La pulga y el zorro
Waldemar José Cerrón Rojas

Cierta tarde, cuando un hambriento zorro rezaba para encontrar su presa. Sintió una mordedura en la punta de la oreja. 

¡Ayayay...! pulga hambrienta, escuálida me estas chupando la sangre. 

Saltó la pulga al suelo y se puso delante del zorro diciendo: ¿Con qué autoridad me estás criticando? Tú sí, quieres que me muera de hambre. Zorro tonto, tienes que aprender, entre todos nos necesitamos. Tú no eres santo, tú comes a las pobres gallinas sin que te importe sus pollitos. Ellas son tan humildes y no te insultan, ni te maldicen.

- Pulga insensata tú, ¿qué crees? que las gallinas son santas, ellas comen a los grillos, a las lombrices, a los mosquitos, teniendo tanto grano para comer. ¿Ahora te das cuenta? Pulga raquítica. Vocifero el zorro 

-Zorro hocicudo, más nos vale ser buenos amigos. Pero tú, tienes que saber que yo, no mato a nadie, sólo chupo un poqu….iito de sangre.

Después de argumentar, nuevamente la pulga saltó al lomo del zorro, desde allí le decía. ¡Arre, arre, arre zorrito! Juntos por el mundo cazaremos aves sin polluelos.

Todos nos necesitamos para vivir en armonía con la naturaleza.

Waldemar José Cerrón Rojas 

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