Morazán no es mito, leyenda ni ficción
Por Lic. Miguel Calix Suazo 
mcalixs@yahoo.com
 
Vicepresidente del Instituto Morazánico

En el Museo “Morazánico” (pero sin Morazán) que el Ministro de Cultura, Artes y Deportes, Dr. Rodolfo Pastor Fasquelle, quiere establecer en Tegucigalpa, se pretende enseñar a la niñez y juventud y aun a los adultos, que Morazán es un mito, una leyenda y una ficción,  lo que denota que los autores del “PLAN INTERPRETATIVO MUSEO, CASA DE MORAZAN” no han leído el prólogo de mi obra “AUTENTICIDAD DE LA ESTATUA DE MORAZAN DEL PARQUE CENTRAL DE TEGUCIGALPA”, publicada en el 2005 y menos el Capítulo LXXXV del Volumen III de “LAUREL SIN OCASO” y el libro “ECO DEL SILENCIO- REFUTACIÓN A LOS DICTERIOS VERTIDOS CONTRA MORAZÁN”, ambos del escritor don Miguel Rodrigo Ortega.

 

De las páginas 4, 101, 118/124 y 158 del “Plan” elaborado por funcionarios del Instituto Hondureño de Antropología e Historia, por orden del Ministro de Cultura, pero no del Directorio Provisional del Museo Morazánico, vale la pena citar las siguientes expresiones: “En el libro escrito por Joaquín Rodas abiertamente (se) trató de crear el mito de las Cruzadas de Morazán”; “Para el final de esa celebración  los intelectuales liberales del istmo habían creado triunfalmente la leyenda del Padre Fundador de la Unión Centroamericana”; “El mito fabricado por estos intelectuales con místicas y ficciones como las que fueron usadas años después para hacer la película del joven Arturo en la “Máquina del Tiempo”, se puede apreciar en el libro del escritor Martínez López”, que menciona que Morazán en sus días mozos (16 años) diseñó e idealizó la Federación Centroamericana al leer el libro “Democracia en América”, por Alexis de Toqueville”.  

 

En esta ocasión comienzo a refutar a los “interpretadores” que no se percatan que en 1808 (cuando Morazán estaba “en sus días mozos (16 año)” ni siquiera se había dado el primer grito libertario en el Reino de Guatemala –fue el 5 de noviembre de 1811 en San Salvador- ni independizado Centroamérica (que fue el 15 de setiembre de 1821) y menos formado la República Federal (que fue el 1 de julio de 1823 y ratificada el 1 de octubre de 1823) y que tales aseveraciones, BAJADAS DE INTERNET por gente que no ha estudiado a Morazán, se desvanecen con las mismas palabras del libro de Joaquín Rodas a que ellos se refieren  (pero que no citan su nombre, que es “MORAZANIDA”), expresadas en la página 11, edición 1992, que evidentemente han mal entendido. Dice Rodas: “Para poder seguir al héroe en su trascendental cruzada por el istmo hemos dividido nuestro libro en tres partes: la primera corresponde a la Epopeya, la segunda a la Tragedia y la tercera a la Apoteosis. Ninguno de estos tres títulos responde a preceptos de Retórica, SINO AL CAUDAL DE HECHOS REALIZADOS POR EL HÉROE GENIAL, y al destino glorioso que le cupo sobre esta tierra que le vio nacer. No nosotros, sino él, es quien forja su Epopeya en cien campos de batalla; no nosotros, sino sus implacables enemigos y la estoica grandeza con que muere son los que hacen la Tragedia de su muerte en el cadalso, y en su ascensión a la inmortalidad que le coloca en su círculo de gloria, y la admiración de sus proezas, quienes hacen sus Apoteosis. Nosotros, lo único que hacemos, bajo el fervor sin límites que sentimos por los extraordinarios triunfos del adalid  centroamericano es separar las hojas de nuestro libro de las ondas frías de la Historia, y presentarlo fuera de esa zona que, si es recomendable por su serenidad, no puede en cambio elevar el entusiasmo nacional al grado que reclama su heroísmo. La Epopeya Morazánida NO ES UNA LEYENDA REGIONAL; NO ES UNA FICCIÓN HISTÓRICA TAMPOCO, NI MENOS UNA CREACIÓN DE LA FANTASÍA: ES LA HISTORIA NACIONAL, sintetizada en la vida del grande hombre y, sin la cual como dice Álvaro Contreras no es posible hallar la clave de filosófica expresión a la biografía de la familia centroamericana y que sin la acción del héroe desaparece el drama de nuestra vida nacional. Suprimid el genio de Morazán -dice el mismo orador –y habréis aniquilado el alma de la Historia de Centro América. Nosotros, al seguir al héroe nacional en su inmortal cruzada por el Istmo, para formar las páginas del presente libro, nos hemos convencido de que la afirmación de Álvaro Contreras no es una exaltación de su elocuencia tribunicia, SINO LA VERDAD REVELADA POR LA HISTORIA A UNO DE NUESTROS MÁS INSIGNES ORADORES”.    

 

¿Por qué el Ministro de Cultura, Artes y Deportes, Dr. Rodolfo Pastor Fasquelle y el Gerente de Antropología e Historia quieren dejar mal parado al Presidente Pro Témpore del Sistema Centroamericano de Integración (SICA) Don Manuel Zelaya Rosales –que reconocemos como auténtico morazanista- al tener éste que explicar a la niñez y juventud centroamericana y a los adultos que Morazán no existió (tampoco sus padres, los curas que lo bautizaron y casaron, sus padrinos; el juez y los nueve testigos que certificaron la firma de su testamento en Costa Rica),  que es un mito, leyenda, ficción, superstición, quimera, totenismo, alegoría, CUENTO, INVENCIÓN, MENTIRA, mitología, imaginación, fábula, simulación, MASCARADA, ilusión, parábola, utopía, inexistencia, virión, moyana, PANTOMIMA, novela, entelequia (esta palabra le gusta mucho al Ministro), ensueño, FALSEDAD, FARSA, ENGAÑO, espejismo, novelería, apariencia, volatería, sueños dorados, castillos en el aire, disimulo, zanguanga, FINGIMIENTO, HIPOCRESÍA, ARTIMAÑA, astucia, solapa, DOBLEZ?...

Lic. Miguel Cálix Suazo
Vicepresidente del Instituto Morazánico

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