Sobre la posmodernidad en Portugal Saramago “revisita” a Pessoa

ensayo de Horácio Costa

(trad. de Rodolfo Mata)

La estructura de El año de la muerte de Ricardo Reis, novela de José Saramago publicada en 1984, se equilibra entre dos dimensiones intertextuales constantes. Por un lado, como está implícito en el título, el hemisferio de la obra de Pessoa reverbera en distintas capas que se doblan ante los ojos del lector durante la lectura; por otro, también como lo indica el título, la dimensión histórico-temporal encuadra y, además, transforma, a través de la acción. Estos dos hemisferios intertextuales inseminan el texto a través de citas interpoladas: se entretejen, parecen diluirse y vuelven a coagularse en contrapunto dentro de la obra literaria[1].

Historia y ficción, ficción e historia, pocas veces, en el ámbito de la literatura escrita en portugués han encontrado un continuum literario en que resplandezcan tanto. O, desde otro punto de vista, a través de la operación intertextual, José Saramago quizás haya tratado de borrar la categorización precisa de ambos términos: la obra múltiple, concreción de la pluralidad diccional de Femando Pessoa, es asumida en El año de la muerte de Ricardo Reis, como referencia, no sólo ficcional sino también histórica; de igual manera, la referencia al tiempo histórico objetivo es tratada como un plano más de ficción.

Si esta operación no es innovadora en el plano de la expresión literaria, en José Saramago alcanza niveles de estructura mínima organizadora del relato. Vistos a una distancia de cincuenta años, el Portugal de 1936 y la pluralidad vocal de Pessoa, revisitados, se solucionan en un juego de fascinante desarrollo.

Aquí me interesa discutir el funcionamiento de esta operación y su valor en cuanto manifestación posmodema que abre, para la escritura en lengua portuguesa, caminos audaces en lo que se refiere a la concepción del hecho literario.

Como es sabido, el procedimiento de collage/montaje se constituyó en uno de los más sintomáticos de la estética de la modernidad[2]. Para mencionar su vigencia, conviene recordar su frecuente aparición en obras que revolucionaron la visualidad a principios de siglo, tales como las de los formalistas o los suprematistas rusos o las de artistas inseminadores como Kurt Schwitters o Pablo Picasso. En el plano de la escritura, es suficiente mencionar la importancia que tuvo para los surrealistas y el carácter que asume en operaciones textuales ambiciosas como las de Ezra Pound o T. S. Eliot, sin ignorar la sutileza con que se permea la escritura joyceana. También sabemos que su importancia como principio orientador del desarrollo del modernismo no hizo sino diversificarse con la evolución de la estética combinatoria a lo largo del siglo.

No podemos, es cierto, aislarlo de las prácticas textuales más recientes, como la de un Julio Cortázar o, también —para citar por primera vez aquí— la de Jorge Luis Borges. En el caso de Femando Pessoa, máxima expresión del modernismo en lengua portuguesa, el procedimiento en cuestión aparece en forma diluida pero aun así de manera fundamental.

En primer lugar, es sabido que fragmentos de textos suyos se pueden vincular directamente (ya sea en forma de inserciones, o en forma de expresiones o características literarias precisas) a otros autores y a otros movimientos, en su propia textualidad. En este sentido, se puede considerar el trazo whitmaniano en Alvaro de Campos y la constante correspondencia paródica con númenes de la literatura en portugués, en la producción ortónima. También el “discontinuo” textual en la producción de Bernardo Soares en El libro del desasosiego está a la espera de una lectura al nivel que aquí estamos proponiendo.

Sin querer sobrevaluar el peso del procedimiento collage/montaje en la obra pessoana, nos parece evidente que había una sensibilidad preparada y en funcionamiento en el poeta, que sabía utilizarlo como componente en su labor textual. Podemos considerar la importancia orgánica del procedimiento de collage/montaje en la escritura de Fernando Pessoa en dos aspectos: primero, a través de la interpolación de citas oriundas del acervo de la literatura, tomada como un mero contexto, o de la apropiación de elementos de la vida extraliteraria (en un proceso de transformación de la realidad factual circundante en literatura), para incrustarlos en un texto determinado de autoría de cualquiera de las personalidades literarias de Femando Pessoa y, segundo, a través de la referencia especular a partes del abanico de su producción literaria en dirección a un texto de otra parte de ella, en una intra-intertextualidad, esto es, entre heterónimo y heterónimo o entre ortónimo y heterónimo.

No me extiendo en el tema, que requiere mayor desarrollo conceptual y terminológico; mientras tanto, me parece importante subrayar que en El año de la muerte de Ricardo Reis el procedimiento en cuestión, aunque no asume la evidente faceta de experimentación radical con la cual se presentó en las obras del primer modernismo, conforma una función estructural en la operación narrativa. La apropiación de los dos hemisferios de referencias intertextuales mencionadas se da no sólo en el plano más claramente textual (la obra pessoana más información periodística de la época) sino que se verifica, también, en el plano de relaciones autor/autor (Pessoa/Saramago). Eso hace posible, a partir de una elaborada mecánica de identificación y de contrastes entre texto y autor parodiado y texto y autor paródicos, alcanzar un paralelo en términos de igualdad, entre obra literaria y sensibilidad histórica. En esta expropiación bidirigida, la inserción de los textos base (textos de Fernando Pessoa y principalmente del propio Ricardo Reis más los fait-divers de la cotidianidad sociohistórica portuguesa, que deslindan el diseño de la acción en la narración), el procedimiento del collage/montaje puramente textual es solamente la punta del iceberg de reverberaciones semánticas que la novela propicia.

Evidentemente, no quiero reducir el texto de Saramago al procedimiento antes mencionado, ya que la plena intertextualización obtenida presupone una pulsión constante a nivel del hecho literario que, aunque organizada por ella, la supera. Sin embargo, su importancia estructural en la concepción de la obra es indiscutible. Quien elije una cita, elije una situación; la situación termina por absorber a la cita en la operación de selección y apropiación, determinada por la autoridad del autor (disculpando la redundancia): los principios de selección/apropiación y de la autoría corren paralelos —el texto parodiado no pierde su identidad en el proceso de conformar la identidad del texto receptor—, sin embargo, en la obra literaria, apuntan hacia una economía en que éste se superpone a aquél. Visto desde este ángulo, se puede percibir el velo de la fina ironía que Saramago coloca sobre el edificio de su relato, a través de la máscara de la parodia en la cual la ironía asegura terreno para florecer[3].

La transformación de la mimesis que subyace, también, en la operación referida, parece ser el resultado más palpable del texto saramaguiano que estudiamos. Si uno de los posibles caminos podría ser el hiperrealismo, el que escoge Saramago se asocia a una meta o pararrealismo que da cuerpo, a nivel del texto, a la excelente y original situación narrativa imaginada por el autor. Un heterónimo, Ricardo Reis, regresa a casa, y en su deambular es guiado por el fantasma del autor que lo concibió en el plano de la literatura (Femando Pessoa), para involucrarse emocional y físicamente con dos de las musas que en su obra lo ocuparon antes textual que vivencialmente: Lidia, de vastos ecos horacianos, “transformada” en recamarera de hotel y Marcenda, que lleva el nombre del gerundio utilizado en la Oda no. 427 de Ricardo Reis —”Saudoso ja deste veráo que vejo” (ed. Aguilar)— hija de familia, casta y paralitica de la mano izquierda, en el relato[4].

El resultado de este esquema comparativo es conseguir una textualidad que anima de manera invertida datos prexistentes en la literatura, utilizando de preferencia antes la política de travesti-miento que la de la negatividad: mise-en-scéne, “drama em gente” pessoano, representación que arqueologiza historia y obra literaria referenciales en el presente narrativo, juego de reflejos alterados, sala de espejos, anamorfosis, inversiones. La Lisboa de un heterónimo y el mismo heterónimo revisitados y enjuiciados. Contra un telón agudamente marcado por la evolución social, la versión animada de Ricardo Reis desfila su ataraxia, su inadaptación al tiempo social en que se le propone “vivir”. Por las calles suceden vertiginosamente los acontecimientos que conforman la historia moderna; si la masa de citas de la actualidad se inserta en el texto de la novela con un patrón de carga irónica en su selección, la intertextualidad con la producción reisiana se procesa en un tono determinado por ella.

Naturalmente, ver en El año de la muerte de Ricardo Reis sólo un ejercicio crítico sobre la relación historia/texto literario, em-blematizada por la convivencia de la obra pessoana con el tiempo que la acompaña, sería simplificar al nivel de lo grotesco la intención de Saramago y proceder, en este regreso a la Lisboa pessoana aunque también salazarista, a una lectura simplificadora que, si se circunscribiera a ésta, aquélla podría asumir. A través de la situación narrativa desarrollada, José Saramago, en vez de simplificar la lectura, la vuelve más compleja, creando un espacio literario marcado por la convivencia de la obra pessoana y el espacio político que sólo en la dimensión temporal le corresponde.

Aún así, la operación sarmaguiana —la intertextualización irónica mencionada, la revisita— solamente habría sido posible desde un momento posterior a la situación narrada. En términos de género literario, Saramago obtiene la conciliación de dos corrientes distantes entre sí: la novela histórica y la novela de metafic-ción. Dicha conciliación es posible en un momento cultural en que formas narrativas gestadas en los siglos xix y xx, en el Realismo y Modernismo son observadas y utilizadas de manera equidistante desde la época contemporánea. Mimesis e invención, tónicas dominantes de los momentos culturales referidos, más que opciones estético-ideológicas pre fe rene i ales, aparecen como recursos perfectamente lícitos y dialogantes en el plano de un relato que los une en dosis contrapuntísticas. Es lo que permite la perspectiva de la neutralizante posmodemidad.

Si hemos sido guiados hasta aquí por el desarrollo del procedimiento collage/montaje como procedimiento estructurador del relato, hay aún otros niveles caracterológicos que nos permiten entrever en él el espíritu posmodemo en acción.

En primer lugar, el carácter autónomo —incluso especular, “abismal”— de la literatura es al mismo tiempo utilizado y ambiguamente observado en la construcción antes referida. Más allá de la obra pessoana, otras extienden su sombra en El año de la muerte de Ricardo Reis.-Sin pretender agotar su presencia tutelar, menciono algunas.

En primer lugar, Saramago elige la evidente afinidad no sólo temática sino también textual, entre las obras de Jorge Luis Bor-ges y Femando Pessoa. El relato The God of the Labyrinth, cuya lectura es intentada por el personaje Ricardo Reis en numerosos momentos a lo largo del texto de una manera significativamente inconclusa, establece otro plano intertextual (de fuga, diaria), que permite la interpretación de los avatares reisianos en Lisboa como una pulsión para identificar el centro irradiante de un laberinto, equilibrada por otra pulsión, no menos orgánica, de la imposibilidad de lograrlo[5]. Los incontables flashes de aparición/ desvanecimiento tanto de la figura de Luis de Camoes (tratada en términos irreverentes por el propio narrador del relato), como del fantasma del propio Femando Pessoa (que establece con el personaje una relación de paternal y reveladora jocosidad) acompañan, a nivel metafórico y no menos contrapuntístico, la presencia bor-giana.

Además de esto, la mención de la actitud quijotesca de Miguel de Unamuno, relativa a sus iniciales simpatías falangistas, permite a Saramago, recurriendo a una anécdota real y manteniendo siempre un nivel metafórico en la interpretación, juzgar desde la posmodemidad algunos de los principios ideológicos, vivenciales de estereotipos culturales que actúan en el modernismo (el español en este caso). La mención de Unamuno en el texto nos orienta hacia otro nivel intertextual: el de la situación desarrollada en El año de la muerte de Ricardo Reis y en Niebla, novela del sabio español, cuya tónica se centra en la discusión del canon de la representación del personaje en el discurso de la narración, al problematizar la compleja relación personaje/autor. Recordemos, además, que la situación ficcional en Niebla —en donde un señorito establece displicentemente una relación con una costurera— se desenvuelve a imagen y semejanza de la novela de José Saramago, cuyo esquema se planteó arriba.

Otras obras de la tradición moderna cuya presencia se percibe en El año de la muerte de Ricardo Reis son, de James Joyce, Ulysses —cuyo personaje, Leopold Bloom, en su papel de antihéroe tragicómico, se aproxima al retrato de Ricardo Reis según Saramago, a lo que se suma el carácter deambulatorio de la peregrinación dublinense de aquél, semejante a la lisboeta de éste— y, de Hermann Broch, La muerte de Virgilio, cuya situación narrativa —el regreso del poeta a su ciudad natal para morir enme-dio de una profunda crisis de identidad personal— es similar a la de Ricardo Reis en la novela de Saramago. No me extiendo en esta enumeración; tan sólo subrayemos el hecho del carácter autónomo del discurso literario que en el libro que estudiamos es ya un supuesto, dada la utilización de un personaje (o heterónimo) concebido por otro.

Sin embargo es importante señalar que la conciencia de este carácter autónomo, él mismo profundamente arraigado en la tex-tualidad moderna, se ve relativizado por la fuerza del principio desintegrador que, en contra de una naturaleza referencial monolítica, representa la intromisión constante de informaciones de la actualidad histórico-social a lo largo del relato. En una operación posmodema, José Saramago simultáneamente afirma y toma ambigua una característica de la herencia moderna. Esta diferencia tonal es, sin duda, una clara manifestación de una “otra” relación del autor vis-á-vis la literatura como sistema[6].

En segundo lugar, se puede considerar un aspecto como característico de la posmodemidad en el texto de Saramago. Ya se dijo —pienso en la observaciones de Octavio Paz sobre el poeta portugués—[7] que la división heteronímica de la expresión pessoana podría indicar una forma de discurso novelesco en estado de máxima fragmentación, discurso éste que presupondría como personajes a los heterónimos pessoanos, puestos en acción por medio de la expresión ortónima, en conjunto con toda la carga significante que traen consigo bajo la forma de una ramificación de datos culturales y literarios. De acuerdo con este punto de vista, el texto de Saramago representaría la desfragmentación del tejido típicamente modernista y fragmentario que nos ofrece Fernando Pessoa. Su abordaje de la textualidad pessoana es reorganizador. Esta reorganización sustituye por la continuidad reverberante el proceso rizomático del modernismo: no solamente traducción en prosa de la escritura poética, sino también en una nueva concreción. —o, mejor dicho, seminueva— dato que, como dije, se basa en una conciliación de principios estéticos y de composición literaria anteriores[8].

El hecho de que, a nivel de frase, Saramago haya sabido respetar un cierto coloquialismo, también característico de la textualidad pessoana, en contraste con el neoclasicismo de la expresión reisiana, enriquece la complejidad del vector de síntesis, en sí dialéctica, en la narración. Sin ejercer definitivamente una ruptura con la tradición moderna, José Saramago sabe inseminarle una carga personal de cambio y superación. Si la intención de abandonar lo históricamente pasado caracterizó la postura de los modernos en la búsqueda de una expresión nueva[9], los escritores posmodemos como Saramago procuran —y en textos como El año de la muerte de Ricardo Reis, encuentran— el equilibrio entre el cuerpo existente y el cuerpo creado, en la formulación de una palabra que, en su concreción, se muestra menos como una contraposición que como una conciliación/transformación, en el presente, con miras al devenir de la lengua.

[Publicado en portugués en ColóquiolLetras no. 109, Lisboa, Fundación Gulbenkian (junio de 1989).]

Notas:

[1] El autor se refiere a los poemas de Fernando Pessoa/Alvaro de Campos “Lisbon Revisited” (escritos en 1923 y 1926 y publicados con los números 356 y 359 en la Obra completa de Femando Pessoa (Río de Janeiro: Nova Aguilar, 1976). A lo largo del ensayo seguirá apareciendo el portuguesismo “revisitar” que he preferido mantener así, dada su liga intertextual con Pessoa y con el argumento de la novela de José Saramago analizada por Horácio Costa. (Nota del traductor)

José Saramago, O ano da morte de Ricardo Reis, Lisboa: ed. Caminho, 1984. (trad. española Barcelona: Seix Barral, 1984)

[2] Cf., Hal Foster (ed.), The Anti-Esthetic: Essays on Post-Modem Culture, Washington: Bay Press, 1983, especialmente el ensayo de Gregory L. Ulmer, “The Object of Post-Criticism”, pp. 83-111.

 

[3] Dos libros me parecen fundamentales para situar la complejidad de este tópico: Linda Hutcheon, A Theory of Parody. The Teachings of Twentieth-Ceníury Art Forms, Nueva York: Methuen, 1985, y Wayne C. Booth, A Rhetoric óf Irony, Chicago: The University of Chicago Press. 1974.

 

[4] Entre los numerosos estudios publicados sobre El año de la muerte de Ricardo Reis menciono: Inés Braga, “José Saramago: O ano da morte de Ricardo Reís”, Persona, Porto, no. 11/12, dic. 1985, ensayo que trabaja la relación entre Ricardo Reis y Fernando Pessoa en el libro de Saramago; María Lucila Dal Farra, “Para urna ‘Biografía’ de um Monárquico sem Rei, Ricardo Reis” (copia manuscrita cedida por Saramago), que se centra en la discusión del estatuto de la autoridad en la novela en cuestión; Vasco Grafa Moura, “O Ano do Premio do Saramago”, Jornal de Letras, Artes & Ideias, Lisboa, 28/7/86, artículo en que se menciona por primera vez el término “posmodemo” asociado a la escritura saramaguiana; Oscar Lopes, “José Saramago: As Fronteiras do Maravilhoso Real”, ín Os Sínais e os Sentidos Literatura Portuguesa no Século xx, Lisboa: Caminho, 1986, ensayo magistral que “agota” las virtualidades de El año de la muerte de Ricardo Reis; Filipa Palma dos Reis, “José Saramago e Algumas Tendencias Actuáis do Romance em Portugal”, Peregrinagáo 12, Lisboa, 1986, ensayo que analiza la relación del libro que estudiamos con los comienzos del modernismo portugués, entre otros temas; Leyla Perrone-Moisés, “Saramago e um Sobrevivente: Ricardo Reis”, Jornal da Tarde , Sao Paulo, 30/11/85, articulo que lanza insights importantes sobre la compleja relación Saramago/Pessoa; y, por último, Luis de Sousa Rebelo, “José Saramago: O ano da morte de Ricardo Reis”, in ColóquiolLetras, no. 88, Lisboa, nov. 1985, pp. 144-148.

 

[5] Vide Inés Braga, op. cit.

 

[6] Al respecto, consúltese: John Barth., “Literatura Posmodema”, Quimera, n° 46/47 y, también, en lo que se refiere a la alegorización de la modernidad como categoría, implícita en el gesto de Saramago al utilizar tanto a manera de farsa como en una actitud seria al heterónimo arquetípico Ricardo Reis, véase: Caraig Owens, “The Allegorical Impulse: Towards a Theory of Post-modemism”, October, 1980, 12/13.

 

[7] Octavio Paz, “El desconocido de sí mismo (Fernando Pessoa)”, in Cuadrivio, México: Mortiz, 1965, pp. 133-163.

 

[8] Vide John Barth, op. cit., y, también, para una lectura ancilar, Jean Franjois Lyotard, La conditión postmodeme, París: Minuit, 1979, y La post-modemidad (explicada a los niños), Barcelona: Gedisa, 1987.

 

[9] En la floresta de signos contradictorios, aditivos o mutuamente neutralizantes que cerca el concepto debatible y debatido de la posmodemidad en la civilización y de lo posmodemo en la literatura, por oposición a un detectable conjunto conceptual de referencia para la inteligencia del modernismo tomado como categoría histórico-estética, recomiendo las siguientes lecturas formatívas que fueron básicas en la redacción del presente ensayo: el clásico estudio de Renato Poggioli, The Theory of xhe Ávant-Garde, Cambridge: Harvard University Pres, 1969, y las antologías (también ellas fundacionalmente esclarecedoras) The Modern Tradition—Backgrounds of Modem Literature, ed. de Richard Elmann y Charles Fiedelson, Nueva York: Oxford University Press, 1965, y The Avant-garde Tradition in Literature, ed. de Richard Kostelanetz, Buffalo: Prometheus Books, 1982, en lo referente tanto al debate crítico como al corpus de la modernidad.

 

ensayo de Horácio Costa

(trad. de Rodolfo Mata)

 

José Saramago en Letras-Uruguay

 

Fernando Pessoa en Letras-Uruguay

 

Publicado, originalmente, en Acta poética Nº 12 primavera 1991

Acta poética es una publicación semestral, editada por la Universidad Nacional Autónoma de México

Centro de Poética del Instituto de Investigaciones Filológicas

Link del texto: https://revistas-filologicas.unam.mx/acta-poetica/index.php/ap/article/view/502

 

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