Una sed divina 
Maritza Álvarez

Ahora que la hora del día se presenta sin alteraciones
Cuando el instante supremo se prepara en una nueva arremetida
En este instante en que se juntan nuestros recuerdos
Entre la noche y el día
Cuando míseros movimientos nublados 
Aún no colman las vidas contemplativas
Es inquietante el alba…
Mezcla de diluvios y vendavales
Aparece como desfigurada de amores escondidos
Es raro el sonido de sus colores presentado
Se me nublan las emociones
Y estoy llena de necesidades
Me hago pequeña en tu inmensidad
Me atormento de desconocidos misterios tuyos
Pequeños ruidos
Albos amaneceres 
Empezaremos a mover el día
Sin percibir el milagro
Dónde queda mi Dios en este instante
Si te llevo pegado a mis frontales
Duermen todavía muchos a esta hora
Me quedo pensando en la letanía de los rezos carnales
Me quedo sintiendo tus versos especiales
Me quedo sin aire al razonar microsentimientos espaciales
Te busco en mi corazón mancillado
Me revuelvo en tu elocuente dádiva
Que es manifiesta en mi espíritu
Sales a buscarme, lo sé…
Despierta estoy y aún no te canto
Así dormida esté la grandilocuencia me despertará
Te me pegas como supremo
Te revelas como compañero
Eres verso vivo y aún dormido
Navego en tu amanecer como niña
Me presento ante ti como una estrella
Tan conocida para ti como la galaxia
Interpretativo y cercano
Rumiante de besos, divino y alado

Maritza Álvarez  
maritzaalvarezvargas@hotmail.com
 
mary2764@gmail.com 

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