Amigos protectores de Letras-Uruguay

Respuestas marginales
por Miriam Cairo
cairo367@hotmail.com 

El género de estos escritos no es menor sino inconfesable.

                               *

Lo que viene a continuación exige mantener los ojos cerrados. Esto no significa que alguien vaya a hacer trampa sino que hay cosas que se hacen mejor a tientas.

                               *

Esta mañana mis culonas sacudieron los almohadones como si sacudieran sus matrimonios. Feos golpes. Terribles muertos sacaron de sus camas.

                               *

Del ron me vienen todas las respuestas marginales.

                               *

El caso es que cualquier noche, antes de dormirnos, vos y yo nos percibimos articulados, inmediatos, ceñidos, cómplices de los kilómetros de distancia que fingen separarnos. (Yo confío en la lentitud y la alevosía con que elaboro mis desvelos.) 

                               *

A quienes todavía crean en los milagros les diré que en esta página no hará su aparición ningún pontífice. Prueba de ello son estos caminos de hormigas transitados por lobos.

                               *

Convengamos que el cuerpo merece satisfacer más necesidades de las que por lo general le concedemos. Yo propongo a mis culonas que no oculten su gemido de animal que vive.  

                               *

Con las vendas llenas de ojos aprendo que frena más la idea de final que un muro. Más peligrosa es la flor que su espina.

                               *

La espuma de légamo me obliga a escribir con las dos manos y a comer con las dos bocas. (Explicar mi método de escritura podría parecerte jovial y carnicero.)

                               *

Por vasto que sea el mundo no sé gemir siempre a lo largo y no estoy segura de que sea necesario cortarme la cabeza para perder la memoria.

                               *

Mis culonas están en huelga de conformismo. Quieren abolir las formas, los hábitos, la histeria conyugal. Sus pensamientos ensimismados son un lenguaje bélico.

                               *

Lo que sucede es que él sólo conoce el sentimiento y el sexo desbordados. Quiero decir: sin bordes y sin bordados. Por su parte, ella deja que la fantasía se desarrolle irresponsablemente. Busca en su propia mente, como en la pantalla del cine, la irrupción de un culo macizo sacudiéndose a una velocidad depredadora. Luego llega el momento en que ambos advierten que la castidad es la peor de las perversiones.

                               *

Cuando ella viene de la calle no tiene tiempo para cortarse las manos. Entonces busca una copa de ron, un libro, un rostro, una corbata para desanudar. Busca una cintura donde apoyarse, un fruto para sostener, una boca abierta donde meter los dedos.

                               *

Es curioso. Curiosísimo cómo se retuerce tu calidoscopio en el estuche de mis espejos. Pero no quiero continuar estos fragmentos sin antes lanzar a los cuatro puntos cardinales unos cuantos significados de escaso volumen y contenido para ir confundiendo un poco más las cosas: muchas noches, el lector de estos relatos, se sintió enfermo de mi misma enfermedad. Él nunca tuvo confianza en mi salud ni siquiera un mínimo conocimiento de mi ficha sanitaria. Mantuvo conmigo algunas relaciones claras y otras oscuras porque sentía que la luz me encandilaba. Cuando estaba solo en su habitación, sostenía el cocodrilo con la mano y lloraba, como si estar solo fuera una especie de desgracia.

                               *

Digámoslo una vez más: el sexo es una lección de soledad. La escritura es una lección de soledad. Parir hijos es una lección de soledad.

La soledad es la razón por la cual una intimidad tan profunda puede ser escrita.

                               *

Ella tiene un nudo en el vientre que se desata con los dedos, con puñales, con almohadas. Ella tiene un nudo en la garganta que se desata con ron, con dedos, con llamadas. Ella tiene un nudo en la memoria que se desata con versos. Ella tiene un nudo en la noche que se desata con ron, con un dedo, con dos dedos, con palabras.

                               *

Hay personas que hablan de preservativos y de alcohol como si hablaran del hampa. Nunca llovió cuando ellas no tuvieron paraguas.

                               *

Hagámoslo aquí ¿quién nos va a ver, si todos están ciegos? (Pido silencio porque son tres los dedos azules que me han traído de regalo.)

                               *

Ellos son un emergente de sí mismos y de los otros. Un repertorio de trances que exige conductas liberales y lúbricamente solidarias. Pero el plato fuerte es la fusión de estos dos, correlativos a la inquietud, al humor sutil, al onanismo, al riesgo erótico. Y todo va más allá de una apología del estar solos aullando cada cual en su casa a las dos de la mañana. Lo que ellos demuestran, apenas, es que su privilegio consiste gozar en de una inusual sintonía con el cuerpo propio.

                               *

Mis culonas afilan el borde de las palabras. Dicen amor y se lastiman.

                               *

Cuando digo que te extraño quiero decir que extraño la rapidez con que me convertís en agua derramada sobre la alfombra.

                               *

Yo pensé que un animal pequeño se me sacudía en el túnel. Luego vi tu cara escondida entre mis piernas y la apreté con las rodillas. Era lo mismo que abrazar un cordero. Entonces me di cuenta de que nos queríamos porque todo lo que nos hacíamos nos provocaba ardor.

                               *

No en el campo de la maternidad ni en el de las cirugías estéticas, pero sí en el del sexo, mis culonas se han visto obligadas a mostrarse pobres y sin inventivos.

                               *

Ella gusta sacar la flauta del estuche y beber ron con sabor a hormigas rojas, con sabor a piedras de la luna. Yo  tengo claro que una mujer no es lo que cree ser. Un hombre no es lo que cree ser. Un Dios no es lo que cree ser. Somos un mundo imaginario. 

por Miriam Cairo
cairo367@hotmail.com 
Originalmente en Página12 (Rosario) 

Martes 26 de abril de 2005
Link a la nota: http://www.rosario-12.com.ar/2005/04/26/index.htm   

Autorizado por la autora

Ir a índice de América

Ir a índice de Cairo, Miriam

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio