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Globalización del teatro Irán Estados Unidos
Rafael Bolívar
rbolivarg@hotmail.es

 
 

Walter Truett Anderson (1933-  ), politólogo, psicólogo social y escritor estadounidense. Su libro REALITY, Isn’t What It Used To Be, traducido al español como: La Realidad Emergente. Ya nada es como era, cuenta con el mayor número de ediciones y fue galardonado como “Uno de los 100 libros más importantes sobre el futuro”.  

Construcción de nuevas realidades sociales con el lavado del cerebro

Cambio de villano. El Ayatollah Khomeini.

Globalización del teatro

La novela Los versos satánicos. Teatro global.

El mundo posmoderno. La inmigración en Estados Unidos. La inmigración en Francia. La inmigración en Inglaterra.

El relato de Dostoyevski

 

Construcción de nuevas realidades sociales con el lavado del cerebro 

El lavado de cerebro no era una novedad absoluta. La Inquisición española ha sido por cierto su antecesor, al igual que otras formas de adoctrinamiento religioso. De hecho, un sacerdote católico sometido al lavado de cerebro por los chinos relató a Lifton  que había quedado sorprendido por la semejanza de los métodos y la terminología de la técnica de conversión con aquellos utilizados por su propia iglesia, declaración ésta que no debe haberle ganado amigos en Roma. Pero ya fuera que el lavado de cerebro resultara una novedad o no, nuestros enemigos parecen estar utilizándole con una maestría psicológica alarmante, muchos han comenzado a temer que sea posible modelar la mente a gran escala.

El miedo al lavado de cerebro era hasta cierto punto exagerado, las noticias habían sido algo distorsionadas, pero sin embargo, lo que sucedió es suficiente para perturbar a cualquiera. Se puede destruir un sistema de creencia completo y reemplazarlo por uno opuesto. El mensaje del lavado de cerebro se ha convertido para muchas personas en el descubrimiento de las realidades socialmente construidas. Hizo que los líderes políticos se interesaran de nuevo en ganar no sólo batallas, sino corazones y mentes.

Cambio de villano.

En plena decadencia de la guerra fría, Irán, una nación desesperada por permanecer  fuera de la civilización global, comenzó a atraer insistentemente la atención en el escenario del teatro global.

A principios de la década del 80, la opinión pública norteamericana debió atravesar  por algo que fue del todo un cambio de paradigma, pero que resultó ser un cambio sustancial de la realidad social, fue más bien un cambio de villano.

Hasta entonces los norteamericanos  sabían que su enemigo natural era la Unión Soviética, lo que confería al líder soviético el estatus de villano.

El Ayatollah Khomeini. Después de la revolución iraní, el hombre que amamos odiar pasó a ser el Ayatollah Khomeini. Y hasta su muerte, Khomeini retuvo el título de enemigo público número uno de Estados Unidos.

Globalización del teatro

De acuerdo  con los patrones de la política realista de la era moderna, no existe motivo alguno por el cual los Estados Unidos e Irán puedan haberse convertido en enemigos acérrimos en el marco de una nueva polarización que por momentos pareció  suplantar a la vieja Guerra Fría, o por el cual se haya convertido en una obsesión para los estadounidenses la imagen del Ayatollah:

- la diferencia de tamaño entre ambas naciones era inmensa e Irán  no representaba una amenaza para los intereses de los Estados Unidos.

- el Ayatollah no era más que un viejo y gruñón fundamentalista religioso.

- existen a nuestro alrededor muchos sujetos que encajarían en esta descripción, como los nombres de algunos rabinos o cardenales, pero que no han alcanzado una estatura tan diabólica en la mente del pueblo norteamericano.

 

- pero el conflicto entre los Estados Unidos e Irán no sólo se desarrolló en el ámbito de la real politik, sino en el escenario del teatro global.

 

- en 1980, la diminuta Irán le hizo frente al Tío Sam, violó las reglas diplomáticas al tomar la embajada estadounidense, retener como rehenes a sus ocupantes y desafiarnos a hacer algo al respecto.

 

- Estados Unidos se vio ridiculizado ante los ojos del mundo.

 

- Estados Unidos e Irán terminaron como enemigos, situación que aludía a una polarización y una lógica posmodernas.

 

- Estados Unidos, la nación más imbuida en una realidad constructivista, con su increíble maraña de creencias y creencias acerca de las creencias.

 

- Irán, el máximo exponente del régimen absolutista totalitario cuyos líderes imponen a sus súbditos una única construcción social de la realidad.

 

- Estados Unidos se convirtió en el gran Satán para Irán y, a su vez, el Ayatollah adquirió una imagen demoníaca en los medios norteamericanos

 

- Durante esta década Irán continuó causándoles problemas a los norteamericanos y, en relación a su tamaño, atrajo demasiada atención en el trato global.

 

La novela Los versos satánicos

- Al final de la década  Irán volvió a demostrar su capacidad para ocupar las primeras planas de todo el mundo, a través del escándalo producido por la publicación de la novela Los versos satánicos de Salman Rushdie.

- Comparando con otras obras relacionadas con la religión, Los versos satánicos no es lo más blasfemo que se haya escrito jamás.

 

- Antes que anti-islámico, el libro es posmoderno: juega con la verdad islámica y con la realidad en general.

 

- La parte del libro que suscitó la ira de los islámicos, un pasaje que abarca sólo setenta de las más de quinientas páginas que componen el libro, es una representación de la vida del profeta Mahoma, descrito como un ser humano y un hábil administrador.

 

- Una gran cantidad de escritores occidentales han hecho las mismas afirmaciones, y con mayor crudeza.

 

- Rushdie es un occidental a medias: nacido en India con residencia en Inglaterra, y educado según la religión musulmana.

 

- Uno de los temas del libro es la dificultad de mantener una identidad tradicional, o de cualquier otro tipo:

 

Ah, los saltos que es capaz de dar el pensamiento humano…

 

Ah, cuantas personalidades diferentes y contradictorias se entremezclaban y revolvían dentro de estos sacos de piel.

 

No es extraño que seamos incapaces de mantenernos concentrados en una cosa durante mucho tiempo.

 

No es de extrañar que inventemos dispositivos de mando a distancia para saltar de canal en canal. Si volviéramos estos instrumentos hacia nosotros mismos, descubriríamos más canales que los que soñara un magnate de la televisión por cable o por satélite.

 

No sólo irreverentemente hacia el profeta, sino también hacia uno de los supuestos fundamentales intolerable de la realidad moderna, el individuo.

Teatro global. La publicidad del asunto comenzó cuando los musulmanes de la ciudad de Bradford, en el norte de Inglaterra, donde una de cada siete personas es descendiente de hindúes o pakistaníes, organizaron una quema pública de ejemplares del libro.

El verdadero problema comenzó cuando la controversia alrededor del libro alcanzó repercusión mundial, cuando el Ayatollah Khomeini se enteró y ofreció una recompensa de un millón de dólares a cualquiera que reivindicara la memoria del profeta asesinando a Rushdie.

Sólo podía ocurrir:

- en el teatro global

- dentro de una civilización con sus normas y leyes, tales expresiones se resolverían de acuerdo con procedimientos formales determinados: el autor sería amparado por el derecho de libre expresión, o se lo castigaría de acuerdo con las leyes que ponen límites a ese derecho.

 

- en una etapa anterior del desarrollo global, cuando no había contacto entre el país donde se publicó el libro y los países donde habitaban aquellos insultados por la obra, un libro de esta índole no se hubiese transformado en una cuestión internacional.

 

El mundo posmoderno

El mundo posmoderno presenta: migración y desarraigo, una enorme cantidad de musulmanes en Inglaterra, comunicaciones instantáneas, y medios de comunicación globales que consideraron la cuestión importante.

El caso de Rushdie demostró lo peligroso que es el estado actual del desarrollo global, un estado de comunicación sin comunidad.

También descubrió un nuevo problema para los gobiernos nacionales, como el de Gran Bretaña, a medida que se introducen en el universo incierto de la posmodernidad. 

La inmigración en Estados Unidos. Estados Unidos Los movimientos masivos de población están transformando a ciertos países. Algunos de las naciones, en especial los EE.UU., conservan la tradición de adoptar y asimilar gente de distinto origen racial, cultural y religioso. Por el contrario, otras naciones, como las europeas, están  menos acostumbradas  a esa función  y no cuentan con una actitud reverencial hacia la integración, y poseen diferentes formas de tratar a las nuevas poblaciones.

La inmigración en Francia. Francia, la nación europea con mayor cantidad de inmigrantes, maneja el problema de la asimilación con altura gala (hauteur gala): el sistema de educación estatal enseña los valores y creencias de la civilización francesa, y no se preocupa por conservar el idioma o el legado cultural de las poblaciones inmigrantes.

La inmigración en Inglaterra, como muchos otros países, ha tratado de volverse multicultural.

Este tipo de integración cultural es posible si todas las partes adoptan un marco de referencia posmoderno común para sus tradiciones, y en especial para sus creencias religiosas.

Esto implica que ningún grupo específico, ninguna minoría, presenta una tendencia a imponer fidelidad a su legado cultural. A propósito del caso Rushdie, el columnista William Pfaff expresó:

Sin una comunidad de valores y patrones culturales, no puede haber comunidad. ¿Usted cree que Salman Rushdie, o cualquier otra persona, tiene el derecho de decir o publicar lo que le venga en ganas?

¿Piensa usted que la libertad en este aspecto es esencial para la comunidad política en la que desea vivir?

¿O cree usted que lo que entiende por verdad divina debería imponerse a las ideas erróneas, o que quienes la ofenden deben morir?

Se puede creer en una o en la otra, pero no en ambas. Una comunidad política coherente no puede existir sin un consenso acerca de una de ellas. Ese es problema que Rushdie y su libro fuerzan al lector a plantearse.

En realidad existen varios problemas:

El de los fundamentalistas musulmanes en Inglaterra, es cómo imponer la aceptación de un sistema de creencias cuando se vive en una nación posmoderna pluralista. El de Salman Rushdie y otros escritores, en especial los artistas de origen extranjero, que extraen su material de una cultura y producen para otra, es cómo sentirse verdaderamente libres para expresar y publicar lo que les venga en ganas y cómo hacer respetar los derechos legales para protegerse de la venganza de aquellos que creen que han violado una ley sagrada.

Y el de aquellos que anhelan una verdadera civilización global es imaginar cómo pueden llegar a coexistir en él las concepciones posmoderna y fundamentalista.

Fundamentalismo y posmodernismo constituyen una nueva polarización, pero no del tipo arrasador como la polarización capitalismo/comunismo durante la Guerra Fría. Representan un nuevo tipo de fragmentación, una nueva fuente de conflicto. Contamos con muchas de estas fuentes: desde lealtades locales hasta compromisos a escala mundial.

El relato de Dostoyevski

- El relato de Dostoyevski sobre el Gran Inquisidor refleja la clásica parábola sobre la ansiedad de una religión  doctrinaria  por desligarse de su origen esotérico:

- Cristo regresa a la tierra, con exactitud a Sevilla, en tiempos de la Inquisición, donde todos los días se encendían fogatas en nombre de la gloria de Dios, para quemar en ellas a los herejes por su culpa del pecado de desviarse de las verdades oficiales de la iglesia.

 

- Es bienvenido por la gente del pueblo, quien le reconoce y le sigue por las calles, llorando.

 

- Pero no es bienvenido por el Gran Inquisidor, quien le considera una molestia. 

- Ambos mantiene una larga plática en la cual el Inquisidor le da un sermón a Cristo sobre la realidad de la naturaleza humana: la gente quiere que se le indique en qué debe creer y, aún más, quiere que todos crean en lo mismo.

- Esta necesidad de un culto común, explica el Inquisidor, es el principal tormento de cada hombre en particular y de toda la humanidad en general, desde el comienzo de los tiempos. 

- Por el bien del culto comunitario han levantado sus espadas unos contra otros, han establecido dioses y se han desafiado entre sí: ¡Deshaceos de vuestros dioses y venid a adorar a los nuestros, o nosotros nos desharemos de ellos y de vosotros!. Y así será por siempre hasta el fin de los días, aun cuando los dioses desaparezcan de la tierra, se inclinarán ante algún ídolo.

- El Inquisidor dice a Cristo que perdió una buena ocasión de hacer algo útil para la humanidad religiosa durante su permanencia en esta tierra.

 

- Podría haberles despojado de su libertad, haberles garantizado la estabilidad y la abundancia, y haber establecido un orden social sólido en el cual todos hubieran sido felices.  

- Pero lo arruinó todo:

- ¡En lugar de quitarles la libertad, Tú le diste más de la que podían haber tenido jamás!

 

- ¿Acaso olvidaste que el hombre prefiere la paz, y aún la muerte, antes que la libertad de elección entre el bien y el mal?

 

- Nada seduce más al hombre que la libertad de conciencia, pero nada le es más doloroso.

 

- Mira lo que has hecho: en lugar de proporcionarles una base firme para que la conciencia del hombre descansara por siempre,

 

- elegiste brindarle  todo aquello que es extraordinario, difuso y conjetural;

 

- elegiste todo lo que estaba muy por encima de las fuerzas del hombre. 

- Luego de reñir en extenso a Cristo, el Gran Inquisidor le condena a la hoguera.

Luego cambia de parecer y le ordena partir, pero para no regresar.

 

Cristo parte y el Gran Inquisidor continúa con su tarea de establecer el reino de Cristo sobre la tierra.

     

Fuente: La Realidad Emergente de Walter Truett Anderson.

Autor: Rafael Bolívar Grimaldos

 

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