Amigos protectores de Letras-Uruguay

 

Si quiere apoyar a Letras- Uruguay, done por PayPal, gracias!!

 
 

La Europa no española en la occidentalización para la cultura cubana
Esqueleto judeocristiano: introducción al tema. El componente hebreo.
por Avelino Víctor Couceiro Rodríguez
vely175@cubarte.cult.cu

 

 

Ya mi texto previo, La Europa no española en la occidentalización para la cultura cubana. Raíces greco-latinas: tradición de tradiciones cubanas, fundamentaba la raíz, pertenencia y absoluta vigencia de la cultura cubana dentro de la vasta cultura occidental, identificada por sus raíces greco-latinas (ya analizadas en el artículo citado) y en el esqueleto judeocristiano, objetivo de estas cuartillas que ahora nos ocupan y que igual que las raíces greco-latinas e indisolubles con ellas, nos llegan implícitos en el proceso para nuestra hispanización y particularmente explícita la cristiandad, desde el mismo poder colonizador que se imponía. En el caso particular del esqueleto judeocristiano hay que comenzar, dada su importancia conceptual y metodológica, por tres aspectos:

1. Ambas culturas están implícitas y explícitas raigales en todas las nacionalidades del mundo occidental (aun cuando ambas tienen sus raíces en el Medio Oriente, y en particular el pueblo hebreo antes, desde África, liberados de Egipto por Moisés), lo cual incluye por supuesto, a las hispanidades, pero ni con mucho de forma exclusiva; quiere esto decir que si el objeto de estudio es la Europa no española, tampoco pueden faltar su impronta en las hispanidades y en relación con las restantes nacionalidades europeas, aunque suele desdibujarse las fronteras nacionales que, sin embargo, identifican de una a otra nacionalidad europea, pero es difícil precisar sus interacciones durante milenios en la conformación raigal y su evolución de cada nacionalidad.

2. En ambas culturas está implícita y explícita de manera raigal, la religiosidad, que trasciende en mucho a la religión en tanto sicología religiosa e inunda todos los espacios que conforman la cultura en tanto “sistema de valores”,[1] aun cuando se herede o impacte en otras religiones o incluso, no sea explícitamente religión, y aun cuando se sea (o se pretenda ser) ateo, sea del llamado ateísmo vulgar o del ateísmo científico, en todo el abanico de variantes posibles.

3. A menudo resulta difícil asimismo escindir la cristiandad del hebraísmo, toda vez que la primera es derivación de la segunda y es mediante la cristiandad que muchos elementos de raíz hebrea se abren al mundo occidental, y al heredarla suelen repiten determinados valores y anti-valores en distintos grados y formas de transculturación, aunque sin la menor duda son identidades no solamente distintas, sino también, con frecuencia, contrapuestas y han sido en numerosos momentos de la Historia, antagónicas y hasta excluyentes entre sí, al extremo del derramamiento de sangre durante dos milenios. La herencia sin embargo, hace que muchas veces un mismo valor (o anti-valor) subyace desdibujado entre ambas culturas. Lo más explícitamente cristiano es el Nuevo Testamento, nunca aceptado por los judíos, y por tanto, con mayor seguridad puede entenderse como exclusivo de la cristiandad; pero su raíz y base imprescindible para conformar la ulterior Santa Biblia cristiana, es el Antiguo Testamento, al mismo tiempo libro sagrado (tradición escrita) del pueblo hebreo: la Tora, pero expandido a todos los demás pueblos mediante el cristianismo… y ya no es tan exclusivo.

El hebraísmo para la cultura cubana.

Las raíces culturales (en todos los casos, pero paradigmático es el ejemplo hebreo) trascienden en mucho al fenómeno puramente étnico y sus migraciones (para bien y para mal también en todos los casos, siempre casuísticamente), que el cristianismo tanto ha multiplicado desde su gestación (aunque muy probablemente, no solo), que nace dentro y desde el hebraísmo, provocando toda una revolución que trascendería en mucho a aquellos estrechos marcos hebreos al abrirse a otras etnias: la Pascua cristiana, era ya tradición hebrea. Lo que he llamado en textos previos, “la trascendencia de lo cotidiano”, refleja ahora la vigencia hebrea (más allá de la cristiandad, sin desdorar el protagonismo cristiano en ello ni la impronta mediadora de griegos, romanos y otros) por ejemplo, mediante la antroponimia: junto con los romanos, los griegos y los germánicos, los hebreos y arameos están entre los cuatro orígenes principales de los antropónimos en todo el mundo hispanoparlante (donde se ha impuesto la lengua castellana) junto con los romanos, los griegos y los germánicos. Los antroponímicos hebreos y arameos (representantes de toda la cultura implícita y explícita que así heredaban) empezaron a introducirse especialmente a partir de los siglos II y III, con el Edicto de Milán del 313 d.n.e. que al establecer la tolerancia religiosa en el Imperio Romano, legalizó el cristianismo hasta ser religión de Estado para aumentar considerablemente el número de cristianos (cuya raíz era hebrea, vigente en el Antiguo Testamento) en todo el antiguo imperio romano y concretamente, en la península ibérica, extendiéndose así la costumbre de nombres hebreos bíblicos heredados, litúrgicos y de virtudes morales, imponiéndolos ya entonces mediante el bautismo cristiano.

Cuando el Concilio de Trento (1545-1563) consagró los nombres de santos católicos, redujo mucho la variedad de nombres y se extinguieron algunos muy antiguos (Elfa, Brianda, Violante, Mencía, etc. aunque en Cuba recordamos hacia fines del siglo XX, la Ópera -rock- Violente), y el antisemitismo desacreditó nombres hebreos como Efrén o Ephraim (Efraín) que, sin embargo, reviven en la Cuba actual, con total vigencia y uso. Hasta la Edad Media solo se usaban los nombres “de pila”, llamados así justo por “la pila bautismal”, y para diferenciar personas del mismo nombre, no había apellidos paternos ni maternos, sino alguna indicación relativa al lugar donde vivía, su trabajo, u otro rasgo de identidad: Molinero, Fuente, Lafuente, etc. que mantuvieron al instituirse los apellidos; y se pierden identidades semíticas como ben (“hijo” en hebreo)y bar (del arameo), así como ibn (“hijo” en árabe).

Abundan los nombres desde la más antigua raíz hebrea en la Cuba actual, aun sin que muchos portadores ni quienes ponen los nombres a sus hijos, conozcan su raíz ni significado: Adán (primer hombre creado por Dios en la mitología hebreo-cristiana, el nombre significa “hombre”, “rojizo”, “sangre”, “hecho de tierra”; Génesis, inicia el Antiguo Testamento); Eva (del hebreo awwâ, "vivir", "vida", "uno viviendo" o "fuente de vida", de la raíz yw; del árabe āyâ, "para vivir") es para hebreos, cristianos y musulmanes, la primera mujer que Dios creó sobre la Tierra y mujer de Adán; aunque ciertas tradiciones hebreas la consideran la segunda, y como primera a Lilith o Lilit, de origen mesopotámico pero los hebreos asumieron con su vocablo parónimo lil, “noche”); Abel (de origen asirio, habal, significa "hijo"; en hebreo significa "efímero" e "hijo", segundo hijo de Adán y Eva, asesinado por su envidioso hermano mayor Caín, cuyas secuelas genera en nuestra cultura popular la expresión “pasar las de Caín” al enfrentar severas dificultades); Noé (“descanso, paz, comodidad, el que es consolado”, patriarca que salvó del Diluvio, a su familia y una pareja de cada animal, símbolo hasta hoy de salvación y de amor a los animales, por lo que Arca de Noé es un espacio digital ambientalista cubano promovido por Zoila Portuondo Guerra mediante la acción comunitaria Haciendo Almas (Ludovico, 2012-2013).

Otros nombres hebreos en la Cuba actual son Abraham (“padre del pueblo” o “padre de las multitudes”, primer patriarca post-diluviano, hacia el 1800 a.n.e.); Isaac (“él ríe”, hijo de Abraham, quien incrédulo de 100 años, sonrió al oír que su esposa Sara con 90 años, pariría); Sara (“princesa”) y Rebeca, esposa de Isaac, nieta del hermano de Abraham. Jacobo (hijo de Isaac y Rebeca en su vejez, “sostenido por el talón” o “el que pelea con Dios”; patriarca que luego se llamó Israel, de Jacobo (o Yakob) al cristianizarse San Yago, derivan Santiago, el más popular por el apóstol, “Yakob hijo de Zebedeo” o Santiago el Mayor, grito de batalla cristiana “San Yago” durante la Reconquista española 722-1492, quedó como un solo nombre; y de aquí deriva Diego por el portugués Sao Tiago, en una división errada de Tiago; y Jaime, por el latín Jacomus,); Raquel (“oveja”) y Benjamín, “hijo de la diestra”, dada la derecha como símbolo de fuerza o virtud, extendido al hijo menor, que lo era de Jacob y Raquel.

También de la milenaria tradición hebrea muy extendidos a la actualidad cubana, nos llamamos Moisés (“salvado de las aguas”, profeta que liberó a su pueblo hebreo de Egipto); María o Miriam (“eminencia” o “excelsa”, Miriam más en el mundo de habla hispana y portuguesa por vía del mundo hebreo y el musulmán y su impronta en la península ibérica, Miriam en el Éxodo es la hermana de Moisés, también por nacer en Egipto se le especula esa raíz, y derivaría de “Amor”, “Amada”); Aarón (hermano mayor de Moisés y primer Sumo sacerdote hebreo, “progenitor de mártires”); Israel: “Tierra Santa” o “Tierra Prometida”; Noemí (suegra de Rut, antepasado de David); Ruth (o Rut, “compañera”); David (“Amado”, 2do. Rey del antiguo Reino de Israel, 1040-970 a.n.e., reinó Judá entre 1007-1000 a.n.e., rey justo); Abigaíl (“alegría del padre”, tercera esposa del rey David); Betsabé (“séptima hija”, esposa del rey David y madre de Salomón); Salomón (3er. Y último Rey de todo Israel, 970-930 a.n.e., rico y poderoso, el más sabio); Ester (derivado del asirio-babilónico por la diosa Ishtar, “estrella”, llevada al harem la llamaron “mirto”, cuya flor tiene forma de estrella, salvó a su pueblo), Samuel (“escuchado por Dios”, profeta y juez), Isaías (“salvación”; profeta, s.VIII a.n.e.); Jeremías (profeta 650-585 a.n.e.); Ezequiel (“Dios fortalece”, sufrió el cautiverio en Babilonia desde el 597 a.n.e. durante lo cual, en el 592 a.n.e., Dios lo llama como profeta mayor hasta el 570 a.n.e.), Joel (“Yahvé es Dios” o “Dios es su señor”, profeta menor); Zacarías (“a quien Dios recuerda”, varios personajes del Antiguo Testamento se llaman así), Salomé (“paz”), Eliezer (“Dios es mi ayuda”); Juan (“el fiel a Dios”, o “bendecido por Dios”, de donde deriva la variante rusa y búlgara Iván, Ivana, Yvonne, etc.); Ariel (unisex: “león de Dios”), Daniel (“justicia de Dios”, su variante Danilo), Débora (“abeja” o “trabajadora como la abeja”; profetisa hebrea)[2]

Otros nombres de raíces hebreas, cada vez protagonizan más al cristianismo, y se popularizan más a partir de que la iglesia cristiana toma el poder y los promueve abiertamente: Ana (“benéfica, compasiva, llena de gracia”, con variantes como Anabel, Anabella, Anayancy, Ania… madre de Samuel, y según documento apócrifo del siglo II, nombre de la madre de la Virgen María como Santa Ana); Joaquín (“Yahvé construirá”; nombre de un rey de Judá, y según los cristianos, del marido de Santa Ana; nombre que no se empieza a usar sino hasta el siglo XIV, hoy muy extendido); José (“Dios acrecentará”), Jesús y Josué (“Jehová salva”, “Salvador”, Jesús mediante el griego, Josué más fiel al idioma semita, aunque hay hebreos que niegan esta similitud pues no ven en el origen de Jesús a Yeshua, sino a Ieshú, un personaje del Talmud hebreo -su tradición oral de polémicas rabínicas- Ieshú más similar a Ishai de donde deriva el español Jesse, y es “ambición, riqueza”, vinculan a la maldad, hijo del adulterio de Miriam –María- con un romano, que aprendió brujería en Egipto); Belén (“casa del pan”, origen toponímico del lugar donde nació Cristo); Lázaro (“el ayudado por Dios”), Marta (“señora” o “dama”), Magdalena (“de Magdala”, o sea más bien un apellido toponímico entonces, María Magdalena es María de Magdala, del que se acota Magda); Bernabé (“hijo de la profecía” o según griegos, “de la consolación”, uno de los primeros apóstoles y discípulos de Jesucristo, judío chipriota); Bartolomé (“hijo de Tolmay” o “hijo de Ptolomeo”, uno de los apóstoles de Jesucristo); Simón (“el que ha escuchado a Dios” o de la palabra griega simos, “el que tiene la nariz chata”); Manuel (“el Dios que está entre nosotros”, la forma original de Jesús de Nazaret era Emmanuel, se populariza en la Reconquista pues judíos y moros conversos bautizaron así a sus hijos para mostrar su arrepentimiento sincero, por equivaler a Jesús), Miguel (“¿Quién es como Dios?”, refiriéndose al dios ugarítico El, en España muy popular a partir del Renacimiento), Rafael (“el Dios El ha sanado”, el cristianismo lo asume como santo patrono de enfermos y mutilados de guerra, popular desde el pintor renacentista Rafael Sanzio), Abelardo (hebreo-germánico, “hijo fuerte”), Carmelo y Carmen del hebreo Karmel, “jardín” o “viña de Dios”, deriva de la advocación de la Virgen María, Nuestra Señora del Monte Carmelo o Virgen del Carmen; etc.

Matusalén simboliza longevidad y es marca de ron santiaguero; Judas (versión griega del hebreo Judá, “Agradezco a Dios” o “reconozco a Dios”, para otros “celoso de Dios”, nombre del que se deriva “hombre de Judea” o “judío” y que algunos ven en Judit su versión femenina) simboliza traición por Judas Iscariote, aun ignorando a Judas Tadeo (Tadeo significa “valiente” o “hombre de pecho robusto”, tal vez del griego Teodoro) el otro apóstol que nunca traicionó, “patrón de los casos difíciles y desesperados”; Satanás proviene del latín satana, a su vez de raíz aramea shatán, que significa “enemigo, adversario”; además de los apellidos que explicitan ancestros étnicos: Esquenazi, Asquenazi y múltiples versiones como Achkienasi, entre otros muchos de fácil reconocimiento hebreo: de manera similar a la que ocurrió con los africanos importados a Cuba, una cultura impuesta sobre otra en la Europa cristianizada (que fue como llegó a las Américas) llevó a que muchos tuvieran que enmascararse, y perdieran sus apellidos de referencia, y al carecer de los apellidos oriundos que identificaban a los diversos pueblos hispanos, los criptojudíos, en su clandestinaje, apelaron a diversos apellidos que significaban sustantivos comunes tales como Puentes, Mesa, Isla, Luna, Lago, Piedra, etc.,[3] no siempre ni mecánicamente a relacionar con raíces hebreas, como otros apellidos: Perera, que en Asturias se identificaba de la cultura en torno al peral; o el galaico-portugués Couceiro, que en su raíz celta era “herrero” para las herraduras y afines; así, toda una cultura de ascendencia hebrea directa o indirecta, o que se familiariza por contextos similares, que entró en Cuba con los primeros híspanos.

También desde los primeros hispanos y otros europeos llegaron numerosos anti-valores de la más estrecha ortodoxia de la antigüedad hebrea, triste identidad tradicional que igual, con raíz hebrea, re-contextualizó la cristiandad y otras culturas interrelacionadas; tal es el caso de tantos prejuicios, dogmas y clichés que hasta los hábitos y lo no consciente, laceran nuestra cultura hasta la seudocultura actual, por ejemplo en la sexualidad, y así a la homofobia se le señala sus raíces occidentales en el Levítico hebreo (se le atribuyen antecedentes asimismo en el zoroastrismo persa), aunque no fustigará en la cultura occidental sino hasta dos milenios después, con las posturas más retrógradas de las iglesias cristianas por el poder manipulando el nombre de Cristo y aunque parezca paradoja, muy probablemente antagónicas y hasta excluyentes de un verdadero Cristo de amor y aceptación, de particulares y hasta sangrientos choques justo durante la conquista y colonización del “Nuevo Mundo”; contra todo lo cual también se cuenta con toda una vasta y valiosa tradición de lucha anti-homofóbica, que antecedía en mucho en Cuba cuando desde el 2007 trata de institucionalizarla el Centro Nacional de Educación Sexual, pero cuenta con muy loables antecedentes imborrables.

Ya hemos enfocado la propia cristiandad como una herencia (aunque distintiva) del hebraísmo; pero ya así se multiplican los ecos hebreos para la cultura cubana. Si en un inicio (desde el mismo Jesucristo) los cristianos fueron los perseguidos y masacrados por hebreos primero y por Emperadores Romanos después, apenas el cristianismo logró establecerse como religión oficial –Edicto de Milán, 313 d.n.e.- luego de su pronta expansión por todo el Imperio Romano –esto es, todo “el Occidente” de entonces-, los papeles se invierten y es el hebraísmo el que en su éxodo, sufrió la marginación, con el ejemplo quizás más reciente y terrible desde el nazismo en Alemania (1933-1945), aunque no se limita a ella la persecución contra los judíos. En España, ya al iniciar el siglo XV son expulsados -excepto los criptojudíos, "cristianizados que así sobrevivían y están entre los primeros europeos en Cuba; otras fuentes señalan su expulsión por los Reyes Católicos de España en el mismo año 1492, cuando Colón descubre las Américas, ratificándolos como “paradójicamente, (fueron) los primeros y los últimos en llegar”, y cuya historia es en buena medida (más que la del resto del mundo moderno), la de sus migraciones, trasplantando millones de personas con papel fundamental al desarrollo del capitalismo, de “la región más civilizada del planeta hacia tierras vírgenes, soñadas y prometidas, cambió (…) el rumbo de la historia mundial desplazando su centro de gravedad, una y otra vez, de Europa a América”[4]- e incluso más tolerancia hallaron los moriscos, con quienes la "tolerancia" llegó hasta 1609 cuando son también finalmente expulsados aquellos que conservaban la religión mahometana, con lo que cerraban, al menos parcialmente, aquella Guerra de Reconquista cristiana por su territorio, iniciada en el año 711.

Desde un punto de vista más puramente (siempre relativo) étnico, considerando las inmigraciones físicas (ya no culturales en su sentido más amplio, que ya vemos trascienden con creces) a Cuba, hay que comenzar entonces por los criptojudíos, aquellos que ya en los inicios de la conquista y colonización de Cuba llegaron cristianizados para no perecer en la hoguera inquisitorial; luego llegarán los sefardíes, aquellos que durante su éxodo, se establecieron y transculturaron en el mundo árabe (donde lograron cierta prosperidad y libertades) y por esa vía, en España y el mundo latino; y los asquenazis que transculturaron asentados en el resto de Europa, sobre todo el centro y el oriente europeo, donde solían ser mucho más perseguidos y en consecuencia, mucho más ortodoxos y herméticos; por ello, y contra lo que pudiera creerse por la base hispánica de la cultura cubana, son los asquenazis la congregación hebrea más fuerte para la cultura cubana actual,[5] lo cual ratifica la hipótesis de raíces e influencias europeas no españolas -e incluso, no latinas- en la conformación de la cultura cubana; y se explica por su huída masiva de Europa, víctimas justo del antisemitismo que condujo a su holocausto en la II Guerra Mundial (1939-1945) pero que se avizoraba desde fines del siglo XIX, cuando Cuba ya era célebre en tanto puente marítimo para el resto de las Américas y donde el antisemitismo ya no era tan virulento, mientras el país se preparaba a devenir República bajo la égida del imperio estadounidense (de donde llegaban muchos judíos), con todas sus consecuencias. Por tanto, tales asquenazis son de explícito interés al estudiar las raíces e influencias cubanas desde la Europa no española, donde ellos mismos enraizaron durante casi dos milenios, complejas desde allá (y más aquí) por transculturadas en tiempos y espacios bien diversos en torno a las sinagogas que han existido y las que restan, sus comercios y todo tipo de costumbres, juicios y prejuicios, y luego transculturadas todas estas raíces hebreas por cada cristianismo hacia cada contexto comunitario y hasta cada persona, mucho más allá de etnias y credos o no.

Entre los siglos XVI y XIX, las principales inmigraciones de hebreos y conversos sefarditas a Cuba nos llegan mediante los puertos de España (Sevilla y Cádiz); Portugal (Lisboa); Francia (Burdeos y Rouen); Bélgica (Amberes); Holanda (Ámsterdam) y Alemania (Hamburgo); y ya en red comercial y migratoria con aquellos transculturados mediante las distintas culturas americanas: México, Venezuela, Panamá, las Antillas (Jamaica, La Española -Santo Domingo-, Curazao, Trinidad y Tobago, Barbados, Martinica, San Eustaquio, Saint Thomas e Islas Vírgenes); así como con sus asentamientos en Argentina (Buenos Aires); Perú (Lima); Brasil (Recife y Salvador de Bahía), Colombia (Cartagena); y la costa atlántica de los Estados Unidos de América (EUA): los norteños New Port y New Ámsterdam; y los sureños Charleston, Beaufort y Savannah (Corrales, 2003).

Sin embargo, la cultura (raíces e influencias) está siempre empacada para todo viaje, incluso sin conciencia de ello y mediante terceros, como ya entonces llegaba asimismo por la prensa escrita y luego por los más diversos medios, desde el teléfono y el cine, hasta la radio, la televisión y el ciberespacio. Se generalizó llamarles “judío” como etnónimo peyorativo “de los otros” que los veían regresar del cautiverio a Judea, aunque no solo a ni de Judea, una de las más representativas y ortodoxas de “las doce tribus” de Israel;[6] también se ha planteado que hebreo se ha usado para la etnia, y judío para la religión.[7] Aun limitándonos al análisis étnico físico migratorio, se ha dicho que “la historia de los judíos en Cuba comienza con el mismo descubrimiento de la isla por Cristóbal Colón el 28 de octubre de 1492 (…) fue un judío converso español el primer europeo en pisar tierras cubanas. El 2 de noviembre de 1492 Colón envió a Luis de Torres (judío converso) junto con (…) para que le trajera informes acerca de los habitantes de la isla, su rey, sus recursos. Luis de Torres era el intérprete de la expedición, pues dominaba además del español, el hebreo, el árabe y el arameo (…) quedó muy impresionado por la costumbre que tenían los indígenas de fumar, y es a él a quien se debe el conocimiento del tabaco en Europa y la primera plantación agrícola europea en tierras americanas. Algunos historiadores afirman que Luis de Torres murió en Cuba.”[8]

Al bajar de “la Nao Capitana”, descendiendo de las carabelas antes que Colón, Corrales (2003) lo reconoce como el inicio de la historia hebrea en Cuba, que continuarán ocultos durante toda la colonia “hijos de Sefarad –silenciadas como sus pisadas en las Sinagogas de arena- se explicitan en los expedientes inquisitoriales, en el comercio intérlope, en la exigencia de los Capitanes Generales de expulsar a los portugueses y a los acusados de atentar contra el monopolio comercial español o de haber favorecido la toma de La Habana por los ingleses, en los enrevesados nombres de los expedicionarios de López, los colaboradores de Martí o los ayudantes de Calixto García”, transculturando con las restantes etnias que confluyen a Cuba. Pero como se refería antes, mucho más allá de la etnia y la religión, muchas otras raíces se expandían en la cotidianidad de todos y hasta hoy nos llegan expresiones de milenios antes, como el sentido negativo en la versión del Imperio Romano y ulterior cristiana, sobre el sicario (realmente, el hebreo que armado con la sica, luchaba por la independencia de su pueblo contra el Imperio Romano: esto es, lo que llamaríamos un revolucionario independentista) y “barrabasada”: Barrabás era un sicario, y Cristo era peor visto por el Sanedrín que dirigía al pueblo hebreo, y cuyos dogmas quebraba.

Entre los primeros hispanos llegaron los criptojudíos (reconocidos o encubiertos)[9] para iniciar esta historia; Fernández (Ob.Cit.) cita los análisis de Fernando Ortiz (1975:422) quien negaba que hubiera pruebas contundentes para afirmar (como aseguraban S. Madarriaga, 1950:576; y P.Link, 1974:8) que el propio Colón fuera de ascendencia hebrea, al afirmar que la familia de Colón había emigrado de España a Italia para eludir al Santo Oficio que, más poderoso que los reyes e incluso, que el Papado, se afanó por siglos en absolutizar el catolicismo papal o de lo contrario, los mataban. No obstante, Ortiz reconoce aquel contexto favorable para tal hipótesis, por los muchos judíos que vivían en Italia y otros países mediterráneos, fieles a la sinagoga o conversos criptojudíos, aislados en juderías o aljamas o casados con cristianas; pero no desestima igual quienes buscan igualarse a la gloria del Almirante, oportunismo que falsearía la realidad histórica por supuesta igualdad de raíces étnicas. Lo que sí es cierto, es que Colón, sin proclamarse converso, mantuvo relaciones con diversos “cristianos nuevos” o “marranos”,[10] entre los cuales muchos afiliados a la corte de Aragón ayudaron a financiar su primer viaje; entre otros de importancia en tan peligrosa empresa, se citan Luis Santangel (canciller real); Gabriel Sánchez (tesorero real) y su pariente Rodrigo Sánchez, superintendente de Colón (Fernández, Ob.Cit.)

También Isabel de Bobadilla hija, célebre esposa de Hernando de Soto, Gobernador de Cuba que en 1539 viajó y descubrió La Florida sin regresar y ella enloqueció esperándolo en el Castillo de la Real Fuerza y que se dice inspiró para La Giraldilla habanera (1630), ha sido referida entre aquellos sefarditas en Cuba, “nuestra primer y única mujer Gobernadora” (Corrales, 2003); como tantos (producto del clandestinaje de lo prohibido), a ratificar comprobaciones. A Hernando de Montoro el propio Ortiz le reconocía su alta significación en las Antillas y el resto de América “y acaso pueda representar (…) la más ostensible figura del influjo de los judíos sefardíes en la colonización e historia económico-social de estos países…“ Montoro se apellidaba aquel gran poeta judío español que en 1492 dedicó una súplica versificada a la cruel Isabel la Católica para "que tuviera clemencia con sus vasallos hebreos, en vez de expulsarlos de su Patria y confiscarles sus bienes (…) fue muy sonada la hazaña de Montoro y sus comuneros dominicanos, que su ejemplo era muy peligroso y que la memoria de la Revolución de ése judío ayuda a comprender el sentido de estos episodios de Remedios que aquí nos interesan y de su significación económica para la historia social de Cuba".[11]

Los criptojudíos huían del fuego inquisitorial y los prejuicios, buscando paz en tierras lejanas, pero ya en 1520 comenzó a actuar en Cuba la Santa Inquisición y durante toda la Cuba colonial, tuvieron que vivir ocultos, como en tantos otros países, aunque su huella subyacía en toda la cultura mucho más allá; sin más datos sobre los conversos que antaño cayeron bajo los inquisidores, el primer juicio inquisitorial conocido fue el de Francisco Gómez de León, ejecutado y cuya fortuna (149,000 pesos) fue decomisada; algo que nunca ha faltado en el oportunismo antisemita (ni en ningún oportunismo marginador), para apropiarse de la fortuna de sus víctimas. Hacia 1627 varios vecinos de La Habana fueron condenados por judaizantes; entre ellos Blas Pinto, Juan Rodríguez Mesa y Francisco Rodríguez de Solís. Báez (Ob.Cit.) señala la estirpe judía de varios personajes importantes de la época, entre ellos Agustín Morell de Santa Cruz y de Lora.[12] Se dice que aunque oficialmente fueron reconocidos como portugueses, los que introdujeron la caña de azúcar en Martinica y Cuba eran judíos, perseguidos en las colonias pero con cierta tolerancia para los que constituían una fuente de riqueza. La persecución no disminuyó sino hasta fines del siglo XVIII, pero en La (hoy) Habana Vieja y sus inmediaciones, ya en 1857 se funda Hamel y Hnos. (fábrica de costura por máquina, en Industria y Barcelona); en 1875, la Casa Stein (Sastrería a la medida, en Obispo entre Villegas y Aguacate) y en 1900, The French Brothers (Barouh Hnos., en Prado entre Virtudes y Ánimas), importadores de perfumes franceses; todos judíos (Corrales, 2003)

Para el teatro cubano, ya entonces es innegable la influencia del francés Jacques Offenbach (n. Colonia, Alemania, hijo de judío) cuya Orphé aux enfers inspiró el arreglo de Pina para Los dioses del Olimpo con que Francisco Arderíus introduce en Madrid la ópera bufa de París en 1864, antecedente directo al teatro bufo cubano; y otra de sus obras, La gran duquesa o La vida parisiense, fue edulcorada y rebajada en “arreglo” innecesario en México, para que fuera el público decente y no solo “viejos verdes y libidinosos”; en 1872 se muestran La creación del mundo, La muerte de Abel y otros dramas bíblicos por niños; 1874: en su obra Los Montes de Oro, Balmaseda llama Arca de Noé a la sociedad inventada por el usurero y estafador Juan Gutiérrez; 1877: 2da. Edición de Colón y el judío errante (su 1era edición había sido en 1845, en Barcelona), de Enrique Sánchez de Fuentes; 1885: en Petra, o Una mulata de rumbo (Francisco Valdés Ramírez) Petra habla de trastornar los sesos “a todo hijo de Adán”; 1894: el teatro Irijoa se transforma en el Edén Pubillones remedando en el Génesis, donde Dios habría ubicado al hombre al crearlo, palabra de origen acadio (pueblo semita) lugar puro y natural, sinónimo de lo que será el Paraíso pero este es un bello jardín extenso; cambio de nombre para nueva imagen de ambiente lisonjero, atrevido y superficial; 1895: el periódico La Discusión llamó al Alhambra “el Edén de la gente de Bronce” (1895); 1898: en la obra San Pirolo (autor desconocido) dice Pirolo: “Y Regino es Dios y Pirolo es su profeta”, remedando aquel ancestral concepto del profeta; y en 1900 Edén Concert es una obra de Federico Villoch en el Alhambra.[13] El Edén se llamó la primera torre del floreciente hotel Trotcha (1901)[14]

Entre los muchos judíos que se citan en las luchas revolucionarias cubanas, desde muy temprano se destacan Juan Elis, complicado en la Conspiración de los Soles y Rayos de Bolívar (1832); y entre los expedicionarios de Narciso López (1850-1851), a Augusto Bondi (antiesclavista); Luis Schlessinger (Comandante del Estado Mayor) y Janos Blumenthal (Coronel) (Corrales, 2003) y ya entre los mambises de los Diez Años, se cuenta al polaco Carlos Roloff, “Akiba Roland”; el capitán Kaminsky (antes buhonero de La Florida, hoy EUA); Schwartz, ayudante del general Calixto García; y Horacio Rubens, abogado de New York (EUA), miembro de la Junta Revolucionaria de Cuba, abogado del Partido Revolucionario Cubano y Coronel honorario del Ejército Libertador; y en la gesta de 1895, José Steinberg (Capitán del Ejército Libertador y Organizador del Club Patriótico Cubano en Tampa), y Max y Eduardo Steinberg, fundadores del Club en Tampa (Corrales, 2003); los Steinhart, etc., que luego permanecieron en Cuba; una calle del hoy municipio Diez de Octubre que tanto se dedicó a los mambises, se llama Rabí. Abundan las referencias de raíz hebrea en nuestro Héroe Nacional José Martí; tal vez la más famosa sea "mi honda es la de David, al referirse al célebre episodio entre David y Goliath;[15] también el propio Jehová y el profeta Job son citados en sus Hispanoamericanos, y en sus Escenas Mejicanas cita a Judith, quien a las puertas de la sitiada Betulia -antigua ciudad palestina- mató mientras dormía a Holophernes el sitiador, general de Nabucodonosor. A Abraham, Isaac y Moisés los refiere en La Edad de Oro, y al último lo retoma en sus Escenas Mexicanas y en sus Crónicas de Francia; a Jacob en Nuestra América, donde también cita al proverbial y sabio Rey Salomón, al que recurre en más de una ocasión en La Edad de Oro. Martí se remonta a las mismas raíces de la cultura hebrea, hasta la preadamita Oeningen, y en Hispanoamericanos a Edom, región conocida como Idumea (sur de Judea)

Desde fines del siglo XIX y sobre todo, a lo largo del siglo XX en la misma medida en que el antisemitismo amenazaba cada vez más en Europa y se avistaba el fin del sistema colonial cubano y de la primacía absoluta de la Iglesia Católica Apostólica Romana (ya otros grupos cristianos conquistaban espacios en Cuba dentro de tan estrecho marco oficial socio-religioso[16] como el Cementerio Bautista,[17] y hasta los chinos habían logrado en octubre de 1893 su propio Cementerio)[18] nuevas inyecciones de hebreos de toda Europa continúan aportando a la cultura cubana, muy complejas por sus herencias hebreas transculturadas mediante disímiles países de procedencia. Tras 1898 (cuando se contaban 500 hebreos en Cuba, que aumentarían a 1500 en 1902; Corrales, 2003), un pequeño grupo de comerciantes y representantes de empresas extranjeras -plenamente integradas a las clases altas cubanas- popularmente eran percibidos como “americanos” y no corno judíos. Esta es una nueva raíz hebrea más evidente que la anterior, a   la  que  ya  se   le  permite   levantar  sus  propias  sinagogas  y  pueden  darse  a  conocer  como hebreos, desarrollándose en Cuba hasta la actualidad las dos tendencias hebreas institucionalizadas como tales (no tan así los precedentes criptojudíos): asquenazis y sefarditas.

En el nuevo contexto republicano, llegan a Cuba algunos judíos de EUA interesados en la industria del tabaco; la libertad de culto se había aprobado en 1898, y en 1904 estos judíos crean la United Hebrew Congregation con su templo Beth Israel (1906, 21 y G, Vedado; Corrales, 2003), y en 1906 adquirieron hasta hoy, su distintivo Cementerio Beth Ha Haim, 1910, en Avenida de los Mártires e Independencia, Guanabacoa, que entre otros valores conserva su Monumento a los Mártires del Machadato y la tumba de Saúl Yelin; y en 1917 crean la Ezra Society (en 1927: Menorah Sisterhood), una sociedad de ayuda mutua a los necesitados (inmigrantes); una segunda ola de judíos inmigrantes fueron sefardíes, cuyas primeras familias llegan tras 1904 desde gran parte de Turquía, Siria y otros países de Asia Menor (Baez, Ob.Cit.). A partir de 1908 arriban los sefarditas venidos del Imperio Otomano como consecuencia de la Revolución de los Jóvenes Turcos, la Guerra de los Balcanes y la I Guerra Mundial (Corrales, 2003), acentuados desde 1910 (Baez, Ob.Cit.) y en 1914 fundan la sociedad Unión Hebrea Chevet Ahim, con su sinagoga homónima (Baez, Ob.Cit.; según Corrales, 2003: Shevet Ajim; en Sol entre Inquisidor y Oficios, hoy Habana Vieja); en 1942 fundan su propio cementerio sefaradí (vigente, que entre otros valores conserva el Monumento a las Víctimas del Holocausto) en la finca La Jata, a escasos metros del cementerio de la United Hebrew Congregation (Baez, Ob.Cit.; en Independencia y Avenida de los Mártires, Guanabacoa; Corrales, 2003).

Entre 1908 y 1939 (el grueso de inmigrantes sefarditas desde el Imperio Otomano es anterior), las principales áreas del Medio Oriente de donde emigran hebreos a Cuba, son de Siria (Aleppo) y de la Turquía asiática Esmirna, Antab, Quilis… pero también de la Turquía europea Estambul, Sillivri, Kirklareli, Edirne, Chorlu, Gallipoli; y del resto de Europa Oriental: Grecia (de Rodas, inmediata a la Turquía asiática, pero desde 1912 bajo Italia); Rumanía (de Targui, Roman, Chernovtsy); Hungría (de Budapest); Alemania (de Opole); la antigua Unión Soviética (de Ucrania: Kiev, Berdichev, Kerch, Nicolaev, Odesa, Jampol; de Bielorrusia, Minsk; además, de Chejanov, Polok, Majnobka); Letonia (de Riga); Lituania (de Kaunas, Salocia, Kedaini, Vilkovishky, Shauli, Kursan y Salat); y muchos de Polonia: de Varsovia, Dantzig, Poznan, Rawicz, Cracovia, Tarnow, Romanov, Rutki-Kosoki, Kolomea, Borszcow, Smalat, Tarnopol, Vishnevitz, Lublin, Ostrow, Pinsk, Luniyetz, Slonim, Chomsk, Kobrin, Kamenic-Litowsk, Govrovo, Wilkow Nowy, Ostrolenka, Malawa, Lomza, Stawiski, Goriondz, Shtabin, Yagustow, Ostrina, Dombrova, Grodno, Radchilow, Jedwabne, Zaromb y Vilna.

De 1916 era el Young Men´s Hebrew Association y de 1918, Bikur Holim y la Sociedad de Damas Hebreas La Buena Voluntad; proliferan las industrias y comercios: en la actual Centro Habana en 1909: La Estrella Americana (Steinberg Bros. Tienda de confecciones de señora, en San Rafael entre Amistad y Consulado); EI Gran Bazar de New York (Perfumería de Charles Berkowitz) en Salud entre Ángeles y Rayos; y el Almacén de tabaco en rama de Sidney Rotschild (Exportador de tabacos, cigarros y papel de agua) en Industria entre Barcelona y San Martín; 1911: Havana Motor Taxi Cab Co. de Manuel Hadida) en San Lázaro y Blanco; 1918: The Fair de Jurick y Feinman (Tienda de modas y ropa hecha de señora y niños) en San Rafael entre Águila y Amistad; y en La (hoy) Habana Vieja: Cía. Azucarera Camagüey Madrazo S.A. de Moisés de Marchena, en Cuarteles y Cuba; y The Hole in the Wall (Tienda de Souvenirs de Henry Weiner) en O´Reilly y Villegas. Pero en los años 1920 comenzarán a hacerse más visibles los judíos en Cuba (de 4,000 en 1917, se duplican a 8,000 en 1925 y a 12,000 en 1930; Corrales, 2003) al punto de crear la Casa de Inmigrantes (San Ignacio entre Empedrado y Tejadillo, al doblar la Catedral de La Habana), años cuando el proceso inmigratorio general prácticamente se detiene, pero los hebreos son lanzados a la Isla por los pogroms de Europa Oriental y las Leyes de Cuota norteamericana de 1921 y 1924.

Desde entonces los asquenazis, generalizados en Cuba como polacos (así como “los otros” habían generalizado a las hispanidades en Cuba como “gallegos”, desde el teatro vernáculo decimonónico) serán la presencia cuantitativa y cualitativamente más importante de hebreos en Cuba, que a diferencia de otros inmigrantes, no fueron traídos como chinos y antillanos en condición de braceros, ni vinieron como los españoles a probar fortuna, sino que eran hombres y mujeres forzados a emigrar para escapar del exterminio físico y por una política consciente de estrangulación económica contra ellos, inmigrantes sin retorno que no tenían a dónde repatriar su dinero, a los que el paso del Atlántico no convirtió en minoría porque, en rigor, siempre lo fueron; y que aunque respondían a una misma religión y tradiciones, eran bien diversos al provenir de los más diversos lugares, idiomas y culturas; por tal desarraigo total, destrucción de sus centros espirituales, viajan en un mismo barco ortodoxos de barbas y ateos comunistas, banqueros y zapateros, intelectuales y buhoneros, y no una masa homogénea de pobres en busca de una mejor vida de suficiencia; compulsados por movimientos sociales, expulsiones, genocidios y guerras, se han movido por nuestras tierras (seguro refugio) durante más de 500 años marranos judaizantes, flamencos, portugueses, americanos, franceses, belgas, alemanes o simplemente, polacos o moros.

De 1921 data la tercera oleada de inmigrantes judíos, debido a las restricciones que EUA impuso en materia de inmigración, pero podrían viajar desde Cuba tras un año de residencia, tiempo en el que muchos de ellos se quedaron aquí definitivamente, al integrarse en las problemáticas cubanas: en 1921 fundan la HIAS, en 1922, Jewish Joint Distribution Committee (la más antigua aún activa, seguida por la Congregación Adath Israel y su Jevra Kadisha, de 1925); comercios: en 1923 La Casa Prashnik (Tienda de Sedería y Quincalla) en Monserrate entre Teniente Rey y Muralla; y en 1924, Ben Dizik y Cía. S. en C. (Fábrica de ropa interior y camisas), en Villegas entre Teniente Rey y Muralla; en 1924, la Unión Sionista de Cuba (Prado entre Ánimas y Trocadero), Idisher Kultur Tzenter, Talmud Torá Theodor Herzl y Jewish Committee for Cuba (Corrales, 2003); al fundarse el primer Partido Comunista de Cuba en tan temprana fecha (para esta inmigración hebrea) como el 16 de agosto de 1925 en Calzada entre A y B, Vedado, participan Miguel Magidson, Félix Gurvich y Carlos Wasserman, además de Yoshka Grinberg (quien integra el primer Comité Central) y Fabio Grobart, miembro de su Comité Central hasta su muerte; entre los militantes comunistas hebreos en Cuba, algunos fueron mártires contra Machado: Noske Yalob (primer mártir antimachadista, 1928), y luego Bernardo Reinhardt, Berl Waxman, Isaac Hurvitz y Yankel Burstein; otros fueron el Secretario General de los Pioneros Hebreos (Aron Radlow), o el escritor Moisés Raigorodsky, miembro del Ala Izquierda Estudiantil y de la Liga Juvenil Comunista, y Comisario Político del Ejército Republicano Español, muerto en combate. Con razón señalaba el maestro Pérez de la Riva: [...] más importante que las ostentosos moradas de los peninsulares enriquecidos, está el recuerdo de la Cooperativa Hebrea […] y su fiel y sostenido aporte al entonces recién nacido Partido Comunista de Cuba (Corrales, 2003)

El 1 de septiembre de 1925 se fundó el Centro Israelita de Cuba (Zulueta entre Muralla y Monte; agregaba su Colegio Hebreo), que asumió las actividades más importantes de este nuevo grupo comunal, institución matriz de otras sociedades asquenazis posteriores como el Comité Protector de Tuberculosos y Enfermos Mentales (1927), la Asociación Femenina Hebrea de Cuba (1926), la Unión Sionista, y otras; y se fundaron pequeños grupos religiosos, de los cuales el primero ortodoxo fue la Congregación Adath Israel de Cuba (Picota entre Acosta y Jesús María) en 1925, subdividido tras un conflicto dado por el alejamiento del rabino Tzvi Kaplan.

También en La Habana se fundan en 1926, el Colegio Theodor Herzl (Inquisidor entre Sol y Santa Clara), las sociedades Kultur Farain (Zulueta entre Acosta y Jesús María), y Keren Hayesod; la fábrica de carteras de Zisie Ch. Shaftal, en Compostela entre Muralla y Sol; May Trading Co. S.A. (Hugo May Representante-Comisionista), en Teniente Rey entre Villegas y Aguacate, y el Centro Israelita de Guanabacoa; 1927: la sociedad Poalé Zion; la primera fábrica de Radiadores de Cuba de Max Brikman en Zanja entre Oquendo y Marqués González, área de bastante asentamiento hebreo; Fotografías Rembrandt de Aladar Hajdú (Obispo entre Bernaza y Villegas); el semanario Oyfgang (sede de redacción en Dragones entre Prado y Zulueta) y la revista mensual El Estudiante Hebreo, con sede de redacción en Prado entre Dragones y Monte; 1928: la Casa de Solteras, y el Círculo de Estudiantes Hebreos; 1929: la Comisión Hebrea Pro-Palestina, el Directorio del Keren Kayemet Leisrael, y la Congregación Kneset Israel; 1930: Kinder Heim (Creche); la Federación de Estudiantes Hebreos de Cuba; la fábrica de Cinturones Universal de Jaime Bloch, en Bernaza entre Teniente Rey y Muralla; la tintorería Berta, de O. Braverman, en Leonor Pérez (Paula) y Compostela; la fábrica de corbatas Reporter y Record de Julio Carity, en Monserrate entre Teniente Rey y Muralla; Berman Liquor Co. Inc. Importador-Exportador de licores Kosher, en Obrapía entre San Ignacio y Mercaderes; y Diva e Industrias Tarzán (fábrica de cinturones y carteras de Elias Gurian) en Muralla entre Villegas y Aguacate; y en 1932, la sociedad Hejalutz; The Oriental Bazar (perfumería de Isidoro Abravanel) en Zulueta entre Ánimas y Virtudes; El Tanque, Tienda de Sedería y Quincalla de Bigelman y Cía. S.A. en Muralla entre Villegas y Bernaza; la que sería celebérrima Los Precios Fijos, Tienda por Departamentos de Shapiro Bros., en Reina entre Amistad y Águila; carnicería La Vendedora, de Reznik, en Jesús María entre Cuba y Damas; panadería La Flor de Berlín, de M. Sosna, en Acosta entre San Ignacio y Cuba; bodega Europa Moderna, de Z. Peisate, en Acosta entre Habana y Compostela; y el bisemanario y periódico Vida Habanera, con sede de su redacción en Sol entre Cuba y San Ignacio; nótese la concentración en La (hoy) Habana Vieja, excepto Los Precios Fijos y  la fábrica de Radiadores, ambas en la actual Centro Habana; y su sociedad en Guanabacoa (Corrales, 2003)

Hacia el oriente cubano, en 1921 se fundan la Unión Israelita (UI) Shevet Ajim en Camagüey, y la Unión Israelita Bené Zion en Holguín, en cuyas cercanías (Banes) en 1926 se funda la UI Shevet Ajim cuyo Cementerio data de 1927. En Camagüey proliferan rápidamente: en 1923 su Cementerio; en 1925, su Centro Macabeo; en 1927, su Bené Hatikva y su Unión Israelita Tiferet Israel de Camagüey; en 1929, su Unión de Damas Hebreas, y en 1930, la Nueva Bené Hatikva. De 1924 data la Colonia Hebrea de Ciego de Ávila, mientras se funda la Unión Israelita Shevet Ajim con su Sección Juvenil en Manzanillo, y la Unión Israelita del Oriente de Cuba en Santiago de Cuba (con su Bikur Holim y su sinagoga), donde en 1926 se agrega la Asociación Juvenil Hebrea de Oriente, y su Cementerio, mientras en 1929 se funda la Unión Israelita de Guantánamo con su Bikur Holim. Al centro del país, comienzan en Camajuaní con la Sociedad Benei Israel (1924) y su Cementerio (1925), y en Santa Clara con su Centro Israelita (1929) y su Cementerio (1932); en Matanzas se funda su Unión Israelita Shevet Ajim (1928) y la Belleza Israelita Cubana de Matanzas (1930), y en Colón en 1929, Bené Israel; mientras que de 1930 data la Unión Israelita de Artemisa, lo más relevante de raíz hebrea al occidente cubano (Matanzas y sobre todo Pinar del Río, son las dos únicas provincias cubanas consideradas con menos asentamientos hebreos; Corrales, 2003) En los años de inmigración más nutrida (1922-1927), hubo poco trabajo y muchos trabajadores, por lo que la situación para muchos era angustiosa (Baez, Ob.Cit.)

No en balde, la escultura cubana de la época reflejaba nuestras más ancestrales raíces hebreas, a menudo mediante el cristianismo, pero hebreas al fin: de 1915: Moisés (yeso), del escultor español Manuel Pascual Iglesias (La Coruña, 1880-La Habana, 1946); 1930: Ante la vida, Salomé (piedra), del escultor y profesor habanero Ernesto Luis Navarro Betancourt (1904-1975); 1953: El Mesías (yeso) del escultor, grabador, pintor y profesor santiaguero Jaime Soteras González, n.1922 y reside en EUA; y de 1955: Eva antillana (sabicú), del escultor, dibujante, pintor y profesor pinareño que residía y trabajaba en La Habana, Fausto Ramos Valdés (n.1911).[19]

Cuando Adolf Hitler (con su antisemitismo nazi) tomó el poder en Alemania el 30 de enero de 1933, muchos judíos alemanes emigraron, casi siempre ilegalmente, desplazados al occidente europeo para nuevas migraciones 1933-1947, y el refugio más seguro era América; no en balde, 1933-1944 es la mayor cifra que ha habido de hebreos en Cuba: 21,000 (Corrales, 2003). Ya a fines de 1938 y principios de 1939, llega a Cuba la primera ola de estos refugiados: unas 5,000 personas, de las que casi todos continuaron a EUA pero unos 400 permanecieron en Cuba; en julio de 1941 comienza una segunda oleada de la que unos 3,000 permanecen en Cuba, aunque poco a poco continuaron a EUA y muy pocos quedarían definitivamente en Cuba (Baez, Ob.Cit).

En La Habana, se fundan en 1933, la sociedad Hashomer Hatzair; la Unión de Residentes de Varsovia; el Sport Club; la Unión de Comerciantes, Propietarios e Industriales Hebreos de la Provincia La Habana; el Comité Intersocial Hebreo de Cuba, y la Cooperativa Hebrea (en Luz y Compostela); en 1934, el Comité Pro Histradut y el Círculo Cultural Hebreo de Cuba; en 1935 el Instituto Yavne (Aguiar entre Luz y Acosta), y O.R.T.; en 1936 la Rachman Electric Co. (efectos electrodomésticos) en O´Reilly entre Ave. De las Misiones y Villegas; la Liga de Mujeres Sionistas, la Asociación de Contribuyentes-Cámara de Comercio Israelita de Cuba (en Muralla entre Bernaza y Villegas), la Asociación de Escritores y Periodistas Hebreos de Cuba (en Muralla y Monserrate), y la Agrupación Nacional Hebrea Pro-zapato y traje escolar; en 1937 la Joint Relief Committee, y la Caja de Préstamos de la Asociación Femenina; en 1938, la Asociación Deportiva Macabi, la fábrica de envases de cartón La Rapidez de Gerardo Rot (en Luz y Habana), y la barbería Ideal, de J.Epelbaum, en Acosta y Compostela; en 1939 la Hanoar Hatzioni, el Comité Central de las Sociedades Hebras de Cuba, la Unión de Refugiados de Europa Central, la Asociación Nacional Conjunta para auxilio a refugiados y emigrantes, y ya expandiéndose más allá de La (hoy) Habana Vieja, el Colegio Hebreo del Centro Israelita en Figueroa entre Milagros y Libertad, Santos Suárez; mayor asentamiento hebreo en el hoy municipio Diez de Octubre.

De los años 40, son la farmacia La Americana (droguería y laboratorio de D. Berek) en Galeano entre Dragones y Zanja (hoy municipio Centro Habana) y el café Victoria de Herzog y Reissman, entre 21 y 23 y de J a K, hoy parqueo del Coppelia, Vedado, manzana de gran presencia hebrea; en 1940: la sociedad Betar; Herman Heisler (almacén de tejidos) en Muralla entre Bernaza y Villegas; el taller de confecciones Guris, de Isaac Gurwitz, en Teniente Rey y Villegas; y en el hoy municipio Centro Habana, El Patio (perfumería de Isaac Habif) en San Rafael entre Prado y Consulado; en 1941, el Folk Center, el Comité Cubano-Hebreo Antinazi, la Asociación Democrática de Refugiados Hebreos, el Colegio Tarbut, la Agencia Turismo Universal en Acosta y Egido, y la Primera Industria Cubana de Diamantes S.A. de Adolfo Kates en Calzada de Buenos Aires entre Agua Dulce y Serafines, hoy municipio Cerro; en 1942, la sociedad Etz Jaim; la Unión de Residentes de Lituania; el Comité Hebreo-Cubano de ayuda a los Aliados; la Unión de Refugiados Hebreos en E entre 13 y 15 (Vedado, manzana de alta concentración de hebreos), la W.I.Z.O. (Sefardita, Hanna Szenes, Alef y Young W.I.Z.O.), la Unión de Fabricantes de Calzado, el periódico Kubaner Yiddish Wort (con sede entre Merced y Jesús María y entre Cuba y Damas) y en el hoy municipio Centro Habana, la revista mensual Mitteilung (San Lázaro entre Crespo e Industria); en 1943, la Unión de industriales Diamanteros; la Escuela Sholem Aleijem en Gloria y Economía; y en El Vedado (G y 21) la Logia B'nai B'rith Maimónides (manzana de alta presencia hebrea), hoy casa de visitas El Costillar de Rocinante, del Instituto Internacional de Periodismo al frente; en 1944, la Asociación de Refugiados Técnicos de la Industria del Diamante, el Colegio Hebreo Moderno en 15 entre D y E (Vedado), el Comité Cubano Hebreo Pro-auxilio a hebreos víctimas de la Guerra Europea; Kiko Plastic (primera fábrica de peines en Cuba) de Enrique Kalusin, en Amargura entre Aguacate y Compostela; el restaurante Moishe Pipik, de R.Weinstein, en Jesús María entre Habana y Damas; y en el hoy municipio Centro Habana, la fábrica de capas de agua El Águila, de Jasinovsky y Linietsky en Águila entre Trocadero y Colón; y en 1945 los Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalén en Cuba, el Club Juvenil Hillel, la Liga Intersocial Hebrea de Baseball Amateur (en Egido entre Muralla y Sol), la fábrica de sombreros El Mar, de M.Kronfeld, en Luz entre Cuba y Damas; así como el Centro Israelita de Marianao, y la Sociedad Hebrea de Guanabacoa, con su Colegio Hebreo I.L.Peretz; de ellas, solo llegaron activas al siglo XXI la O.R.T. (1935) y la  Logia B'nai B'rith Maimónides (1943) (Corrales, 2003)

En el primer semestre de 1939 el barco St. Louis con 937 judíos que huían del fascismo tuvo que regresar a Europa, porque el gobierno de Cuba se negó a dejarlos desembarcar; solo 22 lograron quedarse en Cuba, pero del resto, muchos más de la mitad murieron en los campos de concentración y exterminio. En 1943 la población judía en Cuba había aumentado hasta 14,000: entre 1921 y 1932, el 60 % procedía de Polonia (al extremo que se confundía casi indiscriminadamente al judío con un nuevo personaje en la cultura popular cubana: “el polaco”, extensivo casi racistamente por exclusión de lo cubano, a muchos que ninguna raíz étnica hebrea ni polaca tenían, cubanos como otro cualquiera, simplemente más rubios, “por ese aire simplificador de nuestra República”, según Corrales, 2003; al que yo agregaría, simplista y triste y peligrosamente reduccionista, a menudo racista); el 23 % de Rusia, el 6,3 % de Lituania, el 2,9 % de Rumanía y el 7,8 %, “otros”; ya entre 1933-1944 cambia esta correlación: el 60 % procede de Alemania, el 18 % “sin estado” (que se les reconociera); el 12 % de Polonia, el 6 % de Austria, y el 4 %, “de otros países”. También durante la II Guerra Mundial, los refugiados hebreos a Cuba provenían sobre todo de Portugal (Lisboa); España (de Cádiz en Andalucía, Bilbao en Euskadi o País Vasco, Vigo en Galicia y Barcelona en Cataluña); Francia (de París, La Rochelle, Marsella, además de las norteafricanas Casablanca en Marruecos y Orán en Argelia); Italia (de Génova y Nápoles); Gran Bretaña (de Liverpool); Bélgica (de Bruselas y Amberes); Holanda (de Ámsterdam y Rotterdam); Alemania (de Berlín, Hamburgo, Speyer, Frankfurt-am-Main, Kloblenz, Schüller y de Núremberg en Baviera); Prusia Oriental (de Koenigsberg); Checoslovaquia (de Praga); Austria (de Viena); Bulgaria (de Silistria) y en Grecia, de Rodas, entonces bajo Italia (Corrales, 2003).

Concentrados fundamentalmente en La Habana, sus comercios (entre otros, sus carnicerías en función de sus rituales judíos) llegaron a identificar barrios por ejemplo en la calle Muralla, que pasó a conocerse como “la calle de los polacos” (aunque en realidad desde la Casa de Inmigrantes y todo Empedrado entre la bahía y la Avenida de las Misiones hacia la Ensenada de Atarés, así como todo Monte a ambos lados hasta la esquina de Tejas en El Cerro, toda Reina a ambos lados, todo Prado a ambos lados y sobre todo entre Concordia y San Martín incluido todo Galeano a ambos lados entre San Martín y el Malecón, y hasta todo Belascoaín a ambos lados, y Virtudes entre Soledad y Oquendo, Zanja e Infanta a San Francisco y Salud, están entre las áreas capitalinas de mayor presencia hebrea; Corrales, 2003) donde aportaron al imaginario popular el vendedor ambulante de cosas a plazos; en los años 40 el judío Stefano al radicarse en Cuba funda el restaurante Colony (desde 1953 con los cubanos Cabanela, La Roca, 21 y M, Vedado) con comidas de origen hebreo pero muy europeizadas (sobre todo eslavizadas) que además de comidas por encargo, también se alquilaba para despedidas, fiestas y otras celebraciones con carácter culinario en general;[20] y en la intelectualidad cubana, la obra del cienfueguero Juan Luis Martín[21] y la del matancero Andrés de Piedra-Bueno,[22] así como el poeta, narrador y ensayista José Kozer. No por más seguro refugio en Cuba, los hebreos cubanos se desentendieron de la lucha anti-nazi en Europa: combatientes de la II Guerra Mundial muertos en combate, fueron Yakir Castiel y Freddy Ostrov, mientras el escritor y periodista Roberto Esquenazi Mayo (Premio Nacional de Literatura 1951) fue Jefe de Paracaidistas en la invasión de Normandía (1944); en estos años, se funda en Santiago de Cuba la Asociación Israelita de Oriente (1939) y el Centro Hebreo de Oriente (1942); en Camagüey, la Unión Juvenil Hebrea (1938) y en 1942, el Centro Israelita de Camagüey, con su Escuela y su Hashomer Hatzair; de 1942 es el Centro Israelita de Matanzas, y sus Damas (Corrales, 2003)

Hicieron de La (hoy) Habana Vieja su centro de actividades comerciales, panaderías y tiendas de confecciones de ropa y zapatos, almacenes de importación y quincallas, numerosas sociedades religiosas, culturales y de ayuda mutua, revistas y periódicos, y su humor se demuestra -esta vez gastronomizado- al nombrar a su Restaurante Moishe Pipík, o sea: El Ombligo de Moisés; los que se incorporaron a la construcción de la Carretera Central y el ferrocarril (el camino del azúcar) seleccionaron las zonas más prósperas de Santa Clara, Camagüey y Oriente trocando un trabajo físico, que a menudo no se correspondía con su constitución o su saber hacer, por poder suministrar a los estratos más desposeídos -a precios inferiores y estrenando en Cuba el sistema de crédito y ventas a plazos- los bienes de consumo necesarios. Asentados en las capitales de provincias, se dispersaron a cada pequeño pueblo e incorporaron a nuestros tipos populares, como aquel “polaco” vendedor de corbatas baratas que iba de puerta en puerta, con su tienda a cuestas. Mentalidad abierta para los negocios, pioneros en algunas de nuestras industrias y en modernizar nuestras técnicas comerciales, con especial interacción con la sociedad receptora, a pesar de ser tan minoría, se destacaron en todas las gestas cubanas, comunidad multifacética, entremezclada y criolla, que en Cuba aportaron al arte cinético (el escultor rumano Sandú Darié, que al Parque Lenin legó su Árbol de la Vida, semejante al candelabro en la United Hebrew Congregation en la sinagoga Adath Israel, en Acosta y Jesús María, La Habana Vieja); a crear el Teatro Universitario (Ludwig Chajowicz); Heinrich E. Friedlander escribió la primera historia económica de Cuba; y Marco Pitchón, José Martí y la Comprensión Humana, el más original homenaje al Maestro en su Centenario; Sofía Winet (Compañeras y otros poemas); el destacado novelista, periodista y animador cultural Jaime Sarusky Miller, tuvo el Premio Casa de las Américas (1961 y 1967) y el Alejo Carpentier (novela, 2001).

El pintor e ilustrador Simcho Glezer fue discípulo de Romañach; entre los fundadores del Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficas se citan el destacado fotógrafo y camarógrafo Jorge Hajdú y el dirigente Saúl Yelín; en la música aportaron la cantante y actriz cómica del cine y de la televisión en Cuba y en México, Fanny Kaufmann “Vitola”; Luis Chanivecky, compositor de exitosas canciones cubanas (Locura Azul, La Luna en tu mirada, La Bossa Cubana, etc.); Paul Csonka, fundador y director de la Coral en la Filarmónica de Cuba; Jascha Fischerman (destacado pianista y pedagogo); Jacobo Lateiner (pianista de brillante ejecutoría internacional) y Adolfo Odnopossof, destacado cellista, discípulo de Pablo Casáis; y en las ciencias, el Dr. José Altshuler, Vicerrector de la UH y Vicepresidente de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), Presidente de la Comisión Nacional para el Espacio, actual Presidente de la Sociedad Cubana de Historia de la Ciencia y la Técnica, con textos como Una luz que llegó para quedarse, con Miguel González; Boris Jaskovitz (ingeniero y astrónomo, Director de Astronomía del Observatorio Nacional y Vicedirector del Grupo de Astronomía de la ACC hasta su muerte); Luis Lapidus (arquitecto, profesor de la UH y Subdirector del Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología, CENCREM); y Desiderio Weiss, introductor de los estudios de Logopedia y Foniatría en Cuba (Corrales, 2003).

Comunistas, capitalistas paradigmáticos (Julio Lobo), gánsteres trasplantados (Meyer Lansky, por vía de la mafia de Estados Unidos de América), personajes richelianamente influyentes como (Steinhardt) y hasta un cristianizado Primer Ministro en los años 1940; asociados con nuestros más emblemáticos símbolos nacionales: el tabaco, el azúcar, o la pelota: los Maduro (dueños del Club Cienfuegos y los Havana Cubans) inauguran nuestro principal Stadium beisbolero y fundan los Cuban Sugars Kings y los Cubanitos, evidencia de su gran asimilación y apropiación de nuestra idiosincrasia popular. No en balde, Mañach los llamó cubanitos con Kas y eins en el apellido, que legan el Callejón de Hamel y entre sus festividades y conmemoraciones se destacan Rosh Hashaná (Año Nuevo) el 1-2 Tishréi (aproximadamente, septiembre); Yom Kippur (Día del Perdón) el 10 Tishréi (septiembre-octubre); Sukkot (Fiestas de las Cabañas) el 15-21 Tishréi (octubre); Simjá Torah (Regocijo de la Torá) el 23 Tishréi (octubre); Hannukah (Fiesta de las Luminarias) el 24 Kislev (diciembre); Tu B´Shevat (Fiesta del Árbol) el 15 Shevat (enero-febrero); Purim (Fiesta de la Reina Esther) el 14 Adar (febrero-marzo); Pesaj (Pascua Hebrea) 15-22 Nisan (marzo-abril); Yom Hashoah (Levantamiento del Ghetto de Varsovia y en memoria de los 6 millones de víctimas judías del Holocausto) el 27 Nisan (marzo-abril); Yom Ha´Atzmaut (Independencia de Israel) 5 lyyar (abril-mayo); Shavuot (Fiesta de la Entrega de la Torá) 6-7 Sivan (mayo); y Tisha B´Av (Ayuno por la Destrucción del 1ro. Y 2do.Templo) 9 Av (julio-agosto); sobre todo, la juguetona danza para matar la culebra de la Fiesta de la Candelaria que se ha dicho proviene del ritornelo del Seder de Pesaj que celebra la derrota del faraón por los hebreos, y su espíritu de rebeldía ancestral y raigales sentimientos de libertad que también nos nutrió como pueblo (Corrales, 2003).

Muchos judíos que quedaban en Cuba durante y después de la guerra, y también otros con huella no definitiva pero sí definitoria, se dedicaron a los negocios en gran escala y desarrollaron ampliamente diversas industrias: algunos fueron agentes de grandes compañías tabacaleras; los sefardíes se dedicaron sobre todo (aunque no solamente) al comercio pequeño, principalmente de telas; la segunda generación se dedicó a muy diversas profesiones; los judíos de Europa Oriental no encontraron otro medio de ganarse la vida que en el campo, en el corte de la caña de azúcar en época de zafra, en la pavimentación de las calles de La Habana, en la construcción de casas o como cargadores en el puerto (Baez, Ob.Cit.).

En estos años de postguerra se fundan en La Habana, el Instituto Hebreo Tajkemoni en 3era. y 10 con fondo a 5ta. y 8 (Vedado, manzana de alto asentamiento hebreo; 1946); en el actual municipio Centro Habana, la Colchonería La Americana de U.Ejenbaum (1946; en Infanta entre Zanja y Salud, otra área de mayor asentamiento hebreo) y el Alligator Goods David y Wodonos de K. Wodonos en Industria entre Colón y Trocadero (1947); también en 1947: la óptica y joyería Payret, de I.Gadles, en Prado entre Obrapía y Teniente Rey (hoy municipio Habana Vieja, que sigue concentrando la mayor presencia hebrea); la Sociedad de Amigos del l.W.O., el Círculo Cultural Universitario Hebreo de Cuba, la Asociación de Hebreos Ex-internados en campos de concentración; en 1948, el Club Yavne; en 1949, el Consejo Pro-Israel de la Shevet Ajim, la Unión de Combatientes, y Adjuth Israel; de los años 50 son los Minimax Supermercados S.A. de Brandon y Hyman, gran asentamiento hebreo en 23 entre N y O (Vedado); en 1950, la Campaña Unida Pro-lsrael y el Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea (gran asentamiento hebreo), en 13 e I, Vedado; en 1951, el Comité Cubano U.I.T. y el Centro Hebreo Sefaradí en E y 17 (Vedado; otro gran asentamiento hebreo); en 1952 el Comité Pro-Bosque José Martí; en 1953 la Agrupación Cultural Hebrea Cubana y el Movimiento Sionista Revisionista Unido de Cuba; en 1954 la Agrupación Pro-Sionismo Jalutziano; en 1955 Israel Bond Drive Committee; en 1956 la Sinagoga Beth Shalom; en 1957 la Sociedad Ajim Israel y la Organización Juvenil Bar Mitzvah, y en 1958, el Club Juvenil Kadima y la Sinagoga del Centro Hebreo Sefaradí. De ellas llegaron activas al siglo XXI, el Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea (1950), el Centro Hebreo Sefaradí (1951), la Sinagoga Beth Shalom (1956) y la Sinagoga del Centro Hebreo Sefaradí (1958).

Otras instituciones entonces son en El Vedado, la Standard Havana Tobbaco Co., de Albert Kaffenburg (23 entre O y P hacia Humboldt, gran asentamiento hebreo); en el actual municipio Centro Habana: La Casa Belga (cristalería, porcelana y loza de Hnos. Menasse), en Galeano entre San Martín y Zanja; la Casa de los Molinos (de M. Levin: electrodomésticos y ferretería en general) en Belascoaín entre Figuras y Carmen; la fábrica de camas y bastidores de G. Kier (Salud entre Manrique y San Nicolás, área de gran asentamiento hebreo); André Discos, de I. Price (Galeano entre Neptuno y Concordia); Concordia Textil S.A. (fábrica de cintas de Abravanel y Hnos.) en Amistad entre Dragones y Barcelona; Berens Modas de S.Berens (Neptuno entre Galeano y Águila); y Dworin S.A. (empaquetador y exportador de esponjas) en Águila entre Barcelona y San Martín; y en La (hoy) Habana Vieja, la primera fábrica de ajustadores La Moda Habanera de S. Buzniski, en Lamparilla entre Bernaza y Villegas; la tipografía Habana (imprenta de Rafael Bondar) en Obrapía entre Habana y Aguiar; la Cía. Papelera Antillana S.A. (efectos de escritorio de Schwartz y Klejman) en Teniente Rey y Amargura; el almacén de pieles La Casa Gil, de Holtz e Hijos, en Teniente Rey entre Compostela y Aguacate; la maquinaria de calzado S.A. de Gerson Kriger en Amargura entre Aguacate y Villegas; Epstein M. y Cía. Universal Textile El Globo (Muralla y Villegas); la fábrica de juguetes con motor de Ezra Menda (Muñecas Lily) en Monte y Zulueta; B. Shames (tienda y librería) en Compostela entre Jesús María y Acosta; la fábrica de elásticos de I. Garazi e Hijos, en Compostela y Sol; y Havana Automobile School, de Hardy Spatz (Morro entre Genios y Refugio) Ya para 1952, la cifra de hebreos en Cuba había descendido a 14,200, aunque continúa entre las más altas de nuestra historia (Corrales, 2003)

Al inicio del aumento del número de judíos residentes en Cuba, las colectividades que se formaban eran disgregadas, tendían a crear nuevos grupos o instituciones sin nexo o relación entre sí: al finalizar la década del 40, en Cuba había más de 41 instituciones hebreas; pero con los años 50 nace la voluntad de unirse o centralizar sus actividades,[23] y en 1953 se funda el Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba y se construye un confortable edificio a un costo de más de medio millón de dólares. El Patronato no logró evitar la dispersión y cada institución continuó realizando sus actividades aparte, por lo que el Patronato pasó a ser una más de las instituciones hebreas en Cuba. En 1956 la Comunidad Religiosa Hebrea Adath Israel de Cuba construyó un moderno edificio en su sede de La Habana Vieja a un costo de 150 000 pesos cubanos bajo la dirección del arquitecto Oscar Baisman y el ingeniero Jacinto Feh Leonard; se inauguró en 1956, pero su construcción total concluyó el 9 de Octubre de 1959 (Baez, Ob.Cit.) Mientras tanto, en la lucha contra Batista, entre otros hebreos cubanos, se destacaron Enrique Oltuski (Coordinador del Movimiento 26 de Julio [M-26-7] en la Provincia de Las Villas. Ministro de Comunicaciones del Primer Gabinete Revolucionario en 1959, escribió Gente del Llano); Máximo Berman (activista comunista y del M-26-7; Ministro de Comercio interior); Ricardo Subirana Lobo “Richard Wolf” (colaborador del M-26-7, diplomático de la República de Cuba en Italia e Israel); Martin Klein (piloto del Ejército de Batista, preso por su actitud revolucionaria; Capitán de las Fuerzas Armadas Revolucionarias –FAR-, hasta su muerte) y Víctor Sarfatí, miembro del Partido Socialista Popular (PSP) y del M-7-26. Combatiente del Ejército Rebelde y posteriormente Coronel de la DAAFAR; ya entonces, el 70 % de los hebreos cubanos eran asquenazis, y el 30 %, sefarditas (Corrales, 2003)

A la sazón, en Cuba los hebreos tenían más de 36 publicaciones periodísticas y otras efímeras, boletines de sociedades, almanaques, etc., la mayoría de muy breve vida, excepto el bisemanario Havaner Lebn (Vida Habanera) en castellano y en idish (dialecto judeo-alemán de los judíos de Europa Oriental) que se prolongó desde 1932 hasta inicios de los años 60. En 1957 el Centro Hebreo Sefaradí de Cuba, desde su vieja sinagoga Chevet Ahim en La (hoy) Habana Vieja, comienza a construir un moderno edificio en 17 y E, Vedado, que conserva su arca y letrero y Unión Hebrea Chevet-Ahim, y no es concluido hasta después del triunfo de Fidel Castro, por lo que muchos judíos emigran a EUA y en menor número a América Latina e Israel, por razones políticas, sociales y sobre todo económicas, al ser eliminada la propiedad privada y nacionalizadas las grandes y pequeñas empresas, lo que afectó sobre todo en la dirigencia comunitaria; al perder tantos miembros, se pierden algunas sinagogas y solo unas pocas comunidades hebreas lograron sobrevivir.

En este como en otros temas, tan acostumbrado a las inmigraciones continuas que lo identificaron durante siglos, el pueblo cubano en general siempre fue más tolerante y respetuoso ante esta, como ante muchas otras etnias y otredades. En 1961 concluyó el bachillerato en la escuela hebrea Albert Einstein, en el capitalino Santos Suarez, y se mantiene dando clases solo a niños de primaria hasta el 1 de Septiembre de 1975, cuando dicha escuela pasa al sistema nacional de Educación y deja de ser colegio hebreo, aunque continuó enseñándose hebreo a los niños todos los sábados en el Patronato hasta 1980. En 1973 Cuba rompe sus relaciones con el Estado de Israel y en Junio de 1978, amparándose en la Resolución 3379 de 1975 de la ONU, que equiparaba al sionismo con el racismo, se interviene la Unión Sionista de Cuba, que dejó de funcionar como organización sionista desde inicios de la Revolución, funcionando en su lugar una organización juvenil derivada de desintegrarse las distintas organizaciones juveniles judías en Cuba previas a 1959, y habían comenzado sus actividades en la Unión Sionista en 1969. Hoy su edificio lo ocupa la Unión Árabe de Cuba, que entonces se encontraba al lado, pues durante la Revolución algunas sinagogas devinieron mezquitas de árabes y sus descendientes en Cuba; pero los hebreos y sus descendientes han conservado hasta la actualidad un nivel de organización e identidad propia como cubanos, que les ha permitido mantenerse en la Comunidad Hebrea de Cuba, con toda la cultura que implica el hebraísmo más allá de la religión cual tal, y templos tanto para asquenazis como para sefarditas. Incluso, aun a mediados de la década del 70, contaban con su propio Restaurante típico de comidas hebreas en nuestro país,[24] y al menos en el caso cubano felizmente, ha primado la nacionalidad cubana y no se han evidenciado los antagonismos que en otros países conocemos con los árabes o con los mismos cristianos y que han llegado a hechos de violencia y sangre, e incluso participan del Consejo Ecuménico de Cuba con diversas denominaciones cristianas, y alguna que otra tendencia religiosa como el hinduismo de la Asociación de Autor-realización Yoga.

La emigración masiva de 1980 hacia EUA no fue tan elevada como la del inicio de la Revolución, pero la comunidad judía cubana quedó casi sin miembros, en especial sin jóvenes ni niños. Un estudio del Lic. Moisés Asís, Raquel Marquizer de Stolar y Alberto Báez Esquenazi (mayo de 1989) arrojó que entre 1959 y 1989 emigró de Cuba el 94 % de los judíos con que contábamos, y en Cuba residían entonces 891 judíos, 305 familias, de las que 180 eran por matrimonios mixtos con cubanos y solo 14 familias eran judíos ambos conyugues. El 20 de Diciembre de 1987 la United Hebrew Congregation (debido al mal estado del antiguo local en calles G y 21, Vedado, que fue vendido al Ministerio de Cultura que tuvo que demolerlo y fabricar un nuevo edificio, conservando solo parte de la antigua fachada) traspasa su sede al edificio de Adath Israel, compartiendo entre ambas el mantenimiento de este inmueble.

Durante la Revolución, la escultura cubana ha continuado reflejando estas raíces hebreas: de 1963: Monumento a las Pascuas sangrientas, en el Círculo Social Pedro Díaz Coello, Holguín, de la escultora, pintora, ceramista y profesora mexicana Electa Arenal Huerta (1935-1968) que residió y trabajó en Holguín 1960-1965; que aunque se refería al hecho histórico durante la lucha contra Batista, queda explícita la tradición hebrea de las Pascuas; 1964: Eva en el Paraíso (bronce) de la pintora, escultora, grabadora, dibujante y profesora pinareña que residió y trabajó en París y La Habana, Dolores (Loló) Soldevilla Nieto (1901-1971); 1982: Holocausto (ácana, 90 x 30 cm) del escultor habanero Jorge Luis Zarrán Paz, que reside y trabaja en Argentina. 1986: Génesis, (acero esmaltado, 6 m de alto, en el Instituto de Ingeniería Genética y Biotecnología en La Habana), del escultor, dibujante y profesor habanero Sergio Calixto Martínez Sopeña (1930-1988); en julio de 1987, Waldo González López publica “La honda de David” en revista Muchacha (p.29, La Habana) a propósito del escultor y profesor Filiberto David Rosales Rosales (n.Bijagual, Baire, 1951); en agosto de 1996, el catálogo de Julio Ramón Serrano La tierra prometida, Sala Oscura, en el cine Martí, Holguín, para exposición del escultor e instalacionista que reside y trabaja en Holguín, Luis Alberto Santiesteban Góngora, n.1967; y en 1999, Serie Abel, un ángel con piel de cera (cera y vidrio) de la escultora, dibujante y profesora habanera Isabel Santos Rojo (n.1952) que de 1995 tenía ya Las tres brujas y el diablo (cera y vidrio, 62 x 40 x 40 cm)[25]

Al iniciar los años 80 la caótica situación económica de la comunidad judía les llevó a cerrar algunas de las cuatros sinagogas de La Habana; en el resto del país ya no funcionaba ninguna. Adath Israel es la única sociedad que se ha permanecido abierta día y noche durante toda su existencia, manteniendo los servicios religiosos, y tuvieron que crear un minian (quórum de 10 hombres mayores de 13 años necesarios para cualquier acto religioso) muy especial: ocho hombres, el 9no. era la Tora, y el 10mo. Lugar lo ocupaba Dios, siempre presente en las sinagogas” (Baez Esquinosa, Ob.Cit.) El 2 de Febrero de 1989 cuatro jóvenes (Enrique Rousso, David Wiznia, Rafael Pinto y Alberto Báez Esquenazi), fundan en el edificio de Adath Israel la Organización Juvenil Hebrea de Cuba, para atraer a las jóvenes generaciones de judíos cubanos a sus orígenes, lo cual llevó a recuperar la otrora orgullosa Comunidad Hebrea de Cuba. Sus instituciones hoy son:

1. Comunidad Religiosa Hebrea Adath Israel de Cuba (Acosta y Picota, Habana Vieja), donde también radica la United Hebrew Congregation, la sociedad funeraria Jevra Kadisha que atiende el cementerio askenazí de Guanabacoa, la única mikve (piscina para baño ritual) en Cuba y la carnicería kasher (alimentos aptos por el rito religioso judío) de La Habana; así como entre 1989 y 1993, la Organización Juvenil Hebrea de Cuba.

2. Centro Hebreo Sefaradí de Cuba (17 y E, Vedado): atiende el cementerio sefardí de Guanabacoa y su antigua sinagoga Chevet Ahim.

3. Unión Hebrea Chevet Ahim (Inquisidor # 407, Habana Vieja): la más antigua de las sinagogas, declarada Patrimonio Nacional por el Estado Cubano y Patrimonio de la Humanidad (por la UNESCO) al ubicarse dentro del casco histórico de La Habana Vieja, cerrada al público desde 1995 debido al mal estado del edificio.

4. Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba (13 e I, Vedado): mantiene una biblioteca con más de 13,000 ejemplares, entre ellos 2,000 volúmenes en idish. En ella radican también la escuela hebrea Tikun Olam, la Asociación Femenina Hebrea de Cuba, la Logia Benei Brith Maimonides, la filial Hadassa en Cuba que mantiene una farmacia para los miembros de la comunidad, y desde finales de 1993, la Organización Juvenil Hebrea de Cuba.

La comunidad hebrea de Cuba conserva, además de los dos cementerios de Guanabacoa, los de Santa Clara, Camajuaní, Camagüey y Santiago de Cuba; hay comunidades bien organizadas en Cienfuegos, Camagüey y Santiago de Cuba, esta última logró reabrir su antigua sinagoga. La entidad techo de la colectividad judía en Cuba es la Junta Coordinadora de las Sociedades Hebreas, integrada por los presidentes y secretarios generales de las principales sociedades mencionadas, cuya responsabilidad es atender y resolver los problemas que afectan a toda la colectividad como los cementerios, la carnicería, la importación de productos kasher para Pesaj (pascuas judías) y las relaciones con el Estado Cubano.

Durante la Revolución, en otras provincias se destaca la fundación en Guantánamo de la Comunidad Hebrea Yad El (1994); en Santiago de Cuba, la sinagoga Hakitva (1995); la Comunidad Hebrea de Cienfuegos (1993), la de Manzanillo (1997) y la de Campechuela (1998), la Or Jadash en Santa Clara (1995), la Or El en Caibarién (1995) y la Javalá en Sancti Spiritus (1996); y en Camagüey, la sinagoga Tiferet Israel (1998); son estas las que llegan al siglo XXI, además de la Unión Israelita Tiferet Israel de Camagüey (1927); en el 2003 la cifra de hebreos cubanos se había reducido nuevamente a 1,500, la misma en términos absolutos que en 1902… pero en términos relativos muy inferior, por cuanto la población general era mucho más cuantiosa (Corrales, 2003) No obstante, por la fuerza de la tradición que nos identificaba como pueblo, “el polaco” llega a ser un personaje en una telenovela cubana entre milenios, interpretado por Héctor Eduardo Noa.

En el III Simposio Territorial de Estudios Culturales Plaza de la Revolución (5 de mayo de 1993) que revitalizó la Iglesia del Carmelo (en calle 16 entre 13 y 15) como casco histórico local, los jóvenes hebreos protagonizaron un Rincón con su coro y sus cantos, sus danzas, sus galletas ázimas, su candelabro, su estrella de David y otras muestras plásticas, símbolos rituales e identidades en general; continúan la enseñanza de la lengua hebrea al menos como liturgia. Pero por supuesto, la cultura hebrea en Cuba en tanto raíz, como ya vimos, no queda limitada a estos descendientes de aquellas generaciones que huían fundamentalmente hacia Estados Unidos del antisemitismo europeo pero que muchos quedaron y enraizaron en Cuba; en verdad es mucho más fuerte, más antigua, más raigal y esencial, determinando para toda la cultura cubana actual, proyectándose desde un origen hebreo ya con los primeros hispanos y otros, bien sea implícito en el cristianismo o a su pesar, a todos los restantes grupos étnicos que conforman en su conjunto relativamente sistémico, "lo cubano", y fieles a su antigua sabiduría (men ken majn dem jolem greser vi dinajt), hicieron posible que "el sueño fuera más grande que la noche..." (Corrales, 2003)

Notas:

[1] Véase el concepto de cultura que se maneja, en Couceiro Rodríguez, Avelino Víctor: Hacia una antropología urbana en Cuba. Colección La Fuente Viva # 32, Fundación Fernando Ortiz, Ciudad de La Habana. 2009:335.

 

[2] Para el significado y tradición de varios de estos nombres, se usó la Wikipedia 2011 y otros diccionarios de antropónimos, básicamente digitalizados, aunque no solo.

 

[3] Rodríguez, Prof. Luis Felipe. Entrevista (marzo 1991) en la Facultad de Cine, Radio y Televisión del Instituto Superior de Arte, donde laboraba como Profesor de Metodología de la Investigación Social e Investigador.

 

[4] Corrales Capestany, Maritza Emilia. Presencia Hebrea en Cuba (Mapa plegable en castellano y en inglés). Fundación Fernando Ortiz, Ciudad de La Habana, 2003.

 

[5] Aziz, Moisés. Judaísmo en Cuba. Asociación de Jóvenes de la Comunidad Hebrea de Cuba. Memorias del III Simposio Territorial de Estudios Culturales, Plaza de la Revolución. 5.5.1993.

 

[6] Muir, James C. La Arqueología y las Escrituras. Traducción al español: Prof. Ildefonso Villarello, Casa Bautista de Publicaciones El Paso, Texas, EUA. Junta Bautista de Publicaciones, Buenos Aires, Argentina; Edit. El Lucero, Santiago de Chile. s/f.

 

[7] Entrevista con Mariluz Samper Zamora, cuyo hijo Gadiel Fernando Hernández Samper ha estudiado estas temáticas.

 

[8] Báez Esquenazi, Alberto. Breve historia de los judíos en Cuba. Comunidad Hebrea de Cuba. Versión digital. Página 1. Del mismo autor se publicó “Los judíos en Cuba” en la revista argentina Shaare Sión (marzo de 1994), síntesis de su monografía mucho más amplia, Am Israel ba Cuba jay (El pueblo de Israel en Cuba vive)

 

[9] Fernández Valderrama, Caridad. Una breve mirada a la inmigración judía en Cuba. Facultad de Filosofía e Historia, Universidad de La Habana (UH). Versión digital.

 

[10] He aquí otro aporte tradicional desde entonces a nuestra cultura actual, asumiendo tal vocablo como insulto sinónimo de cerdo, animal, sobre todo contra el converso que judaizaba ocultamente.

 

[11] Ortiz, Fernando. Historia de una pelea cubana contra los demonios. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1975:50.

 

[12] N. Santiago de los Caballeros, hoy República Dominicana, 1694; 1745: Obispo de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia); 1749: Obispo de Nicaragua. 7 de enero de 1754 llega a La Habana; 7 de febrero, recibe las bulas como Obispo de Cuba. Trabajo pastoral por toda Cuba, escribió la primera de las Historias Generales de Cuba, y salvó para la posteridad Espejo de Paciencia (Silvestre de Balboa Troya y Quesada), considerado primer monumento literario cubano. Obligado al exilio en La Florida (hoy EUA) durante la ocupación inglesa de La Habana (1762), al regreso aportó los panales de abejas como nuevo renglón económico cubano, fundó el primer correo La Habana-Santiago de Cuba (parando en las principales ciudades) entre otros muchos aportes. 17 de noviembre de 1768, gravemente enfermo, entregó al escribano Francisco Xavier Rodríguez su testamento y última voluntad, y fallece el 29 de noviembre. Tan escandalosos fueron sus actos al morir, que el Capitán General Bucarelly llamó al escribano para que abriera el testamento ante él, y tras una detallada y extensa profesión de fe católica pide que quien haya visto u oído algo “contrario” que entonces estaría sin juicio y que lo desmientan, lo cual usaban mucho los criptojudíos para salvarse de la Inquisición aun después de muertos, preparando condiciones para a la hora de morir, vueltos hacia la pared recitaban la máxima confesión de fe judía, el Shemá Israel (Oye Israel, Dios es nuestro señor, Dios es uno) como relataron sus allegados cercano a morir, “todas las palabras ajenas de su costumbre y los pensamientos extraños a su oficio y carácter”. En su testamento prohibía ser embalsamado como era costumbre con los obispos pero se prohibía a los judíos; sus restos desaparecieron misteriosamente de la Parroquial Mayor donde fue sepultado (Baez, Ob.Cit.).

 

[13] Leal, Rine: La Selva Oscura: de los bufos a la neocolonia. Editorial Arte y Literatura. Ciudad de La Habana, 1982:22; 86; 80; 149; 303; 238; 329 y 402; 404; 485; 452.

 

[14] Couceiro Rodríguez, Avelino Víctor. Historia de Plaza de la Revolución. Publicitaria Imágenes del CIMEX, Comisión de Historia del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba y su Proyecto Identidad. Ciudad de La Habana, Cuba, 2006: 60.

 

[15] La Santa Biblia: Antiguo Testamento. Samuel I, capítulo 17, versículos 1-53.

 

[16] Fariñas Gutiérrez, Prof. María Daysy; Lic. Minerva Rodríguez Delgado, Lic. EIizabeth Carrillo García, Lic. Marlene Chericián Rodríguez, Técn. Marieta Cartaya Pérez, Técn. Liliana Vilasó Lallanilla, Técn. Mercedes Valenciaga Sang y Técn. Ada Roche Rodríguez. Religiosidad y Cultura. Elementos para una Caracterización en el Municipio Plaza. Departamento de Estudios Socio-Religiosos del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas de la ACC (CIPSACC). 1991.

 

[17] Guerra Letrán, Lic. Ángela. La última morada bautista. Necrópolis de Colón, y Dirección Municipal de Servicios Comunales Plaza de la Revolución. Memorias del II Simposio Territorial de Estudios Culturales Plaza de la Revolución, 1991. Data de febrero de 1887, tras enconada lucha interna de la Iglesia Católica oficial contra los nuevos grupos cristianos que se incorporaban a lo cubano.

 

[18] Monterde Orejón, Lic. Edith L. Acercamiento al Cementerio Chino. Necrópolis de Colón. II Simposio Territorial de Estudios Culturales, Plaza de  la Revolución. 1991. Único lugar en Cuba que aun mantiene el culto budista a cielo abierto.

 

[19] Veigas Zamora, José: Escultura en Cuba. Siglo XX. Fundación Caguayo, Editorial Oriente. Santiago de Cuba. 2005:328; 307; 426; 369.

 

[20] Couceiro: 2006:259 nota 443.

 

[21] 16.8.1898- La Habana,  13.5.1973; en 1947 publica en Ediciones Martín (La Habana) La Cuestión Judía. Palestina y la Conciencia Mundial.

 

[22] Unión de Reyes- 3.4.1903- La Habana, 19.9.1958; autor de una versión al español del poema Marti del poeta y periodista Eliezer Aronowsky (quien en 1928 publicó el primer libro en yiddish Kubaner Lider, o sea, Cuentos Cubanos), escrito en yiddish y traducido literalmente por Abraham Marcus Matterin (destacado promotor cultural y dirigente societario, aportó Martí y las discriminaciones raciales), mientras que poemas suyos fueron traducidos al yiddish por el mismo Aronowsky. En Diccionario de la Literatura Cubana. Instituto de Literatura y Lingüística de la ACC. Editorial Letras Cubanas, 1984. Volumen   II,   págs.573:705; y Corrales, 2003.

 

[23] Podría explicarse por la terrible experiencia del reciente holocausto, lección para toda la Humanidad de unirse para defenderse; el contexto mundial de organismos con ese fin (1945: la Organización de Naciones Unidas, ONU; 1946: la United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas, UNESCO; y muchas más), y el surgimiento del Estado de Israel en 1948, a donde podría acudir todo hebreo del mundo y acabar su éxodo.

 

[24] Couceiro Rodríguez, Lic. Avelino Víctor, y Lic. Jorge Manuel Perera Fernández. Migración y Cultura Culinaria para el municipio Plaza de la Revolución. Boletín Cultural digital El Almendares, Dirección Municipal de Cultura Plaza de la Revolución, # 94, junio del 2011; y por Letras de Uruguay, 10 de febrero de 2013, en http://letras-uruguay.espaciolatino.com/.

 

[25] Veigas, 2005: 468; 422; 462; 276; 398; 410; 412.

 

Ver: La Europa no española en la occidentalización para la cultura cubana - Raíces Greco-Latinas: tradición de tradiciones cubanas

 

Avelino Víctor Couceiro Rodríguez
vely175@cubarte.cult.cu

 

En Letras-Uruguay ingresado el presente trabajo el día 13 de abril de 2013


Autorizado  por el autor, al cual agradecemos.

 

 

Ir a índice de Ensayo

Ir a índice de Couceiro Rodríguez Avelino Víctor

Ir a página inicio

Ir a índice de autores