de Cultura Comunitaria por la Uneac y con la presentación especial como invitados y en su homenaje, de la comparsa infantil tradicional municipal, Los Payasitos:

Y los festejos por el 152 aniversario del Carmelo (mayo 2011) se expandieron del parque (vinculándole casi 20 miembros de la Uneac en su 50 aniversario) a La Chorrera, Rebollo y Las Canteras-Fanguito.

De todo ello se ha sistematizado literatura científica para el trabajo comunitario que tanto escasea, desde las importantes experiencias cubanas, de interés para la metodología, historia, conceptuación, operacionalización e identidad del trabajo comunitario, patrimonios comunitarios, estudios de caso, asesorías y consultas, conferencias y cursos para primaria y hasta cuarta enseñanza, en las comunidades y en las academias, etc. (Couceiro, 2013): ocho libros y cientos de artículos en Cuba y otros países, experiencia aportada siempre casuísticamente, a otros municipios, como por ejemplo, la conferencia sobre artes e invidentes en la peña de Eladio Reyes, el proyecto Amor, el Quisicuaba y T.T.I.B. Cayo Hueso (municipio Centro Habana); reconocimiento por aportes en Casa de Cultura Calabazar, prólogo al libro del Rincón y jornada Arte, Sexo y Salud (municipio Boyeros, 2008-2012); cursos a las provincias habaneras, y especializados a municipios (Habana del Este); tribunales (Arroyo Naranjo, Habana Vieja, Centro Habana, Cerro, Diez de Octubre); conferencias (Diez de Octubre, Playa, Cerro, La Lisa y Parque Lenin), exposiciones (San Miguel del Padrón), presentaciones de libros (Marianao, Centro Habana); asesorías: Cotorro, Guanabacoa, Regla, Casablanca y casi todos los municipios capitalinos y de las actuales provincias Artemisa y Mayabeque; etc.

Y asimismo se ha aportado de disímiles maneras siempre casuísticamente, a otras provincias cubanas en su totalidad y por localidades concretas (Pinar del Río, Camagüey, Ciego de Ávila, Isla de la Juventud, Santiago de Cuba, Matanzas, Villa Clara, Granma, Holguín, etc.) y otros países: España (2003), Islas Guadalupe (2005), Estados Unidos de América (2009, 2011 y 2012), Venezuela (2009) y con expertos en Gran Bretaña, Suiza, Finlandia, Portugal, Italia, México, Chile, Colombia… y en Zulia, conferenció sobre el arte para cada comunidad, impartida a artistas de los medios de difusión, escénicos y otros, de los cinco estados occidentales de Venezuela.

CONSIDERACIONES FINALES:

Se ha generado nuevos focos que abren nuevos horizontes y perspectivas: proyecto Cinesex (esquina de 15 y 26) con Salud Pública: educación ambiental y sexual vs homofobia e i.t.s. (infecciones de trasmisión sexual)-vih/sida; cursos de verano 2010, y video-debates desde 1994 en La Rampa, cine Yara; Nuevo Vedado, cine Acapulco; Vedado (Centro Nacional de Prevención vs sida, desde 2000); muestra permanente de “Arte (popular) de la Basura” (esquina de 15 y 22; Julio César Infante, 2011); fotógrafo en fiestas de Oshún (Leonor Campos Toca, “Paloma”; calle 15 entre 22 y 24); Peña Los Jardines del Carmelo (Emilio Trujillo Martin: octubre 2010 por el Día de la Cultura Cubana, Escuela Municipal del Partido, esquina de 15 y 12, nueva sede de la Sección de Base Municipal de la Unión de Historiadores de Cuba, Unhic); Los Leones Azules (eminentemente deportiva, aunque no solo), del periodista Héctor de Arturo, en los Bloques de 15 y 24; en cada una de estas y otras acciones formando futuro, aun es una lucha contra corriente que no obstante, allí donde se ha librado, ha ganado muy loables resultados.

Con todo lo anterior se extiende así, a lo largo de los años y de las diversas comunidades de la barriada del Carmelo, una “kermés a lo cubano” que quizás no tenga todas sus opciones en una misma fiesta… pero la prolonga y expande más allá del tiempo y el espacio. 

BREVE RESUMEN DEL CURRÍCULO DEL AUTOR.

Doctor en Ciencias sobre Artes (2001); Máster Antropología; Diplomado Historia General. Investigador y Profesor Titular. Cientos de eventos, premios, reconocimientos y publicaciones.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

1.      ARISTA-SALADO Hernández, Maikel: Exposición de escudos para las barriadas del municipio Plaza de la Revolución. Casa de Cultura Municipal Plaza de la Revolución, noviembre de 2008.

2.      COUCEIRO Rodríguez, Avelino Víctor. Historia de Plaza de la Revolución. Publicitaria Imágenes del CIMEX, Proyecto Identidad de la Comisión de Historia del Comité Provincial del P.C.C. La Habana. 2006.

3.      ---: Hacia una Antropología Urbana en Cuba. Colección La Fuente Viva # 32, Fundación Fernando Ortiz, La Habana, 2009.

4.      ---: Oralidad, identidad y patrimonio comunitario. Revista A las raíces, # 0-1:3-9; del Consejo Nacional de Casas de Cultura y Cultura Comunitaria, Ciudad de La Habana, Cuba, 2010.

5.      ---: Ciencia y comunidad: propuesta metodológica al trabajo comunitario (libro, 3era. Edición) Disponible en http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/couceiro_rodriguez_avelino/ 12 de abril de 2013. Acceso: 12 de julio de 2013.

6.      --- y Jorge Manuel Perera Fernández: De la cultura ecológica universal a una comunidad cubana. Disponible en http://letras-uruguay.espaciolatino.com/, 3 de febrero, 2013. Acceso: 16 de julio de 2013.

 

Notas:

 

[1] Couceiro, 2009:177: Los términos consejo y concejo son homófonos: el primero (además de aconsejar) nomina diferentes órganos colegiados para informar al gobierno o a la administración sobre determinadas materias, y como órgano superior de gobierno que asistía al rey en la administración y para impartir justicia; mientras que el segundo equivale a ayuntamiento o municipio, o sea: la d.p.a. (caso que nos ocupa). Durante la República fueron comunes en Cuba las palabras concejo y concejal (al frente del concejo), al igual que en España y otros países hispanoamericanos. Cuando renacieron en 1990 en Cuba eran “concejos”, pero al haberse perdido la cultura de concejales durante la Revolución, se mal interpretó como error y en breve y hasta hoy, se ha generalizado “consejo”.

[2] Arista-Salado, 2008. Miembro de la AHS y Unhic; premiado y publicado en Cuba y otros países, ya con estos trabajos había sido premiado en los Encuentros Historia e Identidad de mi Barrio El Carmelo desde el 2005, cuestionándose el heraldismo del escudo municipal para enmendarlo, aun pendiente de subsanar; exposición plástica-literaria con música, danza, filmaciones y teatro “espontáneo”, genuina fiesta de las identidades barriales del municipio.

[3] Couceiro, 2013: fundador de la Uneac y padre del actual Coordinador de Cultura Comunitaria por la Uneac en el concejo, apunta a una tradición familiar de artistas (y de la Uneac) al trabajo comunitario en El Carmelo.

 

Avelino Víctor Couceiro Rodríguez
vely175@cubarte.cult.cu

 

En Letras-Uruguay ingresado el presente trabajo el día 22 de octubre de 2013


Autorizado  por el autor, al cual agradecemos.

 

 

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