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El Cabildo de La Concepción
Walter Bonetto
walterfbonetto@yahoo.com.ar

El 19 de marzo de 1798, se instalaba el cabildo de la Concepción de Río Cuarto. No fue una empresa fácil, al contrario. Esta naciente institución formal de gobierno en los tiempos de la colonia era de vital importancia, fundamental para crecer como población, y se constituía en la herramienta básica para dar cuerpo y espíritu a la naciente villa, en nuestro caso, fue en el medio de una pampa agreste y con una frontera amenazada, donde los pobladores, aunque no lo desearan, jugaban  constantemente a cara o cruz su destino por permanecer en este lugar.

El 11 de noviembre de 1786 el marqués de Sobremonte lograba agrupar a las familias del paraje existente y fundaba el pueblo de La Concepción; persevero con mucha energía para que el mismo se organizara, lo que no era tan simple de lograr, dado que a todas las familias primitivas, algo más de treinta, se convencían de cambiar de ubicación para vivir. Ahora se había designado a un nuevo comandante, don Juan Gualberto Soria; en su casa se emplazó un fortín y se distribuyeron las parcelas de la traza urbana a treintaiuna  familias, con prioridad  de ubicación  los veintidós  vecinos más antiguos, todos recibían un sitio de 12 varas de frente por 50 de fondo. Quedaba bajo su responsabilidad cercarlo con tapia de ramada y barro y construir antes de 60 días una casa,  que no era otra cosa que un humilde rancho de palos barro y paja.

También aquellos habitantes recibieron una fracción de tierra aledaña al río para usar como huerto o chacra. Así, en el medio de la pobreza y hostilidad de la pampa, con grandes sacrificios fue cobrando vida el pueblo, mientras que la idea del Marqués era convertirlo en Villa Real, para lo cual lo precisaba organizar;  hacer una traza urbana y lograr la pertenencia de la tierra para los pobladores, la que debía ser gestionada ante los propietarios del lugar, muchos de estos, dueños de estancia.

Fueron  varias las visitas de Sobremonte a La Concepción para ver cómo avanzaba la construcción del pueblo, mientras de paso negociaba con los propietarios de la tierra para que la cedieran. Así se llega al 20 de febrero de 1794, cuando el escribano público  de la real hacienda de la capital de Córdoba, don Francisco Javier Medina, labra la escritura de donación de los terrenos de La Concepción y se establece un plano de siete cuadras de oriente a poniente y de sur a norte. Todos esos trámites se reúnen en un extenso y prolijo expediente, que Sobremonte eleva al Rey de España, Carlos IV, quien después de analizarlo, ver sus planos de urbanización y tomar notas de las familias que donaron la tierra, el 12 de abril de 1797 emite la cedula real y le da el título de Villa con todos los derechos y privilegios correspondientes. Y con fecha 20 de septiembre de 1797 Sobremonte estampa el “Cúmplace” sobre el valioso y ansiado documento recibido de España.

Al ser Villa La Concepción debía tener una casa de gobierno, que era El Cabildo, de este modo, en marzo del año siguiente quedaba constituido este con los mas idóneos pobladores españoles; para esta gestión vinieron dos comisionados del gobierno de Córdoba, quienes actuaron citando a los principales jefes de familia que Vivian en La Concepcion para que participaran de la “junta y votación”, que se realizó el 19 de marzo de1798.

En esa oportunidad se eligieron cuatro regidores: dos de ellos debían oficiar de defensor de pobres y menores; uno de alguacil y el restante de mayordomo. Los regidores procedieron a elegir al Alcalde y  por unanimidad, fue designado don Juan Bautista López, quien prestó juramento  el día 20 de marzo en horas de la tarde. Así comenzaba a funcionar El Cabildo de la Villa de La Concepción. En aquel momento al no contarse con local propio se arrendó una humilde sala que era pagada por los cabildantes; los primeros temas que abordaron fueron la mensura de los terrenos y  la obligatoriedad de sus cercados, el arreglo de las calles y la organización de la plaza; también se propuso establecer el uso de lo “pastos comunes” y nombrar un Juez de Agua para controlar el uso de las acequias que llegaban a la población.

El antiguo paraje de la Concepción, con casi de dos siglo de permanencia sobre el camino de las tropas, de accidentada historia, y casi  ininterrumpida por los avatares del destino, había crecido a pueblo y ahora con gran esperanza era Villa. Y las familias que la componían sentían una gran ilusión por encontrarse más protegidas y representada por la nueva institución y sus autoridades.

La función del cabildo comprendía la administración de justicia que permitiera asegurar el resto de las leyes y la convivencia con las personas; el control sobre el abastecimiento a  la población, la administración de un cuartel y una cárcel, el funcionamiento de la iglesia, las celebraciones de las fechas que requerían festejos, y tratar todos los problemas más acuciantes de la población, entre ellas las amenazas del rio.

En esos casos se convocaba a “cabildo abierto” para darle participación a todo el pueblo y luego reunir las propuestas en la sala capitular y terminar estableciendo un “acuerdo”. La Villa de la Concepción contó con Cabildo duranrte 26 años consecutivos, incluso se mantuvo hasta después de nuestra independencia y  fue abolido el 30 de diciembre de 1824, sustituido con el nombramiento de un Alcalde por el gobierno de Córdoba.

 

Walter Bonetto
walterfbonetto@yahoo.com.ar

El Puntal, Río Cuarto (Córdoba)
31 de marzo de 2010
 

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