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Claroscuro
Elioconda Cardoza Cardoza
eliocard2@hotmail.com

Era en el loby del hotel Casablanca en donde la había citado Omar. Pasaban a su lado mujeres y hombres prototipos del lujo y riqueza del Medio Oriente. Había otras personas muy elegantes vestidas de etiqueta. Detrás de un brocado cortinaje Omar disimulaba enigmático, el broche de su turbante lanzaba destellos diamantinos; sin ser visto por Yamileth, la observaba. Ella ajena a su presencia se puso de pie impaciente, fue cuando él a paso rápido se le acercó trayendo en sus manos un par de orquídeas violeta veteadas de amarillo. Le vio al girar airosa y asombrada exclamó -¡Qué sorpresa más bella, querido Omar!

-Así debe ser el amor, querida, un asombro permanente que haga de nuestras vidas un perenne avatar - su voz era frívola y su mirada llameante.
Yamileth despertó, en sus labios tenía la llama de un beso y a sus pies dormía su perro Avatar.

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