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El Arte Deco y La Habana del siglo XX
por Lohania Aruca Alonso
carua@cubarte.cult.cu

 

 

Al finalizar el siglo XX y el segundo milenio, los recuentos históricos sobre todos los temas parecen ineludibles. La Habana y su arquitectura, en la mira de muchos – cubanos y extranjeros visitantes – son también objetos de reflexión y de valoraciones múltiples. Entre ellas la arquitectura de estilo Arte deco ocupa una posición preferente.

Casa de los Argüelles

El Arte Deco, es un auténtico capítulo de la Historia de la Arquitectura de Cuba. Y de esta forma ha sido plenamente reconocido en el Taller "Habana Deco", noviembre 15 – 18 de 2000, auspiciado por la Sociedad Art Deco de Nueva York, el Congreso Internacional de Sociedades Deco, y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Evento en el cual se intercambiaron informaciones y estudios entre especialistas cubanos y estadounidense acerca de esta manifestación del arte moderno y de su vigencia como patrimonio arquitectónico. Uno de los acuerdos más importantes del encuentro fue la futura constitución de la Sociedad Arte Deco de Cuba, que se formalizará próximamente, con vocación y propósitos esencialmente culturales. Otro de no menos trascendencia fue el anuncio de que La Habana será la sede en el 2004 del próximo Congreso Internacional de las Sociedades Arte Deco.

 

Casa de los Argüelles
Comedor

Casa de los Argüelles
Ambiente

 

El Arte Deco constituyó una de las manifestaciones de la "modernidad" en el arte de la segunda década de la centuria que finaliza. El empeño en la renovación de los símbolos artísticos relacionados con la cultura del capitalismo industrial y financiero, para entonces en pleno auge, fue una ambición de los creadores que concurrieron a la famosa Exposición de París en 1925. Ella marcó un antes y un después en esta historia, y de sus muestras se derivó una forma peculiar en el diseño: el Arte Deco(rativo).

Este estilo aspiraba a simplificar los excesos y reiteraciones ornamentales, nada imaginativas y generalmente esclavizadas por los catálogos academicistas del eclecticismo histórico que lo precedía. Y, también, anhelaba superar al no menos complicado, aunque prestigioso y exclusivista Art Nouveau (Arte nuevo), esencialmente artesanal y por tanto con serias limitaciones industriales, procedente del entonces ya "anticuado" siglo XIX.

Por naturaleza, el entorno del Arte Deco fue la "ciudad moderna". Racional, donde imperaría el orden, la higiene, y que contrastaba con la irracionalidad de los edificios agigantados, "rascacielos", para oficinas, hoteles y viviendas múltiples, principalmente, mediante los cuales se obtenían mayores ganancias de la parcela urbana.

 

Casa de familia

Cine Arenal

 

Así que la línea recta y su expresión vertical, estaban incluidas en este estilo, que acentuaba el nuevo perfil urbano. Tecnológicamente el problema del incremento de la altura había sido resuelto hasta casi el infinito por el elevador eléctrico patentado universalmente por la marca "Otis".

¿Cómo y cuándo llegaron a La Habana, aparentemente tan lejana y periférica de los centros que monopolizan el "poder del arte", estas innovaciones?

La República de Cuba, en plena etapa neocolonial -debido a sus limitaciones constitucionales y de todo tipo, impuestas por la histórica Enmienda Platt-, estaba en búsqueda de una "nueva imagen". Por un lado, como símbolo debía diferenciarse claramente del que había significado, hasta 1º de enero de 1899, la capital de la colonia española Isla de Cuba.

Por otro lado, era evidente la aspiración de la cultura cubana dominante -persistente en su tradición colonial: elitista, de conocidos refinamientos europeos, pero al día en los avances tecnológicos norteamericanos, y económicamente muy poderosa-, de integrar a sus fondos nuevas edificaciones que se emergieran de la corriente renovadora "moderna", cuyos focos brillaban deslumbrantemente, tanto desde París, como desde Nueva York.

Con ese espíritu y ambiciones desmesuradas la burguesía habanera más culta, importó el Art Deco a La Habana, desde 1926 o 1927, inmediatamente después de su aparición en París. Era el "último grito de la moda" en el campo de las bellas construcciones.

Cine Fausto

Edificio Bacardí

 

Entre los primeros Juan Pedro Baró, dueño de uno de los centrales azucareros más rentables por su eficiencia productiva y por ser nieto del Conde de Santa Rita, – catalán famoso en la Historia de Cuba miembro de la aristocracia colonial del ochocientos –, insertó elementos de Arte Deco en los interiores de su nueva vivienda en la calle Paseo, en El Vedado, la cual está en perfecto estado de conservación. Esta se encuentra fechada exteriormente en 1926; fue encargada a los arquitectos cubanos Evelio Govantes y Felix Cabarrocas, y contaba con diseños del francés René Lalique, interpretados en materiales valiosos y refinados: pasamanos de la escalera, luminarias, y otros detalles ornamentales en las habitaciones de los dueños.

En la Quinta avenida del recién inaugurado reparto de Miramar (1919), del municipio de Marianao, apareció en 1927, una elegante fachada esquinera de la residencia de Francisco Argüelles, diseñada por José Antonio Mendigutía, igualmente de clara influencia francesa.

Hacia 1930 la moda se extendió hacia otros repertorios arquitectónicos. El edificio del Hospital Municipal de Maternidad "América Arias" – diseñado por el equipo Govantes- Cabarrocas – se yergue ocupando una manzana de la calle contigua a la calle Línea de El Vedado; la Biblioteca de la Universidad de La Habana (1937), también en El Vedado, cuyo autor fue el arquitecto Joaquín Weiss Sánchez. Un grupo de capillas familiares de las décadas 30 y 40 de la Necrópolis "Cristóbal Colón", se consideran ejemplos relevantes del Arte Deco funerario. Por ejemplo las edificadas para Juan Pedro Baró – Catalina Lasa, la de Frank Steinhart (nacido en EE.UU.), ambas en la zona de monumentos de 1ª categoría, junto a la avenida Cristóbal Colón, y el Mausoleo de la "Sociedad Hijas de Galicia" en la avenida Fray Jacinto.

Los cines, nueva forma de distracción que rápidamente se popularizó y se extendió por los barrios habaneros, fueron erigidos siguiendo las líneas del nuevo estilo: Teatro Fausto, en el Prado de La Habana(1938), de Saturnino Parajón , el Teatro "Lutgardita"(ca.1932) en Rancho Boyeros, o, el Edificio América (1939), rascacielo de apartamentos con su correspondientes salas de teatro - cines, o, el "Arenal" (ca.1940) en la avenida 41 de Marianao, anexo a un edificio de viviendas lateral, constituyen modelos de este repertorio.

La obra maestra del Arte Deco en La Habana, es, reconocidamente, el bellísimo edificio de oficinas "Emilio Bacardí" (1930 -1938), seleccionado por concurso y encargado a Esteban Rodríguez Castells y a Rafael Fernández Ruenes. Formalmente tiene una influencia adicional, muy clara, de la Escuela de Chicago. En la actualidad está en proceso de restauración total dirigido por la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Sin necesidad de mayor demostración, este estilo se impuso en la arquitectura de vivienda edificada en los barrios populares de La Habana Moderna, e irradió hacia otras provincias de Cuba. Alrededor de la década del 40, apareció como otro de sus arquetipos internacionales, la vertiente del miamense "Stream Line", de líneas onduladas, acuáticas, que incluía referencias a la vegetación y fauna tropicales , palmas de coco, hojas de plátano, flamencos, etc. Las puertas principales son muy ornamentales, de rejas de hierro y cristales gruesos y corrugados, abundan en los repartos de los años 50 de muchas ciudades cubanas.

Lohania Aruca Alonso
carua@cubarte.cult.cu

Publicado, originalmente, en Vitruvius  http://vitruvius.es/revistas , en enero de 2001

Link del artículo: http://vitruvius.es/revistas/read/arquitextos/01.008/938

Autorizado  por la autora, a la cual agradecemos.

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