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Seis reglas de progreso en la civilización
Rafael Bolívar
rbolivarg@hotmail.es

 
 

Walter Truett Anderson (1933-  ), politólogo, psicólogo social y escritor estadounidense. Su libro REALITY, Isn’t What It Used To Be, traducido al español como: La Realidad Emergente. Ya nada es como era, cuenta con el mayor número de ediciones y fue galardonado como “Uno de los 100 libros más importantes sobre el futuro”.  

Reglas civilizadoras. Regla. Integridad territorial. La inviolabilidad de las misiones diplomáticas. La no utilización y la no proliferación de armas nucleares. La inmunidad de las aeronaves y las embarcaciones civiles Responsabilidad internacional en la ayuda a refugiados. Descolonización.

Dos cuestiones fundamentales Medio Ambiente y Derechos Humanos

Medio ambiente

La información   

Derechos humanos. John Locke. Thomas Jefferson La Revolución Francesa. La declaración de la ONU en 1948. Jimmy Carter.

Los absolutos y el cosmos

La naturaleza

Crear una civilización

Una historia acerca de las historias. Historia de la tolerancia. Historia del medio ambiente. Historia del aprendizaje. Historia del mundo constructivista.

 

Reglas civilizadoras

Al buscar síntomas de la transición del mundo del teatro a la civilización, podemos encontrar evidencias contradictorias como:

- el hecho de que aún no se haya detonado una guerra nuclear,

- la creciente cantidad de organismos internacionales,

- y los modestos resultados obtenidos por agrupaciones como Amnistía Internacional en la lucha por disminuir la barbarie.

Algo lento aunque sorprendente es el surgimiento de ciertas reglas globales.

· Regla, es un patrón de conducta a mitad de camino de la objetivación, que adquiere cierto carácter de la forma en que la gente debe comportarse.

Las reglas rigen el comercio, los juegos, la política, el amor.

Toda sociedad organizada cuenta con infinidad de reglas, en algunos casos en forma de leyes, en otros basados en la tradición o en las creencias religiosas.

· Uno de los miedos del posmodernismo se funda en la suposición de que las normas carecen de fuerzas si nó están sostenidas por sistemas de creencias absolutas.

· La posibilidad de la existencia de una civilización, en un mundo que presenta culturas y realidades múltiples, se puede reducir a la posibilidad de subsistencia de ciertas reglas, en un mundo desprovisto del concepto de creencia en el sentido tradicional.

· Se ha establecido una lista de seis reglas de conducta entre naciones que gozan de aceptación general. La lista es útil como señal de  que estamos progresando en civilización, pero también nos muestra que queda mucho por hacer:

Integridad territorial. A diferencia de lo que ocurría en el pasado, a partir de 1945 casi desapareció la costumbre de anexar territorios ajenos al propio, mediante el uso de la fuerza. Pero no se penalizan otras formas de anexación más sutiles.

La inviolabilidad de las misiones diplomáticas. Este principio tradicional ha sido reglamentado y reformado para responder a la importancia y la complejidad que han adquirido las funciones diplomáticas. Las violaciones a esta regla son poco frecuentes, por lo tanto reciben gran atención.

La no utilización y la no proliferación de armas nucleares. El enorme poder destructor de las armas nucleares hizo imposible su uso, aún como último recurso durante los últimos 43 años de relaciones políticas inestables, en los que se produjeron varias guerras sangrientas…

La inmunidad de las aeronaves y las embarcaciones civiles. Como respuesta a los ataques a este tipo de medios de transporte se reforzaron las reglas sobre secuestro y ataque a civiles. Las críticas en contra del terrorismo… se han vuelto más duras en todo el mundo en estos últimos años.

Responsabilidad internacional en la ayuda a refugiados. Con algunas excepciones importantes, Japón, la Unión Soviética, han mejorado notablemente la disposición de los gobiernos y los pueblos a aceptar y reubicar refugiados.

Descolonización. Está terminantemente prohibido el sojuzgamiento de otros pueblos al igual que la discriminación racial oficial y abierta. Como siempre ocurre con las cuestiones morales, su aplicación es selectiva.

Nadie que lea la lista creerá que los problemas del mundo han terminado, y los autores de la investigación no son precisamente optimistas. Sin embargo, sostienen que importantes reglas de conducta internacional han sido ampliamente aceptadas, es decir, están de acuerdo en que una violación abierta de las reglas, aunque impune, repercute en forma negativa en casi todo el mundo.

Además, estas reglas no están patrocinadas por ninguna ideología o religión, aunque en términos generales  compatibles con la mayoría de ellas, son en realidad parte de la cultura global, frágiles signos de un orden mundial en gestación.

Todavía presentan cierta precariedad, y quizás no gocen aún de una aceptación generalizada.

Sería más apropiado denominarlas reglas de la subcultura política internacional. La débil red de diplomáticos, políticos, periodistas, eruditos, y activistas, las consideran como reglas que afectan a la población mundial.

Encuestas realizadas en el pasado demostraron que una gran cantidad de norteamericanos desconocían el contenido de la Declaración de Derechos y un alto porcentaje de aquellos que estaban familiarizados con ella no estaban de acuerdo con su contenido. Las reglas de conducta internacional quizás sean aún menos populares.

En una época signada por la inestabilidad, es imposible predecir lo que puede llegar a ocurrir con este modesto conjunto de reglas globales. Quizás con el paso del tiempo logren afirmarse y hasta combinarse con otras reglas para formar una estructura de civilización global. Pero también puede ocurrir que desaparezcan de la noche a la mañana.

Dos cuestiones fundamentales Medio Ambiente y Derechos Humanos

La civilización global en gestación debe enfrentar problemas que ninguna otra civilización debió enfrentar jamás, ni siquiera algunas bastante estables con instituciones políticas bien constituidas, reglas bien definidas, y sistemas comunes de valores y creencias. Entre ellos figuran el peligro de un cambio radical del medio ambiente y las exigencias mundiales de respeto a los derechos humanos.

Estos problemas están íntimamente relacionados con las cuestiones que estamos analizando. Se convertirán en temas centrales de la realidad mundial compartida, afectarán la vida de todos los individuos, y por lo tanto pasarán a formar parte de la supercultura global. Estas cuestiones son, cada una a su manera construcciones sociales de la realidad.

Medio ambiente

· La idea del planeta esferoide surgió hace algunos siglos, la idea de la evolución surgió hace doscientos años, y el concepto de medio ambiente hace sólo dos décadas.

· En épocas pasadas existían algunas nociones apenas similares a la de medio ambiente, por ejemplo, el concepto de clima del siglo dieciocho, pero sólo desde hace muy poco tiempo se ha convertido en un tema de debate público.

Heinz von Foerster comenta cómo afectó el clima a algunos conocidos suyos:

Estoy seguro de que ustedes recuerdan al ciudadano Jourdain, personaje de Le Bourgeois Gentilhomme de Molière, un nuevo rico que se mueve entre la aristocracia francesa con ansias de aprender de ellos. En cierta ocasión, cuando escucha a sus nuevos amigos hablar de poesía y prosa, Jourdain descubre que habla en prosa. El hombre se siente desbordado por su reciente descubrimiento: ¡Hablo en prosa! ¡Siempre lo he hecho! ¡He hablado en prosa durante toda mi vida!

Un descubrimiento similar se produjo hace muy poco tiempo, pero no tiene nada que ver con la poesía o con la prosa, se tomó conciencia de la existencia del medio ambiente. Recuerdo que, hace diez o quince años, algunos de mis amigos norteamericanos comentaban asombrados su nuevo descubrimiento: ¡Vivo en un medio ambiente! ¡He vivido en uno toda mi vida!

Sin embargo, ni M. Jourdain ni mis amigos han hecho otro descubrimiento, y es que, cuando M. Jourdain habla, sea en prosa o en verso, es él quien lo inventa, y, del mismo modo, cuando percibimos el medio ambiente, somos nosotros quienes lo inventamos.

· El concepto de El medio ambiente, al que von Foerster se refiere, es una construcción social, como La Economía. En forma diferente, también lo es el medio físico al que nos referimos cuando hablamos acerca de él.

· Nuestros ancestros han deambulado por el mundo durante millones de años, modificándolo a través de la caza y la recolección de vegetales, la agricultura, el traslado, sistemático o no, de animales y plantas de un lugar a otro, la industria y la tecnología, por tanto, hoy en día hasta las áreas deshabitadas son creaciones humanas.

· Las políticas relacionadas con el medio ambiente, al igual que las políticas económicas, dependen en gran medida de la información estadística, tendencias, indicadores.

· Evaluamos la actuación de un presidente según los índices de inflación y el PBN, y en 1929 algunas personas se lanzaron al vacío desde sus ventanas debido a unos números impresos en un papel.

· En forma similar, confiamos en mediciones, de calidad de aire y de agua, por ejemplo, para saber si vivimos en un medio ambiente sano.

· No existiría la crisis del medio ambiente como tema de debate público si los científicos modernos no hubiesen desarrollado mejores sistemas de recolección de información que, de hecho, sólo nos proporcionan malas noticias.

La información   

· La base informática de las políticas ambientales se vuelve aún más sorprendente cuando anuncian grandes cambios en la biosfera.

· Recibimos información sobre extinción de especies, erosión del suelo, deforestación, aumento de la población, hechos que afectan a todo el mundo.

· La información siempre es incompleta, falible, y se presta a varias interpretaciones, hasta se la puede contradecir. Sin embargo, es el único tipo de información con el que contamos, y no podemos menospreciar la urgencia de su mensaje.

· El efecto invernadero y el daño a la capa de ozono son problemas nuevos para la especie humana y nos llegan como información abstracta, no son cosas que podamos observar, sino números e ideas acerca de ellas que provienen de científicos anónimos.

· La información es incompleta, y personas distintas la interpretan en formas distintas. Algunos nos dicen que la acumulación de CO2 y otros gases en la atmósfera provocará el calentamiento del planeta. Algunos dicen que no habrá cambios climáticos. Otros sostienen que el planeta se enfriará.

· Los hechos científicos no son categóricos y no parecen decirnos cómo actuar. Sin embargo,  toda la especie humana debe tomar en serio la información y hacer algo al respecto, pero rápido.

· La información, a pesar de sus imperfecciones, requiere medidas a gran escala, cooperación global jamás vista antes. También requiere la adopción de algunas ideas poco difundidas como reglas globales, por ejemplo, el ahorro de energía. 

· La información proporciona la base para disputas de todo tipo, y también se convierte a su manera en parte de la cultura global. Nos convertimos, según la jerga actual, en una sociedad informática. Y, a la vez, nos transformamos en una civilización global, porque la información es propiedad de todos y nos afecta a todos. La imagen del mundo que dibujamos a través de ella es parte de la ficción emergente.

 

Derechos humanos

· El concepto de derechos humanos surgió como tema de debate público casi en el mismo momento en que filósofos como Montesquieu incluían al clima entre los factores que determinan la prosperidad de las naciones. Unos siglos antes, cuando el planeta aún era plano y no existía el medio ambiente, tampoco había derechos humanos.

· En la obra de Platón podemos encontrar referencias a los derechos y deberes de los ciudadanos de la república, pero no encontraremos la afirmación de que todas las personas poseen derechos naturalmente.

· John Locke es el primero en afirmar que Dios le confiere a cada hombre derechos propios.

· Thomas Jefferson adaptó las palabras de Locke y estableció con mucho más vigor los derechos del hombre en la Declaración de Independencia de su país. 

· Locke había escrito en su Segundo tratado de gobierno (Second Treatise of Government): El hombre, como se ha comprobado, nació con el derecho a la libertad absoluta, y al goce irrestricto de los derechos y privilegios de las leyes de la naturaleza. Al igual que cualquier otro hombre, o grupo de hombres en el mundo, posee el derecho natural… de preservar su propiedad, es decir, su vida, libertad y bienes…

· Jefferson escribió: Algunas verdades como, que todos los hombres fueron creados iguales, y que su Creador les confirió ciertos derechos inalienables resultan obvias en sí mismas: entre los derechos se encuentran la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad.

· De esta forma, los derechos se convierten en propiedad de todos los hombres, y la protección de los mismos en el deber principal de los gobiernos.

· La Revolución Francesa. Unos pocos años más tarde creó su propia declaración de los derechos del hombre.

· Un siglo más tarde, los gobernantes dieron el siguiente paso al afirmar que, si las personas tenían derechos, también los gobiernos de las naciones debían reconocerlos y protegerlos.

· Se logró avanzar un poco más después de la Primera Guerra Mundial, y aún más después de la Segunda con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

· La declaración de la ONU en 1948, fue más allá de los derechos políticos y civiles aceptados, como vida, libertad, prohibición del arresto arbitrario, e incluyó derechos económicos, culturales, y sociales, como por ejemplo, el derecho a la educación y el derecho a participar en la vida cultural de una comunidad.

· Jimmy Carter. En la década del 70, como presidente de los Estados Unidos designó los derechos humanos como uno de los pilares de la política exterior de su país.

· Después de casi doscientos años de retórica, algunos derechos humanos están comenzando a lograr el estatus de reglas globales, los gobiernos están llegando al punto de reconocer que al menos no los violan.

· Los hombres crearon el concepto de derecho, luego crearon los derechos, y finalmente crearon leyes para protegerlos.

· En determinado momento de la historia, los amigos de von Foerster hubiesen contado que tenían derechos, que siempre habían tenido.

· En la actualidad, se intenta obtener mayores garantías para la protección de los derechos y también para crear otros nuevos. Hoy en día, la lista es mucho más extensa que en la época de Locke y Jefferson.

· No es muy difícil pensar en algo que deseamos o que creemos que es un derecho. Cada vez más gente exige nuevos derechos, además del respeto de los que ya posee. Y sin embargo no tenemos claro qué es un derecho, ni de donde proviene, no existe un consenso internacional acerca de esta cuestión.

· El concepto de derecho se convierte en parte de la supercultura global, de la ficción emergente. Pero resulta muy difícil encontrar una base para el acuerdo en el tema de los derechos que no sea la fuerza, que era la base del derecho antes de Locke.

Los absolutos y el cosmos

· Cuando existen tantos puntos de vista distintos, tantos intereses, tantas realidades que tratan de emerger, es difícil vencer la tentación de basar nuestra postura en un absoluto, es decir, sostener que los derechos provienen de Dios, que son naturales.

· Estas justificaciones pasan inadvertidas cuando se trata del derecho a la vida o a la libertad, pero en el caso del derecho al cuidado diurno de los hijos, o a vacaciones pagadas, resulta difícil llegar a un acuerdo sin entrar en discusiones acerca de lo que es justo y lo que es posible, sin crear nuevos valores.

· La tentación de recurrir en los absolutos, o buscar ayuda en el cosmos para nuestra postura es aún mayor cuando se trata de temas relacionados con el medio ambiente.

La naturaleza

· A medida que crece nuestra preocupación por el deterioro del medio ambiente, escuchamos más y más pronunciamientos políticos basados en la naturaleza. Las personas predican sin cesar acerca de la naturaleza, sin pensar que no es más que otra objetivación.

· El concepto de naturaleza difiere en gran medida de una sociedad a otra, y en algunos casos es casi imposible de hallar. Se tiende a pensar en la naturaleza como aquello que no ha sido tocado por las manos del hombre, así encontramos algunas zonas en estado natural, como la oposición entre comida natural y artificial, pero el límite entre lo natural y lo no natural es quizás el más problemático de todos.

Crear una civilización

· No vamos a solucionar los problemas de medio ambiente o responder a las exigencias de derechos, si no logramos incluir en el temario las creencias acerca de las creencias y tratar estas cuestiones vitales más explícitamente y en mayor escala que nunca.

· Para encontrar soluciones a estos problemas hace falta mayor comunicación e interacción, de hecho, hace falta crear una civilización. Una necesidad difícil de satisfacer,  y agravada por la urgencia de los problemas y la imposibilidad de que esperen a que estemos listos para resolverlos.

· El medio ambiente y los derechos humanos, realidades que nosotros creamos, nos desafían a crear nuevas realidades, a crear una cultura global, y a entrar y salir de los viejos sistemas de valores y creencias.

Una historia acerca de las historias

· La competencia entre diferentes historias, ya sea basadas en religiones o ideologías, es menos peligrosa para los proyectos de paz en el mundo y el surgimiento de la civilización global, que la competencia entre diversas historias acerca de las historias, entre concepciones absolutistas/objetivistas y relativistas/constructivistas de la naturaleza de la verdad humana.

· No creo que podemos tomar verdadera distancia de la realidad social creada, o incluso que podamos, o que debamos, desconectar la parte de nuestra mente que se encarga de crear las historias. Cuando tomamos distancia de la realidad para examinarla, nos introducimos en una realidad desde la cual podemos analizar realidades, y ese espacio más amplio es en sí mismo una cultura, y una costumbre. El concepto de Construcción Social de la Realidad (CSR) es en sí mismo un libro, es una historia.

Historia de la tolerancia.

· Una civilización pluralista requiere una enorme cantidad de tolerancia, y el tipo de tolerancia proviene de quienes creen que la validez cósmica de su verdad, sólo la suya, es limitada y arrogante.

· Sólo se puede ser verdaderamente tolerante con las ideas de los demás cuando logramos una forma diferente de concebir la nuestra.

· Desarrollar la tolerancia significa desarrollar historias acerca de las historias, una visión del conjunto de valores y creencias.

Historia del medio ambiente.

· Necesitamos este tipo de historias con desesperación, al igual que necesitamos una política sensata de administración del medio ambiente y respeto por los derechos humanos.

· El desarrollo de una perspectiva de esta naturaleza requiere algo más que la familiarización con las tendencias actuales de la ciencia cognitiva o la teoría crítica, aunque ambas son instrumentos útiles, requieren una visión determinada de la evolución y la historia.

· Al igual que creamos una imagen del mundo y de la especie humana, como creamos el mundo y la humanidad, desarrollamos una imagen de la especie humana como incansable creadora de historias, mitos, valores, creencias, teorías, fábulas, leyes y religiones. Y el hecho de saber que las creencias son imaginadas, no implica necesariamente que debamos perder el respeto por la especie, ni el respeto, casi reverencial, por las cosas creadas.

Historia del aprendizaje

· El aprendizaje de estas cosas, el análisis constante de las creencias acerca de las creencias, se convierte en el tipo de aprendizaje más necesario para sobrevivir en nuestra época. Y, aunque todos podemos lograr al menos una mínima comprensión de la construcción de la realidad, alcanzar un alto grado de conocimiento acerca de este tema es muy difícil.

· En realidad, no sabemos cómo organizar este aprendizaje, o cómo enseñarlo, y es probable que dondequiera que se intente enseñarlo se encontrará oposición, como ocurrió con los educadores del razonamiento moral, de parte de personas que consideran estos intentos como algo diabólico.

· Somos testigos del derrumbe de la concepción objetivista que dominó la era moderna, la concepción del mundo que propugnó la fe en lo absoluto y la validez eterna de ciertos valores y creencias. La concepción del mundo que está surgiendo en su lugar es objetivista.

· Desde esta perspectiva vemos toda la información y todas las historias como creaciones humanas que se ajustan, más o menos bien, a nuestra experiencia y a un mundo que permanece siempre misterioso más allá de nosotros. Honramos la búsqueda de la verdad, del conocimiento y de los valores de nuestra gente contemporánea.

Historia del mundo constructivista.

Cuando:

- una nación analiza su visión del marxismo,

- un grupo de católicos analiza el cristianismo,

- un científico trabaja con dos teorías a la vez,

- una persona escoge vivir en un sistema de creencias por la comodidad que éste le brinda y no porque lo considere el más adecuado, las personas:

- demuestran una irreverencia camp hacia las formas de la cultura,

- viven en una atmósfera de paz y respeto con otras personas cuyas creencias son completamente distintas.

Nos hallamos entonces ante una concepción del mundo constructivista, no importa cómo se lo denomine.

Y allí donde esto ocurre encontraremos también fuerzas que se le oponen, el intento de volver a la certeza de la era moderna, o incluso de la pre moderna, tanto en la sociedad como dentro de nosotros mismos.

La concepción del mundo constructivista es:

- Una historia acerca de las historias, y también una historia.

- Es una creencia, en algunos casos arbitraria.

- Presupone, sin saber cómo probarlo, que existe un cosmos objetivo que podemos intentar comprender, por más que toda comprensión que logremos sea en cierto sentido subjetiva.

Existen otras historias que sostienen que el cosmos no existe, o que el cosmos es algo que nosotros creamos. Y, sin duda, surgirán otras historias.

Queda mucho por hacer para aprender el camino hacia la concepción del mundo posmoderno, y para crear la ficción emergente, que es el mundo en que vivimos, pero mientras esto ocurre pueden surgir otras ficciones quizás mejores, unas colinas tras otras colinas.

Fuente: La Realidad Emergente de Walter Truett Anderson.

 

Rafael Bolívar
rbolivarg@hotmail.es

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