Antonio Gasalla, actor
«Cuando se encienden las luces, es imposible volver a la oscuridad»
Por Cristina Castello

- ¿Qué es el límite?

- Es la línea por la que camino.

- ¿Dónde está?

- No sé. Saberlo forma parte de esa cosa mágica que tenemos los seres humanos. Tiene que ver con la libertad.

- ¿Usted es libre?

- Sí, siempre me sentí libre por dentro. La libertad es algo propio: como el coraje, como la ética o como la dignidad.

- ¿Por qué sus personajes son feos y secos espiritualmente?

- ¡Son bichos!

- ¿Qué es la belleza?

- Los griegos la identificaron con la armonía física. No estoy de acuerdo;  casi todos los lindos son tontos.

- ¿Por qué dijo  que no puede ser elegante?

- Porque si a la elegancia la digita Ante Garmaz, nunca seré ser elegante. Además, no me saco de la realidad. Veo la percha.

- ¿La realidad es objetiva o subjetiva?

- Qué sé yo... es subjetiva. Tanto nos dicen eso de "Primer Mundo" que hay un costadito nuestro que se lo cree. Qué ridículo, ¿acaso tenemos Quinta Avenida?

- ¿Cuál es el poder del humor?

- Mucho. Todo lo que contrae impide que alguien lo penetre. El humor afloja y entonces la gente se entrega.

- Usted dijo al Presidente (Carlos Menem) que empezó como Facundo Quiroga y siguió como Tito Luisardo. ¿Y ahora?

- Y... en eso el Presidente se supera a sí mismo.

- ¿Le molesta que fume?

- No, le molestará a usted.

- ¿Por qué no tuvo hijos?

- Porque no tuve.

- Porque la vida...

- Porque la vida. Pero el papel de padre también es formar a mucha gente. Yo lo hago.

- ¿Con el aviso de Telefónica hace usted propaganda de la idea de privatización, o de un servicio?

- La hice cuando ellos ya estaban funcionando acá. Promociono un servicio de una empresa.

- ¿Probó con el 110 o con el 116? ¡No funcionan¡

- No probé, pero estamos pegando con la pelota en el poste. Porque si nosotros privatizamos mal y ellos pueden hacer lo que quieren, hacen lo que quieren.

- No hace una mirada política, pero sí ideológica.

- Ideológica, sí, ideológica. No entiendo a los políticos pero me divierten. Con el menemismo, todos se pusieron los dientes y se tiñeron el pelo.

- ¿Por qué no hay poesía, ni vuelo lírico en sus trabajos?

- Porque no me sale. Pero hay cosas de profundidad, para que la gente se despierte.

- ¿La sola lucidez puede hacer perder frescura?

- Y... la capacidad de razonar es irreversible. Entonces hay ciertas ingenuidades de  la ignorancia que no se recuperan.

- Pero el conocimiento es luz.

- Sí, y cuando las luces se encienden, es imposible volver a la oscuridad

- ¿Qué es el mercado?

- Un lugar donde se compra y se vende.

- ¿Y la cultura de mercado?

- Está en los grandes países. Pero acá es distinto. Cuando uno pasa la espumadera, siempre queda lo peor. Ahora los argentinos queremos ser de derecha y tomamos  lo peor de la derecha. Es algo misterioso.

- ¿El misterio es lo único cierto?

- Por lo menos es bastante reconocible, porque es raro.

- ¿Tiene miedo a la vejez?

- No... los viejos no tienen sólo horror. Hay que hacer un esfuerzo, recuperar la idea de la sabiduría y aprender que la vida tiene períodos. Puede ser una buena etapa: ya no hay urgencias, ni por qué volverse loco por pelotudeces.

- ¿A usted, la vida lo aplaca o lo exalta?

- Me exalta. Cuando estoy deprimido salgo a la calle y siento que la gente me quiere. Entonces me recupero.

- Pero se aburre... siempre lo dice.

- Sí, porque me gustaría ir más seguido al Metropolitan de Nueva York. Y no puedo.

- ¿La vida es un espectáculo?

- El mundo ofrece un espectáculo ya escrito. Y la humanidad es una gran escalera, de la cual cada uno es un escaloncito.

- ¿Cómo es la otra vida?

- No sé, pero yo apuesto a que hay algo dentro de mí que no se pudrirá en una tumba.

- ¿Y qué hace para que así sea?

- Rezo.

© Copyright Cristina Castello
Publicado en “Clarín Revista”, entonces revista dominical del Diario “Clarín”.
Buenos Aires, 28 de noviembre de 1993
http://www.cristinacastello.com 
poesia@cristinacastello.com

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