Sobre el Movimiento de Boedo

por Elías Castelnuovo

Escritores del grupo de Boedo

Acerca de este movimiento, surgido en el año 1923 en un barrio de la Capital Federal, se han escrito ya muchos libros. También, infinidad de artículos. El Centro Editor le dedicó, en su historia de la literatura argentina, cinco fascículos.

En una enciclopedia de Latinoamérica, dirigida por Alfredo A. Roggiano y publicada por la universidad norteamericana de lowa, se le dedica un extenso capitulo. Se suele decir que el movimiento de Boedo representó una etapa dentro del proceso de la cultura nacional.

• • •

Pese a que Hernández Arregul se siente espiritualmente ligado al referido movimiento. afirma en su libro "Imperialismo y cultura" que la ideología del grupo era "extranjerizante", lo cual implicaría tácitamente considerar "extranjero" al socialismo o ai antiimperialismo.

• • •

"El hecho, sin embargo, de que fuera de su interés histórico —añade— el grupo de Boedo no haya dejado una sola novela —y menos de ambiente proletario convincente— revela que también esta literatura fue forzada, influida por una militancia exclusivamente urbana, y por una situación económica depresiva de parte de escritores circunstancialmente aliados a la clase obrera."

• • •

Hay dos errores en este párrafo que pueden ser fácilmente rectificados. Eso de que circunstancialmente allí se defendió a la clase obrera, en primer término, no fue tan aleatorio como se atestigua, pues muchos de los componentes del grupo, por no decir la mayoría —Alvaro Yunque. Nicolás Olivari. José Portogalo, Ernesto L. Castro. César Tiempo— continúan hoy. a medio siglo de la aparición de Boedo. sin dar señales de abandonar su posición y batallando por la clase trabajadora. Sin contar que merced a esa circunstancia, muchos de ellos también sufrieron persecución policial, cárcel, procesos, allanamientos y destierro.

• • •

En segundo término, eso otro de que “no dejaron una sola novela" perdurable o de positivo valor literario, tampoco es cierto. Bastaría con citar a tres o cuatro autores del grupo: "Los Siete Locos", de Roberto Arlt: "La Carreta", de Enrique Amorim; "Los Isleros", de Ernesto L. Castro: para demostrar lo contrario.

• • •

Lo importante del Movimiento de Boedo. no obstante, lo de innegable trascendencia cultural, no son unas cuantas frases de cajón, sino la irrupción de la clase trabajadora en los dominios de la literatura nacional hasta allí en manos de los representantes de las clases elevadas. Los escritores del grupo, obreros muchos de ellos e hijos de obreros casi todos, podían ser considerados como representantes del mundo del trabajo. Este hecho de la irrupción. por si solo, comportó una revolución por dos razones: porque puso de relieve el ascenso de las masas hasta ese momento postergadas intelectualmente y porque modificó radicalmente la composición social de las capas sociales dentro de la actividad literaria.

• • •

Cuando ingresó en 1897 el primer obrero al Partido Comunista Ruso. Lenin dijo que había que estampar su nombre con mayúsculas en el fichero de la agrupación, porque su ingreso constituía un suceso histórico. Extraña que a Hernández Arre-gui, que cita a cada paso a Lenin, no se le haya ocurrido algo parecido acerca de la incursión de todos esos escritores proletarios del movimiento de Boedo que por primera vez en la república, como el obrero ruso aludido, ingresan en masa aquí al territorio de la literatura.

• • •

Dice, además, que "las creaciones del grupo fueron pobres". Me inclino a creer que no las conoce. De otro modo, no le sería dado arriesgar semejante afirmación. Si se toma tan solo a tres artistas del conjunto —Agustín Riganelli. Abrahám R. Vigo y Felipe Romito—. escultor el primero. pintor y escenógrafo el segundo y cantante el tercero, su veredicto queda anulado y en calzoncillos. Porque Agustín Riganelli fue dentro de su promoción el valor más relevante, al punto que el Concejo Deliberante, con motivo de su fallecimiento. adquirió todas sus obras póstumas y fundó con ellas un museo que lleva su nombre. Mientras que Abrahám R. Vigo, "revolucionó con sus escenografías modernas todo el aparato teatral", según se puede leer en el DICCIONARIO DEL TEATRO que se compiló bajo la dirección de Tito Livio Foppa. Finalmente, Felipe Romito. que cantó en ruso, en francés y en italiano en los más renombrados coliseos de esos tres países, fue consagrado sin discrepancias, allá y acá. como "el máximo cantante argentino de todos los tiempos". Tan "pobres", que se diga, entonces, no fueron los frutos del movimiento do Boedo.

• • •

Califica a 1a literatura del grupo de "pseudoproletaria'. y como si esto fuese poco trae a colación una frase de Lenin. que resulta más lapidaria aún que la referida calificación. "Solamente algunos deplorables intelectuales —dice el teórico ruso— creen que a los obreros basta con hablarles de la vida de la fábrica y con machacarles lo que ellos saben ya desde hace largo tiempo". Con esta cita, prácticamente se le coloca una lápida a todos los escritores del grupo, como si ellos se hubiesen dedicado con exclusividad a bu-rrarle el cráneo a los obreros, relatándole, a machaca martillo, lo mismo que ellos, desde tiempo inmemorial, se sabían de memoria.

• • •

Vuelvo a pensar que Hernández Arregui ni siquiera se tomó la molestia de hojear la montaña de libros que salieron de la pluma de los escritores que trata tan desconsideradamente. luego de adjudicarte un valor histórico al movimiento provocado por ellos mismos. Porque, de lo contrario. tampoco podría aventurar un supuesto tan inexacto en lo que corresponde a la índole de la producción artística que distinguió en lineas generales a toda la agrupación. Ni Roberto Arlt. ni Enrique Amorim, ni Lorenzo Stanchina, ni César Tiempo, ni Alvaro Yunque, y paro de contar para no abrumar a nadie, jamás se dedicaron a hablar de la vida de la fábrica, ni se les ocurrió jamás machacarle a ninguno. y menos a los trabajadores, cuestiones que ellos supieran o no supieran, debido a que su novelística se dirigió por otros senderos que poco o nada tenían que ver con tales monsergas. Cuando, por otro lado. Gustavo Riccio canta a los albañiles o cuando José Portogalo canta a los pintores de escalera, no puede decirse que digan cosas que los obreros estén cansados de oír en su casa todos los días. Al revés: dicen cosas de antología.

• • •

Calificar de "extranjerizante" la campaña del grupo de Boedo. asimismo, después que se rompieron todos para defender y enaltecer a la clase trabajadora, que es lo más genuino con que cuenta la nación, no parece muy correcto, que se diga. Y menos si se piensa que dicha campaña se concentró principalmente a combatir a todos aquellos que explotaban la fuerza de traHjo del país y vendían al mejor postor sus fuentes de riqueza.

• • •

Si bien es cierto que el grupo comenzó levantando la bandera de la Revolución Rusa, en circunstancias que esta revolución se expandía por toda la tierra y constituía la gran esperanza de las clases humildes. no es menos cierto que levantó la bandera de la Revolución Rusa, no por ser rusa, sino por ser socialista, que no es lo mismo, y entendiendo que el socialismo no consultaba las aspiraciones y necesidades proletarias de un país determinado, sino las necesidades y aspiraciones de todo el mundo.

• • •

Reducir el panorama mundial únicamente a la visión o a la perspectiva local es ponerse a la altura del caracol que supone que el globo terráqueo está compuesto por la barranca donde él se encuentra incrustado desde su nacimiento.

• • •

En una república cosmopolita como la Argentina, por lo demás, donde la mayoría de sus habitantes, si no son extranjeros, son hijos de extranjeros, escupir hacia afuera, es como escupir para arriba. O lo que es igual: escupirse en la propia cara.

• • •

El movimiento de Boedo no pudo levantar la bandera nacional, porque en esos instantes. 1923. esa bandera estaba en Buenos Aires en poder de la Liga Patriótica Argentina, entidad típicamente gorila que presidía el abogado de los ferrocarriles ingleses Manuel Carlés y financiaba la patronal, cuyo único objetivo consistía en romper huelgas, reclutando carneros, asaltar locales gremiales e incendiar diarios de izquierda; y en Italia, la misma bandera estaba en poder de Benito Mussolini. de quien no es menester documentar su biografía. Luego, en 1930. la retomó aquí el general Uriburu en contr de Yrlgoyen, y en Alemania, en 1933. la esgrimió Adolfo Hitler en contra de la humanidad. Durante la "década infame" hablar de patrie, significaba confundirse o ser confundido con los traidores a la patria. Recién después del 17 de Octubre de 1945. cuando surge Perón, se pudo empezar a hablar de nacionalismo sin ser sospechado de vende-patria.

• • •

Pero, en cambio. Boedo levantó la bandera de la clase trabajadora y defendió Incesantemente al pueblo, haciéndose eco de todo lo auténticamente popular. Su fuente de inspiración la constituyeron siempre los parias del régimen capitalista, régimen al cual le había declarado la guerra. Ahora, bien. Lo popular y lo nacional, en el fondo son una misma cosa, pues no hay nada que represente más a una nación que el pueblo. Ouiere decir, entonces, que Boedo al defender al pueblo, a los obreros. hizo más por la nación que la Liga Patriótica Argentina, que se dedicaba a hundirlo más de lo que estaba y que en la Semana Trágica de enero del 19. fue la que promovió con sus patotas armadas las más terribles masacres de obreros que ocurrieron nunca en Buenos Aires.

• • •

Lo nacional y lo internacional, bien mirado. lejos de excluirse por mutuo desacuerdo, se intercompenetran mutuamente. No hay una cultura local químicamente pura, aunque haya una cultura con algunas características o matices locales. Una tercera parte del idioma español, que se habla en la Argentina, está compuesto por palabras que los moros introdujeron en el habla durante el transcurso de los siete siglos que ellos dominaron la península hispánica. Cuando Martín Fierro, prototipo de la nacionalidad, dice: "¡Ojalá!", ignora que está Invocando la ayuda de Alá —"¡Oj Alá!”— nombre con el cual se denomina a Dios en la órbita de la religión árabe o mahometana. Otro tanto le pasa al cabe-cita negra —símbolo de la nueva nacionalidad— cuando dice "laburo" o "yoni". pues se imagina que está hablando en el más licuefacto argentino y está hablando, en cambio, en inglés o en italiano.

• • •

Ahora, bien. Hernández Arregul habla insistentemente de la cultura nacional que fuera en su opinión desnaturalizada por el extranjero. Los inmigrantes, a su entender, frustraron nuestra formación cultural. Sin embargo, si vinculamos esta cultura de la nación a la actividad práctica del territorio, nos encontramos, sin ir más lejos, que durante todo el siglo pasado lo único que hicimos fue criar vacas y domar potros.

¿Qué cultura podía surgir de semejante entorno de vida? Dice que el extranjero no aportó nada a la cultura vernácula debido a que se encerró dentro del esquema de su propia cultura. Pero, olvida que el inmigrante nos enseñó a levantar casas, a empedrar calles, a pintar paredes, a sembrar campos y a construir ciudades. El gaucho no sabía siquiera hacer un banco de madera y se sentaba sobre una cabeza de vaca. Aprendió a tocar la guitarra, gracias a que los españoles trajeron ese instrumento y le enseñaron a pulsar sus cuerdas. Los tres atributos más típicos del gaucho, encarnación antropológica de la nacionalidad, el poncho, el facón y la guitarra. asimismo, reconocen el mismo origen de suyo 'extranjerizante. También fue un trasbordo de la navaja sevillana, del poncho andaluz y de la guitarra zamorana. El extranjero con su Industria revolucionó, sin disputa, los métodos de trabajo y con ello la cultura del país.

• • •

Desde otro ángulo, Hernández Arregul asigna un valor muy grande al papel jugado por la religión cristiana en la formación de nuestra cultura. Pero, se olvida que esa religión nos vino de afuera. Se la debemos al pueblo Judío. Los diez mandamientos que rigen moralmente nuestra conducta los escribió Moisés, un extranjero tan desarraigado, que todavía pasa por ser blanco e Israelita y era negro de color y egipcio de origen. Otro tanto ocurre con la legislación argentina que es un calco de la legislación romana, y con la constitución nacional que es otro calco de su simihr norteamericana.

• • •

Si se admite que la sociedad está dividida vertebralmente en dos clases, hay que convenir entonces que la nación o la nacionalidad sufre idéntica fisura. Unos —los ricos— son los propietarios del territorio nacional, y otros —los pobres— son sus meros inquilinos, a quienes. Incluso. se puede legalmente desalojar. Los poderosos son vendepatrias a causa de que son los dueños de la patria, o sea: del patrimonio común, en tanto que los desheredados no lo son ni lo pueden Ser de ninguna manera a causa de que no tienen nada que vender.

• • •

El nacionalismo ha sido siempre propugnado y defendido por los propietarios de la nación. Los desposeídos no tuvieron nunca la oportunidad de propugnar y defender bienes que no poseían. Solamente cuando aparece aquí el peronismo que da alguna participación en el usufructo de la patria a los desposeídos, ellos comienzan a sentirse patriotas en la medida de ese disfrute. Para que el patrimonio común de los argentinos, sea de todos y no de unos cuantos, lo que se necesita no es suprimir a los extranjeros, sino eliminar al capitalismo y socializar la república.

• • •

"La lucha antimperialista en la Argentina —dice— tiene una fecha de origen: 1930”. Quiere decir, entonces, que nosotros al fundar aquí, en 1922. la primera Liga Antimperialista. nos equivocamos de fecha. Debimos esperar ocho años más. También dice que el Colegio Nacional de Buenos Aires, fue “el colegio de la patria", aunque para cualquiera que conozca su historia, no se le podrá ocultar que fue "el colegio de la oligarquía”

• • •

El nacionalismo, por último, sin otro contenido que el de la nacionalidad, es un arma de dos filos, que tanto sirve a la derecha como a la izquierda, a los santos como a los gorilas. Ofrece, asimismo, las mismas contradicciones de la nación sin poder solucionar ninguna. La personalidad de un pueblo no reside en su nacionalidad, supuesto que en cualquier parte de la tierra, el pueblo siempre es el pueblo, aunque cambie la nomenclatura de su na-cionaíidad. Miguel Angel. Rafael. Leonardo da Vinci, jamás se envanecieron de ser italianos. Por el contrarío, tanto ellos, como todos los artistas del Renacimiento, podían ser catalogados de "extranjerizantes", porque no hacían más que respirar con los pulmones de dos naciones o razas completamente ajenas a su nación: la raza semita, representada por la Biblia, por Jesucristo, por la Virgen María, por los profetas, a los cuales reproducían en los murales con verdadera obsesión: y la raza helena, cuya cultura también los obsesionaba. al extremo que el nombre de renacimiento que mereció ese resurgimiento maravilloso de la inteligencia humana se debió a que el propósito consistía en hacer renacer otra vez la cultura griega.

• • •

Otro cargo que hace Hernández Arregui a los escritores de Boedo es el de que pintaban con tintes sombríos la miseria del pueblo. Claro, hoy. en que las condiciones de vida han cambiado sensiblemente, cuesta creer que entonces se viviera de esa manera. Pero, lo cierto es que si bien entonces no había villas de emergencias como ahora, es decir: una minoría de refugios de esa naturaleza, no es menos cierto que todos los barrios pobres. que eran la mayoría, aunque no se los calificase así. eran verdaderas villas miseria. No es que nosotros "cargásemos la romana" en este punto, sino que la romana se hallaba cargada hasta el tope.

• • •

SI hoy se toma la literatura rusa, en especial la pintura que hace Máximo Gorki de las bajas capas sociales, también se puede llegar a la conclusión, comparando la situación de Rusia en la actualidad, de que esa hteratura describía, no con tintes sombríos, sino con tintes negros la miseria del pueblo ruso. Pero, la verdad era que lo negro o lo sombrío no residía en tonces en la imaginación del escritor, sino en la realidad de una situación incontrastablemente sombría y negra.

 

por Elías Castelnuovo

 

Publicado, originalmente, en: revista "Crisis" Nº 12 Buenos Aires Abril de 1974 

Gentileza de Ahira. Archivo Histórico de Revistas Argentinas

Link: https://www.ahira.com.ar/ejemplares/12-4/

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

Email: echinope@gmail.com

Twitter: https://twitter.com/echinope

facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce

Linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/ 

 

Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay

 

Ir a índice de crónica

Ir a índice de Elías Castelnuovo

Ir a página inicio

Ir a índice de autores