Noemí Ulla,
En el agua del río - Fundación Ross, Rosario. - Por Juan Pablo Bertazza (Galerna, Revista internacional de literatura, VI, 2008, Montclear, State University) |
Existen
casos de mágica correspondencia entre la vida y la obra de algunos
escritores. La narradora y
ensayista Noemí Ulla, luego de crear diversos y entrañables personajes
femeninos en sus cuentos, ofrece ahora con En
el agua del río, un nuevo volumen de
relatos –impecable por
donde se lo mire– que inauguró la colección exclusiva de mujeres Semillas
de Eva, a cargo de la escritora Gloria
Lenardón. Seis cuentos breves
con los que Noemí Ulla sorprendió gratamente a sus lectores sin
abandonar ni un poco su conciso y a la vez profundo estilo.
En
el agua del río tiene la extraña
particularidad de ser algo así como un “grandes éxitos” compuesto
enteramente por trabajos inéditos.
Así,
brilla en este libro el mediomundo poético con el que, a lo largo de su
narrativa, Ulla ha ido cazando frases de la vida cotidiana (tal como las
de “el cuento de la buena pipa”) que esconden siempre un lado oculto.
También está presente su desbordante imaginación (especialmente
aprovechada en “Cuentos de Catalina”), su gran dominio del ritmo, el
tema de la infancia (cuyo tratamiento la distingue de la función que toma
ese tema en Silvina Ocampo) y la memoria y el olvido.
Tratándose
de un libro con seis relatos tan valiosos como parejos, no queda otra opción
que hacer uso del gusto
personal y hablar un poco más detalladamente de uno de esos cuentos. Respondiendo a la típica génesis de los relatos de Noemí Ulla,
la idea que sirve de base a “Una clase de alemán” es la atmósfera
tan particular de una clase de idiomas, escenario literariamente rico si
los hay donde los miedos, las
asociaciones extravagantes y las inseguridades suelen anular las típicas
jerarquías: no hay diferencias entre hombres y mujeres, y mucho menos de edad.
De hecho, los adultos en estas situaciones son vulnerables ante la
velocidad de aprendizaje los chicos.
En
una de esas clases se desarrolla este cuento en que el profesor no tiene
mejor idea que pedirles a sus alumnos una composición sobre la patria o
sobre la lengua que, según Borges, son lo mismo.
Como consecuencia, la narradora se imagina y se cuestiona cómo encarar su
tarea. Primero piensa que va a
ser sincera, dejando de lado el típico nacionalismo vulgar para decir que
“la patria es para mí la capacidad de disentir, de discrepar, de
disfrutar, de ser sensible también a los paisajes ajenos, de abrirse a
las emociones, de saber ver las cosas que nos disgustan porque no andan
bien, para tratar de mejorarlas”.
Sin embargo, muy pronto se arrepiente.
Pero, como suele pasar con los cuentos de Ulla, el argumento se va
diluyendo con en la música de las palabras y la multiplicidad de sentidos
que sugiere su escritura. La narradora se encuentra con uno de sus peores enemigos que, a
los lectores, nos resulta bastante enigmático. Además se encuentra con Tadeo, un amigo con el que mantiene una
relación de amor/odio y que regresa del exterior. Como
en un poema compacto y resonante, este cuento, como la mayoría de los
cuentos de Ulla, va enhebrando notables juegos de sentido. Mucho más cuando la narradora, en su proceso de pensar la
composición, recuerda algo imborrable:
el momento en que su maestra dibujó a los alumnos una puerta en el pizarrón
para que pudieran aprender la lengua:
“¿Por qué aquel dibujo de la puerta me quedó fijo en la memoria? Era
de mañana, cuando se abren las puertas para dar paso a los comienzos del
día. ¿Diré en idioma alemán
que la imagen de aquella pizarra recuerda también una dificultad? ¿La de
ver la puerta y sentir miedo? ¿Miedo de juntar la palabra
a la imagen, la imagen a la palabra, oída, escuchada, escrita en
cursiva y debajo en imprenta? ¿Cómo es todo eso junto? ¿Lo sabré
alguna vez en idioma alemán?”.
El relato va sumando otros recuerdos, otros sentidos abiertos que, hacia el final, terminarán de potenciarse. Así, “Una clase de alemán” acaso sea el cuento más representativo de este libro que, de por sí, resulta tan representativo de una obra literaria muy representativa de nuestra mejor literatura. |
por Juan Pablo Bertazza
Galerna, Revista internacional de literatura, VI, 2008, Montclear, State University
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