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La mujer en el régimen franquista: una visión de la postguerra española
María del Carmen Alba Moreno y Yamilet Lemagne Pichardo
Departamento de Historia.

Universidad de La Habana 
mariac@ffh.uh.cu
 

Resumen:

La sociedad española bajo el régimen instaurado por Francisco Franco el 1ro de abril de 1939 estuvo marcada por una fuerte represión. La situación de la mujer en ese período se caracterizó por la vuelta a una sociedad patriarcal, en la cual la obediencia, disciplina, sumisión y abnegación, resultaron ser sus fundamentos esenciales. Para ello el régimen se apoyó en la organización Sección Femenina de Falange Española de las JONS, legitimadora del modelo de mujer diseñado por el Nuevo Estado y la Iglesia y en el que la familia conservadora tradicional se convertía en el fundamento de la nación.

Palabras claves: franquismo, represión, nueva mujer, feminismo

Luego de la I Guerra Mundial las relaciones de género experimentaron cambios importantes, los que se pueden enmarcar en la transformación profunda que vivieron las sociedades europeas en ese período. Gracias al desarrollo de las democracias liberales y al crecimiento de una clase media fuerte, el feminismo había adquirido fuerza y amplitud en Inglaterra, los países escandinavos y los Estados Unidos; sin embargo a España llegó tarde e insuficiente. Aquí tal desarrollo no había tenido lugar, la débil burguesía industrial se alió con las clases más retrógradas y reaccionarias, y ello condicionó la formación de un feminismo consciente y solidario. Pese a que se dieron ejemplos de gran valía como Emilia Pardo Bazán o Concepción Arenal y que aparecieron algunas organizaciones de mujeres, lo cierto es que el feminismo inicial español se convirtió en un movimiento moderado y retraído en sus postulados y en su acción pública.

Desafíos para los gobiernos con respecto a las mujeres resultaron ser la exigencia social de democratización y la disminución de la tasa de natalidad, los que intentaron ser resueltos mediante la introducción del sufragio femenino o mediante discursos públicos en los cuales resaltaba el papel de la familia y se instaba a las mujeres a abandonar el trabajo remunerado.

Los regímenes fascistas surgidos en los años de entre guerras, participaron del movimiento generalizado que intentaba recluir a las mujeres solo al ámbito doméstico, pero hicieron especial hincapié en el discurso antifeminista, como lo fueron también el antiliberalismo, antisocialismo o el militarismo. De hecho, la masculinidad y la virilidad, resultaron seña de identidad de la ideología fascista. Partiendo de la concepción de que los individuos son desiguales, su percepción de la mujer era la de un ser inferior, espiritual e intelectualmente, que carecía de dimensión social y política y que tenía una inequívoca vocación de ama de casa y madre. Su principio básico era que hombres y mujeres tenían funciones diferentes.

Tanto en Italia, Alemania o España, el discurso fascista intentó recluir a las mujeres en el espacio doméstico, pretendiendo su legitimación mediante la idea de que la familia era la célula fundamental de la sociedad.

En España el período que se inició con los primeros años del siglo XX y se extendió durante la I Guerra Mundial y la década de los años 20 y 30, condujo sin dudas a importantes transformaciones en la vida privada y política de las mujeres y a su incorporación paulatina a nuevas esferas de actuación, tales como el trabajo remunerado, la educación, nuevas profesiones hasta entonces vetadas a ellas (abogacía, medicina) y la aparición de asociaciones femeninas que reivindicaron la igualdad de derechos jurídicos y políticos.

En 1931 se produjeron en España importantes cambios políticos que afectaron la vida privada y política desde todos los ámbitos. Tuvo lugar el intento de transformar la sociedad española en una sociedad democrática, progresista y modernizante, en la que la promulgación de un conjunto de reformas influyó de forma determinante en el conjunto de la ciudadanía. Fueron ellas la Reforma Agraria, la reforma del Ejército, la reforma educativa, la ley del descanso dominical, el establecimiento de la jornada laboral de 8 horas, entre otras.

Particularmente para la mujer resultaron de trascendencia la Constitución de 1931 en tanto posibilitó la participación política de las mujeres al aprobar por vez primera, el sufragio femenino, así como la ley del divorcio, la ley del aborto y la ley del matrimonio civil, que supusieron un duro revés a la Iglesia al limitar sus funciones e influencia en el seno de la familia, a la vez que revelaba la participación activa de la mujer en la transformación de la sociedad.

Sin embargo, el derrocamiento de las fuerzas republicanas tras una cruenta guerra civil que culminó el 1ro de abril de 1939, condujo al establecimiento de un régimen dictatorial encabezado por Francisco Franco, que sustentado en la exclusión y la represión a los vencidos, eliminó la Constitución de 1931, estableció un estado verticalista y retrotrajo a la mujer al lugar y papel asignados antes de 1931.

En el franquismo los dos componentes del nacional-catolicismo, falangismo y catolicismo, coincidieron en la exaltación del patriarcado y la glorificación de la maternidad. Esta última como misión determinante de la vida de las mujeres, definiéndolas como productoras y reproductoras de hijos y de ideología por lo que su principal función social sería la maternidad. De una característica biológica, la posibilidad de ser madres, se deducía la obligación cultural de la maternidad, rodeada de un complicado sistema de valores y sentimientos que condicionaban sus comportamientos. De aquí se derivaba su aislamiento en el espacio privado, su separación del mundo productivo y político y el adjudicarle unos valores culturalmente definidos como femeninos, destinados a salvaguardar esta vocación maternal, supuestamente innata en la condición femenina.

Lo anterior se aprecia en las consideraciones de la organización femenina durante el régimen de Franco, la Sección Femenina de Falange Española, dirigida por Pilar Primo de Rivera:

(1961) “El talento creador. “Las mujeres nunca descubren nada; les falta, desde luego, el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho”.

(1963) “A través de toda la vida, la misión de la mujer es servir. Cuando Dios hizo el primer hombre, pensó: “No es bueno que el hombre esté solo”. Y formó la mujer, para su ayuda y compañía, y para que sirviera de madre. La primera idea de Dios fue el ‘hombre'. Pensó en la mujer después, como un complemento necesario, esto es, como algo útil”.

Así las mujeres españolas tuvieron que, a partir de la victoria franquista, adecuarse al proceso de recuperación del modelo tradicional de mujer, encuadrado en el concepto de “nueva mujer” modelado por la iglesia y la Sección Femenina de Falange Española dirigida por Pilar Primo de Rivera e instrumento del régimen. La iglesia católica en tanto santificadora de la guerra civil, asumiría al término de la misma, la más alta responsabilidad en la defensa del ideario del Nuevo Estado. El discurso religioso estaría entonces dirigido a reforzar el papel que el régimen político había asignado a la familia, la cual debía constituirse jerárquicamente en una sociedad jerarquizada. El padre poseía la autoridad directamente asignada por dios y la familia le debía obediencia. En consecuencia, las mujeres debían constituirse en fieles transmisoras del ideal de sumisión que se debe al padre y esposo. Ellas debían reforzar esta autoridad actuando de elemento estabilizador dentro de la familia en el seno de una determinada estructura social, en la cual la relación de pareja no tenía otro fin que la procreación.

Sección Femenina de FE: “La dependencia voluntaria. “La vida de toda mujer, a pesar de cuanto ella quiera simular -o disimular- no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse. La dependencia voluntaria, la ofrenda de todos los minutos, de todos los deseos y las ilusiones, es el estado más hermoso, porque es la absorción de todos los malos gérmenes -vanidad, egoísmo, frivolidades- por el amor”

Sin dudas esta concepción enlazaba muy bien con el control de las funciones reproductivas y la prohibición del control de la natalidad, en la que la influencia de la Iglesia era determinante, al considerar el aborto como crimen de Estado, penalizar la venta de anticonceptivos y censurar la educación sexual.

Similar idea se reforzaba a través de la política educacional. Al referirse al talento creador.la Sección Femenina decía “Las mujeres nunca descubren nada; les falta, desde luego, el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho” .

El objetivo fundamental de la legislación educativa de los primeros años franquistas sería el de eliminar el régimen de coeducación que se había impuesto en la enseñanza estatal durante la República. Vale mencionar los decretos del 5 y 17 de julio de 1945 que reformaban la enseñanza primaria y de segunda enseñanza ratificando por “razones de orden moral y de eficacia pedagógica, el principio cristiano de la separación de los sexos en la enseñanza”. Así mismo y por la orden del 19 de octubre del mismo año se insistía en la obligatoriedad de que el profesorado debía ser del mismo sexo que el alumnado

Finalizada la década del 50 y a tenor con el proceso de liberalización de la economía que estaba teniendo lugar vieron la luz algunas disposiciones a favor de la mujer trabajadora resultando ser la más importante la del 22 de Julio de 1961, de “Igualdad de Derechos Políticos, Profesionales y de Trabajo de la Mujer”, y que da paso a una mujer adentrada en la nueva política capitalista.

Desde entonces la sociedad española experimentaría cambios importantes, a los cuales se vincularían el rápido crecimiento económico, el proceso migratorio interno y externo y el desarrollo del turismo, que de conjunto crearon un clima favorable a la transformación de valores morales, sociales y culturales aunque el modelo tradicional de la familia se mantuvo, a la vez que la participación de la mujer en el trabajo extra doméstico continuaría siendo limitada por algún tiempo más.

Bibliografía

El sufragio femenino en España: la conquista del voto.

http://www.juntadeandalucia.es/institutodelamujer/revistameridiam/numero35/08_represaliadas.pdf

El voto de las mujeres en España: http://cierzo.blogia.com/2005/102101-el voto-de-las-mujeres-en-españa-php

Espacios privados y espacios públicos. pautas de la vida cotidiana de las mujeres. Disponible en: http://www.errepublika.org/Republica la mujer en la segunda REPUBLICA española. Htm

Esteban, María Luz: Mujer y nuevas socializaciones. www.herediajackson.com/blogs/main/attachment/372.ashx

Franquismo: represión y letargo de la conciencia feminista, 1939 -1977, el modelo de mujer creado por el franquismo. Disponible en: http://www.errepublika.org/Republica la mujer en la segunda REPUBLICA española. Htm

Izenburua, Lanaren: La mujer y la palabra. www.euskomedia.org/bibliografica/7966

La mujer en la segunda república española. http://ecodemujer.wordpress.com/2008/12/10/la-mujer-en-la-segunda-republica/trackback/

 

María del Carmen Alba Moreno
Departamento de Historia.
Universidad de La Habana 
mariac@ffh.uh.cu
 

 

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