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En el camino de la historia
Walter Bonetto
walterfbonetto@yahoo.com.ar

Nuestra ciudad está sobre una ruta tan importante como trascendente que nace en el tiempo de la  colonia ante la necesidad de los españoles en unir las regiones del Río de La Plata con la  de Cuyo, el Reino de Chile y el alto Perú. Aunque los territorios al sur del Río de la Plata en sus comienzos no parecían ser tan importantes para la conquista, -dado que no había metales valiosos, comparados a los del norte recostado sobre los Andes-, sí, eran estratégicos; por lo tanto  el tráfico de aquellos tiempos no era poco, al contrario, fue muy significativo para la época.  

 

Antes del año 1700 las carretas y los arrieros ya transitaban  estas pampas con sus cargas de mercaderías para el comercio de los pueblos lejanos. Mas allá de las distancias las poblaciones debían ser unidas y comunicadas,  caso contrario la conquista española peligraba. Estas tierras realmente eran un desierto, y del territorio del Plata eran muchos los navegantes europeos que se “servían a gusto y manera”  las riquezas que ofrecían, las cuales no eran pocas.

 

Los españoles al fundar Buenos Aires dejaron los primeros caballos y vacas, otras entraron del Paraguay  y todos se fueron reproduciendo y diseminando en grandes cantidades. Ante esta abundancia y riquezas  muchos barcos llegaban a la orilla del Plata a matar novillos que había por miles en la tierra de la abundancia para llevar sus cueros  y así se observaban barcos ingleses, portugueses, holandeses y venecianos,  que cumplían con creces  su cometido en un lugar que poco se controlaba.

 

Un inquieto  europeo, Acarette  de Bucay, en el año 1658 con la inquietud de conocer el nuevo mundo, visita estas tierras  para luego escribir una interesante obra que fue publicada en Europa en varios idiomas que la llamó: “Relación a un viaje al Río de la Plata”, en donde describe no solamente la primitiva ciudad de Buenos Aires, sino que toda la región hasta llegar al Alto Perú.

 

Claramente lo sorprende la cantidad de hacienda cimarrona que había en las tierras del Plata y en aquel año (1658),  al arribar a bordo del  navío que lo traía, se encuentra con que en Buenos Aires había 22 barcos  en las costas del río, de los cuales 20 eran holandeses y 2 ingleses. Cada uno de estos barcos ya había cargado entre trece a catorce mil cueros de vacas, que llevaban para comercializar en Europa;  además llevaban otros productos muy codiciados, saqueados de América, como era la  lana de vicuña y plata en lámina. Para eso no se esquilaba a los animales, era más fácil realizar una  gran matanza de vicuñas que las encontraban en las regiones del norte  para quitarle su lana. Con relación al valioso metal de plata,  en casi su totalidad era de contrabando, por eso es que la traían por el “patio trasero” para evitar así “La Ruta del Galeón”, porque la plata sellada iba a España saliendo por El Callao hasta Panamá, para luego terminar en Sevilla trasportada por la “Flota Real”. Se deduce claramente que la que venía por Córdoba, pasando por  rio Cuarto, no era plata sellada y era producto de la corrupción. (plata en negro)  Para reunir estos productos excepto los cueros de buey que lo tenían al alcance de su mano, el resto debían llegar a Mendoza, Chile y Bolivia, y es así que para transitar las distancias del Rio de la Plata a Mendoza, cruzar el rio Cuarto  era un paso obligado y constante, y en aquel fluido comercio entre regiones  muchos comerciantes se enriquecían y se volvían tan poderosos como inescrupulosos.

 

Los caminos por aquellos años tenían sus misterios y sus tremendos peligros, pero era necesario desafiarlos a cualquier precio porque valía el esfuerzo. Lo que se conoce como “camino real” aunque hay discusiones al respecto, era el que saliendo de Buenos Aires cruzaba la provincia de Santa Fe  entrando a Córdoba por Cruz Alta y luego costeaba el río Grande (río tercero) para luego desviar a la provincia de San Luis  con destino a Mendoza y luego continuar hacia el alto Perú. Pero existió una ruta más practica aunque  también muy peligrosa por estar más cerca de los territorios de los indios  que fue conocido como  “camino de las pampas” el que venía más recostado hacia el este, entrando por Melincué,  para después pasar por Punta del Sauce y la Concepción,  luego entrar por el Morro para transitar hacia  Mendoza.

 

Es este el camino que se convierte en la columna vertebral de la existencia y desarrollo  de nuestra ciudad,  el cual fue en la historia muy amenazado y suspendido en varias oportunidades por los ataques de los indios a las caravanas y luego a las poblaciones.  Y es por este camino sobre el rio Cuarto que pasaron miles de esclavos que venían de Buenos Aires con destino a Mendoza unos 300 y 400 en algunos años  y hasta  1000 en otros. Estos eran   transportados en carretas con destino final a las minas de Bolivia  y seguramente que muchos de estos negros y sus carreros en aquel transito desgraciado en varias  oportunidades pasaron la noche en La Concepción. Pero también era este el camino donde pasaba gran cantidad de yerba mate que venia del Paraguay con destino  a Chile. Muy cerca de nuestra ciudad, en la desaparecida localidad o paraje de San Bernardo, en donde  al frente estaba San José, -una capilla importante que era vice parroquia del curato de Rio Cuarto-  en este lugar funcionaba el “puesto de control de carretas y arreos de mulas” en donde se cobraba el impuesto de sisa siendo uno de los jefes de aquella oficina por el año 1745 el señor Vicente Funes, abuelo de “Deán Funes”.

 

La historia tiene sus secretos, la mayoría de ellos están guardados en aquel camino que es la actual ruta 8 que une Río Cuarto con Buenos Aires. Sobre este camino se jugó en gran medida el porvenir de la colonia y el destino de nuestra patria. Fue el camino que permitió la formación de parajes que luego, muchos de ellos,  se convirtieron en poblaciones, villas y ciudades. El camino fue aventura, esperanza, progreso y en muchos casos muerte por sus peligros pero lo más importante es que se mantuvo a través de siglos como lazo de unión y desarrollo.

 

Walter Bonetto
walterfbonetto@yahoo.com.ar

El Puntal, Río Cuarto (Córdoba)
1 de febrero de 2012
 

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