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El príncipe ha muerto, poema de Magali Alabau
baumala1@hotmail.com  

John F. Kennedy. (Andarapuebla.com)
 

'Esos pedazos de cerebelo regados en Dallas,/ ¿por qué me apenan tanto?/ ¿Por qué me
levantan del asiento?/ ¿Por qué los balazos han llegado/ hasta aquí, mi cuerpo?'

Observa al enemigo.
Se encuentra entre esos palcos,
no te pierde de vista.
Mastica un rencor no articulado.
Siente esa llama que lo quema,
un ojo del que hay que huir.

El elegante presidente
no nos ayudó
a deshacernos del tirano.
No tuvo la visión
con que lo han adornado.
Y sin embargo,
la paz la llevaba en la sonrisa,
en sus blancos guantes.
Inundar la isla hubiese sido
hacerla un charco.
Demasiada suciedad.
Su curtida piel de cristiano
facilitó, sin querer,
un papel muy amplio al dictador
para escribir la historia.

Mientras camino al trabajo,
sudo sangre.
Servitud que no sirve sino
en el alcantarillado.
Escribo cartas con tantos errores.
Kennedy baleado.
Tantos pedazos flotan en el aire.
Tantas bocas abiertas,
tanto mal respirando.
Esos pedazos de cerebelo
regados en Dallas,
¿por qué me apenan tanto?
¿Por qué me levantan del asiento?
¿Por qué las balas han llegado
hasta aquí, mi cuerpo?
El tiempo sigue igual.
Los caballos acarrean al príncipe
que nunca fue sino en la eternidad.

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