Apuntes para comprender a Revueltas

por Noé Angeles

1. Unos días después del fallecimiento de José Revueltas, Héctor Manjarrez escribía:

Ahora que ha muerto José Revueltas, pobre, deshecho (desecho), sentenciado (la arrogante amnistía aún no es ley) no dudemos que se le dará la consagración que no conoció en vida éste que tiene que haber sido el más vital, honesto, irreductible contradictorio, inasimilable y revolucionario de los escritores mexicanos, el más radical de nuestros protagonistas culturales y, para mí, el novelista más importante, muchas veces el mejor, muchas veces el más necesario[1].

Sería subjetivo y relativo, discutir si ya se le dio . .la consagración que no conoció en vida. . .” pero es evidente que la publicación de sus obras completas (hubo aproximadamente una distancia de nueve años entre el primero y el último libro publicados en la colección de obras completas de Era) es un homenaje y reconocimiento a la importancia de este personaje dentro del ámbito cultural mexicano. En 1978, año en que inició la publicación de las obras referidas, Marco Antonio Campos opinaba:

El mito Revueltas nació decisivamente a partir del Movimiento Estudiantil de 1968, cuando visitó por enésima vez la cárcel.

A pesar de ser una figura famosa, Revueltas sigue siendo uno de los autores más mal leídos: es de ese tipo de personajes que todos admiran y pocos leen[2].

Ahora bien, en el menor de los casos la publicación de sus obras completas se constituye como instrumento de inigualable valor para conocer, estudiar y profundizar sobre José Revueltas. A nuestro parecer no se puede hablar, o mejor, no se puede seguir hablando de que a este personaje se le tiene marginado, lo cual no implica de ninguna manera, considerar que ya ha sido estudiado lo suficiente. En este sentido, nos adherimos a la afirmación de Helia A. Shaldon, cuando refiriéndose a Revueltas señala:

Aunque en los últimos años su obra ha comenzado a recibir la atención que un escritor de su mérito justamente merece, esa atención que no ha sido todo lo efectiva que sería de desear[3].

Insistimos en que se cuenta ya con todos los elementos necesarios para su estudio, y si falta por parte de los especialistas ahondar en su obra, probablemente se debe a una especie de temor de no lograr compenetrarse con su obra, ya que como dice Eugenia Revueltas:

Aprehender el mundo desde la visión de José es un compromiso moral muy profundo que hace que no sea fácil ser un revueltiano[4].

Los críticos que se apasionan por Revueltas, parecen concordar con una idea: hay que rescatar a Revueltas. Al respecto, Javier Guerrero, en 1983, con un aire humorístico, se formulaba la siguiente interrogante:

“Recuperar a REVUELTAS, ¿pero a cuál Revueltas?[5]

2. Para comprender a Revueltas, desde nuestro particular y personal punto de vista, se debe partir de la premisa de que él es uno de esos personajes que demanda para su comprensión no sólo el estudio de su obra literaria; es necesario conocer su vida o, por lo menos, aspectos importantes en varias de las etapas de la misma, lo cual no implica un trabajo árido, por el contrario, su vida resulta apasionante, porque

...Revueltas es básicamente un nudo de vivencias: un hombre que desde adolescente ha sido un activista y ha sido encarcelado, un hombre que presenció y sintió en carne viva traiciones y generosidades, alguien que conoció a múltiples individuos en diferentes contextos y en las situaciones más desconcertantes, un hombre que ha sentido el punzón del sexo y descubierto éste en los demás; un hombre cuya vida fue una aventura voraginesca, que ha sufrido de indecibles torturas y ha gozado —aunque en raras ocasiones- de plenos placeres[6].

Estudiemos, como punto de partida para una cabal comprensión, a este personaje. Podemos anticipar que de ninguna manera resultará tedioso, lo que definitivamente no podemos asegurar es que el conocer su vida permita automáticamente comprender sus actitudes y respuestas ante sus diversas vivencias, sus contemporáneos no lograron (o no quisieron hacerlo) entender a un hombre que:

... va a las Islas Marías cuando ser comunista es absurdo —1928—, es antiestalinista —1949- cuando esas cosas no se hacen, solicita reingresar al partido -1955— cuando a los expulsados y transfugas no se les ocurre más que no volver jamás (reingresa en 1956, a resultas del XX Congreso del PCUS y el súbito ablandamiento del PCM. . .), vuelve a denunciar al partido —1964— cuando las crisis de conciencia comunistas son lo más anticuado que pueda imaginarse (y dedica Los errores nada menos que a Imre Nagy, ambiguo gran luchador, si los hubo), funda la Liga Espartaco cuando el espontaneísmo aún no es un fenómeno predominante de los sesentas, se incorpora al dulce desorden de 1968 luego de haber pregonado a voz en cuello las virtudes de la organización[7].

Estos aparentemente inexplicables cambios en el autor de El Apando, influyeron decisivamente para que sus contemporáneos (amigos o compañeros) no pudieran mantener una opinión uniforme respecto a él. En etapas de su vida, Revueltas estaba con ellos; en otras, contra ellos. Ciertamente en la mayoría de los casos estos cambios obedecían más a cues-tionamientos internos de Revueltas que a confrontaciones personales, pero no se puede culpar del todo a sus camaradas por sentirse traicionados, como ejemplo citaremos un comentario de Jaime Labastida:

El Revueltas que conocí, el que admiré, con el que me identifiqué, se destruyó en 1963. Algo de mí murió entonces, pese a todo, porque tuve que compartir una parte de Revueltas con otra parte de él mismo. Y toda lucha de ese tipo es dolorosa: se combate también contra algo que está en nosotros: es como una amputación peligrosa, llena de dolor, necesaria. Y para siempre extrañamos —y nos duele— esa parte que era nuestra y que nos falta[8].

Hasta este punto, nuestra recomendación para captar y comprender de manera más directa a José Revueltas consiste en adentarse en su obra y conjuntamente en su vida, pero estar concientes de que el simple hecho de conocer su biografía no garantiza una visión clara sobre sus preocupaciones más arraigadas, prueba de esto es el hecho, que ya apuntamos, de que ni sus compañeros, camaradas, amigos (¡quién podía conocer mejor sus actividades!), comprendían mucho de sus actitudes.

3. A José Revueltas se le tacha de inadaptable, caótico, contradictorio. Hay hechos fehacientes que elevan al rango de innegables estas afirmaciones, pero consideremos que tanta insistencia en este punto dificulta, de entrada, interiorizarse en el mundo revueltiano. Nosotros proponemos adentrarnos en la obra del autor que nos ocupa desde una perspectiva bien definida, la cual estriba, primeramente, en plantearse con toda seriedad la continuidad en el pensamiento de Revueltas, para posteriormente otorgarle la importancia que ciertas problemáticas y preocupaciones estuvieron presentes a lo largo de su vida. Estos puntos, aunados a las recomendaciones del inciso anterior, permitirán una cabal comprensión sobre la obra de José Revueltas.

Veamos qué entendemos por conceptos como “problemáticas constantes” y “continuidad en su pensamiento”. Partamos, para tal efecto, del reconocimiento que, no obstante las múltiples limitaciones no sólo individuales sino incluso inherentes a la sociedad mexicana de entonces (p. ej. el marcado dogmatismo stalinista o el desconocimiento de obras marxianas claves), a Revueltas se le debe considerar como marxista, in-diñado dentro de esta corriente del pensamiento hacia un marxismo humanista, un marxismo crítico.

Y no nos estamos refiriendo a que se le deba considerar como un pensador marxista reconocido, pues ni en México fue considerado como teórico marxista[9], sino como un hombre cuya inquietud por conocer sobre el hombre mismo desembocó en él una simpatía por el marxismo. El mismo Revueltas, en 1970, aludiendo al marxismo (y en específico a la crisis de éste), escribía:

No participo en ella, entonces, ni como filósofo ni como teórico, ya que ninguna de ambas cosas soy ni he llegado a ser. Mi única legitimidad reside en mi propio campo de trabajo, desde donde soy un lector de mi tiempo, a la vez que un participante activo de sus luchas: pienso su praxis, luego, la hago a la manera que me es dable hacerlo, tomadas en cuenta mis limitaciones personales, y las limitaciones teóricas y políticas de mi propio país.9

4. El concepto de enajenación en Revueltas es lo que posibilita hablar de continuidad en su pensamiento, razón por la cual, en primera instancia, daremos algunas pautas sobre la problemática fundamental en José Revueltas: la enajenación, y posteriormente el papel de ésta en la continuidad al interior de su vida y obra.

Revueltas se basa en la miseria de esta sociedad y la retrata bajo el aspecto que a él le parece más rotundo, enfocando su crítica a través del concepto de enajenación. Si de Marx sabemos que su teoría es principalmente una crítica mordaz y científica del capitalismo, ¿no será posible (en otro nivel) conocer a Revueltas como un crítico del capitalismo, sin perder por esto su verdadera esencia comunista?

Revueltas intenta retratar lo peor y más denigrante de la sociedad capitalista, para descubrir que el capitalismo ya es obsoleto y va contra las leyes de la historia. Trata de demostrarnos que al interior del capitalismo ya no es posible vivir como humanos, con la finalidad de que el hombre luche por acabar con la sociedad de la propiedad privada, lo cual no se puede considerar como antirevolucionario, ni antimarxista:

... cada descenso, cada grado que se suma en la tabla de degradación, es al mismo tiempo una manifestación de fuerza, y no puede entenderse sólo como decadencia o empozamiento en el infierno: es también —y esto ha sido poco advertido por los comentaristas de Revueltas- un paso adelante hacia el rebasamiento de este infierno[11].

El camino que escoge el autor de Los dias terrenales, estriba en dedicarse más a criticar al máximo aspecto negativo de la sociedad (la enajenación), que a profundizar en el concepto de enajenación. La enajenación se convierte para nuestro personaje, entonces, en la preocupación constante que se puede percibir en sus escritos teóricos, políticos o literarios más importantes.

De ahí que para nosotros sea fundamental, para comprender a Revueltas en toda su dimensión, valorar el concepto de enajenación tal y como él lo concebía.

Es tanta la importancia de esta negación del ser humano en Revueltas que, aún aceptando que tanto en su producción literaria como en la teórica tuvo marcados altibajos, existe un hilo conductor; mismo que permite hablar de continuidad en su obra.

Enajenación en cuanto al obstáculo principal para la plena realización del ser humano, como tal, y desenajenación como la premisa para hablar de la libertad y realización del hombre. Es en este sentido en el que Enrique González Rojo afirma:

Revueltas cambió en varias ocasiones de punto de vista. Exceptuando su decisión de luchar por una sociedad desenajenada[12].

El concepto de enajenación, en José Revueltas, es adoptado de la teoría marxista, pero este escritor mexicano le otorga ciertas características muy singulares, derivados de una interpretación personal, lo cual requiere de un estudio serio y profundo. Antes de pasar a comentar brevemente cómo este concepto es la columna vertebral de la continuidad en el escritor que nos ocupa, acentuemos con palabras del propio Revueltas la importancia que él reconocía de la teoría de alienación (enajenación). A la pregunta ¿cuáles son las fuentes de su ideología? Revueltas responde:

Yo no hago sino seguir los principios de Marx expuestos particularmente en los escritos filosóficos anteriores a 1844, que fueron olvidados durante treinta o treinta y cinco años, donde está expuesta la teoría de la alienación.

He considerado el problema de la enajenación y el de la libertad como problemas principales de toda mi problemática marxista[13].

5. A pesar de reconocer las marcadas rupturas y claras diferencias consigo mismo, desde nuestro punto de vista es posible hablar de una continuidad en el pensamiento de José Revueltas, siempre y cuando se funde, para tal fin, en la idea, obsesión o problemática permanente en él: el concepto de enajenación y el concepto de libertad. Si se le otorga la importancia real a estos conceptos dentro del mundo revueltiano, resultará menos descabellado de lo que parece aceptar la continuidad en la obra de José Revueltas.

La continuidad de la que hablamos con tanta insistencia, no la fundamos solamente en el hecho de encontrar en la mayoría de sus obras el término de enajenación, sino además en que dicho concepto va madurando, va superándose respecto a obras escritas con anterioridad. Es menester señalar que esta idea no es propia, Andrea Revueltas escribió sobre su padre que:

En su formación la lectura de los Manuscritos económico-filosóficos de Marx fue decisiva, en particular, la teoría de la enajenación ahí desarrollada. Incluso puede adelantarse que es esta teoría la que sirve de hilo conductor a su obra teórica, política y literaria[14].

Notas:

[1] Manjarrez, Héctor, Inadoptable Revueltas, Cuadernos Políticos No. 8, Ed. Era, abril-junio 1976,p.93.

[2] Proceso No. 90, 24 de julio 1978, p. 62.

[3] Sheldon, Helia A., Mito y Desmistificación en dos Novelas de José Revueltas, Editorial Oasis, colección Alfonso Reyes No. 4, la. ed., México, 1985, p. 14.

[4] Luviano Delgado, Rafael, Por Vicio Ideológico no Valoran a Revueltas, Excélsior, Sección Cultural, sábado 30 de julio 1988.

[5] Guerrero, Javier, Revueltas o el marxismo pesimismo, El Buscón No. 2, México, enero-febrero 1983, p. 71.

[6] Idem., p. 89.

[7] Manjariez, Héctor, op. cit., p. 97.

[8] Labastida, Jaime, Para Desmistificar a Revueltas, Revista Plural No. 111, México, diciembre 1980, p. 31.    ,

[9] Una vez escrita Dialéctica de la Conciencia, resulta una injusticia que pase inadvertido y no goce de un lugar dentro de los teóricos marxistas mexicanos.

[10] Revueltas, José, Cuestionamiento e Intenciones, Ed. Era, Obras Completas, No. 18, México, 1978, p. 136.

[11] Escalante, Evodio, José Revueltas. Una literatura del "lado moridor", Ed. Era, la. ed., México, 1979, p. 25.

[12] González Rojo, Enrique, Obra Filosófico-Polttica Tomo IV, Ensayo sobre las ideas políticas de José Revueltas, Ed. Domes, la. ed., México, 1987, p. 6.

[13] Sainz, Gustavo, Poniatowska, Elena, et al, Conversaciones con José Revueltas, Ed. Universidad Veiaeruzana, 1977, pp. 81-82.

[14] Revueltas, Andrea, José Revueltas: política y literatura, Territorios, UAM/Xochimilco, marzo-abril 1981, p. 17.

 

por Noé Angeles
 

Publicado, originalmente, en: Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales (RMCPyS) Vol 34, No 134 (1988)

Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales (RMCPyS) es publicada por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México

Link del texto: http://www.revistas.unam.mx/index.php/rmcpys/article/view/70838

 

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